Una vez más, una de esas encuestas que están tan de moda me da pie para comentar un aspecto de la conducción que resulta bastante etéreo, y por lo tanto admite gran variedad de enfoques, posturas y conclusiones. Se trata, en la encuesta realizada a 30.000 conductores europeos, de conocer qué es lo que les hace “perder los estribos” cuando conducen; y puesto que la encuesta se realizó de cara a la masiva salida vacacional de Agosto, es de suponer que estaba enfocada muy específicamente a las condiciones de tráfico congestionado de esas fechas, aunque no se dice concretamente que así sea. Del mismo modo que, como ya es habitual en los resúmenes de estas encuestas, no siempre queda claro si todos los porcentajes de los que se habla corresponden a la respuesta dada por los encuestados, o en ocasiones a datos oficiales sobre el mismo tema pero tomados de una estadística neutral, ya sin la carga de subjetivismo que existe en el primer caso.
Pues bien, según el capítulo español del informe europeo, un 62% de nuestros connacionales “se alteran” al conducir en carretera; no se puntualiza si en las circunstancia concretas del tráfico de salida de vacaciones o incluso viajando entre semana en el mes de Mayo. Y tampoco se dice si lo de “alterarse” equivale a “perder los estribos”; porque puede uno alterarse por miedo a conducir (amaxofobia), o bien porque el tráfico lento nos está impidiendo ir al ritmo que nos gustaría. También nos enteramos de que los alemanes son los que “más pisan el acelerador”, y los italianos, los más irrespetuosos con el resto de usuarios; pero no queda nada claro si estas son opiniones sobre ellos mismos, o resultados de una observación externa, y no de la encuesta. Por otra parte, es lógico que los alemanes vayan más rápido (que no es exactamente lo mismo que “pisar más”), ya que tienen una red de autopistas mucho más extensa y capilar. Habría que cotejarlo a igualdad de tipo de vía; y en sus carreteras convencionales, puedo dar fe de que no viajan especialmente rápido, así que…
Otra referencia, y me parece que de la propia cosecha de quien ha resumido el informe para redactar el comunicado de prensa, es que esas situaciones en las que nos alteramos o perdemos los estribos se detectan porque son aquellas en las que nos ponemos “a jurar y perjurar”. Como puede verse, el lenguaje clínico no es precisamente el utilizado como herramienta fundamental; pero bueno, una idea sí que nos vamos haciendo. Y el resultado es que, de nuevo sin saber si la estadística se ciñe a la salida de vacaciones o a todo el año en promedio, esta alteración afecta a un 70% de los conductores alemanes, al 62% de los españoles, al 61% de los belgas y sólo al 48% de sus vecinos holandeses. Como esto sí depende de la propia estimación de los encuestados, a su vez habría que saber qué es lo que entiende por “perder los estribos” un alemán en comparación con un italiano (de los cuales no nos dan el dato, por cierto).
Pero de los italianos sí sabemos que reconocen ser adictos a hablar por el teléfono móvil mientras conducen: un 34% admite hacerlo con frecuencia, y un 6% incluso que de forma rutinaria y habitual. Lo cual lo empalma el redactor del resumen del informe –es de suponer que ya por su cuenta- con que esta es una de las principales causas de distracción al volante, la cual a su vez es la causante de un 40% de los accidentes, dato que no tiene nada que ver con la encuesta sobre “perder los estribos”. Y no está claro si ello es en Italia o en toda Europa, porque con estos saltos de unas encuestas a otras, ya no sabemos muy bien (ni muy mal) en qué campo de encuestación nos estamos moviendo.
Ahora bien, parece ser que, ya puestos a encuestar, las preguntas no se ciñeron exclusivamente al tema de sentirse más o menos “alterado”, sino que metidos en gastos, también se preguntó sobre un asunto absolutamente novedoso: ¿qué piensan de las limitaciones de velocidad?; así, sin más, sin especificar (o al menos no se dice) si las actuales (que existen en toda Europa), o bien otras más o menos restrictivas. Pues bien, el resultado es que, sorprendentemente, un 75% tanto de españoles como de italianos, de belgas como de holandeses, están de acuerdo con la limitación; resulta muy curiosa esa coincidencia en el porcentaje. Al menos, sí es razonable que sólo un 20% de alemanes esté de acuerdo con ellas; en realidad, habría que puntualizar mucho más, ya que en Alemania hay límites en zona urbana, en carretera convencional (y con bastantes radares), en muchas zonas de autobahnen, y libertad en el resto de las mismas. Y un 32% de conductores de esta nacionalidad reconocen que les gusta “ir rápido” (se puede dar por seguro que se refieren a las autopistas); y lo de “rápido” es de lo más ambiguo, habida cuenta del parque de coches del que disponen y de las amplias variaciones de la densidad de tráfico en la red de autopistas.
Pero esta encuesta europea es como el manantial que no cesa, porque gracias a ella nos enteramos (al menos yo) de que existe un organismo, o entidad privada, que responde al título de “Observatorio Español de Conductores”; esto de los “Observatorios” es un campo que se ha abierto hace relativamente poco, y han florecido para los más variado temas susceptibles de ser observados. Que realmente tenga interés observarlos depende de muchas variables; y una de las más interesantes es distinguir si se trata de organismos oficiales a costa del presupuesto, o de entidades independientes cuya financiación podría depender de subsidios también oficiales, de aportaciones privadas de industrias relacionadas con el tema, o de una mezcla de ambas cosas. Es evidente que a quienes vivan de su actividad dentro de tales entidades, sin duda les parecerá muy interesante el trabajo que hacen; y no seré yo quien lo niegue. Sobre todo cuando podemos tardar años en enterarnos de su existencia y en conocer el fruto de su trabajo.
Pues bien, como corolario a esta encuesta europea, en el mismo comunicado se nos informa que, según el citado “Observatorio”, un 67,9% de los conductores españoles admite no respetar los límites de velocidad. Una vez más, me parece que una cifra a la vez tan exacta y absoluta, equivale a no decir nada; porque no ya ese 68%, sino el 100% nos los hemos saltado en alguna ocasión, bien sea voluntaria o inadvertidamente. De modo que habría que puntualizar si es de modo habitual y sistemático, y si es en alguna urbanización privada (10 o 20 km/h) en zona urbana (hemos tenido 40, 50 y 60 km/h), en carretera, en autovía o en autopista de peajes (aquí habría cifras para todos los gustos: pasadas, actuales y, muy de temer, futuras).
Otra aportación es que un 50,5% considera que los demás conductores (ellos mismos, por lo visto, no entran en el cómputo) son poco respetuosos con el resto de usuarios, sin especificar más acerca del tipo de respeto al que se refieren; pero démoslo por bueno. Y también nos enteramos de que el 51,6% reconoce no guardar la adecuada distancia de seguridad; este resultado sí que me parece fascinante, habida cuenta de que dicha distancia no está especificada absolutamente en ningún sitio, ni tampoco la forma de calcularla, más allá de aquello de “poder controlar el coche sin llegar a colisionar” con otros, o cosa parecida. Es decir, que ese 51,6% tienen la sensación de estar haciendo mal algo que no saben exactamente qué es; pero sí tienen la sensación de ir demasiado cerca del coche de delante. También esto habría que especificarlo si es en tráfico urbano más o menos congestionado, o se refiere a esos que, en carretera o autovía, se pegan al de delante sin intención de adelantarle, como si quisieran aprovechar su rebufo para ahorrarse un poco de consumo de combustible.
No obstante, el “premio gordo” de las pesquisas de este Observatorio –de las que nos enteramos colateralmente gracias a la encuesta europea- es que el 98,1% de los conductores españoles se considera “bueno o muy bueno al volante”; sí, han leído Vds bien: de cada 50, sólo hay uno que no se considere bueno o muy bueno conduciendo. Repuesto ya del soponcio, procedo a ejercitar la memoria y a tirar de archivos; es lo que antiguamente se decía en periodismo acerca de “ahí están las hemerotecas”, y que ahora tenemos a mano en un simple ordenador. Y utilizando el mío, he llegado a dar con los datos de otra encuesta de hace casi diez años, pero supongo que perfectamente válida en la actualidad; ya he dado una pista al citar la palabreja “amaxofobia” unos párrafos más arriba.
Porque a finales de 2004 se realizó un estudio relativo a este “miedo a conducir”, sobre 1.500 conductores de la Comunidad de Madrid. El resultado fue que exactamente 501 (o sea el 33%) reconocían sufrir dicha sensación en mayor o menor grado. Llegados a este punto, admito que no tengo mayor o menor interés en admitir como mejor o peor realizada una encuesta u otra; lo único que está meridianamente claro es que son absolutamente incompatibles, dando por bueno el hecho de que el conductor madrileño sea bastante representativo de la media nacional. Porque es imposible que haya al menos un 31% de ellos que reconozcan tener amaxofobia pero a la vez se consideren buenos o muy buenos al volante.
Claro que también pudiera darse el caso de que las encuestas estén perfectamente realizadas y luego (como ya he dado a entender en varias ocasiones) la labor de divulgación de sus resultados se encargue de destrozar por completo un trabajo de campo, e incluso de tabulación, que estén bien realizados. Pero entonces daría la impresión de que tanto quienes encargan como los que realizan esta labor lo hacen para comunicar los resultados completos y detallados a cuatro organismos muy discretos pero también opacos; y luego, para publicitar que están haciendo cosas, le pasan el “tocho” de ni se sabe cuantas páginas a una agencia de noticias para su difusión a la prensa. En la agencia, naturalmente, le cargan el mochuelo al becario de turno, advirtiéndole que el resumen no debe pasar de tantas matrices o líneas; de modo que entre el poco dominio del tema por una parte y el límite de espacio por otra, la nota de prensa sale como sale. Añadamos a esto que luego, especialmente en un medio de información general (pero también especializada), el redactor-jefe le dice al “currito” de turno que esa noticia, en 15 líneas y con una foto de archivo sobre tráfico. Y el resultado final podría ser ese del 98% peleándose con el 33%.
