Estoy acostumbrado a viajar por tierra a más de 200 km/h, es lo que tiene ser usuario habitual del AVE, claro. En coche también he ido alguna que otra vez a esa velocidad. Es lo que tiene ser usuario relativamente habitual de las autopistas alemanas, claro. Pero nunca he llegado a 300 km/h en algo que condujera yo. Reamente ir a 300 km/h no tiene más de especial que ir a 296 o 302 km/h. O 265,3 km/h, qué más da. Pero alguien inventó el sistema decimal y estas cifras nos parecen especiales. Será su redondez, supongo.
Hasta ahora, mi velocidad máxima la había logrado en un Audi RS6. Rojo (fotos). Más aún, rojo chulo. Tenía la opción que cambia la limitación de 250 a 280 km/h. El marcador acarició los 290 km/h, tal vez llegó a los 292 km/h, no lo recuerdo bien. Así que la posibilidad de pasar la pseudo barrera de los 300 a bordo del Bentley Continental GT Speed resultaba tentadora.
Posiblemente algunos de ustedes hayan conducido a doscientos, incluso a doscincuenta. Imagino que los que hayan ido a más de esa velocidad no serán muchos. Si les interesa saber qué se siente y qué se piensa, sigan leyendo, les invito a ir de copilotos en mi GT Speed.
Ayer llovió en el trayecto de Munich hacia Berchtesgaden. Lástima, porque no había mucho tráfico en la autobahn. Los luminosos de los pórticos advertían de que la velocidad máxima estaba limitada a 120 km/h en casi todos los tramos. Lector estaba frustrado, se lo he notado en el buenos días del desayuno en el hotel. Hoy la primera parte de la ruta, unos 150 km, no ha sido mejor. Esta parte de Alemania es preciosa, bosques de pinos y abetos de tamaño majestuoso, ríos caudalosos por las lluvias, todo muy verde. Igual que mis Monegros.
Pero afortunadamente, según nos acercamos a Múnich, el tiempo mejora coincidiendo con los tramos de autopistas que nos dirigirán al aeropuerto para regresar a España. Entre pitos (ayer) y flautas (hoy), ya llevamos juntos unos 350 km Lector y yo. 350 km en los que Lector me va chinchando porque no hemos podido acercarnos, ni por asomo, a comprobar si es cierto que el Continental GT Speed alcanza 330 km/h.
Bien por obras, bien por intersecciones, bien por otros motivos, no está eliminado el límite de velocidad en la autopista. Y cuando sí lo está, el tráfico es muy abundante, a pesar de que aún nos quedan 80 km para llegar a Múnich. Pero tras esa curva a derechas en subida, diviso un tramo recto, largo, de tres carriles con el izquierdo despejado durante unos cuantos cientos de metros. Piso a fondo, el cambio de ocho marchas ZF reduce, no sé si cuatro, tres o cinco, el motor W12 se revoluciona y una sacudida nos agita con cariño la cabeza de detrás a delante.
La aguja del velocímetro recorre la escala con la misma facilidad que si arrancásemos desde parado. 140…160…190…230…260… nos acercamos a una zona con tráfico en los dos carriles derechos y un coche por delante de nosotros en el tercero. Freno con mucha anticipación o eso creía, pronto veo que si no aumento mucho la presión sobre el freno la velocidad no va a descender suficientemente rápido, entendiendo por suficientemente lo que hace falta para no estampar por el método del forjado una parrilla de Bentley en el trasero del coche de delante. Es lo que tiene ir muy rápido, cuesta mucho frenar el coche, sobre todo cuando pesa casi dos toneladas y media. Le cuesta incluso con esos frenos cerámicos de 420 mm y 356 mm de diámetro que cuestan la friolera de 14.359 € (listado de equpamiento de serie y opcional del Continental GT Speed) . No sé si hemos llegado a alcanzar 280 km/h, por ahí cerca habrá estado.
Durante los siguientes kilómetros repetimos la maniobra un par de veces y la abortamos otras tantas por el tráfico. Ya estamos cerca de Múnich, aquí hay límite a 120 km/h. Vemos el primer cartel de desvío hacia el aeropuerto pero el navegador nos manda por el otro lado…¿error? Poco después nos daremos cuenta de que no.
