Después de la primera parte, donde explicamos algunas recomendaciones generales de compra así como en qué aspectos revisar de la carrocería, neumáticos y frenos, seguimos con más puntos a tener en cuenta a la hora de comprar un coche usado.

Circuito de refrigeración

Llega el momento de revisar el motor y los componentes aledaños. Lo primero puede ser, por ejemplo, el estado del líquido refrigerante. Debemos verificar que su nivel sea correcto según las marcas de máximo y mínimo que hay en el vaso de expansión.

Lo ideal es que el plástico del vaso de expansión tenga un tono blanquecino y que deje ver con claridad el líquido que hay en su interior. Así es como debería estar en un coche que tiene poco uso (e incluso con no tan poco uso pero sí bien mantenido). Si, por el contrario, el coche tiene mucho uso o falta de mantenimiento el vaso de expansión suele estar oscurecido y deja ver con dificultad el líquido que hay en su interior.

Vaso de expansión del líquido refrigerante

El líquido refrigerante ha de tener un color determinado (puede ser verde, rojo, azul, etc.) en función de su composición. Es importante que no sea marrón o incluso tenga restos de una textura parecida al barro. Eso es señal de que algunos componentes del circuito de refrigeración podrían estar oxidados o que en algún punto se está mezclando refrigerante con aceite (indicio de una avería importante). Para comprobar mejor el estado del refrigerante se puede abrir el vaso de expansión (siempre con el coche frío) y extraer una pequeña muestra.

Conductos del sistema de refrigeración

Los conductos del sistema de refrigeración (que pueden ser manguitos de goma o tubos metálicos) tienen que estar en buen estado, sin grietas o indicios de que la goma está acusando el paso del tiempo. El sellado de todos debe ser perfecto, sin escapes de agua por pequeños que sean. Naturalmente, el coche no debe dejar ningún rastro de agua (ni aceite) en el suelo después de estar aparcado durante un tiempo en el mismo sitio. Cada vez es más difícil de comprobarlo porque la parte inferior del motor suele ir carenada para mejorar el coeficiente aerodinámico.

Estado superficial del motor

El motor no ha de tener fugas de aceite: es conveniente utilizar una linterna para ver bien todos los recovecos. Es admisible, hasta cierto punto, que los coches que no sean seminuevos tengan algún ligero rezume. Eso, en principio, no es muy preocupante. No es admisible que el aceite esté cubriendo alguna pieza o incluso haya goteo, pues entonces no hay duda de que el coche requiere alguna reparación (además, esto suele ser calificado como falta grave en la ITV).

Motor con 100 000 kilómetros

Es conveniente revisar que el nivel de aceite esté entre el máximo y el mínimo. Si está por debajo se puede deber a que el motor lo consume (y no se ha repuesto) o que hace mucho que no se cambia. Si hay varilla de nivel, también se puede comprobar el estado del aceite sacando una pequeña muestra. Si el motor es de gasolina y el aceite ha sido sustituido hace poco este debería estar aún de color dorado. Por el contrario, en los motores Diesel, el aceite adquiere en pocos kilómetros un color negro por lo que no se puede saber si se sustituyó recientemente.

El aceite rezuma claramente desde la junta de la tapa superior del motor.

En el vano motor hay otras piezas susceptibles de chequear. Una de ellas son las correas (si están más o menos a la vista, lo cual no siempre ocurre) o también los mazos de cables. No obstante, no queremos entrar mucho en este apartado porque para encontrar posibles problemas y manipulaciones hace falta algo de experiencia y quizá se escape de la finalidad de este artículo.

Revisión de la parte inferior de la carrocería

La parte inferior de la carrocería (los bajos) da muchísima información sobre el estado del vehículo. Por ello, es interesante llevar el coche a un box de mecánica donde podamos alquilar un elevador durante unos minutos.

