(Viene de aquí)
Segundo día con el Volt. Voy de camino al estudio. Cuando me queda poco para llegar me llama Pepe para darme malas noticias: Sí, la carga se ha vuelto a interrumpir por la noche. La pantalla indica que tiene 17 kilómetros de autonomía. Se ha recargado un tercio, más o menos. Es decir, ha aguantado unas tres horas (lo dejé a la mínima intensidad posible, 6 A) cargando.
Hasta esa llamada, mis planes eran recoger el coche e ir directamente a medir las prestaciones con y sin batería, y después, ya sin carga, probar diversos puntos de reabastecimiento. Pues me toca cambiarlos otra vez. Voy a salir de Madrid por la A1, dirección Alcobendas. He localizado varios puntos de recarga próximos en esa zona en el mapa de MOVELE.
Edificio de Acciona (Av. de Europa, Alcobendas).
Es un punto de recarga que hay dentro la propiedad. En teoría, si aparece en el mapa de MOVELE debe cumplir que: “…Pueden ser (los puntos de recarga) de titularidad pública o privada, pero siempre de uso público o que dispongan de una cierta franja horaria abierta al público.”
Llego a la barrera de acceso. Se acerca el vigilante. Le cuento a qué voy. Cara de sorpresa. Consulta con su compañero. Na nai. “Aparca fuera y entra a preguntar dentro” me dice. Dejo el coche fuera y me voy andado al edificio. Hay un mostrador con tres personas tras él, dos son recepcionistas, la otra de seguridad. Primer intento, la chica del centro. Cara de sorpresa. Segundo intento: el de seguridad. Meeec. Tampoco. Tercer intento: la otra chica. Comienza a hacer llamadas, cada interlocutor le dirige a otro y las llamadas se suceden. No hace falta que me explique nada, sus caras lo dicen todo. Pasados unos 15 minutos le agradezco los esfuerzos y me marcho.
Poste Endesa-Telefónica (c/Ronda de la comunicación).
A poca distancia hay otro punto de recarga. Es una cabina de teléfono que sirve también para recargar el coche. En su día la utilizamos para recargar el Mitsubishi i-MIEV. No es fácil encontrarla, principalmente porque la dirección que aparece en la ficha de MOVELE es incorrecta (la dirección es calle Ronda de la comunicación). Cuando la localizo, y tras pedirle a un taxista que me dejase meter el coche en la plaza, comienza la aventura.
En un lado de la cabina está la toma de corriente, en el otro el teléfono. En la repisa de la cabina aparecen impresas unas instrucciones. Hay que pulsar un botón, seleccionar en la pantalla la opción de recarga, meter el dinero y un número de teléfono móvil para que envíen un código/recibo. El sms no llega y las luces del cargador no se encienden. Repito la operación, esta vez introduciendo otro número de móvil. Mismo resultado.
Algún taxista de la parada está siguiendo atentamente mi fracaso. No se ríen, pero podrían. Llamo a Telefónica (o Movistar, o lo que sea ahora) para que me ayuden. Pruebo con averías, pruebo con información. Da igual, no saben quién se encarga de esto. Desisto. Son ya las doce del medio día y no he podido hacer nada, salvo comprobar que si llevase un coche completamente eléctrico estaría muy nervioso o directamente llamando a la grúa. Afortunadamente el Volt tiene ese motor de gasolina…
Carrefour Planet (Alcobendas, junto a la A1)
Último intento en la zona, un centro comercial. Tras localizar las plazas habilitadas para la recarga (no hay señales por el aparcamiento) leo en el poste que es necesaria una tarjeta. Acudo al mostrador de información, de ahí me mandan al puesto de seguridad, donde me dicen que me facilitan ellos la tarjeta. Poco después, la chica que me ha atendido me acompaña al aparcamiento.
El punto de recarga —con logotipos de Endesa, como el de Telefónica— consta de un poste con una pantalla en la parte superior donde aparecen las indicaciones necesarias para utilizarlo. Primero hay que acercar la tarjeta al lector. Lo hacemos y no sucede nada. Al final, la reconoce y una flecha indica cual de las dos tomas de corriente podemos utilizar (hay una a cada lado). Meto la clavija del cargador y en la pantalla aparece un mensaje para que cierre la tapa. Al hacerlo, dos pasadores bloquean la trampilla para que nadie pueda desenchufar el cargador. Tras varios intentos por fin queda cerrada y en la pantalla aparece “carga terminada”. Indica «0000 Wh» y la batería no está cargando. Voy a sacar la clavija para probar en el otro. Para ello hay que volver a pasar la tarjeta. Lo hacemos, pero el sistema se ha bloqueado…llaman al departamento de mantenimiento de Carrefour. Poco después dos personas acuden a ayudarme.
Les cuento lo que pasa. Me dicen que esta mañana ha estado recargando otro coche eléctrico (eso sí que es casualidad) y que no habían tenido problemas. Al final, la solución es desactivar la línea que da corriente al poste. Al final conseguimos sacar la clavija y repetimos los pasos para cargar el coche. El problema parece ser que hay que tener conectado los dos extremos del cargador cuando se inicia el proceso de recarga. Estoy unos quince minutos recargando el coche (le «entran» 422 Wh), no puedo quedarme 4 horas esperando (en este poste, el cargador sólo permite la segunda intensidad de recarga, 10 A). Para volver a sacar la clavija tienen que volver a desconectar la línea de suministro. Me dicen que se pondrán en contacto con Endesa para que lo arreglen.
La gente que pasa cerca se queda sorprendida al ver un coche enchufado, algunos vienen a preguntar. Durante la conversación me entero de que el otro coche que había ido a recargar ese día era un Nissan Leaf, que lo estaban probando unos compañeros de otro medio (y también que la persona de mantenimiento que me atiende trabajó hace años en una revista de coches, casi es más casualidad que lo del Leaf). Mientras hablaba con alguien, veo un Nissan Leaf aparcado en la zona de descarga de mercancías y enchufado a una toma de corriente normal que había en la pared. Parece que eso de que habían podido cargar el coche no era del todo cierto 🙂
Continuará…
Alfonso Herrero