Pasado el mediodía del día de la Nochebuena de 2013, yo ya había cumplido con bonaparte de los rituales de estas fechas: había recibido un buen puñado de llamadas telefónicas deseándome sobados y almibarados deseos de “lo mejor para estas fechas” ergo a sensu contrario, nadie me deseaba nada para otras distintas, –porca fortuna– pensé.
Había tenido una copa de empresa donde hube de fingir una artificial y aparatosa felicidad porque era la tradición, como lo es tomarse el maldito champán de los reflujos gástricos, cuatro sandwiches fríos con mil conservantes, estabilizadores, potenciadores del sabor y otras mandangas, escuchar atentamente media docena de chistes malos y poner cara de interés cuando alguien me cuenta que se irá a pasar las fiestas con su cuñada la del pueblo a no sé bien qué lugar que no sé ni situar en el mapa.
Había comprobado los números agraciados de la lotería para comprobar que la gracia de unos debía de venir, parece, al precio de la desgracia de los demás. Otro año, ya tantos, no me había tocado nada la dichosa lotería más que los cojones: ni un miserable euro. Esos niñitos de voces insufriblemente agudas, penetrantes, incisivas, con esa musicalidad deleznable y cursi de cantar los numeritos y sus premios, me habían vuelto a escamotear el premio. Hice juramento solemne de que como el año que viene no me diesen siquiera un reintegro, les haría tragarse el bombo. El telediario volvía a hacerse eco de neomillonarios que, muy posiblemente, no sabrían hacer otra cosa con su estrenado dinero que gastarlo.
Y es que la riqueza no sirve para gastarla, sino para generar más riqueza. Gastar riqueza tiene un impacto limitado: el dinero dura lo que tarde en acabarse en tonterías, lujos y caprichos. Pero generar más riqueza a través de emprendimiento, inversión, crear puestos de trabajo y más riqueza para gente otra así como sostener la riqueza invertida para hacerla duradera requiere el talento que hace falta para ganarlo y esa gente no lo ha ganado: se lo hemos regalado los demás.
Gastar el dinero es la forma de perderlo. Se lo digan a tantos futbolistas arruinados luego de menos de una década de dejar de agitar los genitales en campos de fútbol.
Eso rezongaba yo, mientras iba camino de la peluquería. Tenía que hacerme la pedicura y la manicura y no encontraba las tenacillas de cortarme las uñas. (Mentira, sí que sabía perfectamente dónde estaban, pero no me apetecía un pie cortarme las uñas).
Acudí puntual a la cita, y me recibió una chica de permanente sonrisa y largos cabellos de un color improbable que me invitó a descalzarme, lo que hice obediente mientras ella aproximaba el carrito de los ungüentos con su sonrisa congelada como sueldo de funcionario.
Puso mis pies en una palangana que llenó de agua tibia y le dió, click-clack, a dos interruptores. El primero hizo vibrar la palangana de una manera insufrible y el segundo encendió un led que cambiaba de color, ahora rojo, ahora violeta, ahora azul, vamos verde, y vuelta a empezar; “Cromoterapia”, me dijo.
Cromoterapia. Y una leche.
Aquello era un led chino que cambiaba de color y mi estado de ánimo no cambiaba nada a su contemplación mientras alternaba la admiración del led con la de mis pies sumergidos en agua vibrante. La primera vez que escuché aquello de la cromoterapia fue en la consulta de mi anterior dentista. Pintó la salita de espera de un color amarillo huevo salmonelosis y aquello no me relajaba nada, tampoco la media hora de espera que verle conllevaba. Y menos aún que cuando me recibiera, abierta la boca, hurgada con siete ganchos distintos y algún ris-rás después, descubriera que mi dentista tenía un moco aforado en la rampa de despegue de su fosa nasal derecha.
Y yo con la boca abierta.
Y el moco desplazándose simpáticamente con sus esfuerzos.
Mal rollo.
Hube de inventar una excusa y salir corriendo de allá, pagando el trabajo como si lo hubiese hecho pero al menos evité un suplemento alimenticio indeseado que contribuyese a mi almuerzo. Abandoné a ese dentista y al día siguiente fui a otro. Nunca más volví. A veces, tengo pesadillas con que no puedo cerrar la boca y un dentista acatarrado me hurga la piñata. Freud, venga a mí.
En eso cavilaba mientras trataba de recordar el Audi A4 S Line MultiTronic 2 litros turbodiesel que había conducido hacía unos días.
Y es que escribir sobre coches tiene su técnica. Hay que escribir muy en caliente porque si no las sensaciones se olvidan pronto salvo que te hayan causado un fuerte impacto, positivo o no.
Y aquel Audi.
Qué poco memorable. Correcto, un motor vigoroso a bajo y medio régimen y agónico como un motor de ciclo Atkinson arriba. Andaba con soltura, pero no llamaba la atención. Su cambio, de variador contínuo (una anomalía) no iba mal emparejado con el motor, pero era raro. Funcionaba bien, sí, pero era extraño y hacía que el coche avanzase de una manera correcta pero poco enamorable. Es como cuando encendemos el secador de pelo: el régimen de giro del secador de pelo viene predeterminado. Pues eso. Tampoco es que le encontrase mucho aliciente a poder acelerar el secador de pelo. Ni al Audi. Y el interior, correcto. Me encantaron el volante, y la pantallita que tenía mucha resolución y poco valor de dot pitch. Y hurgando con la ruletita (una distracción más añadida a una conducción aburrida) vislumbré que el coche tenía como cinco modos de funcionamiento “Efficient, Dinamic, Comfort” y no sé qué más, que eran todos el mismo con la misma trampa de actuar sobre el potenciómetro del acelerador para que en modo “Sport” el 10 % de actuación sobre el pedal del gas equivaliese a un 30 % de requerimiento al motor y así le parezca a algún despistado que el coche anda mucho más. Nunca entendí esas tonterías.