Así que, como conclusión, lo mejor sería que olvidásemos, no el tema de la encuesta, pero sí sus vaporosos resultados, y nos centrásemos en comentar sobre el fondo del asunto: ¿perdemos mucho, poco o nada los estribos en estas condiciones de tráfico congestionado, que puede ser simplemente de fin de semana, y no necesariamente el éxodo vacacional? Porque alterarnos, de algo a bastante, es seguro que lo hacemos; a nadie le gusta ir metido dentro de un tráfico denso en el que no acabas de fiarte de los que tienes alrededor (en esas circunstancias prolifera el dominguero), y con un ritmo de marcha que no es el que a uno le gustaría llevar.
A mí, particularmente, me altera muy poco; pero por la sencilla razón de que huyo como de la peste de viajar en esas fechas. Tengo la suficiente elasticidad laboral y familiar como para poder variar las salidas y entradas un par de días y quitarme de semejante problema, pero no todo el mundo puede hacerlo. Así que la pregunta realmente pertinente sería no tanto si perdemos o no los estribos, nos alteramos o juramos y perjuramos, sino qué tal conseguimos controlar esa situación, sin dejar que esa frustración nos altere tanto como para llegar a cometer estupideces al volante, o que nos suba demasiado la tensión arterial. Claro que la respuesta a tal pregunta seguiría estando cargado de subjetivismo.
Por otra parte, he citado lo del ritmo de marcha. En ciertos casos, y en función del nivel prestacional del coche que esté uno manejando, podría darse el caso de que el promedio general de marcha de un tráfico denso, sin llegar a congestionado, sea muy aproximadamente el mismo que nos gustaría llevar aunque la carretera estuviese muy despejada. Pero el promedio general sobre una distancia apreciable no es lo mismo que el ritmo de marcha sobre unos pocos kilómetros, o incluso cientos de metros. Porque casi nunca coincide el reparto del ritmo entre sus componentes: velocidad de crucero en recta, distancia e intensidad de la frenada, velocidad de paso en curva, y posterior recuperación o aceleración; y no digamos nada de cómo y cuándo realizar los adelantamientos (incluso en autovía).
De vez en cuando –es casi un milagro- ocurre que encontramos a otro conductor que calca muy aproximadamente nuestro ritmo de marcha; con dejarle entre 50 o 100 metros de hueco, por si hay imprevistos, podemos seguirle durante kilómetros y kilómetros. Aunque en carretera convencional acabará aprovechando muchos adelantamientos en los que nosotros no podremos llegar a pasar, lo que siempre alterará un poco nuestro propio ritmo. Por ello, y en la duda, yo siempre prefiero ir delante, sacarle un poco más de distancia de la antes indicada, y manejar los adelantamientos a mi aire; si se conforma con seguir más o menos a la misma distancia, santo y bueno. Claro que también podría darse el caso de que conduzca bien, pero con la manía (lo cual indicaría que ya no lo hace tan bien) de ir demasiado pegado a nuestra zaga; en tal caso, lo mejor es probar a estirar un poco para despegarle. Pero si se empeña en seguir, mejor darle paso y quedarnos a unos 300 a 500 metros, para manejar los adelantamientos a nuestro aire.
No obstante, y dado que sobre la densidad de tráfico no tenemos más control que el de variar nuestros horarios o fechas de viaje -si es que podemos-, lo mejor es procurar no hacernos mala sangre, dar el viaje por perdido en cuanto a disfrute al volante y realizar una conducción de control de daños; entendiendo por tal prevenir y evitar las potenciales situaciones de peligro, adelantando o dejando irse a los que parecen más peligrosos como compañeros de viaje, y poco más. Ahora bien, en condiciones de tráfico normal o incluso favorable, sí que surgen situaciones en las que uno se siente un tanto alterado por el comportamiento de otros usuarios de la carretera, que pueden viajar a más, menos, o la misma velocidad media que nosotros. Si es la misma, pero no nos gustan, ya lo he comentado antes: intentar despegarle y, si no se deja, que pase y se vaya unos cuantos cientos de metros por delante. Pero los problemáticos son otros: uno, el más rápido pero avasallador, que se te echa encima incluso cuando no hay posibilidad de adelantamiento (línea continua o tráfico de frente; es molesto, pero la situación dura poco, afortunadamente.
Los peores son los que van entre poco y mucho más lentos, pero no quieren colaborar, o hacen como que no te han visto, ignorando tu presencia en la carretera. Un coche más lento, pero conducido por alguien con educación, no molesta más que en un tramo de carretera con mucha línea continua, pero hay que admitirlo (además, no queda más remedio); en cuanto aparezca la oportunidad, facilitará el adelantamiento. El molesto de verdad, y ya lo hemos comentado aquí e varias ocasiones, es el que encima intenta dificultar todo lo posible el ser adelantado, tomándolo como una ofensa personal. En línea continua acentúan su lentitud, para acelerar unos metros antes de llegar al panel de “fin de prohibido”, a fin de cogerte desprevenido y sacarte ventaja hasta el próximo “prohibido”. O simplemente los que, con coche potente, aceleran para dificultarte la maniobra en una carretera perfectamente despejada; ¿qué complejos, traumas y frustraciones tendrán? Esta gente es la que de verdad te hace perder los estribos; o al menos, lo intentan con todas sus fuerzas.
Personalmente, hace años que decidí que al volante cuanto menos me mosquee mejor. Mi cerebro funciona mejor y, por extensión, mis decisiones suelen ser mejores. Si alguno me molesta mucho o me lo quito de encima o le dejo que «tire millas».
Me llama la atención que no se mencione el uso de los carriles por parte de los restantes conductores. No sé si es un fenómeno exclusivamente nacional o es europeo pero lo de las autovías/autopistas de tres o más carriles con «trenes» de coches circulando por el carril anterior al de la izquierda sin un sólo vehículo a la vista en el carril derecho saca de quicio a cualquiera. Y no me refiero a la M40 o a la M30 donde lo puedo entender si el conductor es foráneo o considera que tener incorporaciones es «estresante», me refiero a tramos largos de 3 carriles de la A6, la A2, la A7 y numerosas vías de la geografía nacional.
La otra perla es la del conductor que, en autovía de dos carriles, circula con el coche pegadísimo a la línea discontinua de su izquierda y con un control direccional «regulero», con continuas idas y venidas al carril anexo. Que sí, que cabe suponer que no se va a echar encima justo cuando pasa uno pero que digo yo que ya que va con el brazo colgando por la ventanilla o inserto en la fosa nasal izquierda y usa sólo el otro para conducir, bien podía centrarse en el carril o al menos hacer señas evidentes de que nos ve venir y ha interrumpido sus prospecciones para mantener el coche «por lo negro» y no irse a recoger melones. Estos son muy habituales en las largas rectas de la A4 entre Ocaña y Valdepeñas y si inventasen el «colleja propineitor» como accesorio opcional para coches, serían los receptores principales de las collejas. (Y no me refiero a los conductores de camiones que, sinceramente, bastante hacen con manejar sus moles al albur del viento, los socavones y las inercias de la carga)
Yo hace años leí una estadística más divertida aún que la del 98% de «buenos conductores» y era que el 88% de los conductores de los EEUU se consideraba «mejor que la media». Esto es, no ya «buen conductor» en términos absolutos sino «mejor que el resto» en términos relativos. Sin ser estadístico profesional, me encantaría que alguien demostrase la posibilidad de que el 88% individuos de un grupo tengan una habilidad «superior a la media» de los individuos de ese mismo grupo. Alucinante.
Saludos
En mi escala de horrores:
1.- La gente que conduce coches anodinos de cuatro puertas, de exterior impecable, a velocidades raras. De esos que todos tomamos por un coche radar.
2.- Esas señoras que conducen con cara de esfuerzo, tensas, y que necesitan una distancia constante con su entorno, de modo que aceleran cuando tú aceleras, disminuyen la velocidad cuando tú la disminuyes haciendo la circulación eternamente paralela. Sólo cabe la pequeña venganza de incrementar poco a poco la velocidad para que ellas también lo hagan hasta que llega un momento en el que se les pone cara de ovejas descargadas en matadero, sabiendo que van muy rápidas sin saber qué hacer pues necesitan mantener esas referencias constantes.
3.- Los señores que a bordo de un coche de más de 40.000 EUR se les pone cara de importantes y condescendientes, como si el coche fuese el trono del reino imaginario de sus frustraciones.
JM
Ya está uno curado de espanto y hay pocas cosas que puedan molestarme. Quizá hay una que sí me saca de mis casillas. Me ocurre cuando voy con el camión y se me pone un coche en la trasera pegado al culo. Es la moda últimamente, por eso de gastar menos. Se que es malo generalizar, pero los últimos casos me han ocurrido con coches híbridos. La obsesión por el bajo consumo les lleva a hacer estupideces de éste tipo. ¿Cómo lo resuelvo?
Primero le doy las dobles de emergencia para que se separen. Si no funciona, me voy un poco al arcén y les pido amablemente con la mano izquierda, que adelanten. Si después de esto siguen ahí haciendo el tonto, paso al siguiente nivel. Ese prefiero no contarlo, pero después de ese, todos adelantan y siguen su camino. Eso sí, todos me saludan al adelantar y me hacen gestos «amables con sus manos».
En mi opinion lo ideal es conducir en estado zen o algo así, desde que me propuse no enfadarme al volante viajo mucho más cómodo. Y mas seguro también, hay conductas que si no te imaginas al que las hace con la vena de la frente hinchada y los ojos inyectados en sangre no las comprendes.
Pero que no me enfade no quiere decir que no haya cosas que molesten, especialmente quienes estorban a posta y sin mas razón justificada que las ganas de tocar las narices o la desidia al volante.
Lo que me parece una batalla perdida es el disfrute de la conducción en desplazamientos largos por autopista, como mucho poner cuidado en que no se te cuele un 80 traicionero, mirar las cunetas por si acaso, adivinar que coche te la va a liar y algo de paisaje por el rabillo del ojo. Divertidisimo.
Ir pendiente de cada coche, caja u objeto extraño que haya en la cuneta, sobre un puente o en un carril de incorporación. Y ahora también me molestan los pájaros que cruzan mi horizonte, ¿será un pájaro, será un picoleto?
Muy fan del colleja propinator, deberían ponerlo de serie, pero solo para los conductores mejores que la media lol.
Basauri, si remolcase una bañera mugrienta eso no le ocurriría, tal vez deberia poner un dispensador de gravilla a voluntad en su semi.
Los carrilizquierdistas. Son capaces de ir durante kilómetros sin mirar una sola vez por el retrovisor.
