Y, ¿a qué viene este titular?, ¿cómo un propietario de un coche (yo) se puede meter con él a pesar de que haya decidido escribir sobre dicho coche, y no precisamente para exponer una mala experiencia?
Todo empezó hace casi cuatro años, cuando nos dimos cuenta, mi mujer y yo, de que era totalmente imposible llevar a un bebé en un Honda CR-Z (un coche más o menos igual de vendido que el Avantimo) sin que el retoño sintiera que aún estaba en la tripa de la madre.
Ante ese problema decidimos que lo mejor era vender, con todo mi pesar, el CR-Z. Y así conseguiríamos dos cosas; evitarnos tener que pagar una letra de 302 € al mes y también, tener un automóvil más adaptado a las nuevas necesidades que el chiqui requería. Dicho y hecho. Puse a la venta el CR-Z y seguidamente comencé a mirar en el mercado de ocasión los vehículos más raros y extraños que pudieran ajustarse a la nueva situación. En el punto de mira tuve el Citroën C6, el Subaru Legacy, el Forester del 2000, (¡¡Dios, qué horror de coche!!, y para que lo diga yo que tengo un Avantime…). Otro fue el Ford Focus y, por último, un extraño medio de transporte con forma de supositorio y culo de hormiga, que un día me vino a la mente sin quererlo, ni proponerlo y que, debido a su extravagante diseño, me recordaba a uno de los deprimentes vehículos que aparecían en Desafío Total.
Era raro, estrambótico, chocante, estrafalario, pero era también atípico, singular y único. Y eso es lo que buscaba. No sé si fue una forma de convencerme a mí mismo, pero cuanto más lo veía, más me gustaba. Era el Renault Avantime, aunque dado que su diseño y producción fue realizado por Matra, (Renault se ocupó de proporcionar las piezas y la logística), bien podría llamarse Matra Avantime. O Aluali, que es como lo llama mi hijo. Y en última instancia también lo podríamos llamar Avantimo como reza el título, dado que cuando era nuevo tenía un precio nada desdeñable de más de 40 000 €; incluso hoy en día, con un IVA más alto que en el año 2001, el precio superaría ampliamente el mencionado. Pero ¿por qué me gusta un coche al que llamo Avantimo? Bueno obviamente lo primero y fundamental es que a mí no me costó 40.000 € sino algo más de un 10 % de ese precio (4500 € para ser exactos). Eso sin gastos de transferencia, la cual hice yo mismo.
El otro, es que el Aluali, es una pasada. Es a mi parecer uno de los coches más cómodos para viajar de los que he conducido. La suspensión en carretera y vías rápidas es muy confortable y la sonoridad del coche muy baja. Si a esto le unimos un motor V6, la suavidad de marcha está garantizada.
Antes de seguir os daré un poco de información sobre el Avantime. Después de comercializar la 1ª, 2ª y 3ª generación Espace, Renault dio la oportunidad a Matra, (la empresa que fabricó esas tres primeras generaciones del Espace) de crear un nuevo concepto de automóvil. Era el año 1995, la idea del proyecto fue crear un monovolumen dirigido a aquellos clientes que estaban acostumbrados a conducir vehículos como el Espace, pero que, una vez que los hijos de estos se hubieran hecho mayores, proporcionarles un vehículo con una dinámica de coupé gran turismo con la practicidad y espacio de un monovolumen. En cierta manera, esto… no se consiguió… ni lo uno, ni lo otro.
Pero vamos al lío, el concepto estaba basado en el Espace de 3º generación, y lo primero que se diseñó fue un Avantime descapotable. Madre de Dios, si ya es raro el Avantime imaginaos lo que hubiera sido eso … Aparte de extraterrestre, el chasis de ese hipotético vehículo hubiera sido como un Boobaloo. Supongo que intuyendo que el éxito de ese proyecto iba ser para echarse a llorar, debieron pensar que creándolo capotado conseguirían el mayor éxito de Renault hasta la fecha. Lo que ocurrió a continuación es que Matra presentó el proyecto a Renault. No sé cuánto tiempo se lo pensaron, pero viendo que era la época en la que la marca tenía un monovolumen súper ventas tamaño pigmeo se tiraron a la piscina y decidieron aprobarlo.
