En esta entrada, los redactores de km77.com elegimos nuestro coche favorito entre los que hemos probado en los últimos años. Ese que tendríamos si el único requisito fuera disfrutar con él al volante.
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… Alfonso Herrero
De pequeño, mi coche fetiche era el Ferrari Testarossa. Hablo de aquel tiempo en que prácticamente me sabía el listado de precios que publicaba Motor 16, cuando el Testarossa costaba 24 millones de pesetas. Pero con el paso de los años, tras mucho conducir coches de todo tipo, me he dado cuenta de que disfruto más por el campo que por carretera. Me convencí cuando haciendo esto disfruté mucho más que con esto otro. Por eso, si algún día pudiera comprarme un capricho con ruedas, sería un Jeep Wrangler.
Por el año 2001 conduje uno por primera vez. No era un Wrangler normal, era una versión reformada con unos neumáticos enormes. Tan enormes que, con los desarrollos de la caja de cambios de cuatro velocidades (¿o era la de tres?) de serie, su motor de cuatro litros a duras penas podía ponerlo a 120 km/h.
Ya en km77.com he podido conducir y probar a fondo varios Wrangler. Con el primero, descubrí que era un «botijo» en carretera. Torpón hasta decir basta, con una dirección imprecisa que obligaba a estar corrigiendo la trayectoria sin parar. Recuerdo cuando iba hacia Zaragoza con él por la autovía. La noche o el día anterior había llovido mucho y desde el coche veía los caminos de los campos anexos a la carretera encharcados. Sobre el kilómetro 180, a la altura de Santa María de Huerta, no aguanté más y me salí del asfalto para chapotear…hasta que vi una zanja. Era profunda, con hierbajos. El diablo que apareció sobre mi hombro derecho me jaleaba para cruzarla con el coche; el ángel, en el izquierdo, insistía en que no hiciese el imbécil, que anochecía y no era el momento de quedarse enganchado. Y claro, ganó el de rojo. Avancé lentamente, ya había engranado la tracción total (que es solidaria, sin diferencial central) y boqueado el diferencial trasero; la rueda derecha fue la primera en entrar en el agujero. Lo hizo más de lo que pensaba. Pasó lo mismo con la izquierda. La zanja era más profunda de lo que parecía y el Jeep se quedó clavado de morro. Utilizando todos los recursos disponibles —bloqueo del diferencial delantero y desacoplamiento de la estabilizadora de ese eje— bastó con ser suave con el acelerador para que el Wrangler saliese de la trampa. Y en ese momento supongo que me enamoré de él.
Con los años el Wrangler ha ido mejorado (todas las informaciones del Jeep Wrangler publicadas en km77), pero sigue siendo un «hierro» en el asfalto. No es un buen coche como único vehículo familiar si va a usar para viajar, ir al cole y a la compra. Cualquier coche actual te lleva de A a B con más confort. Con el Wrangler no basta apuntar con el volante para que vaya por donde quieres, hay que anticiparse en los giros, estar pendiente de sus reacciones. Es un coche que hay que conducir y, para mí, eso es también parte de su encanto.
Otra cosa que me gusta del Wrangler es que se puede quitar el techo. Inicialmente sólo se podía si tenía el de lona. Más tarde, Jeep introdujo uno rígido que se puede desmontar por partes; no es un sistema cómodo, pero tiene las ventajas de un techo duro en un coche descapotable. Ya, en la última generación, existe un techo rígido cuya parte superior es una lona que se puede recoger y colocar pulsando un botón. Cuesta un dineral y sólo está disponible con el cinco puertas.
Durante todos estos años ningún coche me ha quitado de la cabeza el Wrangler. Hasta que he conducido el Ford Ranger Raptor, con el que casi le he sido infiel. Hay otro vehículo que le hace la competencia al Wrangler en mi pozo de los deseos, el Polaris RZR. Obviamente no son comparables, pero jamás he conducido algo tan emocionante, intenso y divertido.
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… Enrique Calle
Siempre me han gustado mucho los Porsche, especialmente los cupés y los descapotables. Ya me gustaban mucho antes de conducirlos, cuando leía sobre ellos, pero todavía más cuando los empecé a probar. El 718 Cayman, 718 Boxster y, cómo no, el 911 del cual se han escrito millones de páginas. Todos ellos son absolutamente maravillosos por su calidad de conducción, pero también por lo bien que parecen construidos. Mi coche favorito bien podría ser cualquier Cayman (718 o no).
Después de muchos años conduciendo «Porsches» entre otros tantos vehículos, un buen día fui a recoger un Toyota GT86 de la gama 2017. Si soy sincero no esperaba mucho de él, puesto que ya había conducido el GT86 de 2012 y no me acabó de convencer por completo. Sobre el papel, ese modelo de 2012 tenía todo para enamorar a un aficionado: un centro de gravedad bajo, tracción trasera, una dirección directa y un peso contenido. Sin embargo algo fallaba en la ecuación y admito que no sé el qué. Del Subaru BRZ no tengo una opinión clara, pues lo conduje muy poco.
