Hace unos cuantos meses –concretamente en la última entrada del pasado mes de Abril- apareció en este blog la prueba de un Subaru: el Forester, que había sido renovado hacía bien poco. Hay que remontarse bastante más atrás –hasta la primera de Octubre de 2016- para encontrar la anterior referencia a un Subaru de la actual hornada de productos de la firma japonesa; concretamente la de un Levorg. Ambos coches –el Forester como SUV y el Levorg como Station-Wagon- comparten el clásico (para Subaru) motor “boxer” de 4 cilindros, y la transmisión Lineartronic de variador continuo, en su última ejecución. Pero la diferencia estriba en que los 150 CV del Forester se obtienen de un motor 2.0 atmosférico, mientras que los 170 del Levorg provienen de un 1.6 Turbo. Así que, por mayor proximidad tanto de fechas como de tecnología, utilizaremos algunas referencias a la prueba del Forester para ayudarnos a centrar la personalidad del Subaru XV que hoy nos ocupa; y tanto más cuanto que también es un SUV, si bien de un tamaño algo más compacto que el ya veterano Forester.
Algunos de los primeros párrafos de la prueba del Forester vienen como anillo al dedo para iniciar la presentación del XV; así que, como en anteriores ocasiones, procederemos a citarlos, con algunos recortes de frases que ya no se consideran necesarias. Y dichos párrafos rezan así:
“En vista de la cada vez más acelerada transición hacia la gasolina por motivos medioambientales, tiene justificación presentar un renovado SUV con un motor que utilice dicho combustible. Es bien sabido que Subaru es una de las pocas marcas que defienden a ultranza una orgullosa autonomía tecnológica, y se mantiene fiel a su arquitectura de motor “boxer”, transmisión Lineartronic y tracción Symmetrical AWD. Pero hay que tener muy en cuenta que dicha arquitectura se aplica –en el caso concreto del XV- sobre la base de un SUV que en vacío ya pesa casi tonelada y media y con una mala aerodinámica (1,60 metros de altura), al cual se impulsa mediante un motor atmosférico de carácter y regímenes más bien deportivos, conectado a una peculiar transmisión que, por muy automática que sea, utiliza unos desarrollos sumamente largos”.
El lanzamiento y presentación de la anterior y primera generación del XV tuvo lugar hace años –concretamente en Diciembre de 2011- en la Toscana italiana; y como consecuencia de mi asistencia a dicho evento, escribí lo siguiente para un medio de la prensa escrita:
“Presente con sus Outback y Forester desde hace ya bastantes años, y en zonas comercialmente próximas a la que ahora está en candelero, a Subaru le faltaba rematar la faena, y ofrecer una carrocería “a la moda”, de esas que podrían pasar por un monovolumen de suspensión sobreelevada, pero con algún guiño estético que le confiera cierta imagen agreste y dura, como de todo-terreno discretamente suavizado. Porque la base ya la tiene, incluso en sus berlinas Impreza y Legacy: motor de estructura boxer, ideal para la transmisión integral, en la que tiene más de tres décadas de experiencia.
Así que, sobre la base de una plataforma de Impreza, debidamente retocada de suspensiones hasta dar una notable distancia libre al suelo de nada menos que 220 mm, Subaru acaba de presentar, bajo la denominación de XV, su interpretación del moderno SUV de tamaño compacto, que con sus 4,45 metros de longitud, viene a caer justo en el corazón del nuevo segmento. En cuanto a la estética, la verdad es que no hay mucho a inventar; todos los actuales ocupantes del nuevo “nicho” se parecen bastante entre sí.”
De lo que incluso una marca tan seria como Subaru no se libró fue de intentar idealizar el tráfico urbano, presentándolo como algo excitante e incluso peligroso, lanzando el XV nada menos que bajo la advocación de “Urban Adventure”, con frases tales como que “la conducción en ciudad está llena de incertidumbres y sorpresas inesperadas”, que parece ser requerían (en 2012 y quizás también ahora) todo el potencial de un SUV de tracción integral que se desplaza con los bajos a un palmo por encima del suelo.
Pero han transcurrido algo más de seis años, y ya tenemos la nueva generación de plataforma: la SGP (Subaru Global Platform), un 70% más rígida torsionalmente que su predecesora. Y en ella se sustentan no sólo los mismos modelos que antes (Impreza, Forester y XV) sino que, al ser del moderno tipo “modular”, también lo harán los próximos Levorg y Forester; aunque éstos, al ser de lanzamiento todavía muy reciente, tardarán algún tiempo en utilizarla. En cuanto al Outback, junto con la berlina Legacy en la que está basado, tienen plataforma propia, más grande.
A pesar de ser nueva la plataforma, las diferencias dimensionales con el antiguo XV son mínimas: dos centímetros de incremento tanto en batalla y vías, como en longitud, anchura y altura. Y respecto al Forester, las diferencias fundamentales están en longitud y altura (el Forester es más grande y encarna más y mejor el auténtico espíritu SUV), ya que este último mide 145 mm más de longitud y 120 mm más de altura. Pero en cuanto al resto, la nueva plataforma simplemente aumenta en tres litros la capacidad del depósito de combustible y, para el XV, en 35 litros la del maletero: 385 litros, frente a los 350 del anterior; por su parte, el Forester dispone de 505. En cuanto al peso, el nuevo XV está en 73 a 85 kg menos que el Forester, según datos. Pero lo importante de la nueva plataforma respecto a la antigua es la sensación de estar a los mandos de un coche mucho más sólido y robusto; ni un ruido ni un chirrido. Lo del incremento de un 70% de rigidez torsional parece que no es ninguna exageración.
