El smart fortwo y el Toyota iQ son los dos turismos de menor tamaño que actualmente hay en el mercado, pero entre ellos hay importantes diferencias. El smart mide prácticamente 2,7 metros de longitud y el Toyota casi 3,0 metros. Además, el smart es claramente más estrecho, unos 12 centímetros.
El número de plazas es la otra gran diferencia entre ellos. El smart es un estricto dos plazas, mientras que en el Toyota caben hasta cuatro ocupantes. Las posteriores no son cómodas y comprometen la posición de los ocupantes de las anteriores, que han de adelantarse para dejar un espacio mínimo detrás, pero ahí están para cuando hagan falta.
El fortwo se puede elegir entre carrocería cerrada o descapotable, toda una rareza dentro de los coches pequeños y urbanos. La elección de motores es muy extensa: el que hemos probado es el de gasolina de 71 CV (versión denominada «52 mdh»).
Por su parte la versión del iQ que hemos probado es que la que tiene 68 caballos. Este mismo motor lo pueden llevar el Aygo y el Yaris.
Los precios de partida de cada modelo probado son los siguientes:
smart fortwo coupé 52 mhd pure (61 CV) 10500 euros
Toyota iQ 1.0 VVT-i (68 CV) 13200 euros
Se trata de modelos costosos. Por ejemplo, por menos de lo que cuesta un iQ hay un Yaris. Puede compensar pagar por ellos porque tienen cualidades que no se encuentran en otros coches del mercado lo poco que ocupan y el poco espacio que necesitan para maniobrar. Pero claro, para sacarles provecho, es necesario que se den unas condiciones de utilización muy particulares.
Estos precios de partida tan dispares se equilibran si igualamos el equipamiento. El smart con equipamiento básico “pure” carece de elementos como el aire acondicionado, la dirección asistida, las llantas de aleación, radio, los airbags laterales…. Todo esto es de serie en el iQ. En este enlace se puede comparar el equipamiento de serie de cada uno, igualarlo si se desea y ver el precio final de cada coche.
Sin entrar en muchos detalles, el precio del Toyota parece que está más justificado que el del smart porque ofrece más sensación de coche grande, mejores materiales de recubrimiento y mejor confort de marcha. A los mandos de smart queda claro que vamos en un modelo más básico.
En cuanto a potencia o capacidad de aceleración no hay un ganador claro. Los dos resultan suficientes para ciudad o carreteras con pocas complicaciones. La mayor diferencia en cuanto a sus cualidades dinámicas viene dada no por el motor, sino las diferencias en los tipos de cambios de marchas: el del smart es automático y el del Toyota manual
¿Cuál elegir?
Todo depende de la utilización que se vaya a dar. Si además de recorrer la ciudad también se tiene pensado salir por carretera, el Toyota es mejor compra.
Este Toyota tiene tacto de coche «de verdad», de coche más grande. Reacciona mucho mejor a los movimientos del volante y a velocidades elevadas mantiene mejor la línea recta.
La conducción del smart no se parece a la de ningún otro coche moderno. Su trayectoria es muy sensible a la velocidad y al estado del piso. Hay que hacer correcciones casi constantes con el volante incluso para llevarlo en una carretera recta. Aunque no da mucha sensación de seguridad alta velocidad, es difícil saber si es una impresión real. Hemos comprobado que, en nuestra medición de frenada que se hace desde 120 km/h pisando el pedal como si la vida fuera en ello, el smart pierde velocidad de forma segura. Pero esta medición la hacemos en recta y no sé si me atrevería a hacer una frenada tan brusca en curva.
Sin embargo, si el uso va a ser casi exclusivamente por dentro de ciudades muy congestionadas, me decanto por el smart. El Toyota iQ parte con la ventaja de que necesita mucho menos espacio para maniobrar, a pesar de su mayor tamaño exterior. Con todo, mi impresión es que, en muchos casos, no es muy normal enfrentarse a situaciones en las que sea realmente necesaria tanta capacidad de giro. El smart gira peor, pero es claramente más estrecho y eso sí es definitivo en tráfico urbano porque permite aprovechar mejor los huecos disponibles.
