El jueves y el viernes de la semana pasada estuve en Lisboa, la zona elegida por Renault para que los periodistas pudieran probar el nuevo Mégane. Había dos versiones disponibles, una Diesel de 130 CV con el nivel de equipamiento Bose (precio, equipamiento y ficha técnica) y otra de gasolina de 205 CV con el nivel de equipamiento GT (precio, equipamiento y ficha técnica). Sobre ambas y la gama Mégane 2016 en general hay mucha más información en el correspondiente artículo de km77.com, que podéis encontrar pinchando aquí.
Este es el Mégane IV, es decir, la cuarta generación. El Mégane III se puso a la venta a finales de 2008 y ha ido recibiendo actualizaciones a lo largo de estos años, la última en 2014. Pues bien, a la entrada del hotel había un Mégane III «de los últimos» junto a un Mégane IV. Así es como se ven cuando uno está junto al otro.
Y ahora una imagen del interior. El Mégane III tenía un cambio automático con una palanca extraordinariamente larga.
Según Renault, el maletero del Mégane IV es 12 litros más capaz que el del Mégane III. A mí, a simple vista, no me lo pareció. Y al metro tampoco, sobre todo en lo que refiere a la profundidad. Hacia el centro, a la altura de la cerradura, la profundidad del maletero Mégane III es 85 centímetros, mientras que en el Mégane IV es 79.
Hay tres pantallas posibles para el salpicadero del Mégane IV: monocroma no táctil de 4,2 pulgadas; táctil y a color dispuesta horizontalmente de 7,0 pulgadas; y táctil y a color colocada en vertical y de 8,7 pulgadas. Sólo tengo foto de las dos últimas, pero a través del configurador de Renault es posible ver cómo queda con la configuración básica (os pongo una captura de pantalla debajo para ahorraros el trabajo).
El aspecto de la consola central cambia ligeramente según se tenga un freno de estacionamiento tradicional de palanca o uno eléctrico accionado mediante un botón.
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