Pero llegó ese GT86 de la gama 2017. Este sí, y definitivamente sí, tenía una especie de magia en su equilibrio. Me hizo disfrutar de la conducción como en mucho tiempo no lo había hecho. Siempre me bajaba de él entusiasmado, aunque hubiera cubierto un recorrido puramente urbano. Lo aparcaba y me giraba a mirarlo; es un gesto indiscutible de atracción. Me permitió disfrutar al máximo de mis habituales carreteras de curvas sin necesidad de ir a velocidades absurdas. Habiéndolo probado en carretera abierta, casi adivinaba lo que podría suceder en un entorno seguro.
Días más tarde acudí con el GT86 a la pista donde habitualmente hacemos nuestras maniobras de esquiva y eslalon en vídeo. Ahí también aprovechamos para hacer las fotos que ilustrarían la prueba que publicamos en km77.com. Si alguien viera esas fotos (enlace a la galería), muchas de ellas con el coche cruzado y conmigo dentro mirando por las ventanillas para ver el asfalto que me precedía (¡Hala, exagerado…! :-)), podría pensar que soy un piloto bueno. Nada más lejos de la realidad. Lo que ocurre es que ese coche te va susurrando al oído lo que va a hacer en cada momento. Como sabes cómo va a responder, sabes lo que tienes que hacer. Como escuchas claramente el chirrido de sus neumáticos antes de que la potencia de frenado los comience a bloquear de verdad, sabes hasta dónde puedes frenar sin que interrumpa el ABS. Y así, con todo. El título de la prueba de este coche (si acaso pusiéramos títulos en km77) podría ser «Toyota GT86 2017 o cuando la comunicación es perfecta». Ese titular también vale para un Honda Civic Type R 2017.
Hay quien dice que ni agarra ni corre. Y yo digo que no es un coche para quien quiera echar carreras y batirse en un duelo de velocidad puro. Para eso hay otros mejores por un precio similar. Este Toyota GT86 está hecho para transmitir sensaciones puras, de las que añoramos los que aprendimos a conducir décadas atrás, de esas que casi no quedan. Además, es un deportivo utilizable a diario sin que el mantenimiento se dispare porque sus neumáticos son de una gama pensada para durar y porque su consumo de combustible es moderado. Valoro mucho el buen equilibrio entre el disfrute y el coste de hacerlo.
Este Toyota me acabó de convencer el día que fui con dos amigos de Madrid a Burgos. No es el coche más cómodo del mundo. Es ruidoso y poco espacioso, pero pudimos hacer un viaje de poco más dos horas con el equipaje de un fin de semana sin mayores problemas. A los pocos días, hubo algo que me «mató» del todo: cuando abatí sus asientos posteriores, quedó una superficie de carga plana y suficientemente larga para poder transportar mi querida bicicleta de ruta con tan sólo desmontar su rueda delantera.
El Toyota GT86 es —posiblemente— mi coche preferido en la actualidad, aunque siempre he suspirado por un Volkswagen Golf GTI V. Pero, ni uno ni otro sería mi único coche, pues no hay nada como un pequeño 4×4 para disfrutar el barro y la nieve del invierno.
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… Fernando Ríos
MX-5, Miata o Eunos Roadster, da igual cómo lo llamemos. Todos tenemos su silueta en la mente y sabemos de lo que hablamos. ¿Es mi coche favorito? Sí y no. Como buen amante de los coches, los hay que me llaman la atención muchísimo más, bien por su aspecto (cualquier Porsche 911, pero especialmente el 993), bien por su ingeniería (los DS de los años 70) o bien por una mezcla entre leyenda de la automoción y recuerdos de la infancia (Ford Escort RS Cosworth).
Siendo objetivos, el MX-5 no sobresale en ninguno de los aspectos que he mencionado, al menos no tanto como lo hicieron en su día los modelos citados. Sin embargo sí que tiene una serie de cualidades que lo hacen un coche especial, una auténtica rareza en un mercado en el que para bien o para mal, la mayoría de los modelos a la venta se conducen parecido y transmiten más bien poco.
No es especialmente rápido, lidiar con él en un viaje largo por autopista es de todo menos placentero y el aislamiento acústico del habitáculo es malo. Entonces, ¿por qué me gusta tanto? La respuesta es sencilla: por todo lo demás. Da igual la generación de la que hablemos, con cualquier MX-5, una escapada por una carretera de montaña supone volver a casa con una sonrisa dibujada en la cara, o al menos eso es lo que me ocurre a mi. Y además sin necesidad de circular rápido: el MX-5 es un coche que se disfruta a 60 o a 120 km/h, a 2000 o a 7000 rpm.
Su relativa sencillez mecánica, junto con el bajo peso y la ausencia de elementos de equipamiento supérfluos dan como resultado una experiencia de conducción directa y pura, casi tanto como la de coches de hace unas cuantas décadas. Cierto es que con el paso de las generaciones (ya van cuatro en casi 31 años), elementos como la dirección han ido «perdiendo tacto», pero otros como el cambio o la instantánea y lineal respuesta de sus motores, siguen siendo toda una referencia.
Y todo ello a techo descubierto. Es verdad, los descapotables no son del gusto de todo el mundo y de hecho, en la redacción de km77 tenemos división de opiniones al respecto, pero personalmente me encantan. Sentir el aire al ganar velocidad, escuchar el sonido del motor, del escape e incluso de los neumáticos sin el filtro que supone un techo, hacen que la experiencia de conducción sea aún más intensa y que pase de placentera a sencillamente excepcional.
