…o Mini Roadster Cooper S que no sé qué va antes.
En mi casa siempre hemos sido amigos del Mini; mi tía Pili tuvo uno de los primeros, en un color amarillo que era un espanto y mi madre tuvo un 850 de luxe aunque yo el luxe no se lo veía por sitio alguno. A veces me preguntaba si el luxe era tener puertas. No pude decir que fuese un coche divertido de llevar porque recuerdo que andaba poco haciendo mucho ruido y además un ruido desagradable, como a Apocalípsis, y botaba más de la cuenta.
Cuando BMW se hizo cargo de Mini, fui muy escéptico con la nueva reedición del mito, que imagino lo sería por razones otras de las comentadas. Probé aquella primera generación Mini by BMW que si no recuerdo mal montaba el motor del PT Cruiser y salí decepcionado. Fue la versión Cooper y me pareció que no andaba mucho, que la dirección de asistencia eléctrica era zarrapastrosa, que al girar el volante emitía un ruido como de despellejar gatos -no sé cómo suenan en ese menester, pero si sonasen de alguna manera sonarían como aquella dirección- y me irritaban el manejo del cambio y que el pomo tuviese el tamaño de una magdalena gigante y por tanto resultase difícilmente asible. También me molestó cómo la forma se supeditaba a la función y me pareció carcajeante el velocímetro central del tamaño de un tambor de lavadora que ha subsistido en las entregas sucesivas.
Primeras impresiones: interior
Empiezo mi rodadura con él. En el interior observo que el puesto de conducción es muy bueno: el cambio está a la altura idónea, tiene un buen accionamiento con alguna holgura pero se maneja bien y el pomo no es del tamaño de una plaza de toros. El pedalier está perfectamente dispuesto para poder hacer punta-tacón pero éste sólo sale con el tramposo botón SPORT activado dado que de otra manera el golpe de gas ha de ser muy pronunciado o la frenada ha de ser de circuito para poder hundir el freno lo bastante para poder dar el golpe de gas necesario. El volante, es regulable en altura y en profundidad, yo siempre he preferido que sólo sea regulable en profundidad mediante barra telescópica porque el mecanismo de regulación en altura resta información. En este caso da igual porque el volante es el interfaz de manejo de una dirección eléctrica que si bien es muy precisa por su escasa desmultiplicación, resulta menos informativa que un noticiario cubano.
Así que el puesto de conducción es bueno. Pero el interior me vuelve a parecer que tiene el pecado capital de supeditar el desenvolvimiento en el vehículo a la estética. El interior está plagado de botoncitos de tamaños minúsculos en cuyo interior se representan pictogramas aún más pequeños. Ergonómicamente no está bien resuelto, la dispersión de mandos es notable, lo diminuto de los controles y su ubicación cuestionable hace que el primer contacto con el manejo de sistemas auxiliares me frustre. No encuentro un indicador de temperatura de refrigerante, ni siquiera en forma de testigo luminoso frio-calor, pero sí encuentro un velocímetro gigantesco, desproporcionado, que es lo que los alemanes han creído que era el alma de Mini. En su interior una pantalla para navegación que cuenta con una resolución muy buena, pero tiene un tamaño pequeño y se gestiona a través de unos iconos que son diminutos. El artilugio de control es una especie de ………. manneken pis …….. que se gira, se aprieta, se estruja y se mueve. Ahora que lo pienso, me da pena el símil. Es una solución buena de control, de no ser por lo diminuto de los iconos, la pequeñez de la pantalla y su incrustación en un tambor de lavadora por motivos que aportan mucha imagen y más bien poca funcionalidad.
Conducción
Tiene un pedal de embrague con un retorno rápido y un punto de acción elevado que hay que dosificar bien, pero el coche se pone en marcha y salvo que se solicite toda la aceleración el coche no cabecea, parece que va firme pero no excesivamente rígido de amortiguadores y cuenta con unos muelles duros acertadamente tarados pero marginalmente insuficientes. Para mi gusto deberían ser un poco más firmes en extensión pero no lo son por lo que explicaré a continuación.