El caso es que era correcto y poco memorable.
Y mientras aquella chica me trabajaba afanosamente los pinreles, recordé el pasaje bíblico de María de Betania la que ungió los pies a Jesús en la noche posterior a que Jesús trajese de vuelta al mundo de los contribuyentes a Lázaro. O eso dicen.
«María, pues, tomó una libra de perfume muy caro, hecho de nardo puro, le ungió los pies y se los secó con sus cabellos, mientras la casa se llenaba del olor del perfume.» (Jn, 12:3)”
Cuando me instó a cambiar el queso, la llamé María “soy Yeni, de Yénifer”, “gracias, María” -insistí-, intuí que no me iba a secar los pies con sus cabellos y recé por que los ungüentos no tuviesen nardo, porque me iba a entrar la risa.
Poco memorable, eso es. Los coches de antes serían peores, no hay duda, pero eran más memorables.
Y recordé el juramento de todo aficionado automovilístico que debía restaurar y devolver su gloria al menos, a un coche legendario de los de antes.
Pensé en éste.
Si tuviesen que restaurar un coche interesante del pasado, ¿qué coche restaurarían?
Y Feliz año a todos.
JM
Buenas!
Interesante relato con interesantes conexiones. A mí me viene a la mente el Alpine A-610, el que compartía los grupos ópticos con el 928, y el Lotus Esprit v8 con los faros traseros rectangulares y las llantas OZ.
De todas formas, cualquier Lotus y cualquier Alpine se dejarían restaurar a gusto.
Felices fiestas!
Lo primero, desearle lo mejor para todas las demás fechas, concretamente las que abarcan entre el 7 de enero de 2014 y el 23 de diciembre del mismo año. Ya que nadie se lo desea, no quiero dejar de ser yo el primero.
Lo segundo confesarle una debilidad. Yo querría restaurar un Citroën Visa pero no un GTI, no uno de esos infames de 4 marchas con motor 1100 y menos reprise que el secador de pelo ese que tan poco le estimula. Eso sí, uno de los de las primeras series, con satélite marciano para los intermitentes y un económetro que funcionaba más o menos como el de Montoro, de forma desacompasada con la realidad. Fue el coche de mi niñez y -qué tontería oiga- siempre pensé que iba a ser mi primer coche algún día. Sin embargo un padre despistado, una calle estrecha y una puerta abierta a destiempo por el primero mandaron al pobre Visa al desguace y a mi me tocó consolarme con un Renault Super 5 que tenía palmeritas en las puertas. Lo de restaurar el Visa, en realidad, creo que es por quitarme el trauma de las palmeritas…
Como Jaime se me ha adelantado, yo me limitaré a desearle «lo mejor» para 34 días después de su próximo cumpleaños; lo «bastante bueno» para verano, la víspera de la próxima declaración de IVA, y para dos días -a escoger- que vaya a comer fuera. Para el resto del año «lo normal», que tampoco es moco de pavo. «Lo malo» lo vamos a dejar para su enemigo favorito, si es que lo tiene.
En una ocasión me dieron un paseito en un audi con ese cambio. Desde luego es «lineal», con todo lo bueno y malo que ello implica. Un buen electrodoméstico, para la mayoría de los mortales. No me extraña que le haya parecido tan divertido como una otsein.
Devolver el brillo a un 928S estaría muy bien, pero yo me conformaría con un 131-1600 como el que un día tuvimos en casa, y que hubiera sido mi primer coche, si yo hubiese nacido un par de años antes. Entre ambos, si me deja ser un poco macarra, un Shamal o el mismo 131, pero Abarth.
saludos
rafa
1.- Albert.- Hay para mí una frontera invisible que delimita qué es suficientemente antiguo y qué no; para mí la aspiración de clásico la marca lo mecánico sobre lo electrónico y el es que tanto el A110 como el A310 llevaron carburadores, no así el A610, ya bajo Renault. El encanto del carburador es mágico porque es imperfecto, se atraganta, ralentiza mal, se ahoga, escupe.
2.- Jaime.- Le entiendo, mi tía Pili tenía un Citroën Visa Super E. Con su económetro incomprensible, con sus satélites (qué gran idea) y los botones esos que tenía bajo la capilla de la instrumentación. Uno era para la señalización de emergencia y el otro tenía algo que ver con los frenos. Yo no sé bien para qué valía, pero cuando yo conducía ese coche, le daba al botoncito en los semáforos porque me gustaba ver la lucecita esa. Recuerdo esas puertas del grosor de un iPhone. Esa marcha atrás, lo bien que se insertaba. Ese sonido del motor, tan espantoso y que sonaba a frágil. Esa cuarta larga. Pero sobre todo, ese sonido como si estuviese a punto de reventar siempre. Ay, qué recuerdos. Arrancarlo tirando del aire y bajarlo instantáneamente «ay, que se rompe».
3.- Querido ráfagas, el 928S es bonito y su mérito es que sigue pareciendo actual, pero no me parece un clásico. Es demasiado moderno y demasiado avanzado para su época y lamentablemente muchos ejemplares han caído en manos de gente que los mantiene muy mal, con cuatro perras, y si uno bucea en el coche se encuentra mil y un chapuzas, es difícil encontrar un 928 mantenido como Dios manda. El 131 Abarth, hombre sí, pero no sé, ¿no se le podía haber ocurrido otra cosa?.
JM
¿y el 131-1600 de «mi viejo» no le gusta?
¿y si se lo cambio por el 205gt 1442 «villaverde» que tantas jornadas de gloria me dio, y aún conserva -malamente- un tío mío?
veo que el shamal le gusta tan poco como siempre, así que lo borramos y nos olvidamos de él.
saludos
rafa
Buenas noches y feliz San Valentín, señor JM.
El mío sería un Lancia Rally stradale (el 037 de calle, vamos). ¡Ains, cómo me pone! No sé si sería capaz de conducirlo más allá de ritmo de paseo, pero elegiría ese mismo.
