Nismo (de «Nissan Motorsport»), es una división de Nissan que se encarga de la preparación de algunos vehículos de competición y de la potenciación mecánica y modificación de imagen de coches de calle. De alguna forma, y sin ser demasiado exhaustivos, se puede decir que Nismo es a Nissan como «AMG» puede ser a Mercedes-Benz o «Motorsport» a BMW.
Nissan señala que el origen de Nismo se puede remontar a 1964, con el Prince Skyline 2000 GT (S54), un modelo de carreras desarrollado sobre la base de un Nissan. Prince Motor Company sería adquirida por Nissan dos años después.
Nismo es una marca de éxito sobre todo en Japón, pero no mucho más allá de esas fronteras. En Europa en particular, salvando si acaso Inglaterra, es prácticamente una desconocida, especialmente para los no aficionados. Pues bien, Nissan se ha propuesto como objetivo la expansión de Nismo. Para ello ya ha comenzado a vender en Europa un Nissan Juke Nismo, para seguir a principios de verano, con el 370Z Nismo. Habrá más coches con esta firma, pero de momento, no hay confirmación oficial . ¿Que si habrá un Nissan GT-R Nismo?. Pues no se sabe, bueno, yo no lo sé, pero en tal caso, ¿hasta dónde se quiere llevar este modelo existiendo ya la variante Track Pack?.
¿Por qué Nissan ha empezado con el Juke cuando no es la máxima expresión deportiva de la marca?. Pues según ellos porque no quieren que Nismo sea para un grupo reducido de compradores. No quiere que Nismo sea identificada exclusivamente con la competición y con precios estratosféricos, sino también coches de calle utilizables a diario.
Nissan nos ha invitado a la presentación Europea de Nismo, en Barcelona, y ha utilizado como centro principal de operaciones el circuito de Castellolí, en el interior de la provincia. La jornada fue como una especie de parque de atracciones temático para mayores. ¿El tema?, la gasolina y las carreras. El ambiente de competición estaba presente en todas partes. La jornada constaba de varias actividades al aire libre y, un box decorado para la ocasión (mostrado arriba) era, digamos, el punto de encuentro y de triperío.
Una de las actividades consistía en una vuelta de copiloto en un Nissan Juke R (con el motor del GT-R de 545 CV), otra en una vuelta como conductor en el LEAF NISMO RC y otra en un curioso ejercicio de derrapaje con unos Juke Diesel con ruedas traseras de plástico duro (¿?). Claro, todo eso en circuito, y fuera de él pudimos conducir el Juke Nismo, que era el principal producto que presentaba Nissan y del que ya hemos publicado un texto en km77.com.
La vuelta al circuito con el Juke R nos la dio Lucas Ordóñez, piloto oficial de Nissan salido de la GT Academy (básicamente una competición en un simulador de carreras). ¿Cómo fue la vuelta?, pues muy rápida, pero no sé hasta qué punto eso es ir rápido para la calidad de un piloto así. Imagino que Lucas Ordoñez, al ritmo que permite un coche con ruedas de calle —que se retuercen en cada curva y deslizan irremediablemene sobre el asfalto—, se va fumando un puro por muchos caballos que haya que llevar al suelo, pero es que además en este caso hay cuatro ruedas motrices que facilitan la tarea. En efecto, el Nissan Juke R no transmite los apoyos certeros de un coche de competición, ni las frenadas violentas hasta bien entrada la curva que permitirían unas ruedas de tipo slick. Y es que claro, el Juke R no es un puro coche de competición.
No obstante, el Nissan Juke R es un vehículo muy especial. Más que un coche, es un escaparate que da a Nissan mucha repercusión en los medios. Notoriedad que se busca transformar en ventas de modelos más comunes. Siempre es curioso ver y fotografiar un coche tan exclusivo, que digamos que prácticamente no existe por sus reducidas ventas. Fotografié dos cosas que me llamaron la atención, por una parte la posición del motor, muy baja respecto al capó y en su mayor parte por detrás del eje delantero. Vamos, un motor central delantero en toda regla.
Por otra parte, las suspensiones delanteras y posteriores. De la posterior me llama la atención la solución de desdoblar en dos el brazo que une el amortiguador al los brazos de la suspensión para poder dar paso a la transmisión.
El Nissan LEAF NISMO RC es un vehículo eléctrico que poco recuerda al LEAF de calle. Este sí transmite las sensaciones de un coche gordo de competición, pero curiosamente sin la potencia que cabe esperar de una estética tan llamativa, a pesar de ser un 40% más ligero que el LEAF normal.
A los mandos, la ausencia total de material insonorizante hace pensar que se va circulando por una pista de zahorra en lugar de un circuito asfaltado. Cualquier piedrecita que haya sobre la pista sale despedida hacia los pasos de rueda y el ruido que produce se escucha con nitidez en el interior, pero es que además, el ruido que produce el motor eléctrico, que pasa inadvertido en el LEAF de calle, es evidente en el LEAF NISMO. Desde luego nunca había montado en un eléctrico tan ruidoso. Su tacto de conducción me pareció muy bueno, a la altura de su estética, salvo por la mencionada falta de potencia. El monitor que me acompañaba durante la prueba me advirtió de la dureza de la dirección, pero no de la dureza del pedal del freno, algo que descubrí antes de llegar a la primera curva.
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La tercera prueba fue realmente curiosa. Básicamente consistía en derrapar a una velocidad muy baja, a unos 20 km/h. ¿Cómo?, pues fácil, con unas «fundas» especiales que se colocan sobre el neumático (no sé qué escuché por ahí una vez, ni lo quiero saber, si el efecto es similar al de colocar bajo las ruedas unas bandejas de los restaurantes de comida rápida…. :-)). Baja velocidad y mucho derrapaje significa diversión con seguridad.
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Cogolludo