Aunque he escuchado cientos de veces aquello de que el MX-5 es un deportivo asequible, no es menos cierto que el precio de partida de uno nuevo (unos 25 600 euros en la actualidad) no está al alcance de todo el mundo. Afortunadamente, la oferta de unidades de segunda mano de generaciones previas a la actual es bastante amplia, unidades que, a poco que estén bien tratadas, cumplirán muy bien con su cometido: hacer que la conducción se convierta en un ejercicio de evasión y diversión.
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… Mario Garcés
Mis gustos son sencillos si no hay dinero de por medio, y como esto es un ejercicio de suposición en el que no hay límite de precio y sólo hablamos de preferencias, estas son las mías: motor gasolina de seis cilindros atmosférico, cambio manual y el equipamiento necesario para viajar sin agobios, pero no me hace falta nada más allá de un equipo de música que admita conexión a fuentes externas. Me sobra absolutamente toda la parafernalia multimedia, las instrumentaciones que parecen un videojuego o los asientos con masaje. No los echo de menos cuando no los tengo ni pagaría por todo ello.
Un motor de seis cilindros atmosférico (bajo el capó de un buen coche) suele ofrecer casi todo lo que valoro en sensaciones: sonido, suavidad de giro, potencia, elasticidad y buena relación entre prestaciones y consumo. Más cilindros, por experiencia, implican un gasto proporcionalmente mayor a las ventajas que aportan. Menos cilindros, implican poner en compromiso alguna cualidad de las que he dicho antes. No hay más. Me gustan los eléctricos, pero igual que hay gente a la que le gusta el silencio, la hay a la que le gusta una sinfonía, porque ciertas frecuencias pueden resultar placenteras para el cuerpo humano y las que emite un motor de gasolina, para mí, lo son. Pero no de cualquier motor, claro.
Hoy en día me resultaría muy difícil elegir un coche nuevo en el que gastar mi dinero. Y recalco lo de coche nuevo. A cualquier nivel, de cualquier precio. No estoy en esa tesitura, afortunadamente. Yo no soy capaz, o no quiero, separar la parte emocional de la racional si tengo que pagar. Un coche cuesta mucho dinero como para no procurar que nos satisfaga lo máximo posible. Y en esa satisfacción entran tantos parámetros como se desee, como cada propietario valore. Yo quiero que me satisfaga su conducción y que lo haga plenamente. Presto mucha atención a ello, le doy mucha importancia y prácticamente ningún coche actual cumple lo que busco. Como no lo cumplen y mi presupuesto no es ilimitado, voy a lo práctico.
La homogenización de absolutamente todo ha robado los matices que hacen especiales a algunos coches sobre los demás. No hay coches malos, eso ya no existe o es testimonial. Pero dentro de una aparentemente enorme oferta, es casi imposible elegir algo que se salga de la norma. Incluso gastando muchos miles de euros. No me gastaría dinero en un BMW Serie 3, que es un cochazo, porque si quiero optar por el único motor que me gusta de ese modelo, el 340i, tengo que tragar obligatoriamente con la tracción total y el equipamiento M, que no los quiero. Un 330i de cuatro cilindros me parece caro para no tener los alicientes que busco. Me gastaría la mitad y viajaría muy bien con un Mazda 6 o con un Ford Mondeo, porque en lo fundamental me ofrecen lo mismo.
Igual que la corrección política es una forma de censura extendida en nuestros días que limita la riqueza de cualquier debate, la electrificación y el endurecimiento de las medidas anticontaminación acaban con la diversión. La diversión tal como yo la entiendo, obviamente. Y con esto no hago apología de que haya que aumentar las emisiones. Simplemente constato un hecho. Cuantos más elementos se interponen entre las válvulas de escape y el exterior, peor para las sensaciones. Cuantos menos cilindros, cuantos más aditamentos, igual.
Las sensaciones puras se cotizan a 110 870 euros. Ese es el precio de un Porsche 718 Cayman GT4. El coste de reconciliarse con el automovilismo en su forma más placentera y pura. Con los filtros justos y necesarios para cumplir con los estándares de seguridad que hoy en día conocemos y que dentro de treinta años nos parecerán ridículos. Se puede gastar mucho más y no ganar disfrute en la misma proporción y se puede gastar menos y no alcanzar el cénit. Por eso no elijo un 911, ni siquiera en versión GT3. Tampoco me dejaría un solo euro en un 718 Cayman S, porque su cuatro cilindros turbo no me merece tal desembolso. Ni un Lamborghini Aventador me parece mejor en lo fundamental: ofrece mucho más en lo cuantitativo pero no en lo cualitativo (salvo el aullido de su doce cilindros atmosférico, que vale su peso en oro). También me costaría desembolsar los 34 490 euros de un Toyota GT86, que es un coche delicioso de llevar. Ni digamos en cualquier GTI pequeño o mediano del mercado, una vez que han alcanzado potencias descomunales a base de apretar motores pequeños, pero han perdido toda la exclusividad que tenía un simple Volkswagen Golf VR6 o un BMW 323ti. Son matices, pero los matices que, para mí, marcan la diferencia entre lo bueno y lo mejor. No sé si me explico. En el vídeo aparece el día que disfruté en circuito el GT4 durante la presentación en Escocia.
