Es el SEAT Ibiza de primera generación, un modelo que por sus dimensiones (menos de 3,7 metros de longitud) hoy estaría encuadrado dentro de los utilitarios esencialmente urbanos (tiene un tamaño similar al actual Fiat Panda). Esta generación de Ibiza fue fabricada, entre 1984 y 1993, con una actualización de por medio.
Esta unidad estaba disponible para ver y tocar en la presentación del SEAT Ibiza SC CUPRA, a la que acudimos hace unos días. Su estado de conservación es excelente y tiene muy pocos kilómetros. Pero no se trata de una pieza de museo. En ocasiones participa en carreras de regularidad, algo que queda claro por el abundante equipamiento instalado necesario para correr con garantías.
Compartía elementos estructurales son el Fiat / Seat Ritmo, Seat Ronda o naturalmente con el Seat Málaga. Una de las peculiaridades de estos modelos era la suspensión posterior, que aparece fotografiada al final de esta entrada. Pero antes, pongo otras fotografías para que el orden de la exposición sea lógico (exterior, interior y finalmente, técnica):
Por fuera, los faros adicionales y las ruedas (semislick) delatan que se trata de un coche especial.
Estos faros son de bombillas halógenas, consumirán mucho, no tendrán regulación activa en curva, …. pero tienen que iluminar muy bien
Salpicadero. Detalles originales conviven con otros añadidos para correr en «regularidad»
Instrumentación. Marca 8922 kilómetros y, según nos han dicho, es kilometraje real
Consola central. Mandos de ventilación y, por debajo, mandos especiales para la competición.
5 velocidades. En la época era un argumento de ventas bastante sólido
Piña de mandos a los lados del volante. Fue una solución muy original, pero parece ser que daba problemas con el uso. Hay hasta quien los rompió con la rodilla 🙂
Originalmente, la rueda de repuesto iba alojada en el vano motor. En esta unidad va colocada en el maletero para distribuir mejor la masa sobre cada eje
Una peculiaridad de esta unidad preparada para carreras es que los amortiguadroes son regulables
La suspensión posterior es singular. Básicamente, es una McPherson. Eso se ve en que el amortiguador, además de su función natural, hace de elemento de guía, es decir, como si fuera un brazo más de la suspensión. Los brazos inferiores van casi paralelos al suelo.
Lo más llamativo de esta suspensión es el elemento elástico. No tiene muelles, ni barras de torsión, sino una ballesta colocada transversalmente que «da servicio» a las dos ruedas (para quien no la distinga, está entre los dos frazos transersales al sentido de la marcha)
Parte intermedia de la ballesta.
Enrique Calle