Hablando de todo un poco una de las cosas que más me llaman la atención cuando rodamos con nuestro coche en un circuito o en un rally es el límite psicológico que nos marcamos cada uno al conducir. Me explico:
¿Cuántas veces no hemos visto en la televisión que hablan de la referencia de un piloto que va delante o seguir la rueda para mejorar los tiempos? Pues es verdad. Si un piloto profesional ha de seguir lo que hace otro mejor que él es porque tenemos un miedo tremendo a dar un pasito adelante. Si esto les pasa a ellos imaginaros a los amateurs como nosotros.
Ejemplos hay mil. Recuerdo que en la resistencia de Lleida que corrí hace un año conseguí marcar la vuelta rápida del equipo gracias a seguir a otro piloto que me hacía bajar más de 2 segundos por vuelta de mi mejor registro. Además lo conseguí hacer de forma continuada en varias vueltas, hasta que por querer hacer un poco más me marqué un buen trompo.
¿Por qué nos cuesta tanto frenar un poquito más tarde o entrar un poquito más rápido en la curva? Una de las preguntas cuando rodamos con el Accent en los 500 km. de Motorland fue quien se había colado de frenada e ido recto en una curva. La respuesta fue que ninguno de los tres pilotos lo habíamos hecho. Eso quiere decir que quedaba mucho para el límite del coche e incluso del nuestro.
Por supuesto es mejor en un circuito que no en un rally, en el que no tenemos referencias visuales, pero si las sensaciones de poder pasar por esa curva ciega a fondo. Un amigo, Álvaro Tomás, comentaba el otro día en facebook al ver un vídeo de Crsitian García y Rebeca Liso que este año él estaba contento de haber pasado por esa curva reduciendo una sola marcha, mientras Cristian lo hacía a fondo. Desde luego que el coche cuenta, no llevan la misma montura, pero se nota esta barrera mental que nos marcamos, el «respeto al golpe».
¿Habéis tenido esta sensación al rodar alguna vez? Yo por más que lo intento no sé como rebasar esta barrera, se aceptan consejos.
Es curioso, pero cierto es que los pilotos profesionales tienen un tempano de hielo por cerebro y si se dan un golpe tienen más oportunidades de arreglar el coche que cualquiera de nosotros con el 205 u Opel Corsa de turno, que si se rompe una pieza, podemos fácilmente sudar sangre para estar en la próxima prueba con el auto entero.
Tu Themis bien sabrás después de tu experiencia con Audi en el Circuit que los límites que nos imponemos son enormes; y como dijiste, parafraseando libremente a un drifter famoso (que no es que sea mi disciplina favorita), Vaughn Gittin Jr., si tarde o temprano no cometes un error, das un toque, o te pegas un buen susto al cuerpo es que no estabas pisandole suficiente.
Lo dicho: Entrenamiento y dedicación. Como todo en la vida.
Buen artículo! 😉
Es esto lo que diferencia a los pilotillos como nosotros de los pilotos con talento 🙂
Creo que la facilidad de buscar ese limite tiene mucho que ver con las posibilidades que tiene cada uno de reparar su coche si se pasa, y de si peligra su integridad física.
No es lo mismo buscar el limite en Monaco que en Montmeló por ejemplo. Aunque entiendo que un piloto profesional no debería tener problemas en buscar ese limite.
Las veces que he superado el limite ha sido en circuito y lo máximo que me he marcado ha sido una salida de pista o un bonito trompo.
Ese límite psicológico es aún más palpable cuando se monta en moto. Se puede inclinar más, pero hay un resorte en tu cabeza que de lo impide. Tu mente te dice que vas al límite y los neumáticos bien soportan 5º más de inclinación.
Y a diferencia de los coches, por lo general seguir a alguien con mejor ritmo te lleva a frenar más tarde, a llegar a la curva a más velocidad, él/ella pasan sin problemas y el que te marcas un recto o un buen susto eres tú…
Me pasó en Nordschleife en el tramo conocido como «el tobogan». Me adelantó un Lotus Elise justo en la salida de la curva previa y me tiré como un loco detrás de él. Es cierto que después he pasado más rápido pero ha sido con mejores coches. En cualquier caso, estoy seguro de que esa vez fue la que alcance un límite superior y todo gracias al Lotus.
Yo creo que es una conjunción de muchos factores que te llevan a ir cerca del límite real, de máquina y conductor.