… Pablo David González
No sabía bien qué coche elegir para esta entrada, pues hay muchos de muy distinta condición que me gustan. Finalmente, me he decantado por una propuestas asequible, de esas que me podría comprar, el Ford Fiesta ST 2013.
El día que lo conduje por primera vez no se me olvida, fui terroríficamente feliz a los mandos de este pequeño bólido. Es una de las veces que más he disfrutado conduciendo, en las que más rápido he ido en vía pública y en las que más miedo he sentido. Fue en Niza, por algunas de sus estupendas carreteras de montaña, una mañana, sin tráfico.
Tan grande era mi nivel de excitación, que llegaba a algunas curvas entregado a un destino fatal, imaginando la trompada que se avecinaba. Pero ahí estaba el coche, ajeno a mis temores, deseoso de recibir órdenes, bien para salir disparado a la siguiente curva, bien para deslizar un poco el culo, lo justo para sentir un cosquilleo en las entrañas.
La hora y media de conducción se me hizo minúscula. Y llegó el fin. Me aproximé a la zona donde debía estacionar el coche para su devolución con sonrojo. Recobraba el sentido común y me daba cuenta de lo alocada que había sido la experiencia, pero también de cómo la había gozado. Eso ya no se puede cambiar y nadie me lo puede quitar.
Obviamente, es susceptible de mejora. Se puede incrementar la potencia del motor, instalar unos neumáticos de mejores prestaciones o una suspensión de mayor calidad. Pero va tan bien de serie, que para qué. Aunque ciertamente digo esto sin tener un Fiesta ST en mi casa. Posiblemente si tuviera uno tardaría poco en bichear por internet para fantasear con qué y cómo podría mejorar esto y lo otro.
Conque queda claro que este coche me gusta. No hace falta que me enrolle más. Me gusta mucho. Es uno de los mejores tracción delantera que he probado. ¿Mi coche favorito? Probablemente no, pero porque tengo más de uno.
Ah y no quiero terminar sin decir que las mismas buenas palabras tengo para el Ford Fiesta ST actual (modelo-año 2018), a pesar de ser tres cilindros y pesar 100 kilogramos más. Ojalá los fabricantes sigan produciendo más pequeños deportivos en el futuro así de divertidos, aunque la cosa no pinta bien en este sentido.
… Carlos Fernández
Si tuviera que elegir un coche para disfrutar y el dinero no fuera un problema, compraría sin pensarlo dos veces un «modesto» Mazda MX-5 2.0 SKYACTIV-G de 184 CV por todos los motivos que ya ha contado más arriba Fernando Ríos. O eso decía yo.
Hace solo algunas semanas, cuando todavía éramos felices y seguíamos sin saberlo, viví una experiencia reveladora al asistir a la presentación internacional de los Porsche 718 Cayman y Boxster GTS 4.0 en el circuito de Estoril y sus alrededores. Pasé los días posteriores con los pelos erizados y la mente obsesionada; esos coches me gustaron una auténtica barbaridad. De entre los dos, elegiría el Boxster porque es descapotable.
Conduje por primera vez una versión básica del 718 Boxster hace algunos años, cuando Fer lo probaba para km77.com y me lo prestó una tarde después del trabajo. Por aquel entonces había conducido pocos coches «gordos» y pensé que la controversia que había en torno a los nuevos motores Porsche de cuatro cilindros con turbo era una patraña porque ese trasto era una pasada. La realidad es que lo sigue siendo, pero el estímulo que produce el motor atmosférico de seis cilindros y 400 CV del GTS 4.0 no se puede comparar, es verdaderamente memorable. Su respuesta y sus prestaciones emocionan, pero lo más glorioso es el sonido, hueco al ralentí y que evoluciona hasta un aullido desgarrador a medida que sube de vueltas. Te hace sentir como si el maldito coche cobrara vida.
Y el motor no es más que el principio, pues en este Porsche no hay casi nada que no sea sublime. El tacto de los pedales, la dirección y el cambio de marchas manual le tiene que poner las pilas a cualquiera, aunque diga que no le gusta conducir. Además, la puesta a punto de la suspensión te permite dar vueltas a un circuito con una eficacia altísima y a la vez consigue filtrar los baches de una forma inexplicable cuando sales a circular por carreteras rotas. Es un producto redondo que se puede utilizar cada día.
Salvo excepciones, los fabricantes están muy centrados en llenar sus modelos de luces y tecnología, lo que está haciendo que el sector se homogenice y los coches cada vez se parezcan más entre sí. Tanto el MX-5 como este Boxster son bastiones de esa tendencia y quizás por eso, además de por la obvia emoción que se siente al conducirlos, nos gustan tanto. En mi caso, el Boxster GTS 4.0 gana al MX-5, incluso teniendo en cuenta la diferencia de precio, por el simple hecho de que se va a quedar mucho más tiempo instalado en mi cabeza.
Que buen artículo !!!
… aunque sinceramente me sorprenden vuestras elecciones si la única premisa es disfrutar con él al volante y me sorprenden para bien, porque me esperaba el típico BMW M, cualquier Mercedes 55 ó 63 AMG, cualquier Audi RS, etc.. etc…
Yo de los vehículos que he tenido la oportunidad de conducir y sin duda con el que más he disfrutado ha sido el Ford Focus RS 350 CV de 2013. Luego he tenido la gran suerte de tener muy buenos coches y probar otros de alta gama. Pero ninguno me ha transmitido la diversión y el placer de aquella pequeña bala con el que había que hilar muy fino y ese efecto turbo «antiguo» que te pegaba casi de golpe al asiendo a la vez que perdía tracción en casi cualquier marcha.