En el código de circulación lo pone bien claro. Se DEBE circular por el carril que está más a la derecha, salvo en rondas de ciudades por las salidas a distinto nivel.
Un saludo
En mi opinion, hoy en dia, los «enemigo publico nº1», son, y con diferencia, los que hablan/whatsapean por el movil; de los demas no es que sean menos molestos, pero al menos nos hemos acostumbarado mas o menos a sus reacciones; pero los del movil son otra cosa, imprevisbles como ningun otro, son una autentica bomba de relojeria, y ponen a prueba los nervios del mas templado y sereno; ojito con ellos..
Nota a las marcas, en general: por favor, no promuevan el uso de nuevas tecnologias al volante; estan tirando por el suelo todo lo mucho y bueno que han hecho en pro de la seguridad.
Gracias
@8
No solo en la carretera, si se fija (con cuidado) al pasar, en los tractores y cosechadoras y cualquier trabajo que se haga con máquina, el operario va mirando su telèfono continuamente.
Por otro lado a mi no me molesta casi nada.
A los de carril izdo les paso por la derecha (y a veces se enfadan).
A todo lo que me aparezca en la carretera le doy su sitio correspondiente (animus jocandi).
Y los atascos, si no puedo evitarlos, los digiero con paciencia, es lo que hay.
Me gusta mucho conducir y disfruto de la carretera.
Imprescindible un buen equipo de audio.
La circulación es una manifestación más de nuestra sociedad, en la que los egoístas (saben, en el sentido amplio de la palabra, pero abusan) y los ignorantes (no saben y son además inconscientes) acaban saliendose con la suya, ya que la gente «normal» (también en el sentido más amplio de la palabra) se resigna, cede, lo deja correr, etc incluso llegando a circular incorrectamente a sabiendas.
Muy muy resumido, pero es perfectamente equiparable a otros aspectos de la vida. En fin, asco de sociedad, al final siempre igualamos por debajo…
@9 jose. Pues no me he fijado en estos colectivos, la verdad, quiza porque en cuanto se pone uno a tiro en carretera( que es donde molestan de verdad), el objetivo es quitarmelo de encima lo antes posible, y por su reducida velocidad, algo bastante mas facil de hacer( normalmente) que en el caso del turismo o furgon que circula solo algo mas lento que nosotros..
Me desquician pocas situaciones, quizá la que más la que a continuación describo (y que seguro que a todos los foreros les ha ocurrido): circulando por la curva que precede al carril de aceleración circula delante de mí un vehículo a una velocidad anormalmente lenta. Al llegar al carril de aceleración, dicho vehículo continúa sin adecuar su velocidad a la del resto del tráfico para poder incorporarse a la vía rápida. Al final del carril de aceleración, al no encontrar oportunidad para incorporarse frena y acaba deteniéndose obligando a la caravana de automóviles que le sigue a pararse igualmente… Cuando logra incorporarse a la vía rápida, indefectiblemente circulará por el segundo carril más pegado a la derecha (el central o el de la izquierda).
@9 Además de un buen equipo de audio, música decente para alimentarlo. El «Highway Star» de Deep Purple es mano de santo para sacudirle bien al gas en plena autopista alemana sin límite de velocidad.
Ahora sin coñas; lo que me molesta al volante es calcular mal en un ceda o stop, dejando pasar a un conductor que circula extremadamente lento, que casualmente lleva la misma ruta que yo durante kms y kms sin un puñetero lugar para adelantarlo.
Saludos cordiales,
James Marshall.
Los conductores de BMW.
http://www.telegraph.co.uk/motoring/news/8058959/BMW-drivers-are-angriest-on-road.html
@14
y Vd. qué opina?
En general me molesta los conductores que no atienden a la conducción, el asiento detrás del volante no es un asiento más; exige un compromiso con los transportados y con el resto del tráfico. Me molesta la falta de atención continuada de algunos conductores, entiendo que un conductor no esté siempre “hábil” pero de ahí a que algunos conduzcan modo “siempre piloto torpe”: siempre en el carril de la izquierda, sin usar los intermitentes, sin guardar la distancia de seguridad, sin saber incorporarse, etc…
Intento no ponerme nervioso, siempre es contraproducente, “juego” a controlarlo, a contemplar las situaciones y relativizarlas, hay días que parezco el padre Mundina… Me concentro en la conducción preventiva , en conducir mejor y no desear el mal ajeno…
No soporto que me sigan muy cerca en carreteras interurbanas a velocidades “alegres”. En las proximidades de perder dos puntos en autovía tengo un magnetismo especial con vehículos de alta gama conducidos por “ceporros”, van copiando tu conducción, algo que no termino de entender: ¿no son capaces de rodar en las mismas condiciones solos?, ¿consideran que eres su vehículo escudo?, etc.
Saludos
Especialmente:
* Los que no ponen el intermitente y deciden ocupar tu carril y ves que no es una distracción porque mientras se alejan los ves repitiendo la maniobra una y otra vez. Cada dia mas gente.
* Los que eligen a sabiendas el carril que indica claramente la obligación de un giro, para a continuación seguir recto, porque es el que está despejado y no piensa esperar.
Vivo en una gran ciudad, con mucho tráfico. En general, no me molestan ciertas cosas más o menos comprensibles e inevitables en este contexto (siempre, claro, que no entrañen peligro). Lo que sí me molesta es el egoísmo, en todas sus caras, que no tiene en cuenta de que para que todo ese tráfico funcione de manera fluida y segura uno tiene que preocuparse de algo más que de sí mismo. Ejemplos típicos:
a) En la entrada a la ciudad, con atasco, no hacer la cremallera con los que se quieren incorporar, sino tratar de evitar que no se cuele nadie (o meterse por decreto, si se trata de uno que se quiere incorporar),
b) Meterse en el carril del medio a velocidad tortuga y conseguir que todo el tráfico de la comarca gire alrededor de uno mismo.
c) Meterse por las buenas, dando por hecho que la visión de nuestro tanque será motivo suficiente para que todos los demás se aparten,
d) Viendo el intermitente de alguien que quiere cambiarse a nuestro carril, optar por adelantarlo, pero con la lentitud adecuada para estar en paralelo un buen rato y asegurarnos que no cambie de carril,
etc.
Pero en general, como bien dicen 4@ Valmhö y @9 jose, lo mejor es tener una actitud zen y disfrutar lo que se pueda. Sobre @12 tatul yo acostumbro a toparme con esta situación a menudo y lo que es muy curioso, en una incorporación que tiene muy poco tráfico.
A mi últimamente me molesta aquellos conductores que yendo por una vía urbana carril derecho giran a la derecha para meterse en otra calle. El problema es que antes de girar a la derecha mueven el coche a la izquierda obstaculizando parte del carril izquierdo… para abrir la trayectoria! Como si su coche no tuviera suficiente radio de giro para meterse en la calle! Y el coche que va por la izquierda tiene que frenar porque piensa que se le va a meter el coche.
Encima muchos creen que es bueno hacerlo porque «anticipan y facilitan» la maniobra de giro. No piensan que están asustando a otros conductores y pueden provocar un accidente
@2 JotaEme, no se confíe con los exteriores abollados. Eso que describe era antes de la crisis pero yo ya llevo vistos tres coches radar con paragolpes descolgados, arañazos evidentes en los laterales y uno con el espejo retrovisor izquierdo «asegurado» con cinta americana. Todos ellos pertenecientes al cuerpo de policía militar al que la administración central encomienda la vigilancia del tráfico, por si necesita más pistas.
Se conoce que la crisis ha llegado también a los chapistas del Parque Móvil.
@18 Elisa: yo no vivo en una gran ciudad, pero las veces que voy a la que me queda mas cerca ( que ya procuro que sean pocas), es muy frecuente observar los comportamientos que cita.., realmente se va a otro ritmo, una especie de «ley de la selva» de puro egoismo y mala eduacacion.., realmente la cara mas oscura de lo que es ir en coche..
Y todavia ahora..!, que entre radares y mayor conscienciacion general la cosa se ha hecho algo mas llevadera, pero simplemente 15 años atras era algo increible, muy, muy chocante para el que venia de fuera..
@15 Veo correlación positiva entre precio (o mas bien altura x anchura) y gilipollez del conductor.
No exclusivo de bmw.
Buena pregunta, don Arturo. Pero antes de contestarla diré algo sobre el miedo a conducir, que usted menciona en varias ocasiones, porque, en mi opinión, este problema está en la raíz de muchas de las cosas extrañas que vemos hacer todos los días en calles y carreteras. El famoso estudio que cita realizado en la Comunidad de Madrid, creo que, más o menos, se puede extrapolar a casi toda España, en él se afirma que el porcentaje de conductores que tienen amaxofobia es de un 33%, hasta donde yo sé y percibo, se queda muy corto; esa cifra se dobla, por lo menos.
A grandes rasgos, se puede afirmar que la mayoría de la gente va a la autoescuela con el fin de obtener el permiso de conducir con un máximo de 20 clases prácticas, sólo tienen en mente “aprender” para superar el examen, y todo esto, una buena parte lo dicen de forma explícita el primer día que entran en la autoescuela y en la primera clase de coche. Llegan profundamente engañados, hasta por sus propios padres. A modo de silogismo yo les presento el siguiente razonamiento: Si aprendes, sabes / Si sabes, puedes hacerlo bien / Si lo haces bien, apruebas. Las respuestas que obtengo son dos: Ya saben o aprenderán después. Naturalmente, ese “ya saben”, es falso, salvo rarísimas excepciones. De mí sólo esperan que les enseñe a aprobar, cosa que ignoro totalmente, y el resto de mis colegas también, por más que algunos afirman que sí saben, a lo que les suelo replicar que entonces cómo es que su porcentaje de aptos no esté rayando el 100% sino cifras muy inferiores.