Otro aspecto a favor del smart es que su carrocería deja mejor visibilidad al conductor. En el iQ, se va sentado mucho más retrasado y se controlan mucho peor sus esquinas, con el añadido mencionado antes de que la carrocería es más ancha. Un detalle curioso es que en el smart es muy fácil pasar de una plaza a otra, pues no hay consola que interrumpa el paso de los pies, lo que puede ser muy útil cuando se aparca pegado a una pared.
Ninguno de los dos tiene una suspensión cómoda, pero el que peor sale parado, con diferencia, es el smart. Resulta brusco, seco, cada vez que pasa por encima de un bache medianamente grande (como una banda en relieve de limitación de velocidad).
En el caso del smart, a la incomodidad de la suspensión se suma la poca suavidad y rapidez del cambio de marchas automático. Es un cambio que se toma su tiempo para elegir una u otra velocidad: en consecuencia, nos puede dejar sin respuesta en el momento más inoportuno. A eso hay que añadir que no se pueden realizar maniobras con total suavidad. Hay que tener mucho cuidado con el acelerador para conseguir movimientos precisos mientras se aparca en lugares pequeños, y aún así, no siempre se consigue. El cambio de marchas del Toyota es manual, de funcionamiento correcto, y es el único posible en el iQ de 68 CV.
En un envoltorio de tres metros de longitud Toyota ha colocado cuatro asientos pero ha tenido que prescindir casi por completo de maletero. Solo tiene 26 litros, según datos oficiales. Cabe un abrigo aplastado, un maletín poco abultado o una mochila medio vacía. Poco más. Si se quiere aumentar el espacio de carga, se pueden abatir los asientos posteriores con total facilidad desde el exterior.
El smart tiene un maletero mayor (220 litros), al que se accede por un portón dividido en dos partes: una parte se abre hacia arriba y la otra hacia abajo, resultando una especie de mesa o punto de apoyo (soporta hasta 100 kg). ADemás, la parte inferior contiene un cajón que puede resultar muy útil.
Para finalizar dejo aquí un vídeo que hicimos (producción y edición de Raquel Sanchez) donde se puede ver claramente la enorme diferencia de capacidad de giro a favor del modelo japonés
Cogolludo
Habiendo probado un Smart no lo encuentro un coche satisfactorio en absoluto. Yo probé el de 84CV que es un coche relativamente rápido, pero por todo lo demás deja bastante que desear. Como ya se ha dicho el cambio de marchas es patético, y yo añadiría la poca practicidad de contar con sólo dos asientos, la posición de conducción que es bastante incómoda, o el precio de un coche que parece más de juguete que otra cosa.
El Toyota en cambio, aún a pesar de no haberlo probado (si que me subido en él), me parece un proyecto de ingeniería brillante. Meter 4 asientos en unas dimensiones tan reducidas y además hacer que tenga unas reacciones de coche y con una maniobrabilidad tan elevada es digno de reseñar. Yo no me compraría nunca uno, pero si tuviera que hacer ciudad lo encuentro una opción mucho más valida que el Smart.
Aunque claro, luego podríamos discutir que si sólo fuéramos a hacer ciudad con nuestro coche en Europa, para que lo querríamos teniendo en cuento lo desarrollados que están los sistemas de transporte público en Europa…
El Smart lo he visto, tocado y probado (versión eléctrica y versión de 71 CV), el iQ sólo lo he visto y tocado. Por dentro me parece mucho mejor acabado el Smart, y con mejores materiales (no sé si con la actualización del iQ han mejorado algo). La guantera con velcro parece una broma.
En marcha, el cambio del Smart tampoco es tan lento, además que se puede utilizar como secuencial. La suspensión es una tabla, pero supongo que tiene que ser así al ser tan corto de batalla. Yo iba desconfiado, pero cuando lo probé me sorprendió gratamente. Y el techo panorámico da mucha luz.