Con el coche elevado podremos volver a revisar y cerciorarnos de algunos aspectos que ya vimos en el apartado anterior: neumáticos, frenos o estructura. También podremos comprobar si hay algún raspón o golpe en alguna parte, lo que da una idea del cuidado con el que se ha conducido y el tipo de vías que ha frecuentado.

La parte baja del vehículo dice muchas cosas sobre su estado

También podremos ver mucho mejor si hay fugas de aceite o valvulina (aceite de engranajes) por las partes inferiores del motor y caja de cambios. Lo ideal es que esté todo seco, pero un coche con unos cuantos kilómetros encima que esté completamente seco por debajo es como ver un unicornio.

Este rezume de aceite está afectando a un contacto eléctrico

Se deben comprobar los fuelles de la transmisión que van junto a las ruedas (en el eje delantero en los coches de tracción delantera y, detrás, en los trasera). Estas piezas de goma no deben tener grietas ni rajas porque sería una vía de salida para la grasa que hay en su interior. Los amortiguadores tampoco deben tener manchas de aceite.

El fuelle de goma está, aparentemente, en buen estado

Piezas oxidadas

Los brazos de la suspensión, tuercas, bajos de la carrocería y otras piezas aledañas hechas de metal no deben de presentar mucho óxido ni corrosión. En este caso las condiciones de uso del coche son determinantes. Hay mucha diferencia entre los coches que están en un garaje cuando no se usan y los que están siempre en la calle. Pero son aún mayores entre los que están en un ambiente seco y los de zonas próximas a la costa o en las montañas. Una ligera corrosión superficial de tornillos o tubos de escape no es nada preocupante. Si la oxidación es profunda, hay piezas importantes perforadas o, en el peor los casos, la estructura está afectada, es mejor descartar el coche porque suele acarrear reparaciones muy costosas y difíciles de llevar a cabo.

Los tubos de escape se oxidan con facilidad; eso en principio no es preocupante salvo que haya perforación.

Los brazos de la suspensión y barras estabilizadoras están sujetos al chasis a través de unos casquillos de goma. Es importante que no estén rajados, cuarteados o que tengan algún trozo desprendido, lo que podría provocar ruidos durante la marcha.

Este casquillo (que une uno de los brazos de la suspensión delantera al subchasis) no está agrietado ni rajado.

También es interesante comprobar que no hay holguras en los rodamientos de las ruedas, transmisiones, barras estabilizadoras e incluso los cárdanes que trasladan la fuerza del motor a las ruedas. Esto se puede comprobar superficialmente haciendo fuerza con las manos.

Motor en marcha

Lo ideal es que podamos arrancar el vehículo con el motor frío. El motor se ha de poner en marcha sin ruidos raros. Justo en ese momento, no debe tirar una bocanada humo por el tubo de escape (salvo que sea un Diesel antiguo). En los coches de gasolina con catalizador es normal que el olor que salga del escape sea muy intenso y penetrante durante los primeros minutos de funcionamiento. Después de un tiempo de uso, el olor debería ser mucho más suave, lo que indica que el catalizador está realizando su función.

Prueba de conducción

En la prueba de conducción nos debemos fijar que la suspensión no produzca ruidos al pasar por los baches, algo que se aprecia mejor yendo despacio que deprisa. En las bandas de limitación de velocidad tampoco debe haber chirridos o golpes secos: estos pueden ser la causa de que los casquillos o silentblocks que sujetan los elementos de la suspensión al chasis están estropeados.

El coche debe ir recto al soltar el volante, tanto al acelerar como al frenar. Y no tiene que haber vibraciones en la dirección en ningún caso, así como tampoco holguras. El tacto del freno debe ser suave y el pedal no debe vibrar. Tampoco tiene que haber ruidos durante la frenada.

El coche debe salir desde parado de forma limpia sin tirones. Si dispone de caja manual todas las marchas deben entrar con suavidad y la palanca no debe volver por sí misma al punto muerto al acelerar o cuando se aprovecha la retención del motor para reducir la velocidad. Esto se puede probar bien en un tramo de carretera con una pendiente larga y acusada.