Un último apunte, antes de pasar a presentar la ficha técnica: al menos para el mercado español, algunas marcas orientales se van desligando del Diesel; tanto Subaru como Mitsubishi parece que para 2019 ya no van a traer más mecánicas de este ciclo. Del mismo importador también es SsangYong, pero aquí la cosa ya está más difícil; puesto que, a excepción del Tivoli y el XLV, el resto de su gama va propulsada por el excelente motor 2.2D. Pero ello supone una oportunidad para los usuarios de regiones menos afectadas por la persecución anti-Diesel. En zonas alejadas de Madrid, Barcelona y alguna otra capital a la que se le haya contagiado la furia contra el Diesel, es la oportunidad de conseguir los últimos vehículos de este tipo con sustanciosos descuentos. Todo es cuestión de enterarse previamente de cómo va a evolucionar la política municipal por dichas zonas, y de poseer dotes proféticas respecto a quienes llegarán a la alcaldía en las siguientes elecciones. En todo caso, volvemos a recordar que, para el turismo particular, el Diesel sólo es relevante para Europa. En los mercados USA y Asia/Pacífico, es la gasolina lo que cuenta. Y vamos ya con la ficha técnica:
Ficha técnica: Subaru XV Executive Plus 2.0i CVT Lineartronic 4WDMOTOR CICLO Otto. POSICIÓN Delantero longitudinal plano de 4 cilindros en disposición “boxer” opuestos dos a dos. ESTRUCTURA Bloque, culata y cárter de aluminio. Intercambiador agua/aceite. COTAS 1.995 cc; (84,0 x 90,0 mm). Compresión: 12,5:1. ALIMENTACIÓN Atmosférica, con inyección secuencial directa en la cámara de combustión. DISTRIBUCIÓN Doble árbol de levas en cada culata, mandados por cadena; cuatro válvulas por cilindro, accionadas por semi-balancines con rodillos, sobre apoyo hidráulico. Variador continuo de fase en ambos árboles. RENDIMIENTO 156 CV (115 kW) a 6.000 rpm ● 20,0 m.kg (196 Nm) a 4.000 rpm. TRANSMISIÓN DISPOSICIÓN Tracción integral, con mecánica longitudinal delantera y reenvío directo hacia atrás. Reparto inicial 60/40%. EMBRAGUE Convertidor hidráulico de par, bloqueable mediante embrague. CAMBIO De variador continuo, pero bloqueable a voluntad sobre siete relaciones fijas, sin resbalamiento. CONTROLES Por gestión: de tracción TCS. GRUPO Cónico hipoide: 3,900:1 (10/39). RELACIONES (fijas); 7ª fija, y 8ª en D en bajada ● DESARROLLO FINAL (km/h a 1.000 rpm) 1ª: 3,600:1 ● 9,19 2ª: 2,155:1 ● 15,35 3ª: 1,516:1 ● 21,82 4ª: 1,092:1 ● 30,29 5ª: 0,843:1 ● 39,24 6ª: 0,667:1 ● 49,62 7ª: 0,557:1 ● 59,38 8ª: 0,512:1 ● 64,60 BASTIDOR SUSPENSIÓN Delantera McPherson, y trasera multibrazo. Muelles helicoidales, amortiguadores hidráulicos y estabilizadora en ambos trenes. DIRECCIÓN Cremallera de asistencia eléctrica variable. Diámetro de giro: 10,8 m. Vueltas de volante: 2,65. FRENOS Cuatro discos ventilados (316/278 mm Ø). CONTROLES De estabilidad ESP; antibloqueo ABS. RUEDAS Neumáticos 225/55-18 Bridgestone Dueler H/T Sport, en llanta de aleación de 7”. CARROCERÍA TIPO SUV de dos volúmenes y cuatro puertas, con maletero comunicado. Cinco plazas. COTAS Batalla: 2,665 m. Vías: 1,550/1,555 m. Longitud: 4,465 m. Anchura: 1,800 m. Altura: 1,595 m (al techo). Libre al suelo: 221 mm. PESO Repostado a tope y sin conductor: 1.466 kg (Tarjeta y DAT alemán); 1.439 kg (dato Subaru). CAPACIDADES Maletero: 385 litros. Depósito combustible: 63 litros (nominal); 65 litros (real). AERODINÁMICA Coeficiente Cx: 0,32 (aproximado); Sección frontal: 2,42 m2; Producto S.Cx: 0,77. PRESTACIONES DINÁMICAS Velocidad máxima: 194 km/h. CONSUMO Homologado (urbano/extraurbano/combinado): 8,7 / 5,8 / 6,9 l/100 km. EMISIONES De CO2: 155 gr/km. |
Analizaremos las diferencias respecto al Forester probado hace unos pocos meses; y empezaremos por el motor, que parece ser básicamente el mismo. Pero profundizando un poco se nos dice que el 80% de las piezas han sido retocadas o cambiadas, y que pesa 12 kilos menos que su antecesor. La gran diferencia, no obstante, reside en que el XV lleva inyección directa de gasolina, mientras que en el Forester todavía va situada en el colector de admisión. Y en paralelo con ello, el índice de compresión ha aumentado de forma espectacular, pasando de 10,5:1 a 12,5:1. No obstante, y sin duda debido a la búsqueda de máxima eficiencia térmica (que no eficacia en cuanto a cifras), el incremento de prestación es muy discreto.
