La prueba de este coche empalma a la semana siguiente de la de otro teóricamente bastante similar (Opel Crossland), aunque uno era turbodiesel y el de hoy es de gasolina, 4×4 y con vez y media de potencia. Pero ambos responden a la actual moda del SUV “urbano” (o semi-urbano) de tamaño compacto, en el entorno de los 4,20 metros de longitud; y ambos son de muy reciente aparición. Nuestro Kona de pruebas era del acabado Style (el más lujoso), con ruedas de llanta 18” y un equipamiento francamente completo.
Pero aparte de las aparentes similitudes –más que nada estéticas y dimensionales- pronto se pusieron de manifiesto unas diferencias que hacían que el comportamiento del Kona resultase radicalmente distinto. Y es que este Hyundai es un SUV que intenta responder, en lo posible, a lo que debería esperarse de un vehículo con dicha denominación; si admitimos como lógico un tamaño que le quita buena parte de la practicidad que, al menos hace unos años, se consideraba como connatural al concepto de SUV. Pero la actual moda ha arrasado con todo, y es inútil poner puertas al campo: el SUV de 4,2 ha venido para quedarse, al menos durante unos cuantos años.
El Kona 1.6 T-GDi 