El Toyota FT-me es un prototipo de un futuro coche urbano de dos plazas y eléctrico.
Toyota dice que «ofrece movilidad accesible para personas con licencias de conducir de nivel básico, incluidas aquellas de tan solo 14 años en algunos mercados». Es decir, no se trataría de un vehículo con homologación M1 (turismo), si no de un cuadriciclo.

En España los cuadriciclos pueden ser de dos tipos, ligeros (L6e) y pesados (L7e). Los ligeros son los de un máximo de 4 CV y 350 kg (baterías excluidas) y se pueden conducir desde los 15 años con el permiso AM. No pueden pasar de 45 km/h. Es el caso del Citroën AMI.
Los pesados son de hasta 400 kg (sin baterías) y 15 kW de potencia, con la velocidad está limitada a 90 km/h. Supuestamente se podrán conducir desde los 16 años con el permiso B1, algo anunciado hace tiempo pero que aún no está aprobado. En este grupo entran modelos como el XEV Yoyo. Del Microlino existen dos versiones, una categoría L7e y otra L6e.

Las dos plazas del FT-me están dispuestas en paralelo. Es decir, es como un AMI, no como un Renault Twizy.
Hay dos características interesantes. La primera es que no tiene pedales, según Toyota el FT-se me controla desde el volante, lo que permitirá usarlo a personas con problemas de movilidad en las piernas sin necesidad de adaptación.
La otra es el techo de celdas fotovoltaicas, capaces, dice el comunicado, de proporcionar una autonomía extra cada día de entre 20 y 30 kilómetros. Así, en ciertos casos de uso y clima, se evitaría la necesidad de conectarlo a una toma de corriente. Toyota ya ha comercializado coches (el Prius) con un sistema así, aunque la energía que consiguen sólo sirve para alimentar el sistema de ventilación del coche mientras está aparcado.
Muy bien que pueda ser utilizada por personas con movilidad reducida sin necesitar adaptación. Pero me parece que ahí no va a caber la silla de ruedas.