Siendo la versión más deportiva de la gama, a salvo del Cooper S Juan Se lo Curra, yo esperaba encontrar la manida combinación de de coche rígido como una tabla, insufrible, de esos que juegan a ser deportivos y confunden la deportividad con ir en un carruaje de ballestas. Sí, de esos que en cuanto el asfalto se degrada tienen tan poca capacidad de absorción que uno iría más rápido en una carretilla que en esos coches tan aspiracionalmente deportivos.
Sin embargo el coche no es seco, ni particularmente incómodo, ni es de esos en los que es necesario hacer el pino tras un viaje largo para volver a colocarse los órganos internos en su sitio. Está bien conseguido, un compromiso muy bueno en un coche en el que no esperaba encontrármelo precisamente por ser la versión más deportiva de la gama, a salvo de ediciones especiales.
Se conduce bien, se viaja bien, el coche queda como un guante en cuanto a sus mandos esenciales y no va excesivamente rígido. La dirección, si bien zombi, tiene una precisión de guiado muy buena pero hay que distinguir dos usos.
Dos coches
Insértese sobada analogía de Jekyll y Hyde.
Sobre asfalto en buenas condiciones la poco informativa pero precisa dirección guía al coche como con tiralíneas. El coche apoya bien y los brazos hacen bien su trabajo; el buen compromiso de muelles y amortiguadores hace que la suspensión trabaje con eficacia y la precisión de la trazada es buena aunque en curva rápida cuando el límite anda cerca se nota la poca batalla y hace falta ir muy fino de dirección. El coche lo pide y te ayuda a practicarle una conducción precisa y fina y dada la poca información que canta el volante, el límite se presenta de manera poco progresiva lo que para los finos de volante no es problema.
Pero sobre asfalto degradado el coche es otro. Es un descapotable al fin y al cabo y hay coches en los que se nota mucho o poco. Este es de los primeros. La rigidez torsional de un cabrio y una suspensión firme no se suelen llevar muy bien. Este coche no parece que tenga una rigidez a la torsión de premio y sobre asfalto rizado donde antes veíamos precisión, ahora se ve un coche que torsiona y enferma de Parkinson. Tiembla y retiembla y el agrado de uso disminuye notablemente y la precisión laureada se va por el sumidero de las pasiones. Qué frase tan bonita, oye.
Es un condicionante de uso, cuando el asfalto se estropea, la conducción de ataque debe desaparecer en favor de una en la que podemos hacer una de tres cosas: o bajamos el ritmo y no nos metemos en líos, o mantenemos el ritmo y le damos más aire a la trayectoria del coche o empezamos a conducir de verdad. En la primera opción, nada que decir. En la segunda, cuando con buen firme, al coche se le puede llevar prieto, con riendas cortas y en un puño pero en cuanto el suelo no es perfecto, si queremos mantener el ritmo, tendremos que empezar a darle trayectorias más largas, dejarle más juego, ir mas largo y menos sujeto. Pero en estas condiciones disminuye la recompensa de uso para los que no quieran complicarse la vida y por eso es mejor relajar la conducción.Para los terceros, tendrán que empezar a anticipar los cambios para asir el volante, rectificar y corregir mucho y eso puede ser gratificante para quien le gusten esas reacciones vivas y con nervio. En esta tercera modalidad, el coche muerde, así que hay que saber hacerlo.
La experiencia de uso.
Me ha parecido un coche gratificante de conducir sobre buen asfalto y que proporciona un buen disfrute al volante. No cabe duda de que el acertado compromiso de suspensión y un motor que no puede calificarse sino de formidable iluminan un cuadro que tiene más sombras de las que debería.
El aislamiento está poco conseguido, el coche recibe una paliza del viento considerable que se traduce en una rumorosidad considerable.
El manejo de los sistemas auxiliares a través de botones insignificantes con pictogramas minúsculos ya sean serigrafiados en los pulsadores como en la pantalla hace que uno deba estar demasiado tiempo mirando el planeta ese que han colocado a modo de instrumentación.
La instrumentación propiamente dicha es un ejemplo de horror. El velocímetro consiste en una especie de puntero que se desplaza en sentido horario alrededor del planeta y resulta difícil de ver, y en este caso, no por pequeña. Por fortuna, la velocidad aparece en forma digital en un pequeño recuadro del tacómetro. No he encontrado indicador de temperatura de refrigerante, ni siquiera como testigo luminoso pero sí he encontrado un reloj absurdo que mide el tiempo que permanece uno descapotado. Sí. En serio. Señores de Mini, ¿no pueden quitar esa chorrada que no vale para nada y ponerme aunque fuese un indicador de temperatura, una presión y una temperatura de aceite?. ¿Qué importa cuánto tiempo esté yo descapotado?.
Como descapotable
Vaya por delante que huyo de los descapotables como de la peste. Me suele parecer que la menor rigidez torsional se nota demasiado y que ello viene además al precio de necesitar una exfoliación y una limpieza de cutis para desincrustar la contaminación de la ciudad -de los pulmones no se puede-, que uno se baja de ellos como un director de orquesta sonado y que ello sucederá hasta que la insolación y la paliza del viento acaben con el problema del peinado porque en mi imaginario, todo sirviente de descapotable acaba irremediablemente calvo.
Cuenta, eso sí con el atractivo añadido de que este magnífico motor de 184 CV, pletórico en recuperación y aceleración ayudado por un escalonamiento del cambio muy ajustado, produce unos petardeos en retención muy agradables de escuchar. No es un coche con una sonoridad grande, no anuncia su llegada ni resulta hortera, más bien se caracteriza por petardear en retención y eso a mí me resulta atractivo y sería el único motivo para considerar la versión descapotable. Eso y que el déficit de rigidez lo convierte en un coche menos capaz y por tanto más difícil y exigente y eso, masoquista que es uno, a mí me gusta.
En resumen las famosas
Frases para el olvido:
- Motor sensacional. Empuje, recuperación, da igual el régimen. No hace falta más.
- Buen puesto de conducción
- Acertado ajuste de suspensión
- Instrumentación insuficiente
- Doble personalidad: o preciso, o batido.
- Dirección mortecina pero precisa
- Aislamiento al viento manifiestamente mejorable
- Adictivo comportamiento en buen firme, es un coche cuya conducción recompensa.Sobre mal firme puede recompensar aún más o ser un punto negativo, según quién lo conduzca.
- Diversión al volante ****+ (4/5). Me pregunto intrigado cómo sería la versión cerrada de este coche y si merecería la pena probar el Juan se lo Curra.
Nosotros en casa tuvimos un Cooper S de la primera serie de la era BMW.
Es seguramente el coche que he disfrutado más conduciendo en mi vida. Dejando de banda el tema de la estética, sus características eran de deportivo puro. Todos los mandos tenían un accionamiento duro pero preciso y se podía abusar de él (ellos) sin que protestara(n). Además tenia un motor que era un cañón en bajos.
Eso si, era un coche para gente que sabía donde se ponía porque las reacciones eran rápidas y vivas y muchas veces podía darte sustos sin avisar si no conducías en un determinado orden.
Me ha gustado esta parte especialmente
«Para los terceros, tendrán que empezar a anticipar los cambios para asir el volante, rectificar y corregir mucho y eso puede ser gratificante para quien le gusten esas reacciones vivas y con nervio. En esta tercera modalidad, el coche muerde, así que hay que saber hacerlo.»
Me recuerda al mío, que en muchas ocasiones conducirlo se parecía más un rodeo que a ir enlazando curvas. La doma del potro salvaje, vaya. Parece ser que este lo han suavizado un poquito (no es tanto para hombre de pelo en pecho, para eso debe quedar el JCW) pero aún conserva algunas características del original.
He probado recientemente el JCW en versión coupé y hatchback. Tiempo atrás había probado el Cooper S en Countryman y Hatchback.
Siempre pensé que el JCW sería extremo comparado con el edulcorado Cooper S. Pues no. El comportamiento es similar. No es más rígido. Puede que se lleve algo mejor al límite, aunque el distanciamiento en el tiempo entre que probé el Cooper S y el JCW hacen que las sensaciones se olviden. Lo que si sé, es que el Coupé, por algún extraño motivo, era terriblemente impreciso en asfalto ondulado o en mal estado al buscarle las cosquillas. El Hatchback me pareció más equilibrado.
Ah, se me olvidaba, en el JCW el petardeo es todavía más audible y los frenos de 4 pistones aguantan mejor el trato exigente. Los asientos opcionales muy pintones, pero nada del otro mundo.