Muchos de mis compañeros de oficio acaban tirando la toalla en un vano intento de dar al cliente lo que pide, otros no la tiran porque nunca la han tenido, y unos pocos aguantamos con ella nadando contracorriente, logrando como máxima satisfacción que al cabo del año un puñado de alumnos se dé cuenta de su error y cambie de actitud, el resto también se da cuenta del error pero persiste en él. Con este panorama, a trompicones, con más clases de las que serían necesarias, tras varios suspensos y disgustos, la mayoría acaban aprobando, porque aunque sea a trancas y barrancas, aprenden lo suficiente para lograr el ansiado “apto”; pero resulta tan forzado, tan prendido con alfileres que cuando comienzan a conducir solos, naturalmente, o eres un inconsciente, o vuelves a la autoescuela (muy raro), o tienes a alguien que te enseñe (más raro aún), o no conduces, o lo haces sufriendo verdadero pánico. Esto último es lo más habitual, y no me extraña, como he repetido millones de veces: si yo sé que no aprendí a nadar, también me daría pánico tirarme al agua donde cubra. Resumiendo: abundan los conductores que manejan igual de mal, sino peor, que cuando estaban en la autoescuela, con “L” o sin ella, pues esta situación persiste en el tiempo durante años por no decir durante toda la vida. Así que tantos abrazan la trilogía oficial para evitar accidentes: no corras, no bebas y átate. Por la misma razón, también veneran y aplauden, y hasta adoran, cuanto los fabricantes nos venden como “milagrosas” medidas de seguridad activa y pasiva. Que pierdan trayectoria, no sepan graduar la velocidad ni “leer” la carretera, no importa. Y creo que cuantos andamos por este magnífico sitio vemos estas cosas a diario.
A parte de cuanto se deriva de lo dicho, ¿qué me molesta? En general, las actitudes egoístas, que, si obtienen un beneficio a cambio y no ponen en peligro a nadie… todavía tienen un pase, pero es que la mayoría de las veces muchos se ponen en peligro a sí mismos y a los demás… ¡Para nada! Me molestan los abonados a carril izquierdo o centrales, los que frenan antes del carril de deceleración cuando este es bueno y sin poner el intermitente tan siquiera, los que no trabajan los carriles de aceleración, los que en autopista realizan adelantamientos eternos a camiones (entre uno y dos minutos en paralelo los he contado bastantes veces), además, salen aunque estés a punto de alcanzarles y después de llevar un tiempo tras el camión; los que van a contramano (como decía mi padre) en curvas o cambios de rasante sin visibilidad, los que paran en doble fila pudiendo orillarse y permitir el paso… Por la A-8, en los alrededores de Bilbao con límite en 80 y radares, los camiones y autobuses que siguen a un coche de autoescuela que circula a la velocidad máxima permitida, a 4 m… Esto ya no es que me moleste, me enerva, me siento agredido, es como ponerte una pistola cargada en la cabeza con bala en la recámara y sin seguro porque, a ver: un coche de autoescuela se ve a la legua, ¿tan difícil resulta pensar que el alumno puede decidir cambiar de marcha de forma imprevisible para el profesor y pisar el freno pensando que es el embrague? No es tan raro que ocurra y, desde luego, si se da el caso, el accidente será inevitable y mortal de necesidad para los ocupantes del coche. En fin.
Saludos para todos.
@23
Esta situación que Vd. menciona de los camiones a 4mts., me ha recordado un hecho que siempre cuento como curioso.
Hace unos años (ya 20 lo menos), pensando en adquirir un automovil para campo comprè un seat panda.
Lo vendí porque de todos su defectos que eran muchos, el mayor consistía en que no lograba desprenderme de los camiones a mi gusto.
Lo vendí ipsofacto.
@24 jose
Buena decisión, sí señor. Esa situación con los camiones es muy angustiosa, efectivamente, aunque también he de decir que no lo hacen todos pero se da con mucha frecuencia; parece que hasta se siente el calor del motor en la nuca, se oye perfectamente el silbido de los turbos, los cambios de marcha… No entiendo porqué muchos camioneros persisten en ese vicio. Cuando ocurre esto, después de hacérselo saber al alumno para que lo vea, observe y sienta le pido que aumente la velocidad y lo perdamos un poco, aunque me pongan una multa (es preferible mil veces); curiosamente, se suelen resistir a esa indicación comprobando el velocímetro y argumentando que ellos van bien y que si pasa algo es culpa del camionero, entonces, es cuando les digo que, hombre, si nos toca nos va a matar o, con mucha suerte quedaremos fatal para los restos, y que a mí no me sirve de consuelo que después de eso un juez le condene. En absoluto. Aun con ese argumento, no es raro que todavía sea necesario insistir un poco, pero bueno, acaban reaccionando. Sin embargo, aun queda un peligro: para ganar velocidad, lo primero que piensan es en poner una marcha más larga, si la hay (o creen que la hay), con lo que perderán velocidad y el riesgo de alcance sigue siendo muy alto. En ese momento ya les digo que aceleren sin más con lo que tenemos así reviente el motor y problema resuelto. Es muy curioso, cómo en situaciones evidentes de peligro, en principio, muchas personas se resisten a actuar del modo más seguro para evitarlo en base a: “no es culpa mía”, “es el otro el que va mal”, etcétera; y estos argumentos me los he encontrado muchas veces entre conductores veteranos.
Disculpe que me haya extendido, pero creo que tampoco sobran mucho algunos detalles que se observan en la autoescuela ya que luego muchas personas los repiten después durante años.
Un saludo.
Un estornudo nos obliga de forma irremediable a cerrar los ojos, algo muy peligroso si estamos conduciendo. El picor que lo precede, además, nos hará dejar de poner todos nuestros sentidos en la circulación. Por ello, si estamos acatarrados, es recomendable evitar conducir. En todo caso, si tenemos que hacerlo de forma irremediable, reduciremos la velocidad cuando veamos que vamos a estornudar o, incluso, si no entorpecemos la circulación, detendremos el vehículo.
Si padecemos alergia, tomaremos nuestra medicación antes de emprender un viaje largo y limpiaremos el coche para evitar en la medida de los posible los elementos que nos producen los estornudos. Además, circularemos con las ventanillas subidas.
Otra peligrosa distracción a la hora de conducir es un insecto que se introduce en el coche, especialmente si es una avispa o una abeja, que nos provocará dolor si nos pica. Si tenemos la mala suerte de que un insecto entra en el coche mientras conducimos, hemos de mantener la calma y parar el vehículo en cuanto podamos.
Nunca tenemos que intentar matar al bicho con las manos o hacer que salga por la ventanilla mientras circulamos. No está de más que llevemos con nosotros un pequeño bote de insecticida, para usar cuando ya hayamos parado el vehículo.
Los aparatos electrónicos son también grandes enemigos de una conducción segura. Cambiar un CD, la emisora de la radio, consultar un mensaje del móvil o atender una llamada, además de ser algunos de ellos actos ilegales, son todos causas de peligrosas distracciones al conducir.
Así, si viajamos solos hemos de programarlo todo de manera que no necesitemos hacer cambios ni consultar en estos aparatos. En el caso de que llevemos ocupantes, serán ellos los que se encargarán de hacerlo.
Precisamente, si estos ocupantes son niños pueden ser fuente de distracciones peligrosas. Por ello, parte de la educación de los hijos debe ser su comportamiento cuando conducimos, dejándoles siempre claro que no deben hacer movimientos bruscos dentro del vehículo y tener en cuenta que nosotros debemos estar sólo pendientes de la carretera.
Si viajamos con bebés y tienen alguna incidencia, hemos de valorar si es prioritario atender a la conducción o al pequeño. Ante un atragantamiento o un llanto súbito al que queremos responder, lo que tenemos que hacer es parar el coche.
Circular a la velocidad adecuada es básico, ya que estaremos preparados para reaccionar ante cualquier imprevisto, provocado por otros coches o peatones o, incluso, por un fallo nuestro o mecánico.
Podemos ir muy seguros conduciendo, pero si circulamos a una velocidad muy alta no podremos responder ante un animal que invade la vía, un coche en sentido contrario que nos encontremos realizando un adelantamiento o, incluso, una retención a la salida de una curva.
En aras de la seguridad vial, en el caso de que viajemos en vehículos de dos ruedas el casco es imprescindible y, aunque en ocasiones nos puede resultar molesto, es nuestro ángel de la guarda ante una caída o un accidente. Lo mismo hemos de decir del resto de elementos de seguridad pasiva como son los cinturones de seguridad y de las sillitas de retención de los niños.
Para ver mejor y, sobre todo, para que nos vean correctamente, se recomienda llevar las luces todo el día y no solo cuando cae el sol. En temas de visibilidad, hay que decir que cuando aún no está oscuro del todo pero ya empieza a anochecer es cuando menos se nos ve y hemos de actuar en consecuencia.
Obviamente, no debemos tomar alcohol ni otras drogas legales o no, cuando conduzcamos. Además de ser ilegal, estaremos poniendo en riesgo nuestra seguridad vial y la del resto de los agentes que intervienen. Si tomamos algún medicamento antes de ponernos a conducir, deberemos consultar el prospecto ante posibles efectos adversos.
Siguiendo estos consejos de seguridad para conducir, estaremos contribuyendo a que la carretera sea un lugar más seguro. No solo se trata de nuestra vida, sino también la de muchos otros conductores y viajeros.
En clave de seguridad, los neumáticos de nuestro vehículo son la parte más importante, por lo que hemos de revisarlas antes de emprender la marcha. Sin embargo, tampoco hemos de dejar de lado otras labores de mantenimiento, como líquidos de aceite o frenos.
Debemos planificar nuestro viaje de manera realista, sin marcarnos grandes retos. De otro modo, iremos con prisas y eso no es nada bueno en aras de la seguridad.
Una clave fundamental para viajar seguro en carretera es hacer una pausa cada dos horas y, al primer síntoma de somnolencia, aparcar nuestro vehículo y dormir lo que necesitemos. El sueño es uno de los grandes enemigos de la seguridad en carretera. En este artículo encontrarás consejos sobre cómo reducir la fatiga al volante.
Antes de salir de viaje, debemos consultar la información del tiempo. La página web de la Agencia Estatal de Meteorología ofrece información muy detallada, así estaremos al tanto de las condiciones climáticas que enfrentaremos durante el trayecto, pudiendo evitar el mal clima y sus riesgos.
Otra información a la que debemos estar atentos para viajar más seguros en carretera es la de la Dirección General de Tráfico, que da a conocer incidencias en la red viaria y ofrece alternativas a las carreteras que están en obras, que han registrado un accidente o que tienen retenciones por cualquier motivo.
Recuerda la importancia de seguir estas sugerencias para viajar más seguro en carretera y garantizar así un trayecto placentero y adecuado.
