Esta semana, el coche que ha pasado por el circuito para hacer las maniobras de esquiva y eslalon ha sido el Renault Rafale. Una denominación estrechamente ligada con la aviación (es la que tenía un avión de carreras del año 1934) y que da nombre a lo máximo en cuanto a equipamiento, acabados y oferta mecánica entre los SUV de Renault.
El Rafale mide 4,71 metros de longitud y, como se puede apreciar en las imágenes, tiene una curvatura de techo muy pronunciada a partir del pilar B. Es algo así como un SUV coupé, algo muy de moda hoy en día. La versión probada es la E-tech full hybrid de 200 CV (sistema propulsor híbrido no enchufable) y en este caso, el nivel de equipamiento es el esprit Alpine (de aspecto algo más deportivo, para entendernos).
Las llantas asociadas a este sistema propulsor y a este nivel de equipamiento son las más pequeñas que puede tener un Rafale en nuestro país… pero son enormes. Nada menos que 20 pulgadas con neumáticos en medidas 245/45, que en este caso son unas Bridgestone Turanza 6 Enliten.
Uno de los elementos de equipamiento más determinantes en este tipo de maniobras es el eje trasero direccional, que viene de serie en esta versión del Rafale. Gracias a ello, las reacciones del coche son más ágiles de lo normal y permite maniobrar con facilidad. Eso sí, requiere de un pequeño periodo de adaptación porque, al menos inicialmente, el coche gira más de lo que uno se espera. Un pequeño inconveniente que desaparece al poco tiempo y que, al cambiar de coche, uno acaba echando de menos.
En el eslalon, el Rafale no consiguió un tiempo bueno porque la salida desde parado no fue rápida. Eso sí, nada que objetar en el resto del ejercicio, donde se movió con cierta agilidad entre los conos y con un balanceo de la carrocería poco acusado. Pero donde sí brilló fue en la esquiva, en la que conseguimos muchas pasadas buenas, la mayoría a una velocidad más bien alta.
El mejor intento fue a nada menos que 79 km/h, y además vino acompañado de unas reacciones muy nobles. Sin movimientos extraños, poco deslizamiento de las ruedas y un control de estabilidad muy efectivo que puso las cosas fáciles al conductor, que es lo verdaderamente deseable.
Buenos resultados para este Rafale, en definitiva, y que os invito a ver en el vídeo, donde comentamos muchos más detalles: