No hay duda de que los españoles tendremos algunas virtudes sumamente desarrolladas, pero desde luego, la del sentido cívico no es precisamente una de ellas. Una de las características que definen dicho sentido, aunque indudablemente no la única, es la de concederles a los demás el derecho a exigir los mismos beneficios y a disfrutar de los mismos derechos que reclamamos para nosotros. Esta insolidaridad nuestra (que se disimula como individualismo, con lo cual queda más bonito y menos egoísta) viene muy de tiempo atrás; no sé si en ninguna otra literatura del mundo ha existido, como en nuestro Siglo de Oro, un equivalente a nuestra “novela picaresca”. Tenemos cantidad de refranes que avalan este planteamiento insolidario: la caridad bien entendida empieza por uno mismo; ande yo caliente y ríase la gente; ahí me las den todas (en la cara del otro, por supuesto), y así unos cuantos más. Dicho de otro modo, lo que aquí funciona es la famosa “ley del embudo”, el clientelismo político, económico o social, el entrar por la trastienda, el colarse cuando los demás aguardan pacientemente su turno, y así un montón de actitudes que a un escandinavo le resultan inconcebibles.
Ejemplo señero de todo ello es la famosa frase que le dirigió un paisano del alpujarreño pueblo granadino de Albuñol, en los tiempos de la Restauración monárquica del siglo XIX, al político Natalio Rivas, en una ocasión en la que éste volvía de visita a su pueblo: “¡Natalico, colócanos a toos!”; eso, y a los del pueblo de al lado, que los zurzan. Pero tampoco está nada mal, para definir esta celtibérica manera de barrer para casa, la frase con la que encabezo esta entrada: “¡A ver, ¿qué hay de lo mío?!”. En muchos casos, lo que ni siquiera está claro es si “lo mío” es realmente algo a lo que el reclamante tiene auténtico derecho, o simplemente él lo considera así, porque es “lo mío”. En cualquier caso, con derecho o sin él, se trata de saltarse la cola y exigir que a él le atiendan primero.
Este planteamiento resulta especialmente llamativo cuando se trata de relacionarse con la Administración de Justicia, y se nota más entre gente de un nivel cultural no especialmente elevado; y no porque tengan menos ética cívica que los más cultos o poderosos, sino porque éstos hacen lo mismo, pero directamente en los despachos, y con mayor eficacia. Cuando hay un crimen, se detiene a un sospechoso y está declarando en comisaría, a los pocos momentos ya se arremolinan a sus puertas unas cuantas docenas de personas exigiendo “justicia” a grito pelado. Sin el menor respeto por el procedimiento legal, y con muy poca fe en la futura actuación del juez, al que no le han dado tiempo ni a verle la cara al sospechoso; pero ellos ya han dictado culpabilidad, veredicto y, si les dejan, incluso aplicarían el castigo; es decir, la “ley de Lynch” en pleno siglo XXI, al mejor estilo talibán. Pero como el sospechoso sea alguien próximo, por lazos familiares, étnicos, de clan o de amistad, todo son excusas, y de lo más peregrinas.
Dos ejemplos, relacionados con nuestro tema nuclear, el del automóvil y el tráfico. Pocos casos ha habido tan claros y sangrantes de culpabilidad en un accidente como el del bailaor “Farruquito”: sin carnet, a toda velocidad, de noche, denegación de auxilio a la víctima, ocultación del vehículo y finalmente, adjudicarle la culpa al hermano menor de edad. Pues con todo esto, había que ver cómo le arropaba todo su entorno familiar, étnico y profesional, justificando una actuación totalmente indefendible. Y la otra cara de la moneda: en Valencia, en un barrio periférico, un crío se le metió debajo de las ruedas del camión a un transportista que estaba realizando una maniobra. El conductor fue masacrado por los vecinos del barrio, la mayoría de la misma etnia que los defensores a ultranza de “Farruquito”; hagamos abstracción de la vertiente étnica, pero analicemos nuestra tendencia a cambiar de pesos y medidas según nos convenga.
Otro ejemplo que todavía colea es el de los damnificados en los casos Afinsa y Foro Filatélico, dos asuntos que olían a “timo de la pirámide” desde kilómetros de distancia. Pues bien, mientras la pirámide estaba próxima al vértice, y la afluencia de incautos (o de “listos”, según se tome) era muy fluida, todo iba como la seda, y se supone que los socios nos miraban a los demás con conmiseración, mientras ellos iban acumulando capital a ritmo de un 7% de interés. Tuve una experiencia muy próxima, ya que un familiar se apuntó; gracias a que mi mujer, que se maneja con bastante soltura en temas económicos y de finanzas, le consiguió convencer para que se saliese cuanto antes, aunque le costó lo suyo; a los pocos meses, el negocio pegó el petardazo, y entonces todo era dar las gracias por la advertencia, cuando antes era tomarnos por tontos por no apuntarnos nosotros también. Pues bien, todos esos financieros de vía estrecha, que todavía se creían lo de los “duros a peseta”, ahora quieren que “papá Estado” (o sea, el resto de españoles que fuimos prudentes) les rembolse sus pérdidas; es decir, que perdamos nosotros lo que a ellos les timaron, y que ellos salgan lo comido por lo servido. Cierto, el Estado debe vigilar este tipo de fraude, pero no es menos cierto que el “timo de la estampita” es más viejo que la tos, y que la película “Los tramposos” de Ozores y Tony Leblanc ya lo dejó bien claro hace décadas; pero al olor de la ganancia fácil, la prudencia desaparece y la codicia se desboca, y ahora viene el plañidero ¿qué hay de lo mío? Pero cuando el 7% fluía como un manantial, “lo mío” era para ellos, y no para repartir con los pobres de la parroquia.
Otra manifestación similar, y de nuevo en el tema de la automoción, es cuando se producen subidas desaforadas en el precio de los carburantes. Y una vez más, voy a repetir unos párrafos que ya escribí en su momento, cuando se produjo una de estas cíclicas circunstancias: “A raíz de la subida del precio de los carburantes (que algunos periodistas llaman las gasolinas, como si el gasóleo no existiera) los agricultores hicieron, o amenazaron con hacer, cortes de carreteras; ya se sabe que, en este país, la forma de protesta más usual consiste no en presionar a quien corresponda sino en impedir el derecho de terceros a la libre circulación. Pues bien, hubo que oír por la radio a los transportistas: que si los del campo no trabajan ni seis meses al año, que si la carretera es (tenían razón) su herramienta de trabajo, que si cuando ellos (transportistas) tienen problemas no van a pisarles los campos a los agricultores, etc. Los del campo, a su vez, sólo admiten gasóleo más barato, y nada de compensaciones fiscales (quizás porque para ello habría que enseñar contabilidades que, o no se tienen, o se prefiere esconder). Pero a las pocas semanas, ¡oh milagro!, los transportistas decidieron que tampoco ellos podían aguantar la subida de precio del gasóleo y, entonces sí, decidieron bloquear las carreteras, olvidándose del derecho a circular, tanto de profesionales como de turistas o particulares. Luego viene la historia de si las cooperativas pueden o no expender carburante a terceros, con la correspondiente protesta de las estaciones de servicio, que naturalmente amenazan con echar el cierre, que es otra forma de cortar las carreteras. A su vez los pescadores piden su gasóleo más barato, sin solidaridad alguna con agricultores ni transportistas, y cortando también las carreteras. Pero, eso sí, todos declaran muy serios que su intención no es causar molestias al resto de la ciudadanía; ¿pues cuál será, entonces? Ello demuestra que aquí cada cual respira por su herida, y que la forma de manifestarlo consiste en no dejar circular al resto de los conciudadanos.
Es lo mismo que la reinstauración de la pena de muerte o el agravamiento de las penas para terroristas, violadores, pederastas, traficantes de droga, o violentos domésticos, solicitada casi en exclusiva por asociaciones de víctimas del terrorismo, feministas, padres, madres contra la droga o mujeres maltratadas. A todos estos colectivos les parece que el actual Código Penal está muy bien… excepto para lo que a ellos les afecta más de cerca. Y entonces, al grito de «¡a ver, ¿qué hay de lo mío)!» cortan, cómo no, la carretera.”
Planteamiento similar al que tenemos en el tema de la minería, donde tenemos un carbón autóctono de no muy buena calidad y que debe extraerse, con altos costes, a gran profundidad, y que sale a un precio muy superior al de otros países que se trae en barco desde gran distancia. Pero nuestro carbón hay que subvencionarlo entre todos para que unos pocos miles de profesionales del sector, ni menos pero tampoco más respetables que los de otros sectores que se han quedado, lisa y llanamente, en la calle, sigan ejerciendo (con muy buenos sueldos, por cierto) la profesión de sus padres y abuelos, como si eso fuese una patente de corso para no reconvertirse a otros trabajos, como han hecho otros. Pero el “lo mío” también impera en las cuencas mineras, y si no, ya se sabe: a cortar las carreteras.
La última manifestación de estos comportamientos carpetovetónicos, y causa de esta entrada, ha sido un reportaje que, en no recuerdo qué emisora de televisión, se les ocurrió hacer sobre el estado de las carreteras, en una de esas encuestas de nula fiabilidad y representatividad realizadas a un par de docenas de personas en todo el territorio nacional. Había que escuchar a cada uno hablando exclusivamente de lo suyo; cierto que es lo primero en lo que todos pensamos, pero luego hay que procurar tener un poco más de altura de miras, e intentar una mirada algo más panorámica. Para los motoristas no existe más problema que los guard-railes; para los del pueblecito de cien habitantes, los 25 kilómetros de carretera de tercer orden que les comunica con el resto del mundo, y que quisieran verla con el trazado, la anchura, el pavimento, la visibilidad, la señalización y las protecciones de una nacional de alta densidad de tráfico. Para los de zonas frías, el problema es que nunca hay suficientes quitanieves, y para los de grandes aglomeraciones urbanas, la contaminación y, simultáneamente, la ausencia de avenidas más anchas, para que haya más tráfico. Para los comerciantes, según donde estén situados, hay que peatonalizar o, por el contrario, facilitar el tráfico y el aparcamiento. Y así sucesivamente.
Yo no pido que nos olvidemos de nuestras propias necesidades, ni tan siquiera de nuestras conveniencias; ¿pero no sería posible, antes hablar sobre algún tema, echar una mirada a mayor distancia, y observar los pros y los contras que cada medida que se tome, o se deje de tomar, tiene para el resto de la comunidad? Un servidor no fuma, ni nunca ha fumado, pero tiene grandes reservas sobre algunos aspectos de la nueva Ley Anti-tabaco, empezando por el fariseismo de que Hacienda se forre con los impuestos que les cobra a los fumadores a costa de su vicio (si se le quiere llamar así). Pero por la misma razón que justifica poner trabas a los fumadores (los costes de Seguridad Social que suponen sus problemas respiratorios), un servidor, que está delgado, hace bastante ejercicio y por ahora goza de buena salud, podría exigir que se persiguiese a los obesos, porque sus problemas cardiorrespiratorios también son una factura, nada despreciable, para la Sanidad Pública. Y tampoco exijo que se implante la Ley Seca (en este caso, porque sí disfruto con un Rioja Gran Reserva, con un whisky “single malt” de al menos 12 años, o con una buena grappa “invecchiata”). El día en el que comprendamos que el mundo no se acaba al salir de la puerta de nuestra casa, quizás las cosas funcionarían algo mejor; o como mínimo, la convivencia sería algo más agradable, cívica y civilizada.
Interesante lectura, como de costumbre.
Sólo un apunte por mi parte, en relación a lo expuesto en el último párrafo: si mi vecino está gordo (obeso, que queda mejor), a mí ni me molesta ni perjudica; si fuma en un espacio cerrado donde estoy yo, sí.
Si interrumpir el trafico en una carretera está penado, si estropear el pavimento de la carretera está penado, y por otra parte hacer fogatas de combustibles altamente contaminantes está penado ¿Por qué a esos mineros/camioneros/agricultores/pescadores que cortan las carreteras a base de neumáticos ardiendo no se les cae el pelo? ¿Por que ellos no pagan? ¿Si el estado multa a esos manifestantes los sindicatos saldrían diciendo que nuestro presidente del gobierno es la reencarnación de Hitler? ¿No multarles es ser socialista y cuidar de los trabajadores o es ser un cagueta que no se atreve a poner orden?