El prototipo se mostró en el salón de Frankfurt, donde las salchichas, en el año 1999. El éxito fue tal que se dignaron a asegurar que estaría en comercialización en el 2000, además con un 99% de parecido con respecto al prototipo. Bueno, no recuerdo exactamente el porcentaje, pero era muy alto. El Avantime era totalmente diferente, un monovolumen, coupé, con una superficie acristalada nunca vista hasta la fecha y sin pilar central, que dejaban al coche, tan sólo presionando un botón, en una especie de mezcla entre targa y descapotable. Así escrito suena bien, y claro eso debieron pensar: “¡¡nos vamos a comer el mercado Philippe!!” —dijeron. Philippe Guedon fué uno de los artistas del proyecto. La fabricación en serie y en serio de este peculiar coche, se retrasó un año y medio, principalmente porque las puertas laterales del «Coupespace», (ese iba a ser su nombre comercial, aunque finalmente se eligió un nombre más guay y acorde con el coche) medían ¡1,40 metros! y se dieron cuenta que tendrían que crear unas bisagras especiales para que al abrirlas, con el coche aparcado en batería, tuvieran espacio suficiente para entrar y salir los exclusivos propietarios. Además, necesitarían reforzar las bisagras, a las que llamaron doble cinemática, para que no se cayeran con el uso, ya que las puertas pesaban alrededor de 55 kg. Esto añadido a la carecía de pilar central, supuso que tuvieran que revisar el chasis para dotarlo de mayor rigidez. Aquí están los dos motivos fundamentales por los que su comercialización no empezó hasta mediados del 2001.
Algunos dicen, y creo que no les falta razón, que la confusión creada por el Vel Satis (un coche enteramente construido y diseñado por Renault) y una mayor apuesta por este en los concesionarios de la marca, terminaron de hundir al Avantime, ¡¡gracias Renault!! El final de la historia: 8552 unidades vendidas en todo el mundo entre 2001 y 2003. Creo que el Avantime ha sido uno de los mayores fracasos comerciales de la industria del automóvil, tanto que se llevó por el camino también a Matra. Pero, a cambio, crearon sin proponerlo, uno de los coches más exclusivos que hoy puedes comprar y a un precio, a mi parecer muy, muy bueno. Eso sí, encontrar una unidad en buen estado no es fácil.
¿Y por qué me encanta mi Avantimo? Es fiable. Llevo tres años con él y tiene 217 000 km, yo lo compre con 178 000 km. De momento, no he tenido ninguna visita al taller excepto un rodamiento de la rueda trasera derecha. El resto ha sido mantenimiento. Tocaré madera, basta que lo diga para que ahora lo vaya a coger y no me arranque… 🙂
Es comodísimo. Tal y como he escrito más arriba, es uno de los coches más confortables que he conducido. De hecho, mi mujer y mi hijo sólo quieren ir en el Aluali. Anda bien. El motor V6, que es el que yo tengo (también comercializaron un Diesel de 150 cv y un gasolina turbo de 165 CV), da 210 CV a 6000 rpm y 29,5 kgm a 3750 rpm. No es un deportivo, pero se defiende bien. A partir de 4700 rpm la distribución variable hace su trabajo y el coche gana metros con más facilidad, aunque no a nivel de la rabia del H22A de Honda, para mí una de las referencias de los motores de distribución variable, que son un auténtico pepino a partir de 5300 rpm. A diferencia del motor Honda, la aceleración del Avantime es mucho más progresiva en todo el rango de revoluciones, como le dije hace poco a un amigo que lo cogió, es como el T-1000 de Terminator cuando se pone a perseguir corriendo a John Connor que va en el asiento trasero del coche conducido por el otro robot T-800, más obsoleto. Vas viendo en la escena como aumenta la carrera cada vez más y más, va acercándose al coche dando pasos agigantados con una progresividad asombrosa hasta que casi les alcanza con el brazo. Con el Avantime pasa algo parecido, empiezas a ver el poderío de menos a más, parece que va multiplicando su avance exponencialmente a medida que recorre metros, hasta llegar a una velocidad ya aceptable, de 220 km/h.
