El sábado —mientras hago la enésima fila en el parque de atracciones, algo que mi hijo no sé si recordará cuando me aparque en una residencia— leo un tuit (por cierto, mi tranquila cuenta de Twitter, si a alguien le interesa, es @alf_reguart) sobre El Rescate. Por fin ha llegado, pienso. No porque sea algo bueno, que no lo sé, sino porque así los políticos dejarán de jugar al «yo no tengo la pelota» y tendrán que ponerse con otro juego.
Y cuando hablo de los políticos me refiero a todos, a los del Barça y a los del Madrid. A los del yo ya lo dije y a los de usted ya lo sabía. A fin de cuentas son todos iguales, de hecho luchan por un mismo fin, perpetuarse en el poder. Eso sí, también reconozco que son unos cachondos iluminados: en cuanto salen del poder, todos tienen grandes ideas para solucionar los problemas que no fueron capaces de arreglar mientras podían hacerlo.
Pero escribo esta entrada porque hay dos aspectos de este asunto que me han llamado la atención.
El primero, el bautizo. Parece que papá y mamá no se ponen de acuerdo con el nombre. Marcos. Pilar. ¡Marcos!,¡Pilar!, ¡Préstamo!,¡Rescate!. Me recuerda a la tontería del matrimonio homosexual. Supongo que ningún político español vio la película Airbag, donde Manquiña repetía aquello de «Lo importante es el concepto».
El segundo es la coincidencia temporal con la final de Nadal, el partido de España y la carrera de Alonso. Se anuncia el rescate un sábado por la tarde. ¿un sábado? pero si esta gente los sábados no son de currar…Y justo un día antes de tres eventos en los que, previsiblemente, España se iba a llevar una u otra alegría. Sí, tengo la mente retorcida. Piensa mal y acertarás, que dice mi madre. ¿Cortina de humo?, ¿casualidad?, ¿Circo romano?
Pero ha resultado que ni Nadal ganó, ni lo hizo España y al equipo de Alonso le salió el tiro por la culata, por muy contento que saliese él en la entrevista diciendo que había ganado diez puntos. Así que, muy a pesar de algunos, hoy sigue siendo una noticia importante la ayuda-prestamo-teto.
Y ustedes, que saben de esto más que yo, ¿qué opinan de todas estas cosas?
Celedonio