Hasta el punto de que el par máximo desciende ligerísimamente, bajando de 20,2 a 20,0 m.kg; eso sí, a 4.000 en vez de a 4.200 rpm. O sea, una variación insignificante, en cualquier caso. Y poca más tenemos en potencia, donde los anteriores 150 CV a 6.200 rpm se ven mejoradas por 156 CV a 6.000 rpm. En conjunto, el motor es algo más elástico, y con más empuje en la zona alta de rendimiento, entre 4.000 y 6.000 rpm. De la transmisión nos ocuparemos dentro de unos párrafos; pero antes, y como colofón a lo dicho respecto al motor, vamos a analizar los datos de prestaciones y homologación, que resultan sorprendentes.
Curiosamente, ambos modelos (XV y Forester) anuncian el mismo Cx de 0,32; pero como el Forester es más alto, su S.Cx sube hasta 0,83, frente al más favorable 0,77 del XV. Pero a pesar de ello y de tener 6 CV más, el XV sólo gana 2 km/h de punta: 194 frente a 192 km/h; quizás las mínimas diferencias en la transmisión puedan justificar tan pequeña mejora. Porque por neumáticos no será, ya que son de idéntica sección, que es lo que cuenta: 225/55-18 para el XV frente a 225/60-17 en el Forester. Pero lo que constituye una asombrosa sorpresa es la diferencia de homologación, como vamos a ver a continuación.
El nuevo XV es más ligero y aerodinámico, con un motor más moderno, de mayor compresión y de inyección directa; con esta base de partida, su homologación, todavía en las antiguas normas NEDC, es de 8,7/5,8/6,9 l/100 km y 155 gramos de CO2. Mientras que el Forester, con igual sección de neumático y también en normas NEDC, anunciaba 8,1/5,5/6,5 l/100 km y 150 gramos de CO2. ¿Cómo es posible que el XV tenga una homologación mucho peor, cuando sus datos técnicos son claramente más favorables? No hay que alarmarse, porque creo que la respuesta es evidente.
La homologación del Forester está conseguida cuando todavía las “elasticidades” en la realización del ciclo NEDC tenían mucha más “manga ancha” que en la actualidad. Para que veamos, una vez más, lo que nos estaban engañando en las viejas normas NEDC. Porque los datos todavía siguen siendo NEDC en ambos casos, pero con la prueba del XV hecha más en serio en cuanto a la definición de la unidad de pruebas; más o menos, con la seriedad de la nueva norma WLTP, pero aplicada al viejo ciclo NEDC. Llevábamos años diciéndolo, simplemente por sentido común y por las diferencias con nuestra prueba; y ahora, sin variar el protocolo de la misma, sino simplemente probando una unidad “honrada”, aparecen esas diferencias de 0,4 l/100 km más en promedio, frente a un Forester que, por lógica y en la realidad, sin duda consume claramente más que el XV.
Dicho esto, pasemos al análisis de la transmisión Lineartronic, que ya había sido revisada en 2012 para el lanzamiento del primitivo XV, abandonando la correa metálica entre los platos variables para sustituirla por una cadena; no se explicaba muy bien en qué consiste la diferencia entre correa y cadena, pero quedémonos con que se aseguraba que tiene un 5% menos de rozamientos que el tipo anterior. Puesto que la variación de diámetros es continua, hay un número infinito de relaciones intermedias entre la máxima y la mínima desmultiplicación; pero en Subaru se fijan, además, una serie de posiciones fijas, que en total oscilan entre siete y ocho, aunque las seleccionables manualmente son seis o siete. Creo, a juzgar por diversas documentaciones, que todos los Subaru con Lineartronic llevan un grupo 3,90:1; y luego es el tamaño de los neumáticos el que desplaza todo el conjunto más arriba o abajo para obtener la gama de desarrollos finales. En cuanto a los puntos fijos, suelen ser bastante parecidos, aunque oscilan ligeramente de unos modelos a otros; su fijación se define en el protocolo que gestiona la separación entre los platos.
Ya hemos dicho que en el cambio existen seis o siete relaciones fijas, y luego una más larga (sólo con la palanca en D) que es el máximo desarrollo alcanzable en condiciones muy favorables: ligera bajada y/o viento a favor, velocidad relativamente moderada, y presión discreta sobre el pedal del acelerador. En el caso del XV hay una marcha fija más que en el Forester; y su séptima fija viene a corresponder con la de máximo desarrollo en D para el Forester. Y por encima de esta 7ª el XV, siempre en D, alcanza un desarrollo todavía mayor (casi 65 km/h), puesto que es un coche algo más ligero y también más aerodinámico (aunque los consumos de homologación parezcan insinuar lo contrario).
En la Lineartronic existe un X-Mode para transitar por zonas de piso dificultoso, incluyendo control de descenso; y para carretera, el selector SI-Drive permite ir en programa Inteligente (o sea Económico), en Sport y en Sport Sharp. Este último debe ser para echar carreras, aunque no se sabe muy bien contra qué o contra quién, pues no son coches para estos juegos. En cuanto al reparto inicial de tracción entre ambos trenes, los XV parten de un 60/40% inicial, con cierto predominio de la tracción delantera, mientras que el Forester tiene de salida un 45/55% priorizando más atrás, puesto que su enfoque es de SUV más serio. Pero en ambos casos, y cuando el piso está resbaladizo, el bloqueo central se encarga de pasar a un 50/50%; lo que les falta, para ser todo-terreno puros, sería un autoblocante mecánico trasero, más eficaz y fiable que el control por frenos.
Hace ya algunos meses hubo entre los comentaristas una controversia respecto a si en este tipo de transmisión de variador continuo existe o no resbalamiento; y por lo tanto, si se genera cierto incremento de consumo. La respuesta es que sí lo hay, en cuanto los platos cónicos se separan y juntan (inversamente en cada uno de los dos juegos existentes) para variar el desarrollo. Porque entonces la correa o cadena (tanto da) tiene que “trepar” o “bajar” en esos canales en forma de “diábolo”; ya no se trata sólo de un tiro longitudinal, que es el que genera tracción, sino de un resbalamiento en sentido radial, al aumentar o disminuir el radio útil en cada juego de tambores.
Por algo los fabricantes que utilizaron o siguen utilizando este tipo de transmisión -y que en sus principios la dejaban del todo variable- pasaron muy pronto a poner puntos fijos, para que dicho resbalamiento tuviese lugar exclusivamente al cambiar de marcha. Porque una vez en cada relación fija, el desarrollo ya no fluctúa, sino que el control de crucero (si se utiliza, o si no el pie) pisan más o menos y aumentan o disminuyen el par. Pero la cadena ya no sube y baja entre los canales.
Y para pasar de la teoría a la práctica, decidí realizar con el XV una prueba empírica: dos vueltas consecutivas a la circunvalación M-40 de Madrid (61 km exactos por vuelta), una vez en D y la otra manejando manualmente por puntos, a media mañana y con un tráfico prácticamente idéntico. Hay subidas y bajadas (casi 180 metros de diferencia de cota entre los puntos más alto y más bajo), pero dando la vuelta completa, se supone que se compensa; y además, como era la misma prueba en los dos casos, pues tanto daba. Como no había montado todavía el GPS, lo hice con el control de crucero fijado a 110 de aguja (límite legal 100 reales). En control manual, en cuanto no podía mantener los 110, se reducía una marcha, o incluso dos, pues la 6ª a veces resultaba insuficiente; y en D, pues el Lineartronic se las arreglaba automáticamente. El veredicto del ordenador de consumo fue inapelable: marcó 6,6 l/100 km yendo en D, y 6,2 en control manual (básicamente en 7ª, pero con múltiples recursos a 6ª, y alguno que otro a 5ª). O sea que sí que hay resbalamiento; y como es lógico, esta energía perdida en rozamientos parásitos se refleja en un incremento de consumo, a cambio de la relativa comodidad de ahorrarse incluso darle un toque a una palanca o una leva bajo el volante.
Hasta aquí, el funcionamiento de la Lineartronic; pero vamos ahora con su comportamiento, que es algo muy distinto. Habida cuenta de que ya hemos verificado que el sistema tiene más rozamientos y pérdidas de energía que una transmisión con piñonería clásica, este efecto negativo se intenta compensar con unos desarrollos muy largos. En el XV, mantener 120 km/h de crucero real en 7ª es casi un milagro; al menor atisbo de repecho o viento de cara, hay que bajar a 6ª. Lo curioso del caso es que casi aguanta mejor ir en 7ª a 140; y la única explicación es que el motor ya gira a 2.360 rpm en vez de a 2.020. Y entre ambos regímenes debe haber un incremento de gran importancia del par disponible, hasta el punto de sobreponerse al aumento cuadrático de resistencia aerodinámica. Porque el motor es atmosférico, y de él sólo sabemos que el par máximo es a 4.000 rpm, pero no lo que hay por debajo; lo que sí está claro es que no es un “turbo”, que ya a menos de 2.000 rpm empujan mucho.
Y no es que en 6ª la cosa vaya mucho mejor. Ese desarrollo de 50 km/h sigue siendo “mucha tela” para un 2.0 atmosférico, por muy bueno que sea. Lo que nos lleva a deducir que Subaru parece aceptar que la 5ª (de 40 km/h) es la marcha de utilización más razonable para “todo uso” fuera de tráfico urbano; y que de ahí en adelante, ya todo es “over-drive”. Y que lo suyo en carretera es jugar entre 3ª y 5ª, hasta no tener por delante una recta larga, llana y despejada. Claro que conduciendo así, se gana en vivacidad, pero sin duda al precio de un indudable aumento de consumo.
Con la palanca en manual, la 6ª no entra hasta los 80 km/h de aguja, y la 7ª, hasta que marca 100; eso sí, a la inversa y una vez ya en 7ª, no cae a 6ª hasta bajar a 65/70 km/h, si se aguanta ir a punta de gas. Para adelantar, todo depende de lo apurado que se vaya; en autovía se puede hacer en 5ª para no eternizarse, aunque no vaya a venir nadie de frente. En tratándose de carretera convencional, lo prudente es bajar siempre a 4ª (30 km/h de desarrollo), que a 120 km/h ya está en par máximo. Y si la cosa está un poco dudosa, no hay que dudar en recurrir a la 3ª de 22 km/h, que alcanza máxima potencia justo al superar los 130 reales; y ahí sí que tenemos la auténtica aceleración de un motor de más de 150 CV.
Por el contrario, en D y para tráfico urbano y periferia, basta con pisar de dos a tres centímetros el acelerador, con lo cual el motor no supera las 2.000 rpm (parece un límite programado para poca exigencia); y dejando que la Lineartronic evolucione a su aire, es más que suficiente para ir con el flujo de tráfico e incluso un poco más rápido, ya que puede llegar a ponerse en 115/120 en zona ligeramente favorable. Eso sí, no esperemos que la recuperación sea brillante; y si pisamos ya un poco más a fondo, el motor se pone a bramar por encima de los 4.000/4.500 rpm. Pero sin llegar a ello, y manteniendo la aguja justo en el tope de las 2.000 rpm, podemos pasar a Manual para comprobar, y vemos que ese comportamiento tranquilo viene a equivaler a la citada marcha “todo terreno”, o sea la 5ª.
Conclusión: lo más práctico con esta transmisión es utilizar el modo automático en ciudad, aceptando un comportamiento más bien parsimonioso; y una vez fuera del ámbito urbano, o bien se puede seguir en automático, con recursos puntuales al control manual, o siempre en manual para conducir como en una caja clásica, pero con la ventaja de una gran suavidad en los cambios, y de ahorrarnos el esfuerzo físico de accionar pedal de embrague y palanca de cambios, y el mental de sincronizar ambos movimientos para no rascar la piñonería. Para el conductor experto esto no es problema; para un novato, ya es otro cantar; y el XV sería un coche ideal en este caso.
Y pasamos ya a ofrecer los resultados en las dos pasadas por nuestro recorrido habitual; e incluimos, a efectos comparativos, el del Forester a ritmo Nuevo (no se realizó a ritmo Rápido):
Resultado del Forester 2.0i 150 CV AWD CVT en el circuito habitual:Ritmo económico Nuevo: Consumo: 7,82 l/100 km. Promedio: 96,0 km/h. |
Resultado del Subaru XV 2.0i 156 CV AWD CVT en el circuito habitual:Ritmo económico Nuevo: Consumo: 6,85 l/100 km. Promedio: 94,8 km/h. Ritmo “Mixto/Rápido”: Consumo: 8,43 l/100 km. Promedio: 108,8 km/h. |
Los tiempos invertidos por el XV fueron de 5h 19m y 4h 38m; que son claramente algo lentos respecto a lo habitual. En cuanto al Forester, no es que fuese mucho más rápido, aunque con 5h 15m ya había rebajado en cuatro minutos el tiempo que luego invirtió el XV. En todos los casos, y puesto que ya sabemos que el mejor consumo se consigue en conducción manual por puntos fijos, todos los recorridos se realizaron de este modo.
Pues bien, a pesar de su complicada transmisión, el XV se defiende en consumo mucho mejor de lo que en principio podría sospecharse. Es lo mismo que ya ocurrió con el Forester, que entre los SUV de gasolina de tamaño medio y tracción 4WD se situó muy bien (con 7,82 l/100 km) entre los 7,68 del Mazda CX-5 de motor 2.5 atmosférico con desconexión de cilindros, y los 7,84 del Kona 1.6 Turbo con cambio DCT-7; por no hablar del Opel Mokka-X 1.4T de 152 CV y cambio automático clásico, que había subido a 8,70.
Por su parte, el XV consigue algo similar –aunque evidentemente todavía más económico- entre los SUV algo más ligeros: al ritmo Nuevo sus 6,85 l/100 km quedan ligeramente por encima de los 6,73 del Ateca 1.4T 150 ACT (4/2 cilindros) de cambio manual, pero mejoran los 7,07 del León ST 4Drive DSG (carrocería familiar, más aerodinámica) y los 7,56 del Zafira monovolumen 1.4T 140 CV.
Y al ritmo Mixto/Rápido, sus 8,43 quedan algo peor que los 8,27 del mencionado León ST 4-Drive, pero mejor que los 9,10 del Kona y los 9,21 del CX. Y curiosamente, también mejoran mucho a otro Subaru -el familiar Levorg- cuyos 9,90 l/100 km sin duda se deben a que su motor 1.6 de 170 CV es de alimentación tipo Turbo, que sin duda en Subaru la dominan peor, al menos para coches “normales”. Caso aparte sería el del Impresa WRX-STI, que es una especie muy distinta de animal.
Y tal y como ya se dijo en el caso del Forester, “llegado el caso de tener que circular por tierra, piedras, barro o nieve, se pone el programa Intelligent (menos agresivo en aceleración) y el X-Mode, y la palanca en D, y se deja que la Lineartronic y la tracción AWD se encarguen del resto. Y entre esto y un neumático aceptablemente adecuado para dichos terrenos, tenemos buenas posibilidades de salir adelante de situaciones complicadas”. Lo anterior se complementa con cuatro generosos discos de freno ventilados, y un bastidor (suspensión y dirección) con un perfecto equilibrio entre confort y comportamiento. Además, en este XV Executive Plus, las luces ya giran en las curvas además de tener cambio automático a cruce; por otra parte, no hay más opción que los 550 € de la pintura metalizada. Todo lo demás viene incluido, y no hay sorpresas.
En resumen: este XV es un SUV muy peculiar, pero que teniéndolo para un mes y no para una semana, y para utilización normal en vez de para probar -sin tener que preocuparse demasiado de cruceros ni consumos- es seguro que se acabaría por cogerle el tranquillo y resultaría un coche muy agradable de conducir, ya que la Lineartronic es muy suave en cualquier circunstancia. Eso sí: siempre vamos a tener dos estilos de conducción muy bien marcados, sin apenas zonas intermedias: o bien básicamente en D y admitiendo un consumo algo más elevado, con recurso momentáneo bien al “kick-down” o al mando secuencial, o bien siempre en secuencial para tener un coche de prestación brillante, recordando que la 5ª sería la marcha normal para tener algo de “punch”, y que por encima suyo todavía hay dos más (o incluso tres, volviendo a D), para economizar cuando el terreno y las circunstancias resultan más favorables.
