El asunto de los navegadores no es exclusivo de las vacaciones de verano, pero lo que está claro es que, en esa época del año, los usamos más. Bien sea porque no conocemos bien el destino del apartamento de turno o de la más recóndita de las playas, o bien porque sencillamente nos gusta ir viendo por dónde pasamos, cuánto queda para llegar o los incidentes de la ruta, el navegador se ha convertido en un pasajero más.
Y lo mejor de todo es que, gracias al teléfono móvil, la oferta de aplicaciones de este tipo es extensísima. Con unas nos encontraremos más cómodos con el diseño de sus mapas, con otras por sus indicaciones, otras pueden ser más adecuadas por la cantidad de información que suministran y otras, por tener un aspecto mucho más sencillo, claro y minimalista.
Todas están disponibles en las plataformas de descarga de teléfonos móviles, ya sean Android (Play Store) o iOS (App Store), y en la mayoría de los casos, son gratuitas y con mapas descargables (para no tener que están utilizando datos continuamente). También son mayoría las que admiten compatibilidad con Google Android Auto y Apple CarPlay y, por tanto, una integración con el sistema multimedia del coche óptima desde el punto de vista de la seguridad —para manejarlo se pueden usar los mandos del coche e incluso comandos vocales— y de la visibilidad —la mayoría de las pantallas de los coches modernos son más grandes que las de los teléfonos móviles—.
En esta entrada voy a enumerar unas cuantas, las más conocidas y utilizadas, pero la lista es tan larga como lo son los gustos de cada uno. Porque en el fondo es eso, cuestión de gustos y, sobre todo, de comodidad a la hora de usar una u otra. ¿Las cinco que he elegido? Google Maps, Waze, Mapas de Apple, AmiGO y HERE WeGo.
Google Maps
Es la aplicación de navegación por antonomasia y la más utilizada. Fue de las primeras en aparecer y, durante mucho tiempo, la aplicación nativa de este tipo en la mayoría de teléfonos móviles (actualmente no viene descargada de serie en los dispositivos iOS, aunque se puede hacer gratuitamente desde la tienda de apps). Y precisamente ese es uno de sus principales reclamos y clave de su éxito: que todos, en mayor o menor medida, hemos tenido contacto más o menos habitual con ella, bien porque queremos llegar a algún sitio en concreto o bien porque simplemente queremos conocer dónde se halla una tienda concreta, una calle o un parque.
Pero no solo debe su éxito al uso más o menos generalizado, sino a la facilidad de interacción y a la cantidad de datos que proporciona. Navegar con Google Maps es muy sencillo porque la interfaz es clara y fácil de interpretar y, además, da opciones en cuanto al medio de transporte a utilizar: coche, transporte público, taxi/VTC, bicicleta, avión o incluso a pie.
El cálculo de la ruta y el tiempo estimado de llegada lo hace en tiempo real de acuerdo con el tráfico o con nuestras preferencias (podemos pedir que evite autopistas —de peaje o libres— y ferris o incluso dar prioridad a aquellas rutas que suponen un ahorro de combustible o de energía eléctrica, si el coche es de ese tipo). También es posible añadir paradas intermedias, fijar una hora concreta para salir o llegar —para esta último caso sugiere una hora de salida—, fijar un recordatorio de salida o seleccionar vista de satélite.
Otra función interesante es la muestra de incidencias en ruta, que se nutre de los datos que otros usuarios van reportando en tiempo real (es de tipo «comunidad»). De esta manera, además de los radares fijos, que los señala de manera predefinida, se puede señalar la existencia de uno de tipo móvil, la presencia de obras u objetos en la calzada, una colisión, o una retención. Es compatible con Android Auto y Apple CarPlay.
Waze
Otra de las aplicaciones más reconocidas y utilizadas en el mundo de la navegación es Waze, que pertenece a Google desde el año 2013 (de hecho, muchos datos los comparte con Google Maps). Hay muchos aspectos en los que se parece a su «hermana» Google Maps, pero hay otras en las que se diferencia claramente.