Un saludo.
Rafa, no sé cómo decirle, sin ofenderle, que el 131-1600 me parece espantosamente feo. Uno de esos coches que no se sabe si se van o vienen porque son iguales por detrás que por delante. Los recuerdo con pomo de caracola en la palanca de cambios la que, por cierto, podía partirte la muñeca al ralentí. Recuerdo los cabeceos al iniciar la marcha con ese empuje intermitente y que desde fuera parecía que se moviese en diagonal. Sonaba también feo. El cuadro de instrumentos era feo. El volante era feo. Por favor, qué feo era, incluso el Supermiraflores o el Diplomatic, que vaya mierda de país tenía que ser quien le reservase un Diplomatic a su embajador. Feo. Feo. Y el Shamal, ay, pues no sé, ¿por qué rescatar al vehículo que tanto hizo por sepultar a Maserati?.
Daniel, lo de San Valentín me ha descolocado. ¿Quiere usted emparejarme con la ungidora de quesos?. Le alabo el gusto por otro lado, buen coche 🙂
JM
Volvemos con las tendencias «topgearistas»: Ante un coche más masivo para el usuario medio (especialmente como vehiculo de empresa) de lo que menos se habla es del auto en sí… 😉
En cuanto a la pregunta: habría muchísimos, pero como la electrónica descalifica al Alfa GTV6, dejaré dos:
-Alfa GTV 1750 (Bertone)
-Citroën GS
Buenos días, felices fiestas y no fiestas.
A mi el coche que me haría muy feliz restaurar seria un Datsun 240Z. ¡Que feliz sería yo con un poquito de dinero y tiempo para hacerme con una pequeña colección de coches!
Casi todos serían coches con sus años, ya que me parece que los coches modernos no crean afición.
Pues yo soy feliz rescatando de las fauces del óxido un Seat 127 de 1975… Los coches que marcan la infancia tienen un no se qué, que los hacen inolvidables, ya sean lo más simple y espartano del mundo.
¿Les pasará eso a los niños de hoy en día? ¿Querrán de mayores restaurar un C4 Grand Picasso o un A4 como el de la prueba?
Pues yo restauraría un SEAT 1430, es que los coches de la niñez tienen algo especial que no te hacen sentir los coches de hoy en día. Ese coche, incluso con el motor normal que le da el nombre al modelo, te hacía sentir que conducías y además era un coche que «entendías» y podías sentir como algo propio y cercano (el mantenimiento completo lo hacías en el garaje con un juego de llaves y poco más. Ahora que estoy en el proceso de comprarme un coche nuevo, he de reconocer que no me hace la misma ilusión y que no veo los coches de la misma forma, puede ser la edad o que «los tiempos pasados siempre fueron mejores»; pero creo que los coches están perdiendo ese encanto que nos hacía esperar desesperadamente a tener 18 años para tener tu «SEAT 1430» (ponga aquí su modelo preferido). Contestando a la pregunta de si los C4, Megane, A4 y demás coches actuales crearán ese deseo en los infantes que arrastran al colegio todos los días, dudo de que sea así, los verán como la sala de entretenimiento (los DVD y el móvil), el trayecto y el vehículo no existen, aplacados por el (inexistente) ruido del motor, la plácida suspensión y el inocuo cambio de marchas.
@2, 10 Totalmente de acuerdo.
En mi caso un Renault 11 GTL de 1986, con la plaquita de «5 velocidades» en el portón incluida!
Que recuerdos, prácticamente indestructible, sólo nos dejo tirados una vez por falta de electricidad, que se solucionó con unos cables y un coche con la batería en forma.
Lo jubilamos en 2000 o 2001, con más de 200.000km, en perfecto estado salvo la tapicería del asiento trasero que personalmente me encargué de destruir.
Restaurar, restaurar…. un Mehari. Naranja a ser posible. Como el de la primera foto:
http://www.taringa.net/posts/autos-motos/13614885/Vuelve-el-Mehari.html
Y volvería a dar vida a un Audi Quattro.
No, si no me ofende. Feo era un rato, pero por razones sentimentales, tiene que ser ese. A pesar de todo, le decía que se lo cambio por el 205gt, y vd. -no yo- ni siquiera lo menciona.
Por otro lado, le digo que olvidemos al shamal y lo vuelve a traer a colación. Me está resultando vd. más difícil que ligar en Bilbao. Al final me obligará vd. a usar la psicología inversa, con lo poco que me gusta.
saludos
rafa
p.d. El nuevo mehari mola mazo. Aunque como el viejo, nada. Mi primer coche (a pedales) fue un mehari rojo.
No es del pasado pasadísimo, pero bueno: Los Mercedes W115 y W123, mi abuelo los tuvo. Y otro coche interesante, el Lancia Thema Turbo 16v, un pepino más sofisticado, quizá demasiado para su época.
@2, 10, 11 y 12:
Me uno al acuerdo. Sobre este tema ya hemos hablado muchas veces, y creo que se unen tres motivos para que esto sea así. El primero, los recuerdos de la niñez y la juventud, que tienden a mitificar casi todo lo de aquellos tiempos, y a quitarle importancia a sus aspectos negativos. El segundo, que aquellos coches (que efectivamente se podían «toquitear» con un juego de llaves y un destornillador) tenían «alma» no sólo porque eran mucho más imperfectos (y sus defectos les daban personalidad), sino porque la diversidad técnica era mucho mayor que ahora, y bastantes marcas tenían un sello inconfundible (véase Citroën, y también Lancia). Y en tercer lugar, no olvidemos la diferencia de la red viaria: con aquellas carreteras (y con aquellos coches), viajar tenía su punto de aventura; había que planificar el viaje si era largo, empezando por los horarios, las temperaturas y los puntos de parada. Y el simple manejo del coche, sobre carreteras más sinuosas de pavimento abombado, continuas subidas y bajadas, adelantamientos muy justos de potencia, etc. etc., le daban al viaje un picante del cual carece hoy en día.