Este es sin duda el mejor artículo que he leído sobre el xv y he leído muchos.
Muy buen artículo, me he quedado pensativo porque me encanta el Levorg y no sé si será mejor esperar al siguiente por el cambio de motor que indicas a 2 litros
Saludos cordiales. Felicidades por el magnifico articulo. ¿Podría comentar algo sobre el sistema de iluminación led de carretera? ¿es eficaz?
Reconozco que me ha causado una sonrisa leer lo de Subaru ‘Impresa’, jejeje… Cómo nos tira el mundo del papel, ¿eh?
Hola, como dicen arriba, de lo mejor que hemos leído en español sobre esta nueva plataforma y motor! Felicitaciones. Don A. de A., y estimados comentaristas, les planteo una duda, una encrucijada en la que estoy: no sé si comprar el Forester con la nueva plataforma (que serán todos automáticos y a gasolina, tanto 2.0 como 2.5) o comprar el actual en 2.0 manual. Quedan algunas unidades todavía y la diferencia de precio en el caso del base (x) siendo el más base automático en la nueva versión y con 7 airbags en lugar de 2, es de usd5.000.
Al menos a mi me da para pensarlo, ya que no son tan diferentes…ustedes que harían?
Por cierto no vivo en España. Pero donde vivo hay muchas montañas y nieve… montañas más altas que las europeas!!
Excelente y completo análisis. He leído más de una docena sobre este modelo y ninguno tan completo y bien documentado. Me parece un vehículo extraordinario y , lamentablemente, poco conocido y valorado.
Enhorabuena y gracias!
El motor FA20 de Subaru es SIEMPRE de inyección directa, tanto Forester como XV. Ninguno con los inyectores en el colector y de ahí los problemas de acumulación de carbonilla en las válulas de admisión.
Por cierto, patética la postura de los concesionarios Subaru bajo presión de Subaru España obligándote a utilizar aceite Cepsa bajo amenaza de perder la garantía en la revisión oficial cuando hay muchas mejores opciones para evitar volatilidad de aceite que por el respiradero se va incrustando en las válvulas.
Segundo, el resbalamiento que se indica de la CVT es equivalente al de un par de engranajes en rodadura de evolvente. Con esto quiero decir que la sensación de resbalamiento que se percibe en esta transmisión al acelerar con cierta alegría no es por este resbalamiento (digamos miniresbalamiento) sino por el hecho que se va a una relación de transmisión mas corta de manera continua dando esta percepción al conductor.
Me sorprenden los resultados en D y a marchas fijas. Yo poseo un Forester XT con este mismo cambio (o equivalente adaptado al mayor par) y en D es como obtengo siempre los mejores consumos. La CVT en modo I siempre busca el punto de mejor rendimiento termodinámico del motor para una velocidad y necesidad de aceleración (posición gas) determinada. Normalmente, subiendo ligeramente el régimen la ECU lleva el avance de encendido al extremo, incrementa el cruce de válvulas y empobrece la mezcla, y así conseguir mejor relación trabajo/gasto combustible. Pero si usted lo ha medido de una manera y de otra de manera equiparable, nada que decir.
En estos motores (FA20DI, FA20DIT y FB25B) me sorprende que ningún periodista denuncie el titubeo que se percibe, tanto en atmosférico como en Turbo a cargas parciales y régimenes bajos/medios.
Resulta que los fabricantes han de cumplir emisiones si o si y con esta premisa obligatoria (les suena Diesel gate?) intentan obtener los mejores consumos. Cumplir emisiones, obliga, entre otras cosas a enriquecer en exceso la mezcla para bajar temperatura de gases de escape y NOx que se generan por ésta. Entonces, estos motores están constantemente fluctuando entre mezcla pobre (bajos consumos) y mezcla rica (baja temperatura de gases de escape/bajas emisiones). A parte, intentan como todos avanzar el encendido al máximo de manera dinámica hasta que el sensor de detonación detecta una mínima vibración y vuelve a retrasar a situación de encendido no tan avanzado. Resultado, un auténtico coñazo de motores, muy molestos por estos titubeos que Subaru no soluciona en garantía y se lava las manos.
Conclusión, prueben el caliente este motor, ligera subida, carga parcial y posición D. Patética la respuesta de Subaru a sus clientes.
Otro aspecto coñazo de estos motores es el arranque en frío o el arranque a motor parado aún estando éste a temperatura de servicio. Resulta que para calentar de manera rápida el catalizador (muy alejado de la válvula de escape por su configuración boxer) y que éste sea efectivo en su tarea de catalizar las reacciones RedOx necesarias para cumplir emisiones, la electrónica acelera el motor a 1800 rpm durante unos 3 minutos. A parte, avanza al máximo el calado de apertura de la válvula de escape para que la gasolina en vez de dar trabajo, sirva para calentar rápido los gases de escape y por consecuencia el catalizador. En definitiva, todo este relato, para advertir que para ciudad y trayectos cortos, piénsenlo bien porque es un auténtico glotón.