@ Ferrer.- Estoy de acuerdo, tiene esa característica, no puede evitar ser un coche de batalla corta, todo lo que suceda sucederá antes y más enérgicamente. Es un coche muy de conductor para quien sepa y quiera apagar la radio y concentrarse en conducir y no solo en transportarse.
@ cupraboy.- ¿Llevó un JCW manual o automático?. ¿Llevaba diferencial autoblocante?. ¿Perdía medios?. ¿Ponía la potencia en el suelo con mucha más dificultad?. Cuéntenos, hombre, cuéntenos :). He tenido muchas ocasiones de probarlo y siempre las desestimé, nunca quise probar un Mini después del desencanto del primer by BMW, pero esta nueva edición me ha sorprendido muy positivamente. Cuéntenos, no se haga de rogar 😛
JM
Grandísima la «prueba», igual que grande la foto de los calzoncillos Kalvoyqué siendo introducidos en el tambor de la lavadora… Pídale trabajo a Javier Moltó, si llegó a hacer hueco * a una asesora sentimental, puede meter a cualquiera ;D
* Que el Señor me libre de acusar al Sr. Moltó de hacerle huecos a una señora o señorita… Aunque eso explicaría que pintaba una sección como aquella en aquesta página de motor ;D
Hace mucho que dejé de leer pruebas de coches por aburridas y arbitrarias, ahora espero con impaciencia su nueva entrada. La información que da es más que suficiente para saber como se comportan los coches que prueba, se agradece el buen humor y sobre todo su inteligente uso. Gracias.
Se merecía que me hiciese de rogar, por haber hablado del Clio habiendo pasado por alto el sistema R-Link, que emula el sonido a través de los altavoces de, por ejemplo, un Clio V6 yendo en el modesto 0.9. Si lo ha probado, y tiene opinión al respecto, viértala.
Para hablar de lo que anduve con los JCW hay que matizar y poner el contexto la prueba. Hace un mes y pico, estuvo disponible toda la gama JCW a cualquiera que se apuntase, sin compromiso de compra. Cuando pasaron por mi ciudad, pues me apunté, que para eso está. Probé una hora el Coupé y media hora el Hatchback. Siempre con un vendedor de Mini al lado, aunque por suerte ya lo conocía de otras veces y me dió rienda suelta. Yo escogí las carreteras y el ritmo.
Hay que apuntar que el JCW está en el punto de mira como sustituto del Cupra, y que por tanto, tenía mucho interés en el coche, y mi punto de vista, condicionado. Del Coupe bajé decepcionado. En curvas medias, en las que tengo de referencia el paso del Ibiza, como el asfalto estuviese un poco agrietado u ondulado se perdía el contacto con la realidad de lo que estaba pasando, obligándome a bajar el ritmo. Hablo de ritmos por encima de lo legal. La dirección era rápida, pero no tanto como la respuesta del acelerador, que con el botón sport activado, aceleraba desde el primer Newton de fuerza. Exagerado, buscando sin duda la sensación de que el coche «tira» mucho. El pobreboost ni lo noté. Comparado con la aceleración del Ibiza a medio régimen, el Mini deja que desear, en el sentido de que en todo momento me preguntaba donde estaban los 211 cv. Eso sí, estira bien, y sin quejarse. El 1.8 T que uso habitualmente es de la vieja escuela, de soltarlo todo a medio régimen, sin concesiones. El Mini está tamizado, hecho para el mundo de hoy, donde todo ha de ser políticamente correcto, hasta la entrega de potencia. Las suspensiones no me parecieron excesivamente firmes. Me esperaba más, el coche necesita más. Para menos ya está el Cooper S. Hay que apuntar que las del Ibiza son de lo más duro del mercado, al menos en su momento. Del cambio manual no tengo comentarios que añadir a su exposición. Rápido, pero el mío lleva un guiado más preciso. No estoy seguro al 100 %, porque en el catálogo que me dieron ni lo menciona, pero creo que el diferencial es sólo de tipo electrónico, de estos que te frenan una rueda en vez de redirigir fuerzas. En todo caso, permitía salir de los virajes cerrados con la confianza de no tener que dosificar si no estabas por la labor. Obviamente, si de buscar tiempos hablamos, dosificar siempre tendrá mejores resultados que confiar en la electrónica. Comparado con el mío me pareció buen sistema. El de Seat, por anticuado, tiene un control de tracción brusco, que resta mucha aceleración. Sobre el tambor de la lavadora decir que era imposible físicamente leer allí una velocidad sin apartar la vista de la carretera de modo peligroso. EL reloj digital que la indica se apaga en caso de que entres en reserva, entonces vas a ciegas. Por cierto, como opción ,en el JCW se pueden encargar relojes extra con indicaciones de temperatura y demás cosas que deberían venir de serie.