Vamos a dar un rodeo para ir al aeropuerto porque Bentley nos lleva por una autopista de poco tráfico. Nos acercamos a un pórtico. “Lector, ¿está apagado no?” “Afirmativo, Celedonio, dale caña”. Acelerador a fondo y empezamos a ganar velocidad. Por delante el único obstáculo es otro GT Speed rojo que llevamos a suficiente distancia para no tener problemas en caso de un imprevisto. Entre ir a 210 e ir a 250 km/h la diferencia es poca. No sientes nada especial en el volante, casi ni sensación de velocidad. Pero cuando el coche sigue ganando velocidad esto va cambiando. Noto el volante más ligero, el carril se estrecha, los camiones que van por el carril derecho, a pesar del medio está libre, parece que están más cerca y que van muy lentos. No, lentos no, están parados. Es como si fuesen en sentido contrario. Echo un vistazo a la aguja, ya llega a la marca de 300 km/h, sorprendente. Pero sorprendente porque lo hace con facilidad. A esta velocidad el Bentley deja de ser un coche silencioso, se oye el motor y del ruido aerodinámico se oye con claridad (o eso creo yo) el que genera el alerón que se despliega tras la luneta.
Estoy sujetando el volante con fuerza, dirigiendo la mirada al infinito para poder anticiparme a lo que esté a lo lejos, que a esa velocidad es a lo cerca. No tengo sensación de miedo, pero sí respeto a la situación (asusta más ver a un piloto ruso llegar detrás de tí a la curva 16 de Motorland). Soy ferviente seguidor de la conducción defensiva, la que me enseñó mi padre y que en su primer y único mandamiento dice: “ponte siempre en lo peor”. Ya saben, que si el que está en el stop no lo va a hacer, que si por delante de esa furgoneta aparcada en doble fila te puede salir un niño corriendo. Y por supuesto, piensa que ese coche que está en el carril derecho por delante de ti se va a poner a adelantar sin mirar por el retrovisor. Esto último que es habitual en España, en Alemania no ocurre tanto pero alguna vez pasa. Y claro, a 300 por hora el margen de maniobra es escaso. Afortunadamente sigue habiendo poco tráfico y puedo seguir con el pie a tabla. La aguja ya está por 310 km/h. De pronto suenan unos pitidos que me hacen levantar el pie instintivamente. En la pantalla del cuadro aparece un texto en rojo (señal inequívoca de que pasa algo malo) que dice algo así “Low tyre pressure for high speed”. ¡¿hemos pinchado?!”. Yo no noto nada extraño en la dirección, el coche parece que va bien…Así me gusta, que Lector tenga iniciativa: está trasteando en los menús de la pantalla táctil de la consola y llega a uno que informa sobre la presión de las ruedas. Aparece la presión de las delanteras y de las traseras y tres recomendaciones. Para velocidad normal, para alta velocidad y para muy alta velocidad. La que llevan ahora los neumáticos no alcanza, por poco, la recomendada para la muy alta velocidad.
No sé si pasará algo por circular unos segundos sin hacer caso, imagino que el margen de seguridad es suficiente y no reventará ningún neumático. Pero ni me apetece comprobarlo ni tenemos la posibilidad de hacerlo. Ya estamos en las proximidades del aeropuerto. Nuestro último delito es adelantar a un coche de la policía a 200 km/h. Sensación extraña. En España acabaría en la cárcel por hacerlo. En Alemania ni siquiera giran el cuello para mirarte. Ni a nosotros ni al Bentley rojo, al Porsche Boxster y al Clase E que van por delante a esa misma velocidad. Tampoco a ninguna de las furgonetas que van a más de 160 km/h.
Es curioso que después de ir a esa velocidad, la sensación que se tiene al circular a 200 o 220 km/h es de normalidad. Parece que vas despacio. Que el resto del carril vaya a velocidad parecida ayuda, sin duda.
Así que Lector y yo, Celedonio, hemos pasado de 300 km/h. No hemos conseguido acercarnos a esa punta de 330 km/h, una buena excusa para que lo podamos intentar otra vez. Lector sonríe, no sé si es una risa floja por los nervios o porque se lo ha pasado bien de copiloto en este blog.
Celedonio
Celedonio me ha chivado que la semana que viene es posible que haya más carnaza de este tipo. Si quieres estar al corriente de sus peripecias, yo os las cuento en mi Twitter (@alf_reguart) antes de que él lo escriba en este blog.
Es el Volkswagen más rápido que ha conducido entonces, ¿no?.
¿Siente usted tensión al hacer esta prueba?. ¿Contrae involuntariamente los músculos?. ¿Hay un mayor aporte flatulento en el interior del vehículo?. ¿Transpira usted más?.