Saludos y gracias por compartir este artículo.
Vaya, no si al final a los redactores de km77 les van a gustar los coches y no los ven como meras lavadoras. ?
Coincido con todos, excepto quizá el Fiesta ST. Incluso el Wrangler me parece disfrutable (aunque escogería un Jimny); es como la mountain bike de cuando éramos pequeños y hacíamos el cabra por el monte.
(Seguramente no por casualidad, la mayoría de elecciones tienen cambio manual, propulsión y motores atmosféricos)
Yo siempre he escogido coches que me dijeran algo. A veces he estado cerca de algo más objetivo o práctico pero al final siempre he acabado en algo “especial”. Supongo que la cabra siempre acaba tirando al monte…
Por cierto, como sugerencia, ¿porqué no permitir en ciertos modelos / versiones pruebas menos objetivas? Quizá no en la página principal, Dios no libre de ensuciarla, pero si en algún blog dedicado a tal efecto. Ciertamente no es lo mismo probar un Octavia que un MX-5…
Me parece especialmente interesante cuando leo opiniones de personas con experiencia y en objetos “originarios “. Me refiero a que entiendo ustedes suelen probar vehículos nuevos y de serie, que no han recibido opciones de compra desafortunadas (muy habitual en las unidades de particulares, tipo más rueda o más llanta, por mencionar las más habituales), ni tampoco tienen ya 4 años y muchas anécdotas.
También se entrevé que la calidad del “servicio “ que ustedes ofrecen tiene, entre otros pilares, la sensatez de sus redactores.
Yo ya ni sueño con un coche ideal.
Sueño con poder aparcar rápido, con que me quepa todo, sueño que pasa la itv sin pasar por el taller, sueño con que no se averíe, sueño con no tener accidentes, con descubrir que he hecho 1000km con 45€…. Sueño con que el que tengo no “me quite el sueño “.
Sería maravilloso que fuera un 911 de los 80’s. Pero ni lo es, ni lo será. Y hace tiempo que me da igual.
El gt 86 es el gran incomprendido. Yo tengo uno del año 2018, y si, como dicen aqui ya no existe el bache de potencia del 2012, se aumentó la.potencia en 8 cv, aunque la.marca no lo reconoció quizá por no dejar.en.entredicho al anterior. Se reforzó chasis y si hizo un deportivo más aprovechable.
@1 En mi experiencia en estos coches (AMG, RS, M) en carretera abierta acostumbran a ser demasiado coche para tan poco asfalto y/o talento para poder disfrutarlos realmente.
No digo que poder recorrer el máximo de terreno en el mínimo de tiempo posible no tenga su punto también. Ver como trabajan los sistemas de tracción total, los avanzados cambios automáticos y los potentes motores turboalimentados es increíble. Pero no creo que sea placer de conducción en su estado más puro.
Desengañemonos, a los que nos gusta conducir disfrutamos de un coche cuando podemos llevarlo al límite o cerca de él. Si ni lo estás oliendo (por cualquiera de las tres razones: prestaciones, carretera o manos) no te diviertes.
Hace mucho tiempo mi tío cambió un A6 C6 3.2 FSI Quattro por un XF Mk1 4.2. Y casualmente los coches convivieron unos días. Así que aproveche un fin de semana para llevármelos a hacer un recorrido per carreteras de montaña Gerundenses que conozco bien.
La diferencia entre los dos no podría ser mayor. El Audi se mostraba mucho más efectivo pero más inerte, estilo apunta-y-dispara. El Jaguar menos efectivo pero mucho más dispuesto a ser conducido. Disfruté mucho más con el XF que con el A6.
Me sorprende que habléis de coches de veinte millones de pesetas, y no de los que los que la mayoría de los españoles nos podemos permitir, como por ejemplo del mítico golf. Yo tengo un 1900 TDI de 2004 y estoy encantado, nunca me ha dejado tirado ni me ha dado ningún problema. En vuestros comentarios siempre leo que es el mode del que los demás fabricantes quieren copiar. En fin que me gustaría estrenar otro de la serie Vlll, pero me da pena deshacerme del V.
Yo también sufro del síndrome del pobre.
Disfruto más de artículos de marcas generalistas de 100-150-200 cvs, especulando/divagando sobre comparativas razonables-no tan razonables, que con artículos sobre Ferraris, Porsches, Lamborghinis y demás superdeportivos incendiarios (permitídme la broma).
Un saludo,
A nadie se le pasa por la cabeza porque todo el mundo piensa en prestaciones puras y velocidades vertiginosas, pero yo elegiría un Mini.
Al leer la primera frase, rápidamente me he puesto en situación y he pensado «Cayman».
Y veo que no soy el único.
Es el único coche que me llama de los de más de 200 CV, y si sacasen una versión de «sólo» 200 estaría encantado con ella, pero entiendo que no quieran ver a un Porsche sucumbir ante coches del montón.
Cómo ya han comentado más arriba, a los que disfrutamos conduciendo nos gusta llevar el coche al límite, y si éste tiene tropocientos caballos, pues aún yendo rapidísimo te falta algo.