EL JCW me pareció sobrevalorado. No se ve ni se aprecia donde está el sobreprecio respecto a un Cooper S más allá de cierto halo de falsa exclusividad. Me quedé con la idea de esperar al modelo que probablemente salga a lo largo de 2014, a ver si no lo siguen endulzando, o al menos en sus versiones, en teoría, más deportivas. En todo caso, para mí, pese a las críticas, me parece el coche pequeño por excelencia con el que pasárselo bien conduciendo. No he probado otro mejor.
Me decepciona vd., JM.
Ni un solo comentario acerca de los botones que vd. sabe. Ni uno.
@6 ¡Que envidia! Lástima que no me enterara de si pasaban por Girona/Barcelona.
Por lo que parece la segunda generación de BMW se ha suavizado mucho con respecto a la primera, señor JM debería probar un Cooper S Mk1 para resarcirse de su opinión de la primera generación de BMW.
@3 Totalmente un coche un coche de conductores. Es de los pocos coches que he conducido que sin motivo necesario, si había perdido velocidad, me gustaba reducir a segunda y meter el pie en la moqueta, por el simple placer de hacerlo.
Ahora eso si, en autopista si levantabas el pie en medio de la curva (porque habías alcanzado a un coche muy lento) la trasera se insinuaba con suma facilidad.
Claro que hoy en día como todo tiene que ser tan políticamente correcto, todo esto se ha perdido… ¡que lástima!
¡Que hortera! Lleva calzoncillos KelvinClain. A veces es lo mismo el tema de los calzoncillos que el de los coches… Pagas un sobreprecio exagerado para tener el mismo cutreproducto pero con marca, que mola mas.
cupraboy, Ferrer.- Hay coches más sensibles que otros a deceleración en apoyo; creo que este tiene un buen compromiso logrando ser vivo sin resultar histérico. Más que corrección política yo más bien creo que han tratado de hacer un coche en el que quien no aprecie ni sepa ponerse a trabajar el coche puede ir correctamente y quien disfrute del lío tenga que buscarlo.
Slayer.- Hombre, las palanquitas aeronáuticas fueron novedad hace ya mucho como para seguir atrayendo mi parafilia por los interruptores novedosos. Cuando salieron me sentía como Tom Cruise en Top Gun que si Iceman, que si no se qué, armando misiles inexistentes, ahora, ya comprenderá usted, necesito cosas nuevas, con lucecitas, no sé con algo más, ya me entiende.
rv.- Le concede usted más importancia a la ropa interior que yo, a mí la ropa interior me da un poco igual: yo triunfo cuando no la llevo puesta.
JM
Ojo, tengamos en cuenta una cosa. Todo el tema Mini es muy de marketing, empezando por la idea de «resucitar» la marca. Cuando pedimos que sea un coche de competición, hacemos lo mismo que cuando pedimos a un Qashqai que sea todoterreno.
Detalles como el velocímetro y demás excesos de diseño y de lo «cuqui» nos dan idea de a quien va dirigido el coche. Y las sucesivas versiones de Juan Barrilero Se Lo Curra van dirigidas a los que siempre compran lo «especial» y mas caro, por que ellos lo valen.
Una critica unánime de los clientes de la primera iteración del Mini resucitado es que el coche era muy duro y poco confortable, especialmente en los asientos traseros. BMW tomó nota y esta generación tiene la suspensión menos granítica, por que es lo que buscan los clientes al final.
Al final el coche va a acabar en manos de la Támara Falcó de turno.
Leer las pruebas de JotaEme le alegran a uno el día.
Ya que se ha mencionado tanto lo «políticamente correcto», no voy a serlo con ninguno de uds.: ¿para qué tienen tanto interés en los modelos que van bien sólo en BUEN asfalto? ¿alguien me puede decir «ande» hay de eso? 😀
(como pueden deducir, mi conducción es digna del apodo «captain Slow»).
