Todavía queda poco más de un mes para conocer la identidad de la nueva generación del MINI. Recordemos que el día escogido para tal acontecimiento es el 18 de Noviembre, una fecha que coincide con el 107 aniversario del nacimiento de Sir Alec Issigonis, creador del icono original MINI.
MINI es consciente de ello y para amenizar la espera ha publicado algunos detalles del futuro MINI F56. Sabemos por ejemplo que la nueva gama de motores estará compuesta por mecánicas de 3 y 4 cilindros, que utiliza una nueva plataforma o que tiene mejoras en la seguridad activa.
La nueva generación estrena motores de 3 y 4 cilindros desarrollados íntegramente por el Grupo BMW. En el momento de su lanzamiento, habrá dos versiones gasolina —de 136 y 192 CV— y una Diesel —116 CV—. Todos ellos tienen tecnología «MINI TwinPower Turbo» que de acuerdo con la marca, optimiza el rendimiento y la eficacia. En los motores gasolina, este paquete incluye turbocompresor, inyección directa, control de distribución variable «doble VANOS» y en las versiones más potentes, control de válvula completamente variable —sistema «VALVETRONIC»—. Todos cumplen con la normativa de emisiones Euro VI.
La versión gasolina de acceso a la gama es un tres cilindros con 1,5 litros y una potencia máxima de 136 CV. Este motor tiene un par de 220 Nm a 1250 rpm que con la función overboost aumenta hasta los 230 Nm. El motor de momento más potente es un cuatro cilindros de 2,0 litros que rinde una potencia máxima de 192 CV. El par motor es de 280 Nm que puede ampliarse momentáneamente hasta los 300 Nm.
El régimen de giro de ambos motores es de 6500 rpm. Los dos tienen las culatas fabricadas en aluminio y el turbocompresor implantado directamente en el colector de escape.
En cuanto al motor Diesel, será un tres cilindros de 1,5 litros con una potencia de 116 CV y un par motor máximo de 270 Nm. El sistema de inyección directa por conducto común opera con una presión máxima de hasta 2000 bar. Según informa MINI, respecto a la mecánica Diesel actual, el nuevo motor tiene un ahorro de combustible de más de un 7%, que significa un consumo medio entorno a los 4 l/100 km.
MINI también habla de las cajas de cambio. Habrá una manual y otra automática de doble embrague. La manual tiene un sistema que eleva automáticamente el régimen del motor al engranar una marcha más corta, de esta manera se consigue eliminar la retención que se suele producir al levantar el pie del embrague de forma repentina. Logra el mismo efecto que se consigue con la maniobra del punta-tacón.
Por su parte, la caja de cambios automática presenta dos novedades, una de ellas es que tiene el sistema de arranque y parada automático «Stop/Start» en las detenciones. La otra, afecta a las unidades que estén equipadas con un sistema de navegación. En este caso la caja de cambios selecciona la velocidad adaptándose a la ruta del navegador, permitiendo de esta manera seleccionar el engranaje adecuado por ejemplo, antes de una curva cerrada.
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La próxima generación estrena una nueva plataforma para vehículos con tracción delantera. Es posible que esta arquitectura la utilice en el futuro BMW para nuevos modelos, introduciendo así la tracción delantera en su gama.
Esta arquitectura es tradicional, con el eje delantero McPershon y el trasero multibrazo. Una plataforma que permitirá según MINI crear un vehículo con un carácter más deportivo y con mejores cotas interiores (tanto para los ocupantes de las plazas traseras como para el maletero) con un peso más reducido —gracias al empleo de microaleaciones—. Por primera vez, incorpora un sistema de suspensión de dureza variable, habrá dos modos, uno para conducción deportiva y otra donde prima el confort.
La dirección será completamente eléctrica —denominada «EPS» (Electronic Power Steering)— y para las versiones más potentes contará con un sistema que corrige los efectos del par en la dirección (compensa la diferencia de par entre las ruedas derecha e izquierda), eliminando esa sensación de «auto dirección» que se produce cuando se realiza una aceleración de manera brusca.
Por último, la nueva generación tendrá un sistema que eleva el capó en caso de atropello a una velocidad comprendida entre los 20 y los 55 km/h. De esta manera, se consigue que el peatón no impacte con las zonas más duras del vehículo.