Y a mí esto me pasa con la potencia, pero también con los neumáticos. Con los neumáticos que más he disfrutado, y aprendido, ha sido con los Energy Saver. Todo el día al límite, con una progresividad encomiable (en seco) y sintiéndome un jovenzuelo finlandés disfrutando con el deslizamiento continuo sobre la nieve, pero en seco.
Además, el saber que puedes llevar el neumático al límite continuamente y que no lo vas a fundir en 10.000 km, te permite disfrutar más, lo mismo que pensar que si deslizas medio metro de más y vas al guardarail, con 3k euros tienes otro coche. Si tienes los ahorros de unos cuántos años puestos en el coche, el límite lo ves de lejos.
Amigos que gran articulo. Cabe decir que hoy por hoy todos los coches son buenos y tienen algo interesante, pero pocos coches transmiten algo. La fiabilidad es buena y las carreteras aburridas. Los coches premium son muy caros, y los SUVs absurdos. El Fiesta ST es como un GTI de los 90, pero domado..y esteticamente dudoso. Por mi parte, yo no compro coches nuevos excepto para mi familia (tengo un LEON ST para ir con ninyos todos los dias, y un passat variant de 2010 para viajar) pero creo que el GOLF GTI sigue siendo el coche a batir – de segunda mano y con pocos KM. Y para disfrutarlo hay que esconderse en una carretera secundaria o terciaria. Por eso lo alquilo cuando puedo, como el XBOW que alguien me deja en circuito y mi kart de 2T FA ROTAX para entrenar….y sin olvidar el BMW M2 alquilado que tambien suelo pasear en Alemania….
Sin desmerecer el comentario de ninguno de los grandes profesionales, muy cualificados, me ha seducido el de Mario Garcés y no porque «las personas que me agradan son las que opinan como yo».
Tras 20 coches propios, infinidad de préstamos de coches de amigos, vehículos de alquiler, y desde luego afición, no cambiaría una coma de esos comentarios. Seis cilindros, par, sonido, añado, relación de marchas con lógica, no de desahogo, suspensión en su justo punto, ni potencia escasa ni de un Caterpillar de cantera…y ese algo indefinible que te hace feliz conducir sin pereza, y desde luego…sin videojuegos para conducir…música y un GPS racional..
Sí señor!!!Los que ya peinamos canas hace mucho y cuidamos el vehículo y la forma de conducir, añoramos los tiempos en que los coches eran..eso, coches, no como ahora una prolongación de los trastos audiovisuales que tenemos en casa.
Mis felicitaciones
Se agradece que no vayáis «como norma» a lo carísimo y espectacular, o super-potente, (en muchas ocasiones bastante «paleto» por cierto), que es lo que hacen el 85% de las web que tenemos en éste país. Me refiero (en éste caso) a la elección del Toyota GT, Mazda MX 5 y Ford Fiesta ST, coches relativamente accesibles. Muy bien `por tener criterio propio, y no ser más de lo mismo.
Por otro lado, me alegro de que (como bien decís) hagáis pruebas asépticas. Para mi esto es un soplo de aire fresco, de seriedad y credibilidad a la hora de hacer vuestros test. Lo digo porque la mayoría de las pruebas de coches que hay en internet (a nivel nacional) parecen programas de Tele5 o LaSexta…mucho jajaja jijiji… : ( . Con un innecesario protagonismo de los probadores. Y unas pruebas que antes de leerlas (o verlas) ya sabes lo que van a decir, por esa comentada falta de criterio propio, de ser políticamente correctos y copiarse unos a otros según van las tendencias.
Para terminar, una petición (común a todo el sector).
Aunque entiendo que está habiendo cambios en la evolución de los coches en varios niveles (electrificación, híbridación, etc…) observo que un altísimo número de vuestras pruebas(en los últimos dos años o más…) son de coches con cambio automático. Ya casi sólo es posible ver pruebas de coches con DSG, S-Tronic,Powershift, EDC, DCT, EAT8…(también mucha versión 4×4 y acabados super altos).
Creo que no es necesario pasar del blanco al negro de golpe, ya que los fabricantes siguen ofreciendo cambios manuales , algunos muy apetecibles por manejo y precio (por no hablar de la preocupante falta de fiabilidad de los automáticos).
También hay muchos usuarios que no quieren (o pueden) pagar un cambio automático, un 4×4, o un acabado Zen.
Intentad pedir a las marcas coches más accesibles o básicos de gama. Hay gente a la que no le interesa tener asientos de cuero, climatizador doble, tracción 4×4 o DSG.
Los vehículos que hay en venta en éste país en un rango de precios entre los 8000€ y 17000€ (y hay bastantes) están prácticamente desatendidos (sobre todo en los últimos dos años) en casi todas las páginas web de pruebas de coches (incluída la vuestra).
Sin embargo y paradójicamente , los Mercedes AMG, BMW M, Porsche, Audi S, 4Matic, Tesla, Quattro, 8G DCT Shooting Brake, PHEV, E-Tron, AWD Aut. , E Tense 4×4,A6 Avant 50 TDI, BMW X5,X3,X1, RS4 Avant, Quadrifoglios, DSG 4X4, AT8,Bentleys…son los más habituales protagonistas de vuestras pruebas.