Si se admiten peticiones, propongo la casi antítesis de este mini (una barcaza confortable): El Citroën C5; que muy probablemente sea el último hidroneumático.
Es posible que la versión Cooper a secas vaya mejor, especialmente si lleva llantas más pequeñas.
El descapullometro es de lo más ridículo. Si yo fuera a comprar este coche, haría una pegatina redonda, a medida, con una carita sonriente o triste a intercambiar según la frecuencia de visitas de mi inspector fiscal.
Por cierto, me ha encantado su puño de camisa con las iniciales, muy discreto. El chico que me trae la compra los lleva así también.
Ya ya, la prueba muy divertida pero lo único con lo que me he quedado es com lo de los calzoncillos. Si alguna vez le conozco y me tomo una caña con Vd. no podré dejar de imaginarle en calzoncillos, ni aunque fuera primeros de enero y vistiera un abrigo hasta los tobillos.
Esto no se hace, no era necesario…
Elegante camisería y calzoncillería, don JotaEme.
Nunca jamás me he subido a un Mini, ni siquiera en parado. Mi cuñado, que tenía un Cooper de los clásicos -antes de ser mi cuñado, claro- dice que era incomodísimo de conducir, con las piernas bien abiertas y el volante muy lejos arriba y muy cerca debajo.
Así en foto y aparcado en la calle el interior de Curro (que no Work) Stephenson para la segunda edición siempre me pareció ferpecto. D. Curro se curra bien los interiores retromodernos. Mire el 500 de Fiat. También ferpecto (éste si lo ha conducido).
Pero la convengo con Ud. que en la tercera edición se les fue la olla con el velocímetro, los aireadores y los pulsadores. Quizá estuvieron en un tris de inventar el primer coche con lavadora opciónal. Aunque estos chicos de Múnich, tan convencionales frente a los extravagantes británicos, optaran por el navegador. Eso sí, ignoraba la existencia del reloj que cuenta las horas de descapulle: prefiero un termómetro de algo, aguas, aceites o, incluso, vinos.
Parece que en la cuarta quieren corregir el tiro.
Termino. Veo que sabe hacer el punta-tacón, lo que hace subir mi estima por Ud. al tiempo que cae mi autoestima. Pero, supongo, si el coche se descompone en mal firme -entiendo que no sólo por su flaneante carrocería descapullada- es porque la suspensión va durita. Con lo que muy cómodo no será…
A JotaEme, Ferrer, Cupraboy y demás opinantes:
Desde el momento en el que conocí simultáneamente a Curro Stephenson y al New Mini, antes de que éste fuera presentado oficialmente y de conducirlo, el coche me enamoró estéticamente por fuera y por dentro (1ª generación). Por fuera, porque el espíritu de la estética Mini (original) está tan bien conservado (con el 500 pasa lo mismo) que no te das ni cuenta de que el nuevo es un 20% más grande que el original. Y por dentro, y para el tipo de coche (estilo revival) me encantan los mandos de palanquita cromada: un mando para cada cosa, y no el pirulí central.
Pero cuando me puse al volante por primera vez, la cosa cambió. En Mini tienen un leit-motiv que, ciertamente, cada vez utilizan un poco menos: que el coche se maneja, o más bien se comporta (porque lo hace por su cuenta, y no a instancias del conductor) como un kart. ¿Y dónde está la gracia de que un tracción delantera funcione como un kart? Técnicamente, es algo que va «contra natura». El Mini original era claramente subvirador, y tenía una batalla de dos metros, bastante más corta que la del nuevo. Es el mismo error en el que incurrió Fiat cuando a su simpático Barchetta le quiso dar el comportamiento de un Mazda MX-5, y acabó saliendo más radical todavía: una estabilizadora trasera como una viga y la zaga bailando para todos los lados. Y otro tanto ocurrió con el Ford Fiesta Turbo de la 2ª generación; inconducible incluso en línea recta (no las he pasado más putas cronometrando un coche que con ése, y no pasaba de 215 km/h).