Respecto al último párrafo, al igual que las aseguradoras de nuestros coches no cobran lo mismo a todo el mundo ¿Es justo que la seguridad social cobre lo mismo a una persona que se cuida que a una que se dedica a correr encierros, borracho, obeso y fumador? Si la seguridad social es un seguro tendrá que cobrar más a quien más «riesgo de accidente» tenga. Yo no quiero pagar los canceres de pulmón de los fumadores, ni las cirrosis de bebedores. No digo que no sean atendidos medicamente, solo que han de contribuir con mayor cuota que yo.
Estoy totalmente de acuerdo con el texto salvo el ultimo parrafo , incluso ha puesto ejemplos que suelo pensar y comentar de lo «injustos» que somos en nuestras peticiones /demandas /exijencias .
Creo en las acciones suma-suma/ ganncia-ganancia y si no es posible al menos q no reste/pierda el projimo , creo q la unica ley universal q ampliamente seria aceptada es «haz lo q kieras sin dañar los demas» el problema es cuantificar el daño y ahi entra la justicia (pilar de un estado, tan maltratada en este pais) .
El civismo no es mas que no hagas lo q no te gustaria que te hicieran , si todo el mundo pusiera un poco de su parte , solo una «mijita de na» , ni sikiera hablariamos hoy de crisis , si todos pagaran los impuestos…, si todos cumplieramos las normas otro pais/planeta/gallo cantaria.
A mayor latitud de nuestro planeta, no se pq , pero la gente se hace mas civica… curioso el frio hace mas solidaria a la gente?
Hay temas q no soy capaz de pronunciarme con rotundidad , aborto , eutanasia … pero no hay q ir a estos limites , es mas sencillo el dia a dia :
Si yo fuera tu me perjudicaria lo q haces ? si la respuesta es si , no le des mas vueltas , no lo hagas.
Esto siempre sucede y con las reformas que se vienen , saldran a cortar la carretera del desarrollo los que se sienten perjudicados, porque el sistema no es ideal , a alguien le va a afectar , pero deberiamos verlo a largo plazo, mas alla de nuestras narices y crean no solo sucede en españa, en otros paises (francia,italia,latinoamerica,usa) tambien pasa, y cuando alguien quiere poner orden (el gobierno de turno) se les dice de todo
No creo que sea farisaísmo por parte del estado en vender tabaco, sinceramente, las bebidas alcohólicas son peores aún para el cuerpo que el tabaco, pero es que cuando bebes o comes mucho y engordas no «contaminas el ambiente»
Los gastos de la seguridad social no pueden ser un motivo de debate, si no ¿que pasa con las prejubilaciones con 50 años que además se dan o se han dado en el sector de la automoción?
Antes de nada me postulo, Me encanta esta ley me hace pensar que somos un país más moderno… veo que los fumadores se están poniendo un poco llorones con esto….. acaso creen que les asiste algún tipo de derecho, por el simple hecho de fumar???? Nadie les coarta ningún derecho sólo se regula una actividad.
Por último decir que he sido fumador durante bastantes años (12 ó 13) y lo he dejado y he de decir que es una de las cosas de las que me siento mas orgulloso de mi mismo.
Probadlo y dejar de quejaros, yo os lo agradeceré y vuestros pulmones también.
Muy interesante, Arturo; pero ¿y qué tendríamos que hacer para cambiar esta forma de pensar tan «individual»?.
Por aportar algo, creo que una opción sería la educación a través del cine. Sí, de una película o mejor, de una serie. Una serie de capítulos que recogiesen con la naturalidad con la que los actores y actrices de renombre nos «enseñaron», por ejemplo a fumar, todos esos comportamientos que nos gustaría tener, y que tanto mejorarían nuestra convivencia. Ponerse de acuerdo en todos los comportamientos a fomentar no sería fácil, pero un acuerdo de mínimos siempre sería un excelente comienzo. Creo que cómo participar en una discusión con educación podría ser uno de los temas en los que todos estaríamos de acuerdo.