@26. Creo que no entendió la pregunta. Qué es lo que nos molesta de los otros conductores. Usted acaba de soltarnos un panfleto sobre la seguridad víal, que parece sacado de la página oficial de la DGT y que seguramente fue escrito por alguien que pasa demasiadas horas sentado delante de un ordenador y pocas al volante.
@21 sisu: la ciudad es más anónima y efectivamente eso hace aflorar estas actitudes con más facilidad, en cualquier aspecto de la vida cotidiana. Respecto a los radares, no sé si realmente influyen. Precisamente, muchas actitudes egoístas se ‘refugian’ en la norma: ¿para qué hacer la cremallera, si tengo prioridad? ¿para qué tomar una rotonda por un carril que no sea el de fuera? ¿para qué dejar cambiar de carril? ¡Todo esto es una molestia con beneficio cero!
@28 Elisa: Estamos de acuerdo..
Me parecen muy acertadas las observaciones del compañero @23 Esteban, que deduzco que es un profesional de la Auto-Escuela.
Aprovechando su profesión, voy a consultarle una duda que me asalta y que es de las que más me molesta al ponerme al volante: se trata de los conductores que siempre, siempre, circulan por el carril exterior de las rotondas aunque éstas tengan tres carriles, cortando el paso de los que quieren incorporarse y poniendo en apuros a los que van a salir desde un carril central.
Lo he visto hacer infinidad de veces a los coches Auto-Escuela, por lo que creo que es una actitud que se enseña a los nuevos conductores. Con el tiempo y si son conscientes, la “selección natural” les demuestra que es mucho más seguro y lógico circular por uno de los carriles centrales y, para salir, trazar una especie de elipse para situarse en el exterior.
Si siempre se circula por el carril exterior ¿para qué se hacen rotondas con más de un carril?
@30.»y poniendo en apuros a los que van a salir desde un carril central». Vuelva a la autoescuela. Lo que usted piensa que los demás hacen mal, es lo que usted hace mal. En las rotondas se circula por la derecha y se sale desde la derecha, al igual que en carretera. Los otros carriles son para adelantar. Si sale desde el carril central, lo está haciendo mal. A mi lo que me molesta es que la gente no sepa circular y encima piensen que los que lo hacen bien, lo hacen mal. Quizá con éste vídeo usted lo tenga más claro. https://www.youtube.com/watch?v=Eaib0j69rZc
@30 Marseille
Gracias por su comentario y mis disculpas por contestar tan brevemente ahora, pero he de salir de viaje hoy y ando apurado. Mañana, seguramente por la tarde-noche, le diré porqué las autoescuelas hacen lo que ha visto. No obstante, le puedo adelantar que su razonamiento es impecable y lo comparto totalmente.
@31 Basauri
Como acabo de decirle a Marseille, hoy no puedo extenderme. Pero le adelanto una pregunta, cuando usted afirma: «Si sale desde el carril central, lo está haciendo mal», ¿por qué? ¿Dónde está el artículo que prohíba eso? Le aseguro que no existe ni ha existido nunca, pero puede comprobarlo usted mismo. Cómo tampoco está escrito en ninguna parte que dos o más carriles en una rotonda son para adelantar. Además, ¿adelantar en un lugar en el que hasta para seguir recto hay que hacer tres trayectorias curvas enlazadas cediendo el paso a la entrada? Muy emocionante, ¿no cree? En fin, mañana sigo.
Saludos para ambos.
@32. Vea el vídeo explicativo que le he puesto y entenderá lo que digo. Hay que pensar que una rotonda es como una carretera con varios carriles. No hay un artículo que prohíba salir desde el carril izquierdo, pero si lo hacemos tenemos que tener claro que el que va por la derecha, tiene la preferencia si quiere seguir girando. Ahí lo explican debidamente. Hace 5 años circulando por la derecha con el camión, me llevé por delante a uno que quiso salir desde el carril izquierdo. El atestado de la Policía Municipal fue claro. Tiene preferencia el que circula por el carril derecho y si vamos por el izquierdo y hay alguien a nuestra derecha, no podemos salir porque él tiene la preferencia de paso ya que él sigue dentro de su carril y somos nosotros los que invadimos el suyo. En cuanto a lo de adelantar, sabe perfectamente lo que he querido decir. Al igual que en una carretera con varios carriles de cualquier circunvalación de ciudad, existen varios carriles para que el tráfico sea más fluído. Si yo voy despacio por la derecha, usted puede irse al de la izquierda y rodar más rápido. Para @30. El comentario «vuelva a la autoescuela» lo retiro. Ahora que he vuelto a leer esa parte de mi comentario, creo que está fuera de lugar. Por lo demás me mantengo en lo dicho hasta ahora.
@33
Es que si tenemos que discutir lo que es o no es cuando no se sabe….
Así es muy dificil.
A la espera de que el compañero @32 Esteban se extienda en el tema y nos lo explique más detalladamente, con conocimiento de causa, quiero responder a @33 Basauri:
Ya sé que la norma dice que la preferencia es del que va por la derecha, pero insisto en que los que se empeñan en trazar siempre las rotondas por el carril exterior, compran muchas papeletas para tener golpes y percances.
Lo lógico y seguro, para salir de la rotonda, es desplazarse poco a poco, como dibujando una espiral, desde uno de los carriles centrales hacia el exterior, para llegar a la salida correspondiente alineado con ella.
Comprendo que un camión articulado vaya por el exterior, aunque tenga que salir tres salidas más adelante, por su intrínseca dificultad de maniobra, pero que lo hagan también los turismos, y lo enseñen así en las auto-escuelas, me molesta porque provoca mucha situaciones comprometidas, además de largas retenciones en las incorporaciones.
Conduciendo recientemente por Inglaterra, donde creo que inventaron las rotondas, he visto muchas de las grandes con bordillos, para obligar a los coches a salir del carril exterior y situarse en uno de los centrales, dejando el exterior sólo para las incorporaciones y las próximas salidas.
@35. Usted dice, «los que se empeñan en trazar siempre las rotondas por el carril exterior, compran muchas papeletas para tener golpes y percances». Cierto, el sentido común y la experiencia dice que si vas despacio y a la derecha, tendrás problemas, pero la culpa no será de ellos, sino de los que se empeñan en salir desde el carril izquierdo. Si no es tan complicado. Uno puede circular por el carril izquierdo, que para eso está, teniendo siempre claro que la prioridad la tiene el vehículo que circula por el carril derecho y si éste decide seguir girando, tendremos que seguir girando hasta encontrar el hueco para pasarnos a la derecha.
@35 Marseille: efectivamente el gobierno británico explica que hay que usar los carriles centrales. Lo pueden ver en el link siguiente (ver concretamente el dibujo de la norma 185):
https://www.gov.uk/using-the-road-159-to-203/roundabouts-184-to-190
@35, En el diseño de carreteras siempre se ha intentado mejorar el funcionamiento de las glorietas. Esos separadores de carriles que usted vio en Inglaterra son parte de lo que denominamos “turbo glorietas”, para más información busque “turbo roundabout” en Google.
Las turbo glorietas se concibieron en Holanda en 1996 y la separación de carriles a la que usted hace referencia no es para impedir la circulación por el carril exterior del anillo, sino para canalizar el tráfico en cada carril anular en función de las demandas de cada uno de los ramales de la glorieta. En las turbo glorietas es posible de alguno de los carriles anulares no se desarrolle en toda su extensión, 360 º, y que los separadores de cada uno de los carriles anulares de abran o cierren en uno u otro ramal en función de la demanda.
Saludos
Aqui tienen la realidad
https://www.youtube.com/watch?v=-AE0cbnWe7o
@30 Marseille.
Buenas tardes, señora Marseille. Disculpe que la haya hecho esperar, por favor.
Comenzaré confirmándole que su deducción es correcta: enseño a conducir. Y ahora paso a explicarle porqué ha visto a tantos coches de autoescuela pasar por las rotondas utilizando exclusivamente el carril exterior o de más a la derecha vayan a donde vayan. En el año 2007 (nunca antes) la DGT comunicó a sus funcionarios examinadores que a partir de una determinada fecha de ese mismo año que no puedo precisar pero que fue durante el verano (junio, julio o septiembre) en toda España, aunque no de forma simultánea pero sí en ese intervalo para todas las provincias, el paso por las rotondas o glorietas se calificase como correcto sólo cuando se hiciese por el carril derecho.
De esta novedad yo me enteré por boca de un amigo y colega de plena confianza, comenzó aplicándola un examinador en concreto y poco después siguieron el resto. En ningún momento me lo dijeron de forma explícita ni siquiera antes de comenzar el examen, en mi caso y en el de otros compañeros esto ocurrió cuando en plena prueba de circulación y antes de llegar a una rotonda (recuerdo el caso con detalle, la de Artaza en Getxo, una rotonda grande con tres carriles, buena visibilidad y tráfico rápido y abundante), el examinador se dirigió al alumno diciéndole claramente que tomase la tercera salida pero que él le iba a decir exactamente cómo hacerlo, que no se preocupase y que siguiera sus indicaciones. Imagínese mi sorpresa, porque además de indicarle claramente que entrase por el carril derecho y permaneciese en él, también le dijo que pusiera el intermitente izquierdo todo el tiempo para cambiarlo poco antes de la tercera salida, al tiempo que gesticulaba con el brazo dirigido a los demás conductores en un gesto que me pareció entre una mezcla de perdón y aviso para que nadie nos llevase por delante. Por mi parte, mi mano izquierda estaba apunto de despegar sobre la rodilla de ese lado, la derecha en el agarradero de la puerta, el pie derecho sobre el pedal del freno, el izquierdo debajo del embrague y el cuello (lástima de vídeo) como el de la niña de “El exorcista”. Acabada la prueba (con resultado de apto, menos mal), le pregunté al examinador porqué demonios ahora se hacía eso en las rotondas y si se seguiría así o era una especie de experimento o yo qué sé; me confirmo que se continuaría así. Le di mi opinión, le dije que así acabaríamos teniendo accidentes y me respondió que efectivamente eso era bastante más probable pero que les habían dicho que tenían que exigir eso. Como es prácticamente imposible hacer un recorrido de examen sin pasar una o varias rotondas, la mayoría de mis colegas comenzaron a trabajar así sistemáticamente en todas las clases, pero me consta que no todos y yo tampoco, básicamente por dos razones:
1- Lo importante en nuestro trabajo está después del examen, este tiene una importancia relativa que requiera atención, desde luego, pero lo que tiene una importancia vital está después y me parece fundamental dotar de una buena base a los alumnos en la autoescuela que les sea útil para sobrevivir en la carretera cuando ya tengan el carnet. Además, dotándolos de esa base, que ellos podrán ampliar después y crear su propio estilo, al examen se llega con menos clases y con muchas más probabilidades de aprobar. Son todo ventajas. Lo contrario, centrarse en el examen siempre supone más clases, más suspensos, más tiempo, más dinero y, lo que es peor, más disgustos y confusión.