Siempre he defendido que, cuando en un tracción delantera levantas el pie en mitad de una curva, no es lo mismo que el morro «entre» (es lo correcto) a que la zaga «se desmande» (pierdes trazada y control); geométricamente parece lo mismo, pero dinámicamente es muy distinto. Estamos con lo de las «sensaciones» al conducir, que al final se reducen a que el culo vaya bailando; y divertirte, más o menos, para recogerlo. Pero como dice Cupraboy, con esto lo único que consigues es perder tiempo; para ese tipo de conducción, mejor el Toyobaru, o algo similar. Además, el Mini de 1ª generación llevaba una suspensión dura como una piedra, que en la 2ª se suavizó un poco y otro poco más en la siguiente; pero el exceso de estabilizadora trasera sigue presente, aunque dulcificado. Recuerdo que con uno de la 1ª (los he probado absolutamente todos), en la Glorieta de Embajadores entré no precisamente «follado», y me encontré, rodeando la fuente, que el viento había mojado el pavimento: levanté, y fui cruzado durante 15 o 20 metros. Esto, en un tracción delantera, podrá ser divertido (sobre todo porque la glorieta es muy ancha), peroo en cuanto a comportamiento de bastidor no es de recibo en un tracción delantera.
Y desde luego, los 211 CV del JCW están ahí (en el banco de Motorpress, en promedio de tres unidades, del orden de 229/230 CV); el motor es una joya, desde el atmosférico en adelante (el de origen Chrysler -en realidad Mitsubishi- tampoco era nada malo, a mi entender). Pero el coche era, y sigue siendo incómodo; y los neumáticos «runflat», de flancos muy rígidos, son muy poco progresivos; justo lo que peor puede irle a un coche nervioso con una suspensión tan seca.
Si has hecho un tracción delantera, debes aceptar los condicionamientos de su estructura; una cosa es hacerlo casi neutro, y ya sería un triunfo, y otra bastardear su carácter para intentar convertirlo en un Alpine A-110. Y más teniendo en cuenta el público al que va dirigido; porque no todo él (más bien muy pocos) tiene las «manos» de JotaEme, y algunos otros comentaristas, para llevarlo por el buen camino; pero hay mucho cliente de los que, como decía Frank Sinatra de sí mismo, «compran estilo, y no voz» (bastidor deportivo, en este caso). Desde el One en adelante, el New Mini es un coche con gran éxito entre el público femenino; hagamos un poco de memoria, e intentemos recordar a cuantas conductoras del sexo «débil» (ja,ja) hemos visto ir despendoladas en curva con un Mini. Con un Ibiza, un Golf u otros muchos tracción delantera, sí se ven, con cierta frecuencia; con Mini, poquísimas. Porque al primer susto, pierden las ganas de volver a intentarlo; porque son menos arriesgadas y más sensatas, en promedio, que nosotros.
El New Mini está voluntariamente mal parido en cuanto a los tarados de suspensión, y rigideces al balanceo de los dos trenes; el problema es que ahora ¿cómo van a decir «donde dije digo, digo Diego»?
Me alegra mucho verle por aquí, D. Arturo, raro lujo y siempre bienvenido.
En efecto, eso que describe usted es la sensación que me ha dado este coche: a ritmo normal, el comprador de imagen la tiene y si las ganas son otras, es un coche que está diseñado para pelearse con él.
Pelearse, corregirlo constantemente, ir muy alerta a la penúltima perrería del bastidor es algo que puede ser divertido, a mí desde luego que me divierte pero no creo que haya tanta gente que busque eso -que puede llegar a ser casi masoquista e incompatible con el acompañamiento- y no sé si a mí me gustaría estar domando el potro de rodeo todo el tiempo. Y en este coche no creo que quepa lo de cuando quieras guerra la tienes y cuando no, vas como en otro coche. A mí me ha resultado imposible, con la respuesta de ese motor, no hundir el pedal y batirme en duelo con el coche; la verdad es que es adictivo.
La analogía es tramposa, pero sabe usted bien cómo son las carreras en temporada fría: has cambiado gomas, están frías, sales a pista, el coche no agarra, se insinúa, contravolante aquí, ojo que no se mete, tengo que coger ritmo ya, estoy palmando tiempo, pones gas, escarba, vas cogiendo ritmo, apuras frenada, no estaban tan calientes, quieto, métete cabrón, ya, gas.. un pelearse con el coche, una doma.