Si la prueba de conducción es suficientemente larga podremos observar cómo funciona el sistema de refrigeración. La aguja que indica la temperatura (si la hay) debe quedarse más o menos fija en el punto correcto (sobre los 90 grados) y no debe acercarse a la zona roja en ningún caso porque antes ha de actuar el electroventilador.

Durante o después de la prueba de conducción también es interesante probar el correcto funcionamiento de las luces, limpiaparabrisas, elevalunas, espejos retrovisores eléctricos, aire acondicionado y, en general, de todo el equipamiento del que disponga el coche.

Otros consejos

Una vez que ya tengamos casi decidido el coche que deseamos comprar, es recomendable adquirir un informe de tráfico donde podemos «descubrir el número de propietarios, historial de cargas y embargos, posibles incidentes, ITVs, entre más detalles» o informes tipo Carfax.

¿Y si no tengo tiempo ni ganas de revisar un coche?

Para quien no tenga ese tiempo o esas ganas, dispone de varias alternativas a todo lo que hemos comentado anteriormente. Están a continuación y no son excluyentes:

  1. Pedir al vendedor que el coche pase la ITV antes de adquirirlo.
  2. Pagar una revisión en un taller mecánico. Esto tiene un coste superior al de pasar la ITV, pero revisarán más puntos. El mecánico nos podrá dar una valoración más precisa del estado del coche, por sus conocimientos y porque tiene herramientas específicas de diagnosis.
  3. Adquirir un servicio de peritaje profesional que emite un informe sobre el estado del vehículo en función de diversas pruebas y valoraciones.

Coche procedente de renting (de empresa y particulares) o alquiler ¿sí o no?

En la actualidad los coches procedentes de renting abundan en los portales de anuncios de compra y venta, y en ocasiones son fáciles de detectar. El principal punto para rechazarlos es que probablemente no reciban el mismo trato que un coche comprado con el dinero de quien lo conduce. Esto es especialmente evidente si son coches que se han usado para trabajar, que normalmente reciben uso intensivo. El principal punto a favor para adquirirlo es que probablemente hayan pasado todas sus revisiones en un servicio oficial y el libro de mantenimiento esté sellado. Tampoco hay que conceder demasiado valor a esto ya que la mayor parte de los particulares también llevan el vehículo a las revisiones durante los primeros años de vida (para que no se anule la garantía).

También hay que tener en cuenta en qué tipo de establecimiento adquirimos un coche procedente de flota. Si lo hacemos directamente a un concesionario oficial probablemente tengamos una garantía directa de la marca. Si lo compramos en un establecimiento multimarca, las operaciones en garantía se realizan, por lo general, en talleres generalistas concertados.

Coche procedente de particular

Es una opción muy a tener en cuenta. Tendremos más información de primera mano sobre el uso que ha tenido el vehículo. También tendremos mayor capacidad de negociación, ya que los precios entre particulares no suelen ser fijos.

Lo negativo de comprar a un particular es que generalmente los coches no están limpios, maquillados o preparados como los que proceden de establecimientos profesionales. Además, probablemente nos tendremos que ocupar del proceso que implica cambiar de titular un vehículo.

Conclusiones

Hasta aquí llegan algunas de las comprobaciones que se pueden llevar a cabo a la hora de comprar un coche. Obviamente no están todas, pero sí las principales que puede hacer un particular con un poco de tiempo y ganas.

El principal objetivo de una revisión como la que hemos expuesto aquí es tener la máxima información posible sobre un coche para hacer una buena compra. Pero hay que tener presente que no se trata de un proceso infalible. En ocasiones es complicado saber si alguna pieza está al final de su vida útil o si dará un problema en los próximos meses. Un coche está compuesto por miles de piezas sujetas a deterioro y muchas de ellas requerirán una reparación sin previo aviso.

Somos conscientes de que probablemente nos hayamos dejado muchas cosas por decir. Tú, ¿qué otras cosas tienes en cuenta y compruebas a la hora de comprar un coche usado?