Sólo digo que las buenas cualidades que tenéis como probadores, sólo unos (muy pocos) podrán aprovecharse de ellas…
Por lo demás, recibid mi enhorabuena y seguid así.
Un saludo
Me ha sorprendido encontrar entre vuestros coches favoritos 3 de los míos: el Fiesta ST que me planteé comprarlo hace tiempo, el MX-5 que me lo planteé todavía más en serio (de hecho lo fui a probar a concesionario y al final mi lado racional me hizo no comprarlo) y el Boxter/Cayman del que sólo leo maravillas. De hecho de los comentados el único que no me llama nada la atención es el Jeep, creo que hay que ser muy fan de la conducción todoterreno para llevar un coche como ese que para todo lo demás es peor.
Felicisimo de leer esta nota!!!! Muchas gracias a cada uno de ustedes por volver a las sensaciones, a lo que de verdad transmite un coche. Estoy muy cansado de ver notas impersonales con una cantidad de datos imposibles de recordar y listas interminables de equipamiento. Por supuesto que todos los datos son importantes, pero se pueden leer en un folleto o en la pagina oficial de la marca. Estas experiencias de las que ustedes muy bien hablan son las que cautivan y nos dan la personalidad del coche. Nuevamente muchisimas gracias por esta nota y Felicitaciones!!!!
Me ha encantado la racionalidad de sus elecciones. Dentro de ella, no puedo sino estar totalmente de acuerdo con Mario. Tanto, que tengo el que fue su coche. Un bmw 330i e46 con el equipamiento justo para disfrutar conduciéndolo, su seis cilindros y su suave sonido sin artificios.
Por otra parte, solo ha habido dos coches por los que alguna vez en los ya casi cuatro años que hace que lo tengo me he planteado cambiarlo: el mx5 y el gt86. No tienen seis cilindros, pero son de los pocos que, nuevos, me puedo permitir y encajarían en lo que le pido a un coche.
Un saludo
Es curioso como cierta lectura de este artículo revela lo «desconectada» que está la industria de los gustos de los aficionados. Sintomático de esto es que todos hayan elegido rarezas del mercado, versiones muy puntuales o modelos tipo a contracorriente.
Quizás la magnitud «disfrute» que proporciona un automovil no se pueda reducir a cifras, y en ocasiones incluso parece que cuando estas son muy llamativas resulta contraproducente para ese objetivo. Al menos para cierta manera de entender el disfrute de un coche que parece primar entre los aficionados.
Yo creo que la industria hace coches para gente a la que le gusta tener el coche mas loquesea igual que le gusta tener la tele mas grande o las deportivas mas caras. Supongo que es el gusto mayoritario de quienes la mantienen en esos segmentos de mercado. Porque a pesar de las mil normativas que tiene que cumplir un automóvil cuando una marca tiene ganas de lanzar algo molón lo lanza.
Y tengo otra de cal para la prensa del motor, aunque esta casa se libra. Años de criticar maleteros pequeños, alabar recuperaciones fulgurantes, exacervar la importancia del consumo en cualquier tipo de coche, criticar la incomodidad de un deportivo biplaza y la suspensión blanda de un monovolumen a la hora de ir de tramo… Quizás también haya educado a su público para que demande coches idénticos en diferentes formatos visuales.
Solo puedo añadir que los coches que yo desearía comprar de entre los que el mercado ofrece ahora mismo están mas o menos en la lista de los redactores. Y que me he reconocido en lo del Miata, la carretera secundaria y la sonrisa tonta.
Valmhö, tienes un maravilloso don y es el de hablar (escribir) sin decir nada.
Que bueno.
Diego, como ya se ha dado cuenta para la próxima lo tiene muy fácil: sáltese mis comentarios y no sea así de maleducado.
Valmhö no creo que haya sido maleducado, el maleducado me temo que es Ud precisamente con su comentario.
No se preocupe, para otra ocasión que vea su pseudónimo obviaré su lectura a no seer que tenga tiempo para leer sandeces.
Este texto de Mario Garcés es para enmarcar, opino exactamente lo mismo:
«Igual que la corrección política es una forma de censura extendida en nuestros días que limita la riqueza de cualquier debate, la electrificación y el endurecimiento de las medidas anticontaminación acaban con la diversión.»
En cuanto a coches preferidos de los que haya podido probar, me quedaría con el BMW Z4 3.0si. Es un vehículo que no está pensado para viajes largos o para la comodidad que ofrece su interior, ni siquiera por su calidad de fabricación, ya que el coche que tengo la oportunidad de coger habitualmente tiene grillos por todos los lados.
Pero basta encender el contacto de su 6 cilindros en línea, para que todo lo demás quede en un segundo plano. Es un motor maravilloso con una rapidez de respuesta casi inmediata, es tocar el acelerador y el coche sale catapultado. Y lo mejor de todo es el sonido que emite, muy bruto en bajas y totalmente metálico en altas, casi como si de un coche de carreras se tratase. Es una sinfonía para todo aquel que ame el mundo de la automoción.
Al Covid no hay nada que agradecer, bueno alguna excepción como esta.
En la era precovid echaba en falta este tipo de «artículos». A ver si en la era poscovid siguen apareciendo de vez en cuando.
Yo con el paso de los años y las circunstancias de la vida, he ido variando mis preferencias automovilísticas.