Sibarita del coito aun a riesgo de resultarle injusto le pido que intente escribir un poco mejor, así será mas fácil para todos leerle.
Un saludo
Hola a todos.
Don Arturo, usted es un excelente periodista del motor y un consagrado comunicador, pero a veces patina mucho en lo que dice. En este caso me refiero al comentario referido a Afinsa.
Si quiere, vea este vídeo:
http://www.youtube.com/watch?v=63Swz8mF1-c
y luego saque sus propias conclusiones. Probablemente descubra que existen menos financieros de vía estrecha que blogueros desinformados y bocazas.
Saludos desde Zgz.
Disculpe Gregory666 tiene razón, soy descuidado(entre otras cosas) con la ortografía y la redacción, pasé el texto por el corrector de Gmail (casi estalla, eso si muy bonito todo en amarillo, parecía el encendido de luces de la feria de abril y algunas se habrán escapado las muy jodias), en cuanto a la redacción, si quiere colaborar, usted mismo, «toma 2»:
Estoy en gran parte de acuerdo con el texto salvo el último párrafo, incluso ha puesto ejemplos que suelo pensar y comentar de lo “injustos” que somos en nuestras peticiones /demandas /exigencias.
Creo en las acciones suma-suma/ganancia-ganancia y si no es posible al menos que no reste/pierda el prójimo, creo que la única ley universal que con facilidad sería aceptada es “haz lo que quieras sin dañar a los demás” el problema es cuantificar el daño y ahí entra la justicia (pilar de un estado, tan maltratada en este país) .
El civismo no es mas que no hagas lo que no te gustaría que te hicieran, si todo el mundo pusiera un poco de su parte, solo una “mijita de na”, ni siquiera hablaríamos hoy de crisis, si todos pagaran los impuestos… si todos cumpliéramos las normas otro país/planeta/gallo cantaría.
A mayor latitud de nuestro planeta, no se por qué, pero la gente se hace mas cívica… curioso ¿el frío hace mas solidaria a la gente?
Hay temas que no soy capaz de pronunciarme con rotundidad, aborto, eutanasia… pero no hay que llegar a esos extremos, es mas sencillo en el día a día:
¿Si yo fuera tú me perjudicaría lo que haces? si la respuesta es si, no le des mas vueltas, no lo hagas.
Primero de todo un saludo para Don Arturo, al que llevo siguiendo desde hace muchos años en la revista AUTOMÓVIL y luego en AUTOVÍA (más tarde le perdí la pista, por lo que me alegro mucho de encontrarlo en este blog).
Una vez más coincido casi punto por punto con sus planteamientos, sus valoraciones y sus conclusiones. Todo hay que decirlo, en alguna cosa también discrepo, logicamente. Por ejemplo, aún sin considerarme un intransigente con los fumadores, si que estoy de acuerdo con la nueva ley, que, más allá de consideraciones de tipo sanitario, tiene un componente meramente «estandarizador» a nivel de legislaciones europeas.
Por otra parte, y aquí alguno se sorprenderá un poco, observo en Don Arturo influencias de Don José Saramago a la hora de escribir. Es una apreciación claramente personal. Soy un gran seguidor de Saramago… y por ende de Don Arturo de Andrés.
Un saludo y prometo no ser tan adulador en mi próximo comentario, este es a modo de saludo y alegría por haberme reencontrado con un «amigo de la infancia».
A tenor del tema de salud, propongo una prueba y veamos que es realmente nocivo para nuestros pulmones (los nuestros o los de otros congéneres).
Prueba A:
Imaginemos un garage de una casa unifamiliar, dentro coloquemos un coche con motor diesel. Dentro de ese coche pongamos a una persona (a ser posible no fumadora) y con el motor parado, le obligamos a fumarse un paquete de 20 cigarrillos, uno detrás de otro. Tardará más o menos unos 100 minutos en fumarse toda la cajetilla. Una vez acabado el experimento, le hacemos salir. Lamentablemente saldrá tosiendo y con los ojos como dos tomates maduros a punto de estallar, pero tras unos minutos volverá a casi la normalidad.