El maletero es enorme son 530 litros cabe todo lo que quieras llevar y aún sobra espacio. Y lo mejor de todo, el botón aire fresco. Lo pulsas y se convierte en una especie de coupé, monovolumen, descapotable, de dos puertas que deja atónito a todo el que lo ve, escuchas cosas como; “¡¡miraaa!!”, “¡¡ahí va!!”, “¿y eso?” “¡cómo mola!”, “¡qué guapo!”, aunque este último adjetivo no estoy seguro que se refiriera al coche…
Y a lo mejor pensáis ¡pero si es un Renault! Ciertamente no todo es bueno, pero los defectos que para algunos pueden ser enormes, como el hecho de ser francés, para mí no son nada graves, sobre todo porque este coche lo debieron hacer franceses de Romorotin-Lanthenay que está más en la parte centro-oeste del país y estos son majísimos. 😉
Otros defectos: a pesar de tener un equipo de sonido Piooner con altavoces Focal, una marca francesa de gama alta, estos se han ido fundiendo uno a uno y viendo el precio que tiene dicha marca, he comprado unos Philips y tirando millas; además el mando a distancia del equipo de sonido solo funciona dando un golpecito en el emisor… Otro problema es un intento de robo, que rompió la cerradura y, a pesar de buscar por todo el mundo y en webs especializadas, tuve que adaptar una de un Scenic. Afortunadamente la carrocería del Avantime es de fibra de vidrio (sí, como lo oyes… o como lo lees; y el techo de aluminio para que pesara menos y así bajar el centro de gravedad) y pude lijarla para adaptar la nueva cerradura.
A parte de estos defectos, su suspensión no está hecha para conducirlo en una carretera de montaña. Es mucho más ágil que una Mercedes clase V, aunque no es ni mucho menos un deportivo, ni siquiera un coupe de la época, a pesar de que intentaran vender lo contrario el coche no es un prodigio de agilidad… pero para eso, tengo otros menesteres que ya descubriréis en otra entrada, si es que me apetece escribirla algún día.
Fernando Fernández Navarrete (FF es el realizador audiovisual de km77).
Me encanta el Avantime. Una lástima que nadie lo comprase.
Por otra parte, tambien es una pena que los motores de seis cilindros hayan prácticamente desaparecido por completo de los fabricantes generalistas.
Automóvil estupendo! Amplio, cómodo, diferente,… Lo corroboro! Soy la consorte del q escribe el artículo 😉
Lo tiene me hermano y va super suave no hace ruido.
Y muy cómodo
Me ha convencido. Hay uno por mi barrio en un estado lamentable (sucio, cueros rotos, arañado…) He comprobado la matrícula en Oscaro y es un V6. Estoy por ofrecerle 1.000 euros en una nota en el parabrisas.
Un coche que siempre me ha encantado. Recuerdo que unos de los pocos periodistas a los que sí les gustaba eran los 3 de Top Gear, que lo usaron de coche cámara si no me equivoco.
El único defecto para coche de diario es la falta de recambios de la carrocería, como ya se comenta en el artículo.
