Hace unos días fui a Hamburgo (Alemania) a probar el Toyota Mirai, un coche que no se va a vender en España y que, sin embargo, despierta mucho interés porque utiliza como combustible el hidrógeno. Sobre el Mirai y sus aspectos técnicos hay información en el correspondiente artículo de km77.com, el cual podéis encontrar pinchando en el siguiente enlace: https://www.km77.com/01/toyota/mirai/2015/informacion-y-precios-315417-p.html.
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La pila de combustible del Mirai es un dispositivo en el que el hidrógeno y el oxígeno se combinan de una manera controlada. Al hidrógeno se le obliga a separarse en protón y electrón antes de llegar al compartimento donde está el oxígeno y reaccionar con él. El protón del hidrógeno atraviesa una membrana que sólo deja pasar protones y el electrón recorre un circuito que sirve de suministro de corriente al motor eléctrico. Una vez superados los obstáculos, protón y electrón se encuentran y se combinan con el oxígeno para formar agua.

El agua generada puede ser un problema si el Mirai queda estacionado en un lugar donde la temperatura sea inferior a 0 ºC, porque puede llegar a congelarse y bloquear o romper los conductos del sistema. Por ese motivo, el Mirai tiene un botón a la izquierda del volante que, al pulsarlo, vacía de agua las tuberías. Lo que sucede se puede ver en el vídeo que hay bajo estas líneas.

Una de las ventajas de los vehículos a hidrógeno con respecto a los eléctricos de baterías, es que el procedimiento para restaurar la autonomía toma mucho menos tiempo. Para llenar el depósito de hidrógeno del Mirai hacen falta unos 5 minutos, nada que ver con las varias horas que debe estar enchufada la batería de, por ejemplo, un BMW i3. El procedimiento para repostar hidrógeno es sencillo y prácticamente idéntico a la manera en que se llena el depósito de un coche con motor de combustión. Aquí debajo, un vídeo demostrativo.

Y el Mirai, ¿corre mucho, normal o poco? Veamos. Su motor da 154 CV, lo que no está nada mal, pero ha de mover 1850 kilogramos, que son muchos. Según Toyota puede acelerar de 0 a 100 km/h en 9,6 segundos y la velocidad máxima es 178 km/h (un 48 % más de lo permitido en España). La sensación al volante es la de un coche que acelera con fuerza sobrada tanto en ciudad como fuera de ella, al menos con dos personas a bordo y poca carga. En el siguiente vídeo se puede ver cómo sube la velocidad en el cuadro de instrumentos cuando se pisa a fondo el acelerador.

Pablo David González (brazuka)