Prueba B:
Imaginemos un garage de una casa unifamiliar, dentro coloquemos un coche con motor diesel. Dentro de ese coche pongamos a una persona (a ser posible no fumadora) y con el motor en marcha, hacemos una derivación del tubo de escape al interior del vehículo…
No digo que el tabaco sea bueno, tod@s sabemos que es perjudicial para la salud (la propia y la ajena), pero ya puestos a pedir… prohibamos los vehículos (de todo tipo) y si puede ser empezemos con los autobuses y sus estupendos tubos de escape con ese maravilloso humo negro, para llegar a prohibir TODO aquello que realmente no perjudica, mata.
Yo que nunca fumé (activamente), sufrí el mono cuando en casa todos dejaron de fumar. Y me aliviaba yendo detrás de fumadores. Pero es que muchos años después me solazaba aspirando el aroma del buen tabaco de pipa que algunos sibaritas tienen a bien fumar.
El problema del tabaco se solucionaría prohibiendo la venta de cigarrillos. Que el mismo nombre lo dice: El cigarrillo vale mucho menos que el cigarro. Ahí cabe todo, tabaco de cualquier calidad, de media a mala, porque la buena se guarda para los cigarros de verdad. Los puros, que lo son porque no tienen mezcladas las porquerías que han ido añadiendo los tabaqueros industriales.
¿Alguien compraría un licor con alcohol metílico? (El metanol deja ciego). Pues los cigarrillos también llevan sustancias tóxicas ajenas al tabaco. Como el amoniaco, por ejemplo.
No hay que prohibir fumar, sino prohibir a los tabaqueros vender productos nocivos.
Por cierto, otro ejemplo del «qué hay de lo mío»:
¿Qué fumador bramaba por la pérdida de libertad cuando veía que se echaba de un bar, incluso que se cacheaba a algún otro fumador? Esto ha estado pasando durante decenios, que yo sepa. Todos lo hemos visto alguna vez. Y nunca vi a un fumador de tabaco defender los derechos de un fumador de marihuana, de hachis, de opio, de crack ni de heroína.
Los fumadores de tabaco españoles no son solidarios con los demás fumadores. Y ahora nadie lo será con ellos. Parafrasearía a Brecht, pero es tarde y paso.
Había escrito algo más. Pero el mensaje se ha perdido en internet, lugar difuso donde los haya y abedul.
Iba sobre el tema de Afinsa. Por no repetirme, no vaya a ser que el otro mensaje resurja del triángulo de ver mudas, les diré que yo autorizaré que les den la indemnización que garantiza el fondo de compensación interbancario cuando ellos me compensen a mí por haber firmado, tan voluntariamente como ellos, un contrato para la compraventa de un inmueble por un precio alrededor de un 100 % más caro que su precio tres años antes. Aunque un 50% del precio tres años después.
No sé si lo ven claro, pero si Afinsa garantizaba una ganancia en un tiempo determinado y no cumplió, no es problema de los demás, sino de ustedes. Ya son mayorcitos y asuman las consecuencias de sus actos: Han sido estafados. Y en el estado no hay leyes para reembolsar a los estafados como no las hay para reembolsar a los robados. Si no, no habría seguro contra robos.
¡Ah! Y si les parezco demasiado «brusco», esperen a ver lo que va a pasar en 2011 con los bancos y toda la deuda que no van a recuperar, por más que se han esforzado, como niños traviesos, en ocultar lo incobrable de sus deudas, algo previsible desde 2006 ó antes.
¡Y exijan a su empresa que les aumente el sueldo un 3% al menos! Que ese es el IPC de 2010 y si no van a perder más dinero que los de Afinsa y los de Terra juntos.
Me ha gustado el artículo de AdeA.
Charles (Comentario nº 11), no sea demagogo al comparar el fumar con la combustión de vehículos térmicos.
No se prohibe fumar, sino hacerlo en espacios cerrados.
Hace muchos años que también está prohibido tener una combustión dentro de un local sin su extracción localizada justo donde se produce. Pero como no es posible ponerle una extracción en la boca de cada fumador, la alternativa es prohibir fumar en estos lugares cerrados.