2- Porque llegado el momento del examen lo más fácil (que no lo más seguro) es pasar las rotondas por el carril de más a la derecha se tome la salida que se tome. Pero en las clases he seguido haciéndolo como se hizo siempre antes del año 2007, excepto en algún que otro caso que probamos a ir por el carril exterior para comprobar la diferencia, y para que puedan verla bien, en algunas rotondas grandes hago algunos cambios de sentido por ese carril llevando yo el coche desde la derecha para que ellos puedan ver con todo detalle la cantidad de peligros potenciales que se crean de este modo. Luego, no sé en otras provincias, en Vizcaya los examinadores son bastante flexibles en cuanto al cumplimiento de esta supuesta norma y en no pocas ocasiones ayudan al alumno con indicaciones concretas. Indicaciones que, en buena parte al menos, las dan por su propia seguridad (ellos van en el coche) y porque perciben este modo claramente con más riesgo que el otro, eso, que un coche de autoescuela está bien identificado como tal, que la mayoría de los conductores procuran aumentar márgenes con nosotros y que en muchos lugares el coche que está en examen es seguido por otro que le cubre.
Hasta ese verano de 2007, cuando había alguna novedad para los exámenes, la Jefatura Provincial siempre la comunicaba con tiempo y por escrito a todas las autoescuelas, teniendo estas que firmar que habían sido notificadas; naturalmente, aludiendo siempre a la norma concreta que genera el cambio y que ha de estar publicada en algún BOE. Bien, pues con esta historia de las rotondas, nunca se hizo eso. Porque no hay norma que lo avale. Curiosamente, esto nunca se dice.
No quiero terminar sin aludir al personaje que dirigía la DGT en 2007: Pere Navarro (me niego a darle el tratamiento de señor, para mí no lo es), en mi opinión, el peor jefe que tuvo esa institución en toda su historia, incluido el periodo en el que se denominaba Jefatura Central de Tráfico. Que, entre otras cosas, generó la “teórica exprés”, el canje de decenas de miles de permisos de conducir extranjeros obtenidos de un modo en absoluto homologables con el de este país y un largo etcétera de despropósitos que, sin embargo, le hizo muy popular y cubrirse de gloria. Puro surrealismo español, no quiero decir hispano, no quiero ofender a ningún país hermano del otro lado del Atlántico.
Con todo, lo que más rabia me da, es la pasividad conque asumimos esta imposición -sin base jurídica alguna- los profesores de autoescuela, porque con un poco de unión -secularmente inexistente en este oficio- podíamos haber evitado este despropósito que es una fuente constante de conflictos y accidentes y que ha polarizado a los conductores entre partidarios y detractores, evitando (este carácter nuestro tan extremista y cainita) que la “selección natural” a la que con buen criterio alude logre la eficacia que debería. Como le dije ayer, estoy totalmente de acuerdo con lo que usted dice, y yo actúo del mismo modo; las claves para pasar con seguridad están en observar muy bien y anticiparse. Hasta ahora (toco madera) nunca he tenido un golpe en una rotonda, entre otras cosas, porque me aseguro trayectoria y espacios a ocupar antes de entrar, a veces hay que hacer algunas correcciones, pero qué nos cuesta: llevamos las manos en el volante y los pies en los pedales.
Disculpe que me haya extendido tanto Marseille, pero esta es la historia que responde a su oportuna pregunta. Si lo desea puede ver también todo lo que tengo escrito (vídeos propios incluidos) en el blog al que puede acceder haciendo click sobre mi nombre, en él, verá a la derecha una pequeña ventana (“Buscar”), escribiendo en ella “rotondas” le aparecerá cuanto tengo sobre estas intersecciones.
Muchas gracias por su paciencia y atención.
Un cordial saludo.
@33 Basauri:
Celebro y agradezco la rectificación que hace al final de su comentario, señor Basauri, eso le honra y hace que este foro no pierda el tono tan agradable que generalmente tiene.
Dicho esto, paso a la faena:
Conocía el vídeo y he vuelto a verlo (gracias), pero sigo sin entenderlo, francamente. Y del mismo modo le digo que no comparto su opinión cuando dice: “Hay que pensar que una rotonda es como una carretera con varios carriles”. Una rotonda, dicho coloquialmente, es una intersección en la que se pone un tiesto gigante en medio. Lo que usted afirma, es lo que repiten los que defienden el ir por la derecha a capa y espada a falta de argumentos jurídicos que lo justifiquen, pero no acabo de entender porqué tanto empeño en sostener esa postura cuando no está prohibido ni es obligatorio ni una cosa ni la otra, y siendo así, pues que cada cual pase las rotondas por donde quiera, ¿no?
Sobre el atestado que menciona de la Policía Municipal, le puedo asegurar una cosa: si en su redacción pone literalmente “tiene preferencia el que circula por el carril derecho”, está mal hecho, porque eso no está escrito en la normativa en vigor, ni hace cinco años ni nunca. A ver si me explico: una cosa es que quien cambia de carril deba asegurarse de que no molesta en absoluto a quien ya esté utilizando el carril al que va (sea donde sea) y otra que quien circula por un carril goce de preferencia. No es lo mismo, pues por esa regla de tres, también se podría afirmar que quien va por el carril central tiene preferencia sobre quien cambia desde el derecho a él, y tampoco es eso. Por otra parte, cuesta entender (aunque no dudo de su palabra, desde luego) que alguien se eche encima de un camión, ¿acaso conduce con los ojos cerrados? Es que es impresentable, al margen de polémicas sobre rotondas y de todo tipo.
En cuanto a lo que dice sobre el adelantamiento, la verdad, no, no sabía lo que quería decir. Es otro argumento que he oído y leído muchas veces, pero desde luego las rotondas no son lugares nada indicados para adelantar, tal como normalmente se entiende esta maniobra, otra cosa es que, excepcionalmente, si se coincide con otro vehículo claramente más lento se pueda aprovechar a pasarle, pero no es lo habitual, como bien sabe. No obstante, es muy interesante esta parte de su comentario porque en ella habla de fluidez, un factor indudable de seguridad, que se perturba seriamente cuando alguien hace, por ejemplo, un cambio de sentido en una rotonda con tres carriles por el exterior, ya que hace esperar a todo el mundo cada vez que está próximo a una de las salidas, ni deja entrar ni deja salir.
Al margen de esto, le diré un par de argumentos para utilizar carriles centrales o izquierdo en rotondas basados en normas concretas que estoy seguro que conoce:
1- Cuando se cambia de dirección a la izquierda (maniobra que se puede hacer en una rotonda), la norma dice que nos situemos lo más a la izquierda posible dentro de nuestro sentido. Y no contempla ninguna excepción para las rotondas. Lo mismo dice, con carácter general, para realizar un cambio de sentido, y tampoco se habla de excepciones para las glorietas.
2- Dentro de poblado (la mayoría de las rotondas lo están) si hay más de un carril en el mismo sentido se puede utilizar el que más convenga a nuestro destino.
Me llama mucho la atención, que cuando se habla de estas cosas nunca se mencione qué hacen “los países de nuestro entorno”, como tantas veces nos meten por el morro para justificar mil cosas. Pues bien, corríjame si me equivoco, por favor, pero yo no conozco ningún otro país en Europa en el que se potencie la circulación por el carril derecho donde hay que hacer circulación giratoria. En el extranjero sólo he conducido por Inglaterra y Francia, y desde luego en las rotondas se circula como se ha hecho aquí siempre… hasta 2007. En otros países abundan las turbo-rotondas, aquí hay pocas, pero las he probado y, curiosamente, en ellas se llevan trayectorias como muy bien explica Marseille, como una espiral, de ahí lo de “turbo”.
Y termino, señor Basauri. ¿Que a usted le va mejor el carril derecho cuando lleva el camión? Nada que objetar, pero, permítame que me tome la libertad de hacerle una pregunta: ¿Cuando hace un cambio de sentido en una rotonda grande con su coche, también?
Este es un tema que me cabrea mucho cuando oigo o leo a compañeros de oficio, examinadores y policías de tráfico (por este orden) defender “por la derecha siempre y para todo” porque han creado un grave problema que no existía y que no beneficia a nadie. Me parece totalmente surrealista.
Un saludo.
@41. Esteban. Con mi coche hago otras cosas que no hago con el camión. Es un tema de velocidad. Con el coche puedo ser ágil, con el camión es imposible por velocidad, tamaño, etc (esto se lo digo en referencia a su comentario @25. Sus alumnos deben saber que ellos si pueden variar su velocidad con facilidad mientras que los camiones no). Que yo con el coche no circule por la derecha en las rotondas, no significa que lo esté haciendo bien. Utilizo no uno, sino incluso los tres carriles y corto a mi gusto, siempre que no lleve otros vehículos a mi alrededor y de eso me suelo ocupar siendo rápido entre rotondas y dentro de ellas. Las glorietas en España no están reguladas como si lo están en otros países, así que aquí se aplica la norma de una vía de varios carriles en el mismo sentido. Usted si puede circular por el carril central y saliendo desde él, siempre teniendo claro que si llevamos un coche a la derecha al salir invadiremos su carril ( a menos que usted piense que las líneas discontinuas pintadas en el suelo, no significan nada). Vamos a hacer una prueba, imagínese que la norma dice que hay que entrar en la rotonda e inmediatamente hay que ponerse en el carril del centro. Yo llego a la rotonda de Artaza (de gran tamaño) con el camión y me pongo en el carril central. Mi velocidad es muy inferior a la de los otros vehículos así que todos y digo todos empezarán a adelantarme por la izquierda o por la derecha. ¿No es eso más peligroso aún? y ¿qué ocurrirá cuando yo decida salir a mi derecha? Cuando vaya a girar, los que están a mi derecha me cederán el paso? ¿Seguro? Como no todo el mundo es Fernando Alonso, es evidente que tiene que haber un carril más lento en las glorietas, al igual que lo hay en las vías de varios sentidos. Ese es el de la derecha y los que vayan más deprisa, tienen que respetar a los más lentos y saber cuando deben o no deben invadir su carril. Estoy de acuerdo con el agente del vídeo en que cuando se quiere seguir girando, hay que dar el intermitente de la izquierda, no porque lo diga la ley (de hecho no lo dice), sino porque por sentido común estarás dando información a los demás usuarios de tus intenciones. Por cierto, todo esto es en glorietas de gran tamaño. En las pequeñas es totalmente diferente. Si entras y te vas a salir a 10 metros, no vas a circular por la derecha, cortas por un lado, cortas por el otro y fuera. Por cierto para rotonda la del arco del triunfo de París. Si no han podido hacerla, háganla. Es una experiencia inolvidable. Un saludo.
