BMW lleva desde el año 1977 ofreciendo cursos de conducción, de distintos tipos y diferentes niveles. Aquí está toda la información sobre las actividades que BMW lleva a cabo.
Yo he tenido la oportunidad de estar en el Driving Training Tour M. Con eme de eMvidia, la eMvidia que puede producir saber que he pasado un día en el circuito del Jarama conduciendo todos los modelos M que BMW comercializa actualmente: M3, X5 M, X6 M y, sorpresa, el reciente Serie 1 M. Un evento que BMW España ya ha realizando en la mitad de las ciudades, quedando pendientes para lo que queda de año Valencia, Lérida, Barcelona y Gerona.
Últimos retoques al último juguete de BMW, el Serie 1 M.
En mi caso, tras llegar al Jarama y acreditarme, hubo una pequeña charla en la que la nos hablaron de los cursos de conducción de BMW y nos presentaron a tres pilotos relacionados deportivamente con la marca alemana: Antonio Albacete, Kuru Villacieros y Francesc Gutierrez.
Kuru Villacieros, Francesc Gutierrez y Antonio Albacete.
No sólo han corrido con BMW, sino que ahora todos ellos tienen un BMW M3 de su propiedad, concretamente los que aparecen en la siguiente foto:
A continuación, y divididos en varios grupos, comenzaron las actividades. A mí me toco empezar en la pista, teniendo como instructor a José Manuel de los Milagros, piloto ganador de la Clio Cup y la MINI Challenge en 2010 (palmarés). Y como compañero de grupo (íbamos cuatro en el coche), a Francesc Gutierrez (palmarés). Así que el nivel de conducción de los ocupantes de nuestro coche, al menos el de dos de ellos, era sobresaliente.
En primer plano, José Manuel de los Milagros. Detrás de él, Francesc Gutierrez. Puede disfrutar de la conducción de ambos.
Tras darnos una vuelta José Manuel, me puse yo al volante. En el trazado del circuito había varias pruebas: un slalom, una de esquiva y una frenada en curva. El slalom no tenía mucho misterio (faltaría más 😉
Slalom «chupao»
La esquiva —similar a la prueba del alce— se hacía a 70 km/h. Y esa es la velocidad a la que pase en la primera vuelta. En la última lo hacíamos a 90 km/h y aún quedaba margen para subir ligeramente la velocidad.
La frenada en curva daba algo de miedo. Salíamos desde parado desde donde comienza la subida que llega a la curva «Monza», punto en que había un pasillo curvo limitado por conos a ambos lados y donde había que frenar a fondo. Las primeras veces lo hice levantando el pie unos cuantos metros antes de llegar a los conos. La prudencia y el sentido común impedían retrasar hasta los conos la frenada. Pero claro, oía una vocecilla en mi cabeza que me decía “no seasss cobaaardeeee”. Así que le pregunté a de los Milagros si se atrevía a que yo me atreviese a aguantar acelerando hasta llegar a los conos. Me dijo que adelante (qué valiente…) y en esa vuelta, con el Serie 1 M lo intenté. Lo siento. Imposible, no fui capaz. Me rajé. Se llegaba tan rápido que o levantaba el pie antes o en vez de una demostración de frenada en curva hubiese hecho una de cómo trazar una línea tangente al vértice.
Prueba de frenada en curva
Pude disfrutar, desde el asiento de atrás, de las vueltas que dio Francesc Gutierrez. Da gusto ir con alguien que sabe conducir (discutimos sobre esto: él decía que todo es cuestión de práctica; y yo que tenía razón, pero que hay que tener ese don que distingue a los buenos de los muy buenos). Me encantaba ver como frenaba al llegar a la curva «Portago» con el coche no-recto sin que serpentease lo más mínimo. Lo fácil que lo hacía todo. En ese momento era yo quien sentía eMvida.
Continuará…
Esperamos la parte II.
Horas de conversación he tenido tratando de explicar la diferencia entre De la Rosa y Alonso por ejemplo.
La mayoria de la gente piensa que se aprecia a simple vista o que no la hay.
Hay que ver conducir a un monstruo del volante para entender lo que es un piloto de calidad.
Y luego practicar claro.
reitero mi propuesta de trabajar de becario limpiando los zapatos de todos los componentes de km77.com con el fin de algún día, si soy válido según su criterio, poder disfrutar de una jornada como esta en compensación del lustre alcanzado en sus pies.