Deportivos económicos, compactos «rápidos», berlinas «rápidas», SUVs Premium, … y, ups! … «furgonetas».
Hasta hace poco tenia tres vehículos. Un 308 de la última generación, un Q5 también ultima generación y una Tourneo courier (un ford fiesta en formato furgoneta).
Decidí simplificar mi vida y quedarme uno de los 3.
Pues, elegí la courier. No fueron cuestiones económicas las que influyeron en la elección.
El courier llegó por motivos desgraciados. Una enfermedad postró a mi padré en una silla de ruedas y ninguno de los vehículos de la familia era práctico para la situación.
La accesibilidad era el gran problema y además las continuas visitas a hospitales, y el vivir en el entorno de una gran ciudad, hacia un poco incordioso un vehículo de grandes dimensiones.
Mi padre falleció; y sin planificarlo, la courier seguia siendo la que cogía más a menudo.
Más pequeña, mucho más cómodo entrar y salir, una visibilidad muy superior, mucha sensación de amplitud, las puertas correderas son un gustazo, para los fines de semana la bici entra dentro sin esfuerzo…
No es para ir a hacer unas curvas, … o sí? , tal como dice algun compañero de aquí, a veces el gusto es acercarte al límite de lo que tienes.
También, como dice @Valmhö en #16, lo desconectada que parece la industria de algunos aficionados.
Quien me diría a mi…. una furgo.
A veces la vida te abre caminos insospechados, ¿verdad?
albertov.
Le comprendo perfectamente. Soy un gran aficionado a las furgonetas. Y, efectivamente, «No son para ir a hacer unas curvas, … o sí?
@21,
Gente como Vd. hace falta mucha, 3 de mis últimos vehículos han sido una furgoneta del tipo de la suya, y no por necesidad profesional precisamente.
Hay un refrán gallego que dice «can de palleiro, sirve pra todo e vale pra nada». Pues eso es una furgoneta tipo la suya. Sirve para todo, aunque no sea lo mejor en nada.
Que la disfrute!
A mi me encantan las fragonetas, las he usado a menudo y me lo paso muy bien.
Practico descenso en bicicleta de montaña, así que necesitamos una forma de subir y raras veces no es una furgo.
Empecé en el 97-98 más o menos, y por entonces nuestro vehículo era una «magnífica» Seat Panda Terrra color caca, con una vaca de plástico y barrotes en el techo. Llegábamos a meter tres bicis y un colega atrás. Algunas veces, por hacer la gracia, uno se subía al techo y hacía el remonte ahí sentado, sin marearse en la parte de atrás.
Recuerdo con cariño que un día el líquido limpiaparabrisas salía de color fluorescente, luego resultó que el conductor vio el nivel de refrigerante bajo y se lo añadió por error al limpiaparabrisas. Fue genial, presionar la perilla -si una perilla de goma que pulsas a través de un agujero en el salpicadero- y ver salir líquido color alienígena.
Después pasamos a una Peugeot J5, con la palanca de cambios en la columna de dirección, algo curioso pero a lo que te acostumbras rápido. Esa furgo tenía mal los frenos y había que bombear un par de veces para que frenara, era divertido y terrorífico a la vez.
Luego pasamos a una Mercedes MB100, dura como una roca, sin tapón en el depósito de gasoil (un trapo le poníamos) y la verdad es que para estar destrozada cumplía.
Avanzó el tiempo y nos pusimos pijos, alquilábamos furgos más grandes, como la IVECO Daily hpi, que es cojonuda y en una de 7 metros nos metíamos unos diez tíos con sus correspondientes bicis, y remontábamos con la puerta abierta porque si no morías mareado y a oscuras.
La Transit va también muy bien y la Sprinter, que además es un mechero, solo tiene el problema de que si te sientas en la caja y apoyas la espalda en el centro del muro que separa de la cabina te quemas el culo a base de bien, debe estar la caja de cambios o algo del escape que se pone rabiando.
Furgonas…que mundo maravilloso.
Hola,
@24, he de reconocer que la anécdota del líquido alienígena saliendo de los limpias es de lomás surrealista y gracioso que he leído sobre coches en muchos años.
Un saludo,
A nadie se le pasa por la cabeza porque todo el mundo piensa en prestaciones puras y velocidades vertiginosas, pero yo elegiría un Mini 🙂
¡ Genial entrada ! Hay que reconocer que todo lo que no está colgándose en la web por el cauce habitual, lo estáis compensando por la línea bloguera. Supongo que eso también os permite personalizar mucho más, fuera del foco «oficial». Hago extensión de este comentario al de Javier Moltó de otra entrada, que por rollero le han dado de comer aparte (me recuerda a alguien…). Con vuestros perfiles y gustos heterogéneos, habéis argumentado la decisión y compruebo que hay una tendencia japogermanaoffroad muy interesante. Diferentes formas de entender el disfrute al volante, aunque y leyendo también comentarios de lectores, cada cual pone el gusto donde el gusanillo le hurga. Conductores » estándar » tal vez valoren el confort de marcha de una suspensión activa con largas batallas y equivalentes anchos de vías para afrontar viajes largos en autovía, quien quiera tener un buen panorama de visión para ratonear en ciudad, un equipo de sonido para aislarse del mundanal ruido, etc. Muy bueno, gente
En orden:
1.-Miata
2.-Cayman
3.-GT86
4.-Wrangler