Gracias por compatirlo! 🙂
Como bien dices en tu artículo, un monovolumen descapotable..que se ven poquitos, algo pesado pero con un motor V6 como dices que es una delicia. Un coche para hacer grandes viajes con un buen maletero como comentas , que no pasa desapercibido, y disfrutar de él con la melena al viento.. 😉
Esto me ha hecho recordar a las catacumbas del foro
https://www.km77.com/foro/Conversacion.asp?idtopic=68704&idforo=0
No me gusto excesivamente el Avantime, no.
Aunque no soy propietario de un Avantime, he probado uno y el artículo explica perfectamente lo que se siente al conducir este coche, yo personalmente lo que más destaco es la comodidad tanto para conducirlo como para los pasajeros y encima acompañado de un motor que te permite darte alguna alegria.
@7 Slayer: no vaya a negar ahora que el Avantime le parece mejor en 2018, puesto en perspectiva y con precio de usado, que hace años cuando era nuevo.
De hecho, comparándolo con un Mercedes W210 a día de hoy, irónicamente el Renault ha tenido menos problemas.
@9
Sabiendo que puede incluso revalorizarse en el futuro por su baja tirada, si.
Es la misma sensacion que genera en mi un PT Cruiser Cabrio. Mira que era malo el hijo puta.
@10 y feo, el PT Cruiser Cabrio era malo y feo como pegarle a un padre. ¿Cómo es posible que aquel año le dieran el premio al mejor coche del año? 🙂
Periodistas, regalos y coches del año 15-02-2000
Juan Manuel Pichardo
Para la mayoría de los periodistas del motor es normal aceptar regalos de las marcas. Tan normal es, que algunos los toman como parte del trabajo y no dejan que afecten a sus juicios.
Que hay otros que sí están influidos por estos regalos, y por otros medios con los que las marcas quieren comprar su voluntad, no se puede demostrar. Como cada uno es la máxima autoridad en sus intenciones, siempre podrá decir que no le afecta el trato que le dan las marcas.
Demostrarlo no se puede, pero mostrarlo quizá sí. La elección del «Coche del año en España» es dentro de unos días, pero todo el mundo dentro de la prensa del motor sabe que va a ganar el Chrysler PT Cruiser.
Chrysler empezó a ganar el trofeo en verano, cuando hizo préstamos del coche mucho más largos de lo normal para una prueba. Ahora ha rematado la operación con una cena donde ha regalado un ordenador portátil a todo el que es jurado y a algunos que no lo son.
Todos los que den ganador al PT Cruiser podrán decir que habría sido su elección con o sin ordenador. Un argumento así no lo puedo discutir, no tengo una prueba en contra. Pero que no lo pueda discutir no significa que me lo crea.
No soy el único que no se lo cree. Está claro que en Chrysler hay alguien que piensa como yo.
Lo anterior está publicado en la fecha indicada arriba, 15 de diciembre de 2000. El 16 de enero de 2001, la Agencia EFE publica que el Chrysler PT Cruiser es el coche del año en España, casi con tres veces más votos que el segundo (Opel Corsa), con cinco veces más que el tercero (Ford Mondeo) y con una diferencia aún mayor sobre coches como Peugeot 607, Volvo S60, Audi A2, Nissan Almera Tino o Mercedes Clase C
@5 Clint Eastwood. ¡Buenas!. Efectivamente salió en un capítulo de Top Gear en el que el reto consistía, con un presupuesto limitado, en hacerle varias modificaciones para bajar el tiempo por vuelta de su circuito hasta intentar llegar a los tiempos de un Mitsubishi Evo 10.
El Evo lo hizo en 1.28,2 y el Avantime en 1.42,5 antes de las modificaciones y en 1.35,4 después.
También se le incluyó en el nivel «Sub Zero», el más molón, del famoso tablón de los coches guay de Top Gear.
Gracias por leerme
🙂
Me encanta el artículo!
A mi me parece un cochazo! Os acordáis cuando Renault preguntaba en sus anuncios: ¿y si el verdadero lujo fuera el espacio?
Pues si, y se puede añadir: la comodidad.