@7 No hay nada como un propietario con conocimientos y con una visión objetiva (algo casi milagroso) para conocer un vehículo.
Muchas gracias por su opinión. Un placer leerle.
El XV no monta el motor fa20 sino FB20, con inyección directa, pero no es el mismo que el del XT. Me extraña mucho lo que comentas que el motor se mantiene a 1800rpm siempre después de encenderlo, aun en caliente, sera algún fallo de gestión de motor?
@9 correcto fb20. Error.
Ambos DI no pbstante.
Lo del relentí no creo que sea ningún fallo en la electrónica. Aunque si lo es los chispas de Subaru no lo detectan. Todo ok según ellos.
El motor todavía puede atesorar calor residual y no el catalizador.
El objetivo es calentar el catalizador nuevamente.
Este es el motivo principal del diseño reciente de colectores de escape muy compactos o incluso formando parte de la culata (véase vw).
Se acabaron los tiempos de buscar las contraondas de presión en la zona ‘buena’ de la dinámica de fluidos del conjunto admisión-embolo-escape…salvo pasar por el peaje de consumos elevados en los momentos iniciales de funcionamiento.
Desconozco si BMWs, Mazda’s y resto de fabricantes aún enamorados de los armónicos de las ondas de presión tienen también este problema.
Si.la mayoría de trayectos son cortos y urbanos, mejor decantarse por un diseño a lo allinblock.
Otro problema asociado a los motores Subaru es -por culpa de este starter automático tipo Seat 127 y su mezcla relativamente rica para bajar NOx- es la contaminación de gasolina en el aceite. Por este motivo y otros los intervalos de servicio y cambio de aceite han de ser cada 15kkm. Si si, cada 15kkm a pasar por taquilla de la concesión con el fabuloso Cepsa a precio de oro en punto eutéctico.
Estos Subaru AWD CVT creo que están más enfocados en la seguridad, y en la comodidad de marcha, en cualquier terreno y condiciones meteorológicas, que en la economía de combustible. Me da la sensación que el «resbalamiento» del modo automático de estas CVT, está más relacionado con el trabajo del convertidor de par, al desacoplarse el embrague cada vez que la gestión electrónica decide modificar la posición de la cadena sobre los platos troncocónicos, que con el desplazamiento de esta última.
Circulando por carreteras con una pendiente más o menos constante, a velocidad igualmente invariable, en modo automático, el embrague permanecerá acoplado durante la mayor parte del tiempo, y apenas habrá «resbalamiento». Sin embargo, circulando por carreteras con frecuentes cambios de pendiente, o subiendo y bajando de velocidad más a menudo, el modo automático recurrirá tan a menudo al convertidor de par para seleccionar la relación de cambio más óptima para cada circunstancia concreta, que al final se pierde más de lo que se pretende ganar, resultando más eficiente un uso manual. En cualquier caso, yo no recomendaría un uso intensivo del modo manual para ahorrar combustible, ya que los platos troncocónicos de la CVT podrían sufrir un desgaste desigual, o incluso formarse surcos en esas posiciones fijas de la cadena.
Me llama la atención que este nuevo XV no monte el motor 1.6t, y se siga apostando por un motor atmosférico, aunque ya con inyección directa, y una relación de compresión más elevada para mejorar el rendimiento a carga parcial ¿Tendrá algo que ver con los problemas de emisiones NOx de los motores sobrealimentados, o estarán pensando en Subaru ya en modelos híbridos con este motor, para mejorar los consumos urbanos?
Saludos
@11
El lock up del convertidor bloquea a motor caliente sobre las 1500 rpm. Por ahí no van los tiros. En carretera el convertidor siempre va bloqueado salvo que circule por debajo de los 20-25 km/h.
La CVT es ideal para conducción relajada,
Seguramente la que practican más del 90% de los conductores en más del 90% de las situaciones cotidianas.
El modo S# (sport sharp) es interesante en conducción ‘alegre’ ya que evita, al menos en las versiones turboalimentadas, que el motor caiga en zona de vacío de par a la salida de curvas.
Otra cosa es el motor, que como he indicado previamente, sufre de problemas de diseño fundamentales irresolubles dada su configuración salvo que uno decida pasarse al modo ilegal de los chipeadores.
A ver si lo he entendido bien. El motor tiene problemas de diseño irresolubles, pero se resuelven cambiando el chip de la centralita?
Muy irresolubles no son entonces, será cuestión de los armónicos….
Las sofisticadas mecatrónicas actuales son capaces de desacoplar el embrague, modificar la posición de los platos troncocónicos de la CVT, y revolucionar lo suficiente el motor hasta ajustar la velocidad angular de las ruedas con la del árbol de salida de la caja de cambios, antes de volver a acoplar el embrague, en poco menos de un segundo. En conducción tranquila, subiendo de relación de cambio, o teniendo que reducir suavemente, quizá no sea necesario desacoplar el embrague para modificar la posición de los platos troncocónicos de la CVT. Sin embargo, si hay que pisar algo más el acelerador (adelantamiento, incorporación, tramo más empinado de carretera,…), estoy casi seguro que el embrague se desacopla, y entra en acción el convertidor de par, para evitar tensiones excesivas entre los platos troncocónicos y la cadena de la CVT, mientras se modifica la posición relativa de estos elementos.