Y desde un punto de vista de seguridad laboral, es totalmente lógico. El humo de tabaco es un cancerígeno de cat. 1 (un producto del que se tiene la certeza que produce cáncer).
En todos los puestos de trabajo está prohibido que haya una emisión de productos cancerígenos ¿trabajaría usted en una fábrica usando benceno sin ningún tipo de protección? probablemente no, ¿verdad? (lógicamente, está totalmente prohibido).
Entonces, ¿por qué razón la hostelería tenía que ser una excepción, y teníamos que someter a sus trabajadores a la inhalación de dosis elevadas de un producto cancerígeno?
@16: emprendeitor.
Si no se hace la excepción con los trabajadores de la hostelería… ¿por qué si se hace con los trabajadore de geriatricos, psiciatricos y centros penitenciarios? ¿es que como son menos tienen menos derechos?
Yo soy no fumador, pero me parece que una cosa es regular y otra prohibir. ¿Por qué yo como hostelero no puedo habilitar una zona dentro de mi negocio para que las personas que así lo quieran puedan fumar? ¿Por qué se persigue con tanta inquina el tabaco (que si, todos sabemos que es perjudicial) mientras algunas ayuntamientos que se las dan de modernos (por no decir otro «palabro») habilitan «botellodromos»? No se de ningún caso que se haya matado en un accidente de tráfico por fumarse 4 paquetes, y muerto en tráfico por el alcohol…
En fin, que es una moda más no una preocupación sincera por la salud de nadie.
Muy acertado A.A su artículo.
En España hay demasiados «listos»,aprovechados,caras o como queramos llamarlos.
Que se pueden saltar la cola,adelantar donde no deben,aparcar en doble fila,etc pues ahí están ellos,que se creen más «listos» que el resto.En realidad sólo son más maeducados,irrespetuosos y con su comportamientp perjudican a la colectividad….de la que ellos también forman parte.
Que Afinsa o Forum Filatélico prometían rentabilidades muy superiores a las de activos de menor riesgo,ahí estaba el «listo» que creía que los demás no se enteraban de nada. En realidad el que no se enteraba de nada era el «listo»,a mayor rentabilidad mayor riesgo,si no entiendes un producto no lo compres.Hace falta cultura financiera pero también mucho sentido común,nadie da duros a cuatro pesetas…
Cuando alguien especula con el valor de los inmuebles,o de las acciones o de otros activos financieros también se puede perder y a nadie se le ocurre reclamar compensación por esa pérdida.
El fraude fiscal también es cosa de los que se creen muy «listos».En realidad eso empobrece al país,incluso a los pretendidamente «listos»,que no puede tener suficiente atención médica,ni buenas pensiones,ni buena educación,ni,ni….
Fumar,está claro que perjudica la salud.Deberia haberse prohibido mucho antes,no pasa nada por no fumar durante un rato en un avión por ejemplo.
Lo triste del caso es que todos estos «listos» pretenden obtener del Estado lo mismo que los demás.Y no debe ser así,si usted fuma,realiza deportes de riesgo o invierte de modo arriesgado sin la debida información los daños que ello le produzca no debemos pagárselos entre todos.Cuando el «listo» gana lo quiere todo para él y no se acuerda de los demás ¿no?
Mi percepción de países centroeuropeos y escandinavos es que hay más respeto y educación,sí,pero también mucha menos impunidad,el que la hace la paga.
Da gusto ir a esos países,se respeta,se pagan bastantes impuestos,sí,pero todo funciona aprendamos de ellos.
Estos «listos» son en realidad unos caraduras,insolidarios y además ignorantes.
Viajemos,leamos,respetemos,estudiemos,tengamos sentido común,aprendamos de los errores de otros.Muchos de los que aquí escribimos lo hacemos.
Pero desgraciadamente hay aún mucho «listo» que se dedica a seguir a personajes televisivos de mala educación,nula formación ,carentes de mérito alguno que se embolsan a veces millones de euros por su actividad.Prefiero no poner nombres,en la mente de todos están.
Amén.
Somos un país de rateros y estraperlistas (y narcos y proxenetas, claro).
Así lucimos por momentos.