Hola boss, se le echaba de menos por aquí.
Es verdad que la distancia olvida lo negativo como lo es que los coches de antaño eran indudablemente menos perfectos; pero cupraboy y Anónimo han dado una perspectiva novedosa a esta cuestión y es avanzar 40 años en el tiempo y preguntarse si alguien querría restaurar un coche actual como un Citroën Picasso o un Renault Megane.
Los coches viejos son aquellos que cumplen años y nunca tuvieron carisma como para ser recordados por algo singular, los antiguos son aquellos que causaron y siguen ejerciendo alguna fascinación pasado el tiempo. Hay una distancia objetiva entre lo viejo y lo antiguo y lo marca el valor de mercado; cuando un coche se sigue cotizando o se revaloriza con el paso del tiempo, es que colectivamente causaba y causa atracción; hay por otro lado, coches que nunca llegan a ser antiguos, quedándose en viejos (un BMW serie 5 E12 o E28, un SEAT Málaga, un Renault Chamade…) y luego hay coches que no siendo antiguos nos lo parecen por alguna conexión emocional como apunta A. de A.; para mí, un Ford Granada Mk2 2.8i que no es atractivo para el colectivo ni está cotizado pero a mí me lo parece. Como le parece valioso a Ferrer un Renault 11 GTL o a Pier nodoyuna un Citroën GS.
En lo que sí podemos estar de acuerdo es en delimitar la perfección de lo memorable. Sin duda que los coches de ahora son más perfectos, pero uno no llega a cogerles cariño. A mí comprar un coche nuevo no me produce mucha satisfacción, pero me paso mucho tiempo mirando coches de antes, algún Porsche 911 964 (y tengo un 997), este Alpine con un motor Peugeot-Renault-Volvo, algún Triumph, un Mercedes como éste http://www.cochera.com/index.php?ppag=ventas&item=e8e6aaee&item_nombre=Mercedes%20Benz%20250%20SE%20Cabriolet inventa por casi 100.000 EUR me dicen algo.
La razón y la emoción peleadas, qué raro.
JM
Son ustedes unos raros. Si hay algún coche que despierte pasiones entre profesionales y ejecutivos es el A4. Cuando se llega al A4 (TDI, por supuesto, cla, cla, cla) es que se ha triunfado (El Golf o A3 simbolizan el pre-triunfo). Algunos conozco que han troceado un A4 como regalo de boda. Troceado económicamente, quizir: tú me regalas 200 euros para el volante, tú 300 para el asiento, tú…
Y Ud. lo despacha en una línea. ¡Qué poca empatía!
Sin duda, signo de los tiempos. Y es que la abundancia y renovación de modelos, su relativo abaratamiento, más la fascinación por lo electrónico y digital -a los jóvenes, los coches, por lo general, les importan menos que el iPhone- han banalizado el coche, que de objeto de deseo, procurador de independencia y libertad, de exponente de lo avanzado tecnológicamente, han pasado a ser un electrodoméstico más, salvo el A4 (y quizá el Serie 3) como símbolo de logro vital. Y quizá por ello es precisamente ese insípido pero bien hecho A4, más Audi y su magnífica mercadotécnica, el objeto de deseo en 2014.
Ahora, confieso. A veces uno también es raro, y cuando le llevan o le dejan conducir un coche «antiguo» o incluso «viejo» recuerda que aquellos viejos coches olían, sonaban y funcionaban de forma peculiar. De niño era capaz de distinguir los modelos por su sonido: no me digan cómo, pero distinguía un 600 de un 850, y a éstos, por supuesto, de un R8, un 124 o un Simca 1000. Coches todos ellos con personalidad propia. Ahora es imposible distinguirlos, de «oído» y, casi, de vista.
Eso sí, Ud. pone la frontera de lo antiguo en la electrónica. Yo casi me iría un poco más atrás; al plástico. Un Escort de carburación es «moderno», por más que necesite estárter para arrancar y tironee en los primero compases. Pero por dentro es muy parecido a un coche actual. Un 124, no digamos un 600 o un Citroën 11 apenas usan plástico, salvo en el salpicadero -el 124- que no deja de ser poco más que una bandeja. Pero el sonido se propaga por la chapa, y suena matizado por la chapa y no por el plástico aislante. Eso sí, se conducen de forma similar a un coche actual, y no como esos antiguos-antiguos, como un Ford T al que me subí una vez, con mil palanquitas y pedales de extrañas funciones.
Pero bueno, son pareceres. A mí siempre me gustó el 1430-1600. Y sin nada sentimental: jamás he tenido uno, ni he subido a ninguno, pero siempre me han gustado, desde hace 40 años. Y esos bialbero de Lampredi sí sonaban bien. Otro coche precioso: el 124-Sport, pero solo el que llevaba ese 1600. Por más que sus cuatro cuerpos de carburación fueran delicados.
Que 2014 les sea propicio.
Lancia 037 (stradale).
En la vía sentimental el Gordini… En casa hubo dos y sobrevivimos a los dos. Una de las primeras veces que intuí haber heredado el gen “familiar” fue cuando, con puerta posterior izquierda atada por no cerrar convenientemente después haber sido “atacada” en la nocturnidad de la noche por un vehículo desconocido, cinco niños pequeños, la abuela y los respectivos padres bajábamos a 130 km/h un puertecito gallego… y en una de esas bajadas otro niño cruzaba con dos baldes…. Una vez “sorteado” mi padre estacionó en el arcén y anduvo un buen trecho cuesta arriba para recriminar al niño…. ¡Lo llamo insensato! 😉 … Siempre me acordaré del velocímetro marcando 130 km/h, evidentemente ayudados por la generosa gravedad. ¡Por cierto!, llevábamos baca llena de equipaje…. Como todo buen veraneante se precie…
En la locura, un fórmula 1 de la década de los ochenta… cuando los veía pegados al televisor en blanco y negro por la 2.