Gracias por contarlo 🙂
Pues si que corre, se le acaba la carretera. Habrá que darse una vuelta por Alemania a ver como es apurar lo que puede dar de si mi utilitario, aunque sería mucho mas divertido hacerse periodista del motor, jaja.
No sabia que las furgos pudieran correr legalmente como los coches en Alemania, ahora entiendo porque las de origen teutón van tan bien por la autopista a velocidades de perder puntos.
Genial Celedonio, un relato maravilloso. Bienvenido al club :-p
@2 Es curioso todo lo que tiene genes teutones funciona fantasticamente a alta velocidad, incluso los utilitarios pequeños.
Para mi el tema de velocidad es adictivo. Siempre pienso, un poquito más, un poquito más,… la subida de adrenalina es muy satisfactoria.
Echar un mano a mano con un AVE no tiene precio…
#5.- Lo hizo una conocida revista de motos cuando comenzaron a salir las 1000 que cogian 300 por hora y el Ave era novedad, creo que con una Kawasaki. Como ha cambiado la cosa.
#6, no llegaba a 300, se quedaba en 276 km/h. El AVE iba a 300, luego pasó a 350 (era en 1.992)
Aún se puede leer la prueba, la tienen colgada en .pdf los de Motociclismo. Busquen:
comparativa zzr ave
Tambien habria sido curioso ver como subia la aguja o los numeros decimales del consumo a la vez que subia la velocidad…
¿240.000 Leurazos y no tiene un sistema como los coches del Dakar que infla o desincha automáticamente los neumáticos?, Sería una pasada darle al botón «S» y ver en la pantalla del navegador, «suspensión rebajada», «alerón subido», «rejillas cerradas», «cristales sellados», «cinturón tensado», «asientos ventilados (para que no se te metan los calzones por el ojete)», «hinchado de neumáticos presión ok para alta velocidad»… «etc», «etc»… «agárrate macho que vas a flipar»… SUPER PURSUIT MODE ONNNNNNNNN…… ZAS !!!!!
http://www.youtube.com/watch?v=WyYB-E0rnw4
@9
Deja Vd. el coche fantástico a la altura del carro de Manolo (Escobar).
Lo del aviso de la presión de inflado de los neumáticos inadecuada para la velocidad lo tenía en Laguna II en el 2001… 😀
Esta es la parte que echaba en falta cuando leí ayer el post sobre la presentación del coche. Ahora sí que esta completo.
Gracias!
Y el sintetizador de voz y otras mil chucherías que desaparecieron por inútiles.
Es muy dificil, por caro que sea el coche, aportar novedades realmente aprovechables.
Y probablemente es más facil que las veamos en un clio o en un c3 aunque camufladas cumpliendo otra función, mientras se prueban para luego ponerlas en montones de chatarra como este y pedir lo que piden por él.
@10, por?, con lo que me gusta a mi el coche fantasma, digo, fantástico…
@13,
No estoy an absoluto de acuerdo con lo que ha afirmado. En nada, de hecho.
@15
Me sentiría raro si fuera de otra forma.
Que nostalgia me produce su relato. Viví dos años en Alemania y recuerdo muchos viajes todo el tiempo con la aguja en 190, con el magnífico VW Bora 1.6 que tenía entonces.
Lo de adelantar a la Polizei a esas velocidades y quedarse tan ancho es una sensación que no tiene precio.
Por último decir que este verano me han puesto dos multas por exceso de velocidad, una a 133 km/h y otra a 132.
Saludos.
No sé yo si me atrevería a ir a esa velocidad en tráfico abierto. Lo más que he ido conduciendo yo es a 190 km/h con varios modelos, y en Alemania. Qué maravilla de autopistas.
@17 Se deduce que autovía/autopista no?
La de 132 seguro que era en un tramo de 120 o el radar estaba en una zona de 100?
@19:
Por autopista y en las zonas sin limitación, evidentemente. Creo recordar que allí el concepto «autovía» no existe, todo son «Autobahn».
Las multas fueron en tramos de 120, concretamente en la A-6. Me pusieron la primera multa subiendo hacía la Coruña, en la provincia de León, no he mirado donde exactamente, quizá en el Manzanal. La otra multa me la pusierón curiosamente en el mismo sitio, pero a la vuelta (sentido Madrid).
Saludos.
La única vez que he probado esas velocidades fue con el ferrari 430 escuderia en montmelo, realmente impresionante la verdad.
Impresionante, menudo pepino!
Una pregunta, cual es el consumo instantaneo a 320 km/h? 25 litros? 50??