En cualquier caso, quizá la diferencia de consumo entre el modo automático y la utilización manual que aplica AdeA en sus pruebas, estribe más en la diferencia de desarrollos aplicados en cada circunstancia (seguramente más cortos en modo automático, que los que aplica AdeA), que en esos mínimos «resbalamientos», ya estén originados por la cadena al trepar arriba y abajo sobre los platos troncocónicos, o por los álabes del convertidor de par.
Por lo que parece, la gestión electrónica de la CVT de este Subaru, no alarga al máximo los desarrollos para ahorrar combustible, salvo que las condiciones sean muy favorables. Y por otro lado, comparando los 6,5 segundos que tarda un Kuga 1.5t 150 2WD en pasar de 80 a 120 km/h, con los 8,1 s de este XV 2.0 150 AWD CVT (en principio, más aerodinámico, con mejor tracción, y pudiendo disponer de los 150 CV de forma contante durante la aceleración -en la base de datos de km77 no especifican si esta prueba se ha realizado en modo D o manual-), la gestión de esta CVT tampoco destaca por prestaciones. Está claro que en Subaru apuestan más por la comodidad y la seguridad de marcha, o incluso por la fiabilidad mecánica, que por unas mejores prestaciones o consumos.
Con todos los controles electrónicos que llevan los Subaru modernos, para evitar que el motor caiga en zona de vacío de par a la salida de curvas, en modo automático, no creo que resulte muy problemático pisar el acelerador con un poco más de contundencia, y de antelación, a la salida de las mismas. En cualquier caso, llevarlo en modo manual en esas circunstancias, seguro que mejora las sensaciones al volante.
Saludos
Efectivamente mi FB20 se acelera a 1800rpm en encendido en frío al menos por 3 minutos, sino más, con el objetivo de calentar el catalizador. Pero no me parece que incida en el consumo, en mi caso, porque mis trayectos son de 70km diarios mínimo.
@13
Irressolubles para un mix emisiones-consumo homologado.
Si uno chipea fuera de homologación, resuelve el problema funcional pero genera uno legal.
@13
No desestime usted el poder de los armónicos…aunque no sean los de Mozart.
Un motor bien concebido gestiona las ondas de presión y contrapresión a su interés. Le suenan configuraciones de colectores de escape 4-1; 4-2-1, resonadores de Helmholtz en admisión o escape…pues eso.
Se admite la broma pero es un aspecto de elevada importancia en un motor.
@11, 14 En cada comentario supera la estupidez anterior, y mira que el nivel es alto… enhorabuena!
Excelente articulo, y el nuevo xv me gusta mucho, de hecho siempre me gusto, pero leo, segun lo datos tecnicos y la prueba en si, que a mejorado mucho mas.
@7
A mi Subaru le pasa el mismo titubeo que comenta del motor y es realmente muy molesto. En el concesionario tampoco reconocen este comportamiento.
Gracias por la información.
Saludos
Hola. Si es posible quisiera saber si el subaru xv cvt 2.0i tiene correa o cadena de distribución. Gracias.
César
Excelente, articulo. Recientemente tengo el placer de conducir un Subaru XV 2.0i Sport Plus, y subscribo todo lo dicho, estoy encantado.
Para notar el empuje de su motor es recomendable jugar con las levas (es decir el kick-down) para bajar posiciones y notar el empuje.
Sorprende el consumo medio que esta en entorno a los 7,7l en 180km carretera convencional en automático, teniendo en cuenta que ha tenido consumo mixto urbano + carretera.
Además, su tracción es una pasada, se nota que estoy encantado. 🙂
Saludos.
El mio cuando arranca no esta mas de 30 segundos acelerado y cuando esta un rato parado y vuelvo a arrancar no se acelera. Si arrancas pones una marcha ya no se acelera y cojes y te vas. X cierto cuantos arrancan y estan 3 minutos a relenti?? Yo no. Arranco pongo la D y me la piro. Mi focus 2.0i tambien se queda acelerado y no he oido quejas por ningun sitio. A no ser que te hayas comprado un 2.0 de casi 160cv y 4×4 para ir mirando el consumo. Cosa que en si me sorprende: 4 personas ( 3 viejas ) por lo que no pase de 110 durante mas de 300 km. Se pensaban que despegaba. 5.9 de consumo. Volviendo a 160 un 8.5 …. tanto consume?? Por ultimo el cvt… pisale para adelantar y cuando va cambiando de 4.500 a 6000rpm con ese sonido que enamora y un empuje mucho mas que suficiente el 99 % de la gente no sabe si es convertidor.. cvt.. un chino cambiando… con un año de uso y 15.000km encantado con el coche. Mas que encantado. GRAN articulo y buen coche.
Nunca había leído una prueba tan técnica como la aquí presentada, felicidades y muchísimas gracias por su alto profesionalismo
Felicidades al redactor de este artículo, se nota la maestría de un auténtico periodista de motor con conocimientos técnicos y no un de periodista YouTuber. La mejor prueba y explicación de este coche y mecánica de Subaru, sin duda se nota que es ha tenido tiempo suficiente para probar y entender el coche y lo una simple presentación. Y creo que este es de ese tipo de coches que lo requiere ya que cambia completamente de lo que te dicen a cuándo lo pruebas. El propio comercial de Subaru no sabía explicar correctamente el funcionamiento de esta caja Lineartronic, con lo que para más de un cliente desinformado pudiera significar comparar con otras CVT tipo Toyota por ejemplo, cuando no tiene nada que ver. Es verdad que no es un coche con comportamiento deportivo, pero esta claro que el enfoque es diferente. Una vez más gracias por la excelente explicación.