El índice de diversión lo marca el encendido de la radio. Si no encendemos la radio, es que estamos a otra cosa: a conducir. Está parido para ser cabrón, no eficaz.
Tengo mis dudas con el John Works cerrado. Yo siempre busco la diversión que no siempre tiene que ver con la eficacia -son dos magnitudes diferentes- podrá ser más capaz, más eficaz, pero no sé si será más divertido que este cabrio que es una risa precisamente por lo deliberadamente inapropiado de su diseño.
Le recojo la sugerencia del Toyobaru.
JM
No pensaba intervenir en esta ocasión, sencillamente porque los minis me repelen.
Me parecen ,malos, feos y tontos.
Por dentro y por fuera.
Pero despues de leer el comentario de D. Arturo me he animado, solo sea por decir que me gusta el aire jovial que está tomando (D Arturo).
Está de mejor humor y no sabe cuanto lo celebro.
Pero no se deje llevar por el Enfant (terrible?) JM y sus calzoncillos al vent (…).
Habla usted del Mini como si hablase de ministros xd
JM
@17 JotaEme:
Ahora sí que lo ha clavado Vd y ha dejado las cosas muy claras, tanto respecto al Mini como a su concepto de los «placeres» al volante. Al respecto, adelanto aquí que ya está muy avanzada la redacción de un post titulado «El placer de conducir», que varios comentaristas me habían pedido. En él se hablará largo y tendido (como es habitual) sobre este tema. Así que, en cuanto aparezca, espero su colaboración para profundizar en este aspecto de la conducción que, sin duda alguna, es uno de los nexos de unión más fuertes que nos reunen en este blog y portal.
Hasta entonces (o antes) un saludo.
Para mi el problema del Mini es que el diseño de las partes mecánicas y el de las partes estéticas está mal equilibrado. Es decir, por fuera parece un utilitario «cuco y pijo», mientras que en realidad es un deportivo radical (e incluso se podría decir que delicado en ocasiones). Con un coche como este tienes que saber donde te metes; claro que el público ve lo de fuera y no lo de dentro (aunque lo prueben con el comercial de turno), pero eso es otra historia.
Tampoco creo que sea tan «peligroso». Si es verdad que si haces el idiota o no prestas atención puede morderte la mano, además con facilidad, pero si se practica una conducción ordenada y atenta (frenar siempre en linea recta, no ahuecar en medio de la curva, etc.) se puede ir muy deprisa con él. Además los mandos (palanca de cambios, frenos, dirección, embrague) se notaban que estaban hechos para usarse con rapidez y un punto de abuso incluso.
Una cosa con la si que coincido plenamente con A. de A. es lo curioso que resulta(ba) que un tracción delantera se condujese con el acelerador, cosa totalmente contra natura en un tracción delantera.
Bueno, primero de todo felicitarle por esta nueva singladura, que de buen seguro sera de lo mas exitosa..
Como presupongo su gusto por todo lo «british», gusto que, quiza en menor medida, tambien comparto, y le intuyo buen conocedor de todas las virtudes y defectos de los productos hechos en las islas, me pregunto si en estos nuevos Minis es facil reconocer algun detalle o comportamiento de reminiscencia britanica, algo que un entusiasta de la marca » de siempre», pueda reconocer nada mas sentarse en el coche..
Tacto de mandos?, algun olor?..
O es que los chicos de Munich se han encargado de, valga la redundancia, cargarse cualquier aroma ingles?
No se si esta seria la entrada adecuada o no, pero le dejo aqui la peticion de que nos hable, con su particular estilo, de la industria britanica en general y la del motor en particular.., pues hay cosas que me chocan bastante, como por ejemplo, porque en un pais de tanta cultura y tradicion en motor no tiene mas fabricas propias que no sean de produccion meramente artesanal, como antaño Rover..
Gracias y suerte.
La foto de los calzoncillos es lo más glorioso que he visto nunca en una prueba de coches.
Es usted un genio.
Ayatolah, JotaEme está contratado de por vida. Se lo ha ganado en cuatro pruebas. A algunos nos ha costado toda la vida hacernos un hueco. Así es de injusta la materia gris.
A mi me encanta este coche, tengo uno de color rojo y estoy encantada