Hacía un mes que ya llevábamos en la cabeza subir a Formigal a probar los karts sobre hielo. A decir verdad ya de partida lo tiene todo, un vehículo fácil de manejar, tracción trasera, hielo, una panda de enfermos… teníamos que probarlo.
Tras hablar con Pere Planadevall, el propietario de la instalación, a cerca de como estaba la pista, decidimos subir un grupo de 9 personas, todos de nuestra escudería Osca motorclub. Es importante hablar con él ya que el hielo es delicado de mantener y, si solo vas para esto, es importante saber si la pista está en condiciones. Las instalaciones están bien, con una oficina en la que guarda los karts y el circuito. Al estar junto a la estación de esquí tenemos cafetería, baños, barbacoa, etc. allí mismo.
La pista es una pasada. El trazado está muy bien elegido, con una primera parte más rápida, curvas dobles, curvas muy lentas de 180º con contracurvas para poder jugar a te adelanto por el interior pero ahora me la devuelves, etc. Además tiene un tamaño correcto, ni muy grande no mucho menos pequeño. Hay que pensar que como vas derrapando todo el rato, las vueltas cunden.
Allí estábamos. Habíamos decidido coger el pack carrera, con una sesión de entrenamientos libres, otra de cronometrados y la carrera. El coste es de 50€. Os puedo asegurar que es un dinero muy bien invertido, aunque como en nuestro caso no pudiéramos tener los tiempos por un problema con el cronometraje. Decidimos entonces, tras la primera manga de entrenos, hacer dos carreras con parrilla elegida por orden de kart, sin más. La posición de salida no es importante, es rara la tanda en la que no haces un trompo, o dos, o tres, o como yo, una jartá!
El manejo del kart es lo que todo el mundo se imagina, un contravolante continuo, cariño con el acelerador y sí, hay que frenar. Es muy importante no entrar colado para no acabar en el exterior de la curva, por más que gires el volante, si la velocidad es inadecuada no gira. Un toque de gas suele bastar para que pivote y puedas encarar el kart. Es tan importante la trazada que hay mucha diferencia entre los que lo hacen bien y los que pelean continuamente. No hay que correr, hay que trazar y tener cuidado con el pedal del gas.
Los trompos son comunes, ya sea por falta de contravolante, por exceso de gas o por algún «sutil» toque del que viene por detrás, porque los golpecitos son parte del juego. Esto es como el autocross, que no sabes si te toca por que justo en ese momento le ha patinado más de la cuenta, o si ha ido directamente al apoyo para trazar. Es lo divertido cuando vas con los amigos, los piques buenos que se producen. Además, como se trompea, siempre encuentras otro grupito con el que divertirte, no hace falta esperar minutos como en los karts sobre asfalto.
De verdad que para nosotros ha sido una gran experiencia, una forma de divertirse en la que los 50€ están muy bien invertidos. Prometemos volver a principios de año.
Todas las fotos son de Noelia San José, ¡muchísimas gracias!
Tiene una pinta increíble, aunque parece haber mas grip que cuando corrí en Santos de la Humosa (si no lo conoce se lo recomiendo encarecidamente) sobre una pista encharcada completamente y neumáticos slick.
Si este año visito Formigal, haré un dia de «stop» con la tabla para quemar esos kart 😉
A juzgar por las fotos ¡parecen más bien coches de choque que karts!
Pensar que las fotos son de los «highlights», hay más de 1300 fotos en el facebook de Noe, pero son más interesantes las que tienen lucha que las que rodamos solos, ¿no? Lo mismo con el vídeo, verme rodar solo saca pocas conclusiones, unos toquecitos son más divertidos para todos.
Grande Themis! Tenemos una conversación pendiente, pero estos días son complicados. Hablamos esta semana! Y gracias por compartir tus experiencias 🙂
Que bueno! no había visto nunca un karting así. Yo voy mucho al de Ángel Burgueño (http://kartingangelburgueno.com/) en Pedrezuela, pero me encantaría ir a este.
Saludos!