Aunque supongo que el mejor era el Smart anterior, que al ser más corto lo podías aparcar en batería sin sobresalir.
Yo, hasta que dio volteretas por un campo, y me dejó realmente satisfecho de lo bien que funciona su célula de seguridad ya que estoy aquí para contarlo, tuve un Smart de los primeros, no creo que hayan evolucionado mucho. El cambio es lento, pero salvo eso, es un coche con el que hacía casi 600km cada fin de semana y lo aparcaba en Barcelona cerca de casa en 2 minutos, lo cual es un lujo. El maletero cunde más de lo que parece a simple vista, os lo aseguro.
Mi problema es que pensaba que era el vehículo perfecto para una gran ciudad, pero me equivoqué, realmente es un scooter de 125cc. (por lo del carné de coche). El smart ocupa un carril como cualquier coche y paga zona azul o verde. Vas tapado, pero no es ventaja suficiente…
El maletero del Smart no es muy útil para hacer la compra, si se llevan productos congelados o que necesiten frío (salvo que se quiera ir haciendo la descongelación camino de casa).
Yo llevé un iQ 1.3 de 100 CV (CV más, CV menos…) y me pareció un coche simpático, con una buena salida en primera, una segunda normal y una tercera interminable. A partir de ahí ya no probé, pero he oído que era un tanto absurdo circular con él por una nacional y tener que reducir y reducir y reducir marchas para adelantar.
No se trata de tratar de tener un GTI, sino simplemente de elegir unos desarrollos y escalonamientos de los mismos lógicos con la potencia del motor.
#4 Un poquito exagerado, no cree?
Hace más de 5 años que tenemos Smart/s en casa, y en mi opinion, aunque el motor está, efectivamente, debajo del piso del maletero, el aislamiento está muy bien resuelto.
#3 Jota,
Creo que es un comentario muy acertado, Yo tenia un smart color negro, (en verano es horrible por el techo panoramico que hace efecto invernadero…y como dice Jota, el motor de smart esta literalmente bajo el maletero, y a pesar de un excelente aislamiento acustico y termico, todo lo que lleves en el maletero puede facilmente alcanzar temperaturas muy elevadas. (minimo entre 35 – 45 grados) en trayectos de mas de 30 min. A mi modo de ver es un gran problema, da igual que lleves el aire acondicionado a tope.
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Dudamos entre los dos coches, y finalmente nos compramos el Smart fortwo coupe 52 mhd pure.
De eso hace ya 6 años, es un coche fantástico, suave, práctico y sorprendente mente económico.
Y lo definitivo, mira quien conduce un toyota y quien conduce un smart.
Aclárenos el tema por favor, no acabo de entender su criterio definitivo.
Tengo un vecino que tiene un IQ, realmente es feo y antipático, pero no tanto.
He probado los dos tanto en el casco urbano como en carretera. El Toyota IQ. 98 cv que ha sido el que probé existe una gran diferencia respecto al Smart en todo sus aspecto. En primer lugar la suspensión es mucho más estable y cómoda que el Smart además de pegarse mucho más en el asfalto sin lugar a duda. Referente a los frenos tiene mayor frenada el Toyota ya que lleva discos delanteros y traseros mientras el Smart como vaya un poco ligero tienes que pisar a fondo y agarrar bien al volante si no quieres tener un percance. La comparación de uno con el otro es poco comparable al no ser que ambos son vehículos de reducidos tamaño. Su interior es bastante más olgado el Toyota, además de la equitación que lleva, climatizador, asientos de cuero, navegador, Star stop, y apertura de las manetas por el tacto, sensor de luces, sensor de lluvia del limpiaparabrisas y todo de serie además de la rigidez de su chasi y todos los airbag que lleva. El Smart es un coche simpático y divertido un coche de verano y playa, un poco ruidoso que tampoco se le puede pedir mucho por alguna razón existe la diferencia de precio.