¡Al final todos motivos sentimentales!
Saludos
Ande JotaEme, no me sea Scrooge, deje a la gente disfrutar de su gordo de navidad.
A mi ese Alpine nunca me gusto, prefiero el original (bien armado, no me parece un coche para tenerlo de serie), casi cualquier Alfa desde la II g.m. hasta finales de los 60, un Lotus Elan, un 2002 TI (para que no sea de inyección), Jaguar E o Mk.II, Facel Vega Facelia… Y tambien un E12 o un E28 3.5, aunque sean cacharros viejos y absurdos y de inyección. ¿valdria un 300SL, o lo descalificaría su sistema de alimentación? Que dificil establecer un corte que delimite universalmente la clasiquez de los coches, al finál hay un criterio para cada aficionado siempre que nos mantengamos en posturas cabales (no, chaval, el Seat Ronda no es clásico te pongas como te pongas).
Eso si, el argumento nostalgico del coche de cuando eras pequeño no me convence, en mi caso Fiesta 957 bc y R11 gtl 5velocidades, y no salvaría uno de esos de la prensa ni aunque no me costara dinero.
Hay un coche muy interesante, el Audi Quattro. Empezaba a ser complicado técnicamente. Otro que restauraría es un MG B, siempre me gustó ese cacharro.
Un Lamborghini ¡por dios!
Podría ser un Countach, que ya está demasiado olvidado pero tiene sus años para ser un clásico. También admito un Miura o incluso un Espada, éste último recuerdo haberlo visto durantante 25 en la misma plaza de un párking público, embargado por un juzgado, todo lleno de polvo.
Restauran ustedes coches un poco «insulsos». Se supone que tienen que restaurar un coche legendario, no una «carraca» 😀
Dicho esto, y debido al hecho de que #Pier Nodoyuna se me ha adelantado con el Alfa 105, subiré la apuesta y diré J-A-G-U-A-R E–T-Y-P-E C-O-N-V-E-R-T-I-B-L-E
Sin duda … un Corvette del ’59.
Rojo y blanco, por favor.
Sin duda, sería un Corvette del ’59.
Rojo y blanco, por favor.
Por los comentarios, veo que por aqui hay personal que si no lo hace ya, está a punto de peinar canas, aunque sean teñidas…
Me extraña que a estas alturas de comentarios, no haya salido otro de los mitos de la automoción, que a mi, personalmente me ponía bastante: el Ford Capri, con esas llantas pequeñitas y ese morro interminable… ¡que tiempos, oigan! ¡cuanto manuseo de revistas!
Cuánto trabajo me ponen. 😀
Pragmático, no sabía que el símbolo del triunfo en este ajetreado país fuese el A4; es un buen coche pero desprovisto de memorabilidad; le recojo el apunte y hablaré de él más al contrastarlo con el que ando probando ahora. Ese 124 Sport que cita a mí me volvía loco, con todos sus relojitos en el cuadro de instrumentos, nunca probé uno y prejuiciosamente siempre pensé que debía comportarse como un perro, siempre tuve ganas de probarlo, pero éste sí puede ser un coche para concordar con Arturo de A. en que el recuerdo de su estampa sea posiblemente mejor que su conducción.
Jose.- Lancia 037, sí, claro. Aquí tiene uno a la venta, desde hace pocos días en Grecia, y por la bagatela de 250.000 Euros, así, a ojo. http://www.carandclassic.co.uk/car/C422927
Enrique el Magnánimo.- Ostras. A 130 en un Gordini, ciento y la madre, y sorteando niños. Es usted la prueba viviente de que nos estamos reblandeciendo en la era desdibujada y ñoña del antiaging y la aspiración de vida eterna.
Valmhö.- Scrooge era un realista que no se dejaba seducir por villancicos ni turrones, un héroe, como Herodes, a quien el marketing de los siglos ha tratado con tremenda injusticia XD. El Alpine original me gusta, pero me parece excesivamente Renault Ochesco.
E. del Arco.- Hace unos meses, me llegó noticia de un Audi Quattro restaurado por un entusiasta y que estaba en venta. Me faltó tiempo para ir e interrogarle y probar el coche. No lo probé, me bastó con subirme y encenderlo, calificaría la experiencia de «trepidante»: el coche empezó a agitarse arriba y abajo hasta dejarme al punto de nieve; la instrumentación no funcionaba porque le había cambiado el cuadro de instrumentos por el digital y no había resuelto cómo conectarlo. Ese es el problema con coches que aún andan en el limbo de los tercermanistas sin posibilidad de mantenerlos o restaurarlos paulatinamente de forma correcta.
rv.- Posiblemente, uno de mis coches favoritos sea un Lamborghini Countach. Las habitaciones de muchos niños de los 80 tenían algún póster de ese coche, seguro. Lamborghini, eso sí, se sigue empeñando en fabricar coches con aspecto de nave espacial y eso queda chulo, pero el Countach era un auténtico desastre y su aparatosidad hacía que su conductor tuviese menos visibilidad para maniobrar que un pez por el culo.
nachetem.-Jaguar E Type. Un poquito gastado ya 🙂
Duke.- En blanco, pero le he encontrado uno estupendo, http://www.ebay.com/itm/Chevrolet-Corvette-/291035514716 y no es muy caro (en términos relativos, no absolutos). 50.000 euros para un coche de hace más de 50 años sólo se explica desde el entusiasmo 😀
Agl.- Canas, las suyas, oiga. Yo no estuve en la batalla de Trafalgar y sé que ocurrió y qué ocurrió. La historia automovilística es patrimonio de entusiastas. El Ford Capri, ¿Mk1 o Mk2?. Había un motor 3 litros bastante mejor que el 2.8 de inyección de las últimas series, creo firmado por Cosworth. Pero para esas cosas, nada como un escort Mexico.
