Soy usuario de la autovía A-2 entre Zaragoza y Madrid. Usuario habitual. En los últimos dos o tres años el Ministerio de Fomento ha renovado el asfalto de gran parte del trazado. Mejor dicho, ha asfaltado sobre la capa esa de hormigón o cemento con que se contruyó.
Han reparado muchos baches, incluido el hundimiento de la calzada en la zona de Calatayud (sentido Zaragoza) donde, en el carril izquierdo, sin ir a una velocidad anormalmente elevada había coches que despegaban. También conozco a más de una persona que ha reventado uno o más neumáticos por culpa de cortes en la superficie de la calzada.
Desde hace unos meses han comenzado a rectificar el trazado de algunas curvas. Me alegra que reformen un trazado que, en su mayoría, se hizo aprovechando la antigua N-II (para el que sea demasiado joven, tal vez no se haya dado cuenta que hay zonas en las que un sentido de la circulación tiene la calzada sobre un firme llano mientras que el otro sentido asciende y desciende como una serpiente reptando en un plano vertical).
Pues bien, a pesar de que todo lo que sea mejorar me parece estupendo hay dos cosas que no entiendo. La primera es la necesidad de gastarse un dineral en arreglar algunas curvas que cualquier vehículo, bien sea un coche o un camión, es capaz de trazar a la velocidad máxima legal sin ningún problema. Puedo estar de acuerdo que el trazado actual de la autovía es muy mejorable pero el que se sale en una curva no es por culpa del diseño de la curva sino por falta de atención, imprudencia o por la implicación de un tercero.
La segunda ¿es necesario que en un recorrido de unos 200 km (desde un poco antes de La Almunia hasta casi Guadalajara) haya 16 tramos con circulación en un sólo carril? Porque eso es lo que me encontré la semana pasada. Dieciséis lugares en los que había que bailar al ritmo del más lento, que podía ser un camión circulando a 40 km/h. Supongo que acometen las obras simultáneamente para terminar antes la reforma. Lo que yo me pregunto es si esas prisas son por nuestro bien o por interés electoral (y antes de que alguién me catalogue, lo adelanto: me dan igual los unos que los otros. Me parecen, mayoritariamente, habrá excepciones, la misma gentuza interesada en conseguir el poder con los mismos fines, que no son otros que vivir del cuento). Personalmente prefiero que las obras duren el doble o el triple pero que no me encuentre una retención cada 12,5 kilómetros.
Por otra parte, tengo dos dudas «técnicas». La primera es que, si no recuerdo mal, no se puede circular a una velocidad inferior a la mitad de la máxima permitida en la vía (salvo transportes especiales). ¿Puede un camión normal circular a 35-40 km/h en un tramo de obras limitado a 60 km/h o debería no bajar de los 60 km/h? ¿Es decir, el limite es la mitad de la velocidad máxima genérica o de la específica?
De 3 carriles sacan dos. En el momento de tomar la foto ibamos a 45 km/h, detrás de un camión.
Y la otra. Si hay una subida a un puerto con tres carriles y por obras, se utiliza este lado de la calzada para la circulación en ambos sentidos, ¿hay algún motivo por el que en vez de dejar uno de bajada y dos de subida se coloquen los conos en la mitad del carril central y se deje sólo un carril por sentido? Tal vez me equivoque pero la anchura de los carriles y el arcén es similar al de una carretera nacional en la que sí hay dos carriles para el ascenso y otro de descenso.
Y ya por último, dado que los coches con navegador pueden recibir las informaciones sobre el tráfico (vía RNE3), ¿tan difícil es tenerla actualizada? Frecuentemente me encuentro con que el navegador me dice que hay una retención de varios kilómetros en la vía y cuando llego a ese punto no hay nada, como me encuentro una fila de un kilómetro de vehículos parados y el navegador no ha recibido ningún aviso. Por ejemplo, en la foto podéis (intentar) ver en la pantalla del navegador que hay tráfico denso (me lo avisó muchos kilómetros antes) en el punto donde tomé la imagen.
Así que paciencia al que tenga que viajar por la A-2 en los próximos meses. Supongo que con las operaciones de salida y retorno veraniegas tendrán más tacto con estas restricciones.
Alfonso Herrero