Entre los puntos en común está la posibilidad de informar acerca de sucesos en la vía, aunque aquí son más abundantes (intensidad del tráfico, peligros en la calzada principal o en el arcén, presencia de radares móviles, mal tiempo, precios del combustible, carreteras cortadas o errores en el mapa, entre otros), elegir a qué hora salir o a qué hora llegar, el cálculo de rutas en tiempo real en función del tráfico, del distintivo medioambiental que tenga el coche en el que nos movemos o de nuestras preferencias (también es posible evitar autopistas, con o sin peaje, el uso de ferris, el tránsito por caminos sin asfaltar o incluso el paso por cruces difíciles) o funciones específicas para vehículos eléctricos.
A este último respecto, no obstante, las opciones son más amplias que en Google Maps, pues permite la búsqueda de cargadores de compañías concretas (se puede filtrar por aquellas que nos gustan más) o el tipo de enchufe.
Lo que no ofrece Waze es un guiado a pie o en bicicleta (se puede usar de esta manera, pero no está optimizado para ello), la vista de satélite o datos tan detallados como Google Maps para negocios, empresas (incluidos horarios de apertura y cierre) o nombres de calles. A cambio, es posible interactuar con otros «Wazers» mediante un chat, una función que no aporta nada en concreto salvo algo de distensión en caso de atasco (en marcha no se debe utilizar, claro, salvo que lo haga el pasajero).
También es distinto a Google Maps el diseño de los mapas y la forma de indicar los pasos a seguir en una ruta, dos detalles que pueden suponer una ventaja o todo lo contrario en función de los gustos y preferencias de cada uno. También es compatible tanto con Android Auto como con Apple CarPlay.
Mapas de Apple
La aplicación de Apple no está tan extendida como las otras dos de las que he hablado hasta el momento y, además, tiene un gran inconveniente para algunos usuarios: solo está disponible en dispositivos iOS (Apple, básicamente). Android se queda fuera, al menos de momento.
Con todo, es una aplicación que resulta muy fácil de utilizar y que muestra indicaciones sencillas de comprender, muy esquemáticas y con representaciones en tres dimensiones de edificios y demás elementos que nos rodean (el nivel de detalle depende mucho de la ciudad por la que nos movamos; cuanto más grande, mayor nivel). También calcula la ruta óptima en tiempo real, como en Google Maps y Waze, y tiene función «comunitaria» para advertir de incidencias en la vía, aunque de manera mucho más limitada (accidentes, peligros y radares móviles, nada más).
También comparte con las otras dos aplicaciones la posibilidad de poder programar la salida y llegada a un destino concreto o evitar autopistas (con o sin peajes), y con Google Maps, la elección del medio de transporte a utilizar: coche, transporte público, bicicleta, taxi/VTC (incluida la tarifa) o a pie.
AmiGO
Tampoco es de las aplicaciones más utilizadas en la actualidad, pero sus menús, sus mapas y su forma de interacción le sonará a mucha gente porque pertenece a la compañia TomTom, líder de ventas de dispositivos de navegación portátiles en los años 2000. Obviamente, en todos estos aspectos ha evolucionado con el paso de los años y presentan un diseño mucho más moderno, pero la esencia sigue presente y, precisamente, esa es probablemente una de sus mayores ventajas con respecto a otras aplicaciones.
En muchos aspectos se parece a las aplicaciones de las que he venido hablando hasta el momento (Google Maps, Waze y Mapas de Apple), en el sentido de que incluye funciones de tipo «comunidad» (se puede avisar de incidencias en la vía, incluyendo obras o carreteras cortadas), el cálculo las rutas en tiempo real en función del tráfico o nuestras preferencias (se pueden evitar autopistas con o sin peajes, carreteras sin asfaltar o ferris) o la elección del tipo de vehículo a utilizar (coche, moto, furgoneta u «otro»), pero además permite elegir el tipo de sistema propulsor de éste para adaptar las rutas (combustión, híbrido enchufable, híbrido no enchufable o eléctrico).
