Cuando yo era pequeño, hay quien decía que en el año 2000 los coches volarían. Hoy en día nos intentan convencer de algo menos fantástico pero igualmente jugoso: los coches conducirán solos (más pronto que tarde).
Yo entiendo por «conducción autónoma» cuando un automóvil se desplaza sin intervención de un conductor en cualquier circunstancia y tipo de vía transitable de forma legal. Actualmente, ni los ingenieros que trabajan en este campo se atreven a dar una fecha para que eso se haga realidad. En el año 2019 es hablar de ciencia ficción, de una quimera.
Me diréis que hay experiencias en las que los coches van automáticamente de un sitio a otro. Y es totalmente cierto. Pero son eso, experimentos en entornos muy controlados, repetidos una y otra vez y con cartografías elaboradas al milímetro. Son ejercicios casi de laboratorio. Me gustaría saber qué pasa si escogemos un recorrido al azar e intentamos que ese supuesto coche autónomo nos lleve de un lado al otro. Yo no montaría.
Hay fabricantes (muchos, casi todos) que usan mal el lenguaje con términos que rozan la mentira. Puede que el caso más notorio sea Tesla con el sistema que denomina «Auto Pilot», que sólo ayuda a guiar al coche en determinadas circunstancias. Y digo más, el conjunto de sistemas que Tesla llama «Auto Pilot» no son mejores que los de otras marcas dirigidas con menor vehemencia. Lo que sí diferencia a Tesla es, en primer lugar, su atrevimiento y, en segundo, que sus mecanismos de publicidad son mucho más potentes y eficaces de lo corriente.
En este escenario, la industria de la automoción ha establecido los llamados «niveles de conducción autónoma», que son cinco, concretamente. Me gustaría hacer un inciso antes de seguir y señalar que en km77.com utilizamos este término (aunque a título personal, no lo haría) para hacernos entender mejor, pues está muy extendido en el sector que nos atañe. De hecho, hemos realizado un reportaje muy interesante al respecto.
Lo gracioso de todo esto es que, ni siquiera el nivel cinco, el más avanzado, habla de conducción autónoma completa (ni de lejos). Lo que más se aventuran a adelantar los expertos es el llamado «nivel 5 geofenced», o lo que es lo mismo, «conducción autónoma con un ámbito geográfico de actuación limitado, pero sin necesidad de conductor» (básicamente taxis urbanos sin conductor).
Por lo tanto, creo que «niveles de conducción autónoma» no es un término adecuado. Se ajustaría mucho más a la realidad algo así como «niveles de asistencia a la conducción».
«Niveles de conducción autónoma» es, bajo mi punto de vista, un juego de palabras ideado para crear expectativas y, en consecuencia, vender una serie de productos que, en primer lugar, convienen a los fabricantes de coches y a sus empresas auxiliares.
No creo que las inversiones que se están haciendo en este campo sea el resultado de una petición clara de los consumidores. Al menos a mí, nadie me ha preguntado si quiero que mi coche del futuro conduzca solo. Los consumidores, sin embargo, sí pedimos coches más seguros, con «electrónica» que nos asista y reduzca nuestros fallos y distracciones. Los avances tecnológicos nos están ayudando de forma clara (aunque los sistemas multimedia, que en muchos casos obligan a desatender la carretera, no lo ponen nada fácil). Pero de ahí, a que el coche conduzca solo, va un mundo.
Enrique Calle