Feliz año a todos
JM
@24Nachetetm, creo que todos estamos pensando en coche más o menos asequibles y que formen parte de nuestro imaginario infantil y juvenil; puestos con coches menos «insulsos», aunque sin llegar a Ferraris míticos, a mí siempre me ha encantado -por fotos, que nunca he visto uno- el Aurelia GT, maravillosamente carrozado por Pininfarina. Pero claro, a la España de entonces creo que sólo llegaron siete, así que vaya Ud. a saber. Los italianos de los 40, 50 y primeros 60 me entusiasman. Hay una película, «Il Sorpasso», que es un caleidoscopio de coches de esa época. Y en su ambiente natural.
@28 JotaEme. Veo que coincidimos en el 124 Sport (también me gusta el Spider, una vez vi uno a buen precio en un concesionario de Milán, tentaciones tuve). Ese salpicadero con tanto relojito, efectivamente, y esos asientos bajitos y tendidos. Acabo de echar un vistazo a la prueba que hizo D. Arturo en febrero del 73 al 1800, y asegura que, dosificando el gas, el coche no es delicado, más bien, incluso, subvirador. Lo peor, la dirección de tornillo sin fin, así como (esto lo digo yo) un volante compartido con el 850 coupé. A ver si se anima, y nos deja alguna impresión sobre el cochecito, que en su época era el no-va-más del diseño y la prestación en España. Lástima que en su mayoría acabaran «macarrizados». Eso sí, la sobriedad del 1600 antes que el barroquismo pre-macarra del 1800.
@27 agl, uno sí, peina canas -alguna- sin teñir, y subió, en su época, a coches como el 124 Sport. Aunque no al Aurelia. Ni por edad ni por posibilidad. El Capri a España llegó muy tarde, cuando ya llevaba 12 años en el mercado; con todo lo que ello supone.
Otro coche que, sin ser deportivo, y que, sin haberlo visto nunca, me resulta fascinante es el Ro 80, con su moderna carrocería -aun de buen ver, casi 50 años después- y su motor rotativo. Los Lambos nunca me gustaron: los primeros, Miuras, Espada, Urraco, por sus carrocerías una tanto barrocas y descompensadas. Luego, tras adoptar la pauta hexagonal tan propia de los primeros 70 -y hasta hoy- por macarras. Prefiero los originales que hacía el amigo y rival de don Ferrucio, el Sr. Enzo. Los ingleses tienen encanto; a veces para en mi garaje un Healey Sprite 1300 -no, no el 3000- y tiene su gracia verle marchar, con los carburadores escupiendo y dando saltitos en cada mínima irregularidad del pavimento. El Type-E ya es otra cosa, y los Jag de los 50 no estaban naaada mal.
@28
No tenía ni idea de que pidieran tanto por uno de estos cacharros.
El ejemplar del anuncio no me gusta nada, está pésimamente restaurado y no me creo el kilometraje.
En el ifema estos dias hay un stand de unos señores que hacen réplicas.
¿que coche restauraria? Probablemente algun perdedor de la historia. Quizas un Ferrari 400 o 400i (uno de los pocos ferraris que se achatarran) o su primo, el fiat 130 coupe, el ultimo intento de Fiat de hacer un coche grande.
Coches con mucho encanto de los 50 y 60 hay muchos, pero no hay que olvidar que aunque el coche parezca chulo por fuera en general hay que sufrir lo poco refinada que estaba la mecanica, es decir, son como los niños, encantadores pero mejor solo un rato.
Ya he comentado aqui que hace muchos años, cuando era un pequeño saltamontes, conduje un 1430 y un GS. Sinceramente, no los hecho en absoluto de menos, vamos, se los regalo al que los quiera. Soy muy poco nostalgico…..
Vamos a hacer un poco de satira social.
Amigo Pragmatico, creo que te equivocas. El objeto del deseo del ejecutivo español era Audi, pero el A6. El A4 era un quiero y no puedo. Si te daban el A4 de empresa significaba que eras un minimundi al que no le habian dado un A6. Si te lo habias comprado particular, es que eras un wannabe que queria su Audi pero no le llegaba la pasta para el bueno, el A6.
El A4 era como el iPhone este que han sacado de plastico de colorines, un iPhone que va gritando que eres pobre y no tienes para el bueno. En algunas empresas y bancos, la empresa pagaba de coche de representacion en general el A4, pero dejaba que se pagara de su bolsillo la diferencia y coger el A6. La mayor parte de la gente pagaba por el A6.
Es que ademas, el A4, al igual que el serie 3 y el 190/C de la epoca eran algo pequeñitos. Ya no es solo el problema de que cualquier obrero con el Laguna tuviera un coche mas grande y mas haiga que tu Audi, es que el espacio interior era todavia menor y las plazas traseras eran poco habitables para llevar a la familia. No hay que olvidar que para los alemanes, este es el segmento «compacto».
El nuevo A4 (y equivalentes) son mas grandes y habitables, pero ahora tengo la impresion por lo que veo que el foco del deseo se ha desplazado bastante a BMW, sobre todo a los X.
Amigo josemi, creo -pero me puedo equivoar- que el A4 ha sido, durante años, el oscuro objeto de deseo de esos ejecutivos medios pero autoconsiderados como exitosos, rondando la cuarentena; da lo mismo si el coche era de empresa -quizá mayoría- o particular. Una frase muy de la época era «ya están todos con su A4 y yo con mi XXXX…». En algunos casos, ciertamente, en rivalidad con el Serie 3.
¿Qué son angostos? ¿Incómodos atrás? ¿Qué hacen cla, cla,cla? ¿Qué son de tracción y no quattro? Sin duda. Pero donde estén esos cuatro aros o esa hélice en el morro, que se quiten vulgares rombos o leones. Vaya Ud. parar. Por supuesto, el 1.9/2.0 TDi jamás de los jamases será el mismo de un Ibizilla. Imposible.