Especialmente útiles son las funciones que ofrece para vehículos eléctricos, pues permite elegir la toma de recarga del coche, si tenemos o no un cable adaptador, el nivel de carga de la batería mínimo al llegar a un destino o en las paradas para cargar o el máximo que deseamos alcanzar durante el proceso de carga. Además, permite elegir el tipo de ruta en base a cuatro opciones: Rápida, Ecológica, Corta o Con curvas.
No es la única función interesante y poco habitual que ofrece. En los radares de tramo, junto a la velocidad real a la que se mueve el coche (medida por GPS, como en otras aplicaciones), aparece la media de velocidad del tramo concreto, que es un dato verdaderamente útil en estas situaciones.
Es compatible tanto con Android Auto como con CarPlay.
Here WeGo
Con esta aplicación ocurre como con AmiGo: es probable que su aspecto, sus menús y el funcionamiento general le suene a mucha gente porque, en esencia, son los que Nokia desarrolló a mediados de los años 2000 bajo el nombre de Ovi Maps. En la actualidad tienen un diseño mucho más moderno y muchas más funcionalidades, pero el nexo de unión con aquellos primigenios mapas de hace un par de décadas sigue estando presente.
No es de las más utilizadas, pero tiene detalles muy interesantes, como por ejemplo la posibilidad de elegir el combustible del coche que utilizamos para calcular la ruta más adecuada, alertar sobre los límites de velocidad (incluso el margen que queremos añadir al máximo de la vía), la localización de áreas de descanso al circular por autopistas y sugerencias de aparcamiento. También da a elegir varios tipos de vista del mapa: la estandar, una de tipo satélite (como Google Maps), con lugares de interés incluidos, con edificios representados en tres dimensiones o incluso con el relieve del terreno.
Y como en otras aplicaciones, también permite elegir el tipo de vehículo para el cálculo de ruta (coche, transporte público, bicicleta, moto o incluso a pie) o evitar ferris, peajes, autopistas, túneles, vías sin asfaltar o incluso cambios de sentido. Lo que no tiene es la función de comunidad presente en la mayoría de las aplicaciones mencionadas para, por ejemplo, alertar a otros usuarios de la presencia de un vehículo detenido, un accidente o un radar móvil.
Es compatible con Android Auto y, en teoría, también con CarPlay (en la propia app hay una pestaña para habilitar dicha opción y en la App Store de Apple así lo indica), pero yo no he conseguido hacer que funcione con este último sistema probando con cuatro teléfonos de Apple convenientemente actualizados (iPhone 12, 13 Pro, 14 y 14 Plus) y en tres coches distintos (Mazda, Toyota y Kia).
¿Y qué pasa con los sistemas de navegación nativos?
Los sistemas de navegación que vienen integrados con la mayoría de modelos nuevos también son satisfactorios en la mayoría de aspectos, al menos una buena parte de ellos. No obstante, prácticamente ninguno ofrece todas las funciones que sí traen, por ejemplo, Google Maps o Waze. Su integración con el coche o los comandos vocales del sistema multimedia funcionan mejor, por norma general, pero no hay funciones de «comunidad» (salvo excepciones muy puntuales) y las posibilidades de personalización de rutas y vehículo son mucho menores.
No obstante, los más avanzados sí que incluyen cálculos de ruta en función del tráfico o de nuestras necesidades/gustos y, en el caso de algunos modelos eléctricos, también funciones relativas al cálculo de rutas con sugerencia de paradas e incluso tiempo de recarga (es especialmente útil y preciso el de Tesla).
Algunos fabricantes, como Renault, Volvo o más recientemente Audi, han optado por una solución intermedia incluyendo el sistema operativo Android Automotive (con capas de personalización, eso sí). De esta manera, en la pantalla del propio sistema multimedia tenemos acceso a todo el espectro de aplicaciones de Google y a la tienda Play Store, desde donde se pueden descargar otras de terceros como Waze.
Y vosotros, ¿cuál utilizáis?, ¿sois más de aplicaciones móviles o de navegadores nativos? Os leemos en los comentarios.