A nivel comercial, es una pena que las ventas no acompañen siempre a buenos productos, pero también es cierto que antes de sacarlo a la venta tuvieron varios contratiempos, que avisaban de lo que se les venía encima.
?
Yo me compré un honda cr-Z de ocasión hace unos meses. Con los poquísimos que hay en España, igual era el tuyo¡
@14 javier santiag. No lo creo. El mío se lo vendí a un tal Adán. Gracias por leerme 🙂
A mí desde siempre me gustó en 2002 ya lo eche el ojo no me hubiese importado comprarlo nuevo pero en principio el motor V6 era demasiado gasto diario ya una vez mudado de ciudad por aquel entonces vivía en Madrid en 2006 tuve un 2.2 dci a tiro por 10.000€ pero no cuajo la operación de permuta por una renault máster que disponía por aquel entonces y tase en 12000€ y le dije que la furgo y 2000€ por el avi y hecho pero el tipo era más gitano que yo y aquello no cuajo y a la tercera fue la vencida mire un chasis por 1100€ y me lo compre le incruste un motor g9t-707 de un laguna automatico que tenia 30000km y ahora tengo un avi en toda regla prácticamente como nuevo de mecánica me costó un poco y muchas horas de leer catcar para ver permutas de transmisiónes soportes y etc y ahora tengo mi ansiado avi tenemos un grupo de wasap varios usuarios si alguno le interesa que me diga saludos Fernando gran artículo me he reído mucho
Muchas gracias Aitor!!. Me alegra que te haya gustado. Espero que estés disfrutando el Avantime tanto como yo. Un saludo 😉
Hola Fernando, me ha gustado bastante el artículo del Avantime,
enhorabuena. Comparto tus gustos con los coches «raros» y me he identificado rápidamente con él.
Una consulta, estoy mirando de hacerme con un Avantime, del año 2003, con motor 2.0T, y me tira para atrás el tema fiabilidad. Sé que es uno de los mejores motores de Renault, pero temo que tenga que entrar en taller por una cosa o por otra y no me acabo de decidir. Leí en algún foro que la distribución comporta casi 12 horas de mano de obra y luego, un coche de 16 años para uso diario, no sé.
El tema recambios de mecánica y periféricos cómo está, se encuentran con cierta facilidad en España, los precios son asumibles…?
Qué debería mirar en el momento de la compra?
Gracias de antemano.
Carlos
@18 Hola Carlos. Mi experiencia con el Avantime es muy buena yo si te lo recomendaría, pero por ejemplo yo lo compré con la correa de distribución cambiada, además las 12 horas no son verdad, y tienes que tener en cuenta que en el 2.0 T no será para tanto, el motor es más pequeño y tiene mucha mayor accesibilidad.
Te puedo decir que desde el articulo, se me ha roto el compresor del aire acondicionado, a parte de eso, una bobina de encendido, (18 € que yo mismo cambié) las bobinas era lo que daba problemas en el V6, y lo compré a sabiendas, aunque también dan problemas las de un Cayenne de 1ª Gen, y en muchísima mayor medida.
En cuanto a las revisiones, es el motor V6 del grupo PSA (ES9 J4, L7X en Renault), que tenían el C5 y el 607 y el chasis es el del Espace III con modificaciones en rigidez, amortiguadores, vías y estabilizadoras.
Con lo que más problemas vas a tener es con el interior ya que, aunque algunos crean que también es el del Espace, no lo es, tan sólo valen los mandos del climatizador y la pantalla digital, el resto de piezas del salpicadero puertas y asientos no tienen nada que ver.
¿Qué lo deberías comprar? pues eso depende de ti … A mi me encanta pero también hay gente que lo habrá tenido y su sentimiento habrá sido todo lo contrario.
De nada,
Fernando
En https://www.area-alquiler.com ponemos a su disposición la más extensa
gama de vehículos industriales sin conductor
en régimen de alquiler