Icono del sitio Revista KM77

La tormenta oportuna

Después de un vuelo largo de más de 12 horas, por fin llegamos a Buenos Aires, ciudad del tango por excelencia. El viaje fue duro y con algún rato de turbulencias que no acompañaban para estar relajados y conciliar el sueño. Ayer tuvimos nuestro primer y último contacto con el Volkswagen Touareg en tierras argentinas antes de empezar la carrera. Hicimos un buen puñado de kilómetros para comprobar que todo estuviera en su sitio después del viaje y así poder verificar todos los instrumentos del vehículo (posición de asiento, ajuste de los cinturones, GPS…).

Estos últimos días la meteorología no está respetando mucho el verano argentino. El día empieza con sol y nubes bajas, que se van agrupando hasta provocar tormentas tropicales que están dando verdaderos dolores de cabeza a los gobiernos y al organizador de la carrera. Tal está la cosa que se rumorea que la especial número siete se podría dividir dos partes por el peligro de inundaciones.

Ayer la mañana empezaba tranquila y soleada. Nos respetó el test, pero posteriormente nos “ayudó” a limpiar los coches. Cayó una tromba de agua increíble. Ahora comienzo a entender cómo es que esta época del año los campos y los jardines de Buenos Aires y sus alrededores están tan verdes, da gusto pasear por ellos. Creo que si la carrera es ya de por sí complicada y dura, la lluvia le va a dar un punto más de emoción y dificultad.

En cambio, el centro de la ciudad es un ir y venir de gente que corre de un lado hacia otro, que hace largas colas para subirse al autobús en las horas punta. La circulación por la ciudad es bastante complicada y, en según qué lugares, caótica. La gente destaca por su amabilidad y su simpatía, algo que es de agradecer por un forastero.

La cena también dio que hablar. Nos fuimos algunos de los miembros del equipo a cenar a un típico restaurante (argentino, como no) en una zona emblemática de la ciudad, Puerto Madero. Lugar que se encuentra justo detrás de La Plaza de Mayo, a orillas de la confluencia del Rio de la Plata y el Mar Argentino. Es una zona portuaria remodelada, donde, cuentan los ancianos del lugar, era el puerto en el que desembarcaban los «gallegos» que venían en busca de trabajo y un futuro mejor. El tango, las patatas asadas y la carne a la parrilla nos hicieron de anfitriones. ¡Cómo nos vamos a acordar de estos platos tan exquisitos durante la carrera!

La cuenta atrás ya está en marcha y el revisor del tren va acomodando a los pasajeros antes de partir hacia el norte. Para que os hagáis una idea de la tormenta, os mando unas fotos que ilustran el momento. Las improvisadas zapatillas impermeables de Nasser no tienen desperdicio. Cabe decir que las zapatillas que utilizamos para competir son de una suela muy fina. Esto tiene ventajas e inconvenientes. Tienes mayor tacto para accionar los pedales y mayor sensibilidad para dosificar la fuerza en el freno y el acelerador, pero, por otro lado, te clavas todas las piedras del suelo y se empapan sólo con estar el suelo húmedo. Luego siempre te queda la temperatura del habitáculo del coche para poder secarlas, que es como estar dentro de una secadora doméstica sin el programa de ropa delicada.

Saludos desde Buenos Aires.

Salir de la versión móvil