@42, Efectivamente,es toda una experiencia.Dí dos vueltas,porque me dio la risa floja en cuanto emboqué; «tranquilo,que todo el mundo sabe por donde tiene que ir» me decia mi tía…
Saludos
@42 Basauri:
Tras leer su comentario, señor Basauri, entiendo que nuestras posturas están mucho más próximas de lo que en un principio parecían, y en unos cuantos detalles coinciden totalmente.
Alude usted a mi comentario @25, pero prefiero ir más atrás, al @23. Quiero pensar que usted no es de los que van con el camión a unos 4m detrás de un coche de autoescuela (ni de ningún otro), circule o no a la máxima velocidad permitida, el riesgo es muy alto (ya dije porqué) y el doble mando no hace milagros, pero todavía es más peligroso con coches que no son de autoescuela y cuyos conductores conducen igual o peor que si estuviesen en ella. Sé, aunque sin duda usted lo sabrá mucho mejor, que llevar un camión exige mucha paciencia (qué remedio) con no pocos conductores de turismos que, incomprensiblemente, les hacen la puñeta cada dos por tres, sin tener en cuenta las limitaciones propias de llevar vehículos pesados. Pero bueno, qué le voy a decir yo que usted no sepa, aunque conozco algo el tema porque he llevado camiones y autobuses hace bastantes años, he tenido contacto con ese mundo desde niño y aún tengo amigos que conducen esos vehículos.
A pesar de las coincidencias, hay algunos detalles que desgrana en su comentario con los que discrepo. Son los siguientes:
Dice usted que “Las glorietas en España no están reguladas como si lo están en otros países.” ¿Le importaría decirme cuáles y cómo están reguladas? Se lo agradecería, porque en lo que yo sé, al menos en Europa occidental, la norma es igual que aquí; de hecho en España se cambió cuando entró en vigor la actual Ley de Tráfico (1990), entre otras cosas, para armonizarla con el resto de Europa, pues en España, hasta entonces se entraba en las glorietas con preferencia y una vez dentro se iba cediendo el paso a la derecha en cada entrada. Desde 1990, se cede al entrar y ya está, esta es la única norma sobre rotondas que aún hay aquí. Porque la “norma” de ir siempre por la derecha en ellas, no es tal, sino un criterio de examen adoptado en 2007 que nunca debió hacer la DGT (porque no está en el BOE) ni admitir las autoescuelas, y que se sigue con un rigor muy dispar en según qué provincias y con según qué examinadores de una misma Jefatura. Algo que nunca debió de haber ocurrido, pues en cuanto a normas y señales, DGT y Policía, deberían guiarse por un escrupuloso cumplimiento de las mismas; en los exámenes, bastantes posibilidades de subjetivismo hay ya con el apartado técnico: conducción eficiente, que si aquí se debería ir en 3ª mejor que en 4ª y un larguísimo etcétera en el que ahora no viene al caso extenderme.
Estoy totalmente de acuerdo en que pasar con un camión (imagino que además es un trailer el que usted conduce) por el carril central de una glorieta es una fuente de problemas y, naturalmente, quienes están a su derecha no le cederán el paso cuando vaya a salir porque como bien sabe es usted quien se cambia de carril y debe estar seguro de no entorpecer la marcha de nadie que ya esté circulando en ese carril derecho, lo cual no significa que se pueda hablar de preferencia de un carril sobre otro porque si es al revés deben cederle a usted. Un cambio de carril funciona igual con rotonda o sin ella, pero en ningún caso se habla de preferencias de carriles. Ni tampoco de carriles para ir más despacio cuando dice “es evidente que tiene que haber un carril más lento en las glorietas, al igual que lo hay en las vías de varios sentidos. Ese es el de la derecha y los que vayan más deprisa, tienen que respetar a los más lentos y saber cuando deben o no deben invadir su carril.” Cuando existe más de un carril por sentido (salvo señal expresa, y es raro) todos tienen el mismo límite de velocidad. No estamos obligados a ir por el carril derecho, como norma general, por una cuestión de velocidades, sino de ordenación del tráfico. No estoy seguro de entender a qué se refiere cuando afirma “los que vayan más deprisa, tienen que respetar a los más lentos”, supongo que se refiere a no molestarles cuando nos pasamos a ese carril, pero bueno, esto es evidente.
También le diré que no me gusta nada lo que hace el agente del vídeo, no lo puedo afirmar, claro, pero me da que actúa por iniciativa propia sin haber recibido orden alguna al respecto, mas no importa, para el caso es lo mismo. Y no me gusta porque esa no es la labor de la policía, su labor es vigilar, regular el tráfico y denunciar las infracciones que observe, cosa que no hace porque no se dan; en este sentido el vídeo es muy significativo. Además genera atascos (perturba la fluidez y por tanto la seguridad, incluyendo la suya propia), y para colmo da un pésimo ejemplo estacionando su coche en un lugar en el que está prohibido hasta parar. Vamos, todo un “fenómeno” que tanto se da en este país que sufrimos. Seré muy raro, pero prefiero una multa a un sermón; además, en lo que yo he vivido y visto, a estos que van de “padres” como no se les diga amén a todo les sienta fatal. Prefiero mil veces a los de la vieja escuela “le tengo que denunciar…”, pues vale, te ponen la denuncia diligentemente y te dejan ir. Para mí lo mejor.
Esto es sólo un pequeño matiz, pero a mí donde menos me cuesta lo de ir por la derecha, aunque muy pocas veces lo hago, es en las rotondas pequeñas; sin embargo en las grandes me siento rarísimo dando “la vuelta al ruedo” con esa trayectoria tan ilógica.
Por la rotonda del Arco del Triunfo de París nunca he pasado en coche pero, efectivamente, debe de ser muy emocionante porque el año pasado me enteré que las compañías de seguros de Francia tienen un acuerdo para cubrir los gastos de los golpes que se producen en ella a partes iguales. Lo tendré en cuenta para cuando tenga la oportunidad de pasar por allí conduciendo y lo grabaré. Gracias.
Un saludo.
@44. Si al final vamos a lo mismo. A mí tampoco me gustan los agentes como el del vídeo @39 Si yo fuera agente, recetaría sin más. Es más, creo que estrenaría cuaderno de denuncias todos los días. La glorieta del arco del triunfo de París, no tiene pintados carriles en el suelo, así que cada uno lleva la trayectoria que quiere o puede. Ese no es el caso de la mayoría de rotondas en España que sí tienen marcados los diferentes carriles. Usted puede circular por donde le de la real gana, pero si sale desde el carril de la izquierda y a su derecha hay un coche que quiere seguir girando, usted no podrá invadir su carril y si lo hace y hay impacto, será culpa suya. Esa es la clave, el de la derecha no invade el espacio del de la izquierda y sin embargo, éste sí que invade el espacio del de la derecha. El coche que va por la derecha, puede seguir girando cuantas veces quiera, porque no hay ninguna norma que le obligue a lo contrario y está en todo su derecho, porque el no abandona nunca su carril. No es más fácil ir por donde nos de el aire y luego antes de salir pasarse a la derecha para así asegurarnos de que no invadimos el espacio de otros. No es más fácil si la rotonda es grande y decidimos ir más despacio, circular por la derecha para no entorpecer a los que quieren ir más rápido? Un saludo.
Yo entiendo que si lo correcto fuese circular siempre y en todo momento por la derecha no tendría sentido que las rotondas tuvieran varios carriles, yo creo que lo correcto es usar varios (no a la vez), que para algo tenemos cuello, espejos y la posibilidad de dar otra vuelta si no podemos salir. Aunque me parece imposible legislar de modo adecuado la circulación en rotondas, así la prioridad es no chocar contra el camión de Basauri ( o el mio), que es el que legalmente tiene razón.
Cuando yo estuve en París existía una leyenda urbana, consistente en que el ayto de París pagaba los daños en choques en la rotonda citada, ante la imposibilidad de determinar al culpable. Alguien sabe si esto es cierto? Lo que si es es inolvidable, sobretodo cuando conduces el coche nuevo del padre de un colega. Doy fé.
@45 Basauri:
No pude pasar antes por aquí, lo siento.
Pues sí, al final, más o menos vamos a parar a lo mismo. Lo que yo veo es que si se pasan las rotondas como se venía haciendo antes de 2007, generalmente, y tal como muy bien explica Marseille en sus comentarios, sólo implica uno o dos cambios de carril, para lo cual no hay que tener más precauciones que en cualquier otra circunstancia en que hagamos ese desplazamiento lateral, basta con observar anticipadamente y coordinarse, no es necesario que el carril hacia el que nos movamos esté vacío sino que tenga un hueco lo bastante amplio para ocuparlo con seguridad y sin obligar a nadie a nada. No tiene más misterio. ¿Que alguien quiere dar “la vuelta al ruedo”? Es muy libre, pero que no pretenda obligar a los demás a actuar conforme a su limitación o su vagancia (dicho sea teniendo en cuenta la excepción que imponga un vehículo por sus características, su camión, por ejemplo). De todos modos, por muy legal que sea (en cuanto a que no está prohibido) a mí no me parece ni lógico ni seguro. Desde luego, yo no iría como pasajero en un coche cuyo conductor circule sistemáticamente por el carril derecho en las rotondas, porque de algún modo esa persona está eligiendo “si tengo un accidente que no sea mi culpa” antes de “voy a esforzarme y trabajar por evitar un accidente”; de acuerdo que por muy bien que lo hagamos y mucho empeño que pongamos nunca estamos libres al 100%, pero será muy difícil, y todavía más que sea responsabilidad nuestra.