Para empezar, el conocimiento del coche hace muchísimo. Correr con tu propio coche, y más si es tu habitual medio de desplazamiento, hace muchísimo. Esto se amplía si se tiene la oportunidad de conocer bien sus límites, saber de qué pie cojea y si la cosa se desmanda, saber cómo reaccionar, por lo que tener conocimientos técnicos de conducción hace otro buen aporte para poder ir al límite. En tercer lugar situaría el conocimiento del circuito y correr con otra gente que va más rápido que tú. Los que hemos rodado tandas en circuito vemos como entre intentar seguir a gente mejor y la propia dinámica de ir leyendo las curvas vuelta a vuelta tratando de ver puntos de mejora, los tiempos van bajando. Por último, hay que tener un talento innato para bordear el límite, saber donde está.
Aunque de valientes está lleno el desguace creo que la clave radica en dominar estos factores (y muchos que me dejo por el camino) para poco a poco ir empujando esa barrera en nuestra cabeza que nos impide ir más allá.
Yo encuentro el «límite psicológico» más a la hora de tomar notas que a la de pilotar… si tomando notas me atrevo a poner fondo, rara vez el día de la carrera tendré duda en pasar fondo, sólo hay que limitarse a conducir sin pensar mucho y obedecer lo que te cuenten. Claro que entonces lo difícil es hacer las notas…
Estoy de acuerdo con cupraboy.., el conocimiento de la maquina en mi opinion es fundamental para ir en busca del famoso limite o para simplemente rodar gusto. Pasa como cuando usas un coche que te han dejado y que no tienes por la mano;sabes que podrias ir mas rapido o apurar mas la frenada pero no sabes como va a reaccionar, tampoco si las presiones son correctas, y asi un monton de factores..
Y luego esta el factor puramente personal de cada uno, que en relacion con lo anterior, al menos si se puede entrenar para superar barreras psicoogicas y condicionamientos prestablecidos..
Coincido con Alvaro,el limite en los rallys lo veo en las notas,tambien en el conocimiento del tramo y del coche pero en menos porcentaje.En un circuito creo que es mucho mas facil de encontrar.
Yo creo que ese límite «psicológico» es básicamente intuitivo. Basado en muchas cosas, conocimiento del vehículo, experiencia, inconsciencia, análisis de riesgo… pero básicamente intuitivo, llegado el momento el cerebro te dice que aflojes y es jodido no hacerle caso.
La única manera de rebasar ese límite, creo, es convencer de alguna manera al cerebro, con datos concretos. Y la F1 es el caso extremo, si te dicen que tu compañero de equipo hace la misma curva con el mismo coche frenando 20 m más tarde… En ese sentido creo que la conducción de alto nivel en circuito se vuelve mucho más mecánica y menos intuitiva (excepto cuando se enzarzan para un adelantamiento, en la salida, etc.). Ese dato real, y concreto (ves a otro hacerlo, o consigues hacerlo tú una vez…) creo que es el que nos puede empujar a superar la barrera.
Yo tengo un ejemplo personal, hace unos años en una despedida de soltero nos fuimos a un circuito de karts y nos cascamos un par de tandas. Ninguno de los que estábamos allí teníamos experiencia de carreras, aunque yo al menos tengo una mímina ligazón con este mundillo.
En la primera tanda, a pesar de ser yo el más pesado del grupo y de haber salido el penúltimo si no recuerdo mal, acabé la tanda primero y con bastante diferencia.
Claro, en una tanda de karts donde se supone una cierta semejanza en los vehículos, las diferencias se notan mucho. Yo noté que había dos zonas en las que claramente les cogía ventaja a los demás, sobre todo una de ellas: tras una zona rápida hacíamos una frenada fuerte para curva lenta y después 2 curvas enlazadas que se podían hacer a fondo. En esa zona yo notaba que los demás levantaban pie o directamente frenaban, mientras que yo pasaba volando, y de hecho hice varios adelantamientos ahí o después de dicha zona por ir yo con más velocidad de salida.
Tras acabar la primera tanda, comenté este hecho con mis amigos. Ellos (su límite psicológico) decían que era imposible hacer esas curvas a fondo desde la anterior… y yo les decía que creyeran lo que quisieran pero que yo sí lo hacía, y que no había mejor sitio que un circuito de karts para probar. Aparte de las enlazadas les comenté un par de truquillos más, y con esto empezamos la segunda tanda.
Ahí se notó que los colegas lo intentaron, y aunque no siempre lo consiguieron, y alguno se cascó un buen trompo, lo cierto es que todos pasaron por las enlazadas a fondo más de una vez con éxito. Hubo mucha más igualdad en el grupo, por consiguiente muchos más piques y más diversión. Y todos comentaron después «qué pasada pasar por allí a fondo». Yo acabé segundo, por si les interesa 🙂