El A6, además de algo más -demasiado- opulento y como de viejos, es más caro. Lo que les hace inalcanzables excepto para una élite a la que estos profesionales y ejecutivos -o profes de universidad- aún no han accedido. Que además de lucir el coche, había que pagar la hipoteca de 450.000 lereles en el barrio de moda y la guarde y el cole de los niños.
Coincido con Ud. en que ese objeto de deseo quizá se esté diversificando. Las empresas ya no pagan coches con la misma facilidad, ni tampoco es tan fácil comprarlo con ahorros o a crédito. Y, además, los SUV, lo de parecer más austeros y ecológicos, sus elevados precios, etc. así como esa carencia de «memorabilidad» y lo monótono del diseño serie tras serie le estén pasando factura. Y ahí está el Serie 3, que le ha superado en ventas.
Pero bueno, son cosas mías, e igual me equivoco. Pero es que conozco al menos una docena de orgullosos dueños -aunque sea en renting- de hermosos A4 en diversas series. Y todos TDI.
Otro coche restaurable, sin irnos, repito, a Ferraris o Gullwings: el Fiat Dino. En su segunda serie, con trasera independiente. Curioso comprobar como los coches deseables de los 40 a los 70 son en buena parte italianos -sí, más el Corvette, el Alpine, el Type E y algún otro- y ahora son casi todos alemanes, con la excepción de Ferrari y, tal vez Maserati, con sus componentes y salpicaderos «made in Germany». Pero, entre lo «asequible», a Italia ni está ni se la espera, con permiso del 4C y el ¿futuro? spyder.
Para mí el elegido sería sin duda un 964 (me serviría en un su defecto un 993), para hacerle una restauración o preparación fina al estilo de los Singer. Aunque primero me tiene que tocar la lotería.
En fin, que soñar es gratis.
Saludos cordiales,
James Marshall.
Vaya, llego tardísimo.
Qué casualidad. Yo también un coche de mi niñez y también un Alpine, pero no el A310 suyo ni tampoco de mi padre, sino el A110, no sé si un 1300S o un 1600S.
Les veía muy de vez en cuando subir hacia la Morcuera o para Canencia, los veranos.
También, cómo no, un Camaro del 67 y un Bel Air del 56, como el de la canción (sin tunear):
http://www.youtube.com/watch?v=LNMfXRQxHFg
O sea, que me quedo sin saber cuál era aquel avión.
Pues qué rollo.
Es que JM no sabe que avión es, por eso no se lo dice.
Lo he mirado por todos los lados, pero no pone nada, puede ser un avión genérico aunque como rasgo destacable, el timón de cola es doble, o sea, tiene dos cacharras y un travesaño entre las dos cacharras. Si no me entiende (que sería lo normal) le casco una foto.
Se le ve poco, pgonzalezs, asómese más.
JM
Pragmatico, es lo que yo decia, en cierto momento habia gente que socialmente tenia necesidad imperiosa de un Audi, cualquier, aunque fuera un A4 (y luego el A3). Pero Audi se convirtio en simbolo de status no por la gente que llevaba A4, fue por que los mendas importantes, sobre todo de la administracion publica y de empresas cercanas a la administracion, iban en un A6 (o unos pocos, en un A8)
Aunque Audi vende un monton en España (vende mas que Fiat o Jyundai!), tengo la impresion de que el A6 en los ultimos años vende poco. Supongo que sera por que el A4 ha mejorado mucho en presencia y en habitabilidad, (un A4 de ahora es como un A6 de hace unos años) o por lo que comentaba antes, ya el modelo aspiracional es otro.
Señor JotaEme, no se de que avión nos habla usted, pero si nos casca foto, me imagino que lo averiguaremos. Por su explicación supongo que sera un P-38.
JotaEme, podría ser un Manchester (el Lancaster tenía cuatro motores y el de la foto parece tener sólo dos).
Josemi, en la foto del otro post me parece un bombardero, pero está borroso y todo es posible. Yo también quiero foto.
Por lo demás, siento no prodigarme demasiado, pero he debido cabrear a alguien en el curro porque me han ascendido, y ahora tengo que trabajar mucho más que antes. Además, el foro no me funciona. Me dice no sé qué de unas comillas.
Ya he encontrado la foto. Puede ser cualquier cosa, veo pixeles mas que nada. Innumerables aviones bimoteres de la epoca usaban este tipo de cola, que da mas brazo de palanca para controlar el avion cuando uno de los motores no funciona.
Hale, aquí está la foto del avión junto con un par de referencias visuales.
http://postimg.org/image/pimae9hal/
Que los Reyes Magos les sean propicios,
JM
Eso no es un avión. Es un adorno. Me quedo totalmente chafado. Yo que le hacía a usted un apasionado de la RAF y de esos pocos a los que tantos les debieron tanto. En todo caso, se parece más al P-38 que a los bombarderos británicos que citaba yo. Bien visto, josemi.
Me mola mogollón que tenga usted un medidor de presión como pisapapeles. Ahora, el artefacto ese rojo no lo acabo de identificar ¿pone «Vileda»? ¿Es un robot de esos de limpiar alfombras?. A riesgo de convertir este hilo en un desgranado eterno de los chismes que atesora usted en su casa, ¿nos puede decir qué es?
Yo supongo que el escultor se ha inspirado en el P-38, aunque hay unos cuantos detalles que no cuadran. También se podía haber inspirado en P-61. Hubo otros aviones «con travesaño», pero son mucho menos conocidos.
El P-38 fue un icono en tiempos de la II GM, su imagen se repitió en innumerables películas, posters y propaganda de la época. Es importante en la historia del automóvil por que fue el origen estilístico de las famosas aletas de la parte de atrás de los coches americanos de los 50, tan admiradas o tan odiadas.
El vacuometro de aviación de la izquierda me recuerda el Alfa 33, que según cuentan fue un shock para los mecánicos españoles ya que había que ajustar el carburador con un vacuometro.
El cacharro rojo es como una ROOMBA pero en cutre, una especie de R2D2 limpiador de suelos (arturito para los amigos).
¿El medidor de presión es de una bomba de vacío? :-p
EJ, gracias. Algo así me temía yo. Yo tengo una roomba. La llamamos Lola y la queremos mucho, no tanto para sentarla a comer con nosotros, como parece hacer nuestro muy ilustre bloguero, pero vamos, pero entiendo que esas cosas puedan pasar.
El medidor de presión (cuyo nombre en español, vacuómetro, me ha descubierto josemi, yo sólo lo conocía en idiomas) mide el vacío creado en el colector de admisión por el motor. Se monta en aviones con motor de pistones. Seguro que josemi sabe más.
Yo también tengo una ROOMBA, desde hace unos 6 años, pero la verdad es que por entonces tenía un perro con pelo largo y la pobre no daba a basto y la jubilé anticipadamente. Desde entonces una persona hace su trabajo, ciertamente mejor.
Pero a mi me gusta el cacharro, no por su utilidad sino -como a casi todos lo hombres- por ser un juguete con pretendida utilidad.
El medidor es lo que pgonzalezs dice, un medidor de la presion en el colector, pero la verdad es que no se exactamente como se utiliza. Es algo muy tecnico relacionado con el ajuste de la riqueza de la mezcla para las distintas alturas (en los aviones se debe ajustar la riqueza de la mezcla).
En tierra con el avion parado la aguja deberia estar en 30 mas o menos, que es la presion atmosferica en alguna unidad de estas de los americanos. Cuando el motor esta en marcha, si esta al ralenti debe haber un vacio muy elevado en el colector, luego debe marcar menos de 30, 10 o 15 por ejemplo, y si esta a tope con la mariposa plenamente abierta no debe haber casi vacio en el colector y debe estar cerca de 30 o la presion atmosferica que haya a esa altura.
En este caso debe ser un motor con turbo, ya que ademas de vacio puede haber sobrepresion en el colector, la escala llega mas alla de 30.
Ojo, todo esto se aplica igual al motor de un coche, lo que pasa es que en el coche siempre estamos cerca de una 1 atmosfera, y no necesitamos andar ajustando los parametros, ya los ajusta el fabricante, asi que no tenemos este indicador en el salpicadero. Como instrumento independiente para los mecanicos si que es importante, pueden ver con un vacuometro distintas cosas del motor.
Los motores a reaccion tambien miden una serie de presiones en la salida y la entrada, pero eso es mas complicado todavia.
No, si todavía me cae bronca porque el avión no mola. Qué sé yo. Yo todo lo que sé de aviones se resume en pedir pasillo y que comprueben si han embarcado niños y, en caso afirmativo, que me sienten lo más alejado de ellos que se pueda: los niños son la metástasis de la felicidad en vuelos de más de dos cuartos de hora. O sea. Todos. Yo adecuaría las bodegas, las presurizaba y les pondría una etiqueta a los niños para que, a la llegada a destino, sean repartidos de nuevo a los padres. O que salgan por la cinta de las maletas.
Pagaría el triple por una aerolínea así.
#48.
El ajuste de la mezcla se realiza normalmente con el tacómetro o con la temperatura de gases de escape.
Con reloj de r.p.m. se va empobreciendo la mezcla, hasta que suben las revoluciones ligeramente y luego empiezan a decaer y luego se enriquece un poco.
Con el reloj de EGT, se va empobreciendo la mezcla a medida que sube la temperatura . Cuando llega al máximo, se enriquece un poco.
Por debajo de 5000 pies y en aterrizajes, despegues y requerimientos de plena potencia, siempre mezcla rica.
Por cierto ese A310, tenía un defecto y era que los pedales no estaban alineados con la dirección del volante. La última vez que me senté en uno de color gris, tenía 9 años.
En Canarias, la mayoría de los vuelos son de menos de 2 cuartos de hora y como curiosidad el más corto que se realiza en el mundo uniendo dos islas de Escocia, dura menos de 2 minutos.
http://www.smh.com.au/travel/travel-news/prepare-for-takeoff–and-landing-worlds-shortest-air-route-20130115-2cql6.html
Ráfagas, GTO.
Un 635 CSI :
http://www.curvasenlazadas.com/496/bmw-635-csi-grupo-2
Hola,
Por algún motivo esperaba que alguien ya lo hubiera propuesto, al menos entre los nostálgicos: ¿Qué tal un SEAT 1500? Con su doble faro y cambio en la columna de la dirección…
Sldos,
JA
Juas,
Podría haber elegido un Vector también, ya que estamos buscando el santo grial, no? Y qué manía con los franceses. Parece que los coches franceses son como La 2: todo el mundo dice que la ve, pero los medidores de audiencias dicen que un tal CarlosJesús que hace un programa llamado Rescátame vence.
Y se le ven los álabes del turbo, que lo sepa. Un Ford Granada MK3 2.8. Claro. Y un Opel Senator 3.0 CD, o un Rover 3500 SD VdP [Van den Plas, que sé que le gusta que las cosas huelan a viejo -rancio- estoooo, a biblioteca], o un Citroen CX [que es el Citroen, junto con el Mehari, que merece la pena restaurar], o un Talbot Tagora.
Yo creo que un clásico, como todo lo referente al clasicismo, tiene que ser representativo de su época [y qué miedo me da que lo más representativo de esta época sea un Toyota Corolla o un VW Leon RS3].
Yo voto por otra cosa:
La última generación del Mazda RX7, pero en su primera serie. O un Honda Prelude, preferentemente el sedán de dos puertas de los años 80.
Porque sí, los 80 fueron la década del plástico negro en los parachoques, de las pegatinas «5velocidades» y palmeritas, de los «delSol», de los «————————1300S», de los Renault 7.
Pues eso:
Mazda RX7, Honda Prelude, Citroen CX Pallas 2400, Opel Senator 3.0 CD.