Hay cosas tan legales como peligrosas, como es circular por autopista a 60 km/h en circunstancias normales, carril derecho y hasta el fin del mundo; ¿que tengo un accidente? No es culpa mía… Bueno, como discusión teórica en la autoescuela tiene un pase, con carnet y en la realidad no. Además, muy frecuentemente, tendemos a dar por hecho que la culpa es de este o el otro, cuando en realidad, en muchas ocasiones las compañías de seguros nos sorprenden con otra idea, y los juzgados más.
Tal como plantea su pregunta al final, mi respuesta es afirmativa, sí. La cuestión está en por qué decido ir más lento de lo normal, si hay alguna razón que lo justifique, bien; pero porque me dé la gana no. La calle no es mía, e independientemente de normas, moverme de un modo coordinado y lógico con los demás vehículos es un factor de seguridad básico.
Un saludo.
@46 Valmhö:
A mí también me parece imposible legislar con más concreción sobre las rotondas, y espero que no lo hagan, pero más de una vez se ha hablado de ello. Pienso que sólo empeoraría las cosas; si acaso utilizar más turbo-rotondas (estudiando bien el asunto para cada lugar), delimitar carriles con líneas continuas y pintar flechas en ellos indicando ciertas direcciones vigilando por el cumplimiento de las señales… Y poco más, por no decir nada. El resto es educación, sentido común, responsabilidad, trabajo, esfuerzo, poner empeño en hacer las cosas bien, dejar de ser tan egoístas (esto mata en la carretera), darnos cuenta de que el Estado no es nuestra madre ni nosotros niños pequeños… En fin, casi nada, pero creo que la clave está en estas cosas.
No puedo poner la mano en el fuego, pero juraría que ningún municipio del mundo estaría por la labor de hacer lo que cuenta esa leyenda. El pasado otoño, lo que sí me aseguraron personas que trabajan en Axa en París es que las compañías de seguros han acordado pagar a medias cuando hay un accidente en esa rotonda en concreto, no me enseñaron papeles, pero me parece verosímil y tampoco veo porqué iban a mentir.
Un saludo.
Una puntualización a los excelentes comentarios del compañero @48 Esteban:
Posiblemente, legislar con más concreción sobre las rotondas puede que empeorara las cosas, sin embargo es mucho peor la postura de la DGT en los exámenes de conducir, al calificar como correcta únicamente la circulación por el carril derecho de las mismas.
Los alumnos de autoescuela, que no tienen la suerte de contar con un buen profesional como Sr Esteban que les hace comprender lo absurdo de dicha práctica, seguirán circulando siempre por el carril exterior de las rotondas, dando “vueltas al ruedo”, sin pensar en las molestias y situaciones de peligro que ocasionan, y creyendo que son los demás los que lo hacen mal.
Cuando mi hijo se sacó el carnet, tras unas pocas clases prácticas en la autoescuela, me contaba asombrado que el profesor le obligaba a usar el carril exterior de las rotondas, aunque él intentaba hacerlo como yo le había enseñado.
Hasta unos meses después del examen no consiguió dejar atrás esta funesta manía, y eso que yo se lo recordaba cada vez que íbamos juntos en el coche.
A sus compañeros de autoescuela, que no tienen un padre tan pesado en este aspecto como soy yo, les ha costado más tiempo y varios sustos, afortunadamente sin accidentes. Como yo digo… la Selección Natural siempre está presente.
Cambiando de tema; he tenido tiempo de entrar en el instructivo blog del Sr. Esteban: Sus videos y comentarios son muy didácticos y se los he recomendado a mis amigos. Gracias y un saludo.
El gran problema es ese, que no está suficientemente legislado y por eso muchos caen en el error y por eso se producen tantos accidentes en rotondas. Si miramos la foto (digo la foto, no le den al play) de @39 hay un coche blanco a la derecha y uno rojo a la izquierda. Vamos a suponer que el blanco acaba de entrar desde donde está el Audi verde y no ha tenido tiempo de pasarse a la izquierda para salir más adelante. En ese caso, yo les pregunto: si el coche rojo quiere salir y el blanco quiere seguir girando, quién tiene que respetar a quién. Según la DGT el blanco no invade el carril del rojo, mientras que el rojo si invade el del blanco y según ustedes, es el rojo el que tiene preferencia. Por eso suceden los accidentes, porque algunos no lo tienen lo suficientemente claro. Si así lo fuera y se diese claramente la preferencia a uno o a otro (lo dejo a su gusto) la cosa sería más sencilla. Da igual el carril por el que se circule, mientras se tenga claro quién tiene que respetar a quién en caso de llegar dos coches emparejados. Digo emparejados porque si uno llega delante del otro, no hay ningún problema.
@49 Marseille:
Estoy de acuerdo con la puntualización, señor Marseille, efectivamente, la actual postura de la DGT es mucho peor. En todos los años que llevo en el oficio, y comencé en 1977, no recuerdo ningún caso en el que se impusiera en examen un criterio sin amparo legal, me parece escandaloso, por más que la supuesta “norma” de marras se aplique con bastante flexibilidad dependiendo de lugares, examinadores, su propia experiencia (hay que tener presente que ellos van en el coche), etc. Pero, con todo, lo que llevo muy mal, y cada vez peor según me voy enterando de más casos, es la cantidad de colegas que abrazan esta forma de proceder con la fe del nuevo converso. “Me llevan los demonios”, como decía mi abuela que en gloria esté. Además, cuando ellos conducen solos no actúan así, al menos yo no lo he visto hasta ahora, aunque alguno habrá, me temo. Me duele la pasividad que como gremio hemos tenido con este asunto, nunca debimos admitirlo, o al menos oponer una seria resistencia. Si la DGT abandonase esta forma de calificar en los exámenes, con sigilo, sin ninguna publicidad, creo que poco a poco las aguas volverían a su cauce, pero no sé…
Me alegra saber que con el esfuerzo de usted y de su hijo, este pase las rotondas de un modo más seguro, fluido y lógico. Le felicito. Pero fíjese lo que cuesta eliminar un mal hábito, y eso que usted actuó a tiempo y su hijo colaboró. También celebro que se tome en serio y de forma activa el aprendizaje del mismo como conductor, en lo que yo sé, es algo bastante excepcional, por desgracia, cuando en realidad, es la formación más importante a la que nos enfrentamos de jóvenes, están en juego la vida propia y ajenas.
Muchísimas gracias por la opinión que le merece mi blog, expresarlo y recomendarlo. Si en algo le puedo ser útil no dude en decírmelo, lo haré con mucho gusto.
Un saludo.
@47 Esteban: perfectamente observado lo de “si tengo un accidente que no sea mi culpa” antes de “voy a esforzarme y trabajar por evitar un accidente”; una de tantas formas, aunque muy sutil, de egoísmo.
Basauri, esta claro que el coche que circula por el interior ha de esperar a poder salir sin chocar ni estorbar al que va por fuera. Y en los mundos de yupy, el que va por fuera debería facilitarle la salida en la medida de lo posible, porque si el rojo fuese por el exterior el aún estaría parado en el ceda de la entrada.
@50 Basauri:
Yo el problema lo veo en que muchos conductores ni saben conducir ni quieren aprender, y no pocos fuerzan situaciones por puro amor propio. Desde luego, la falta de normas no es el problema, y a los hechos me remito: Desde 1990 compartimos norma con el resto de los países de la CE, que ya la utilizaban antes sin que tuviesen ningún problema en especial. Y sólo es una: ceder el paso a la entrada. ¿Más normas? Pues usted me dirá porque, francamente, no se me ocurre ninguna que evite complicar más la situación y sustraer mucha fluidez.
En el supuesto que plantea sobre la foto del vídeo, ni otros compañeros de este foro ni un servidor hemos dicho en ningún momento que el coche rojo tenga preferencia, sólo que puede salir desde ese carril, y naturalmente sin molestar a nadie. Por lo tanto, no estoy de acuerdo cuando afirma: “Por eso suceden los accidentes, porque algunos no lo tienen lo suficientemente claro.” ¿Cómo que no lo tienen claro? Todo el mundo sabe que para ocupar un espacio, este debe estar vacío. Tanto da que estemos conduciendo o queramos ocupar una butaca en el cine. Y eso es lo que dice la norma que regula cómo hacer los cambios de carril, que afortunadamente no ha cambiado nunca, que es tan obvia que el legislador tuvo muy poco trabajo con ella (le bastó con copiar), hasta el punto de que ni siquiera se considera maniobra básica de circulación.
Volviendo al supuesto concreto que plantea, cualquiera que conduzca el coche rojo y tenga dos dedos de frente, una de dos: o se coordina con el coche blanco haciendo alguna variación de velocidad para pasar delante o detrás (en principio más seguro esto último), o da otra vuelta a la rotonda. Lo que es impresentable es que se eche encima del coche blanco como nos contó usted que le ocurrió. Es que carece totalmente de sentido, lo está viendo, entra en su campo visual… ¿Qué le voy a contar yo que usted no sepa, si lo ha vivido en carne propia? Señor Basauri, al conductor que se le echó encima y no tuvo más opción que llevárselo por delante, ¿de verdad cree que hay alguna norma que le pueda servir? Creo que ni aunque le hagan una ley de tráfico para él solito. Por cierto, también pienso que la actual ley que tenemos está hipertrofiada, para mí, lo que tendrían que hacer en una próxima reforme (que sin duda habrá y no será la última) sería simplificarla.
Un saludo.
@52 Elisa:
Gracias. Pues sí, ese «no es mi culpa» en el fondo no es más que una actitud egoísta para justificar las propias carencias y la propia zanganería. Además, actuar de forma egoísta, en general, creo que es muy poco inteligente.
¡Saludos!
@53 Valmhö:
Totalmente de acuerdo. Y desde luego, lo ideal sería que los dos conductores actuasen de forma sincronizada, como bien dice; el blanco levanta un poco, el rojo pisa algo más y asunto arreglado.
Sólo con que se extendiese esta forma de conducir el tráfico, la fluidez y la seguridad mejorarían muchísimo.
Un saludo.