Esta entrada no quiere adentraros dentro de ninguna competición, ni enseñar como hacer de comisario, etc. Solo es para mostraros que lo importante es llegar a la meta, aunque sea «a vela».
Este fin de semana pasado fue el II Tramo de Tierra de Albalate del Arzobispo, del campeonato de Aragón. Después de romper la transmisión del kadett varias veces, pensamos que poniendo unos tirantes para limitar el recorrido del trapecio, hechos con un cinturón de seguridad de un coche de desguace, conseguiríamos que no se saliera. Al principio funcionó, de hecho lo hizo hasta el último rasante, a no muchos metros de la meta, donde se volvió a salir, con la sensación de no poder llegar si no era empujando. Como dice mi amigo Alberto, parecíamos Carlos Sáinz y Luis Moya perdiendo el mundial a escasos 300 metros del final. Noelia me siguió cantando las notas con el fin de no frenar y trazar limpio, mientras yo le preguntaba cuanto faltaba y me decía que no mucho. Poco a poco veíamos que llegábamos, pero por si acaso nos aflojábamos los arneses, con el fin de pasar la meta aunque fuera empujando, pero no hizo falta. Menos mal, rallysprint terminado.
Os dejo el vídeo del tramo, que no iba muy fino pensando en terminar, era la última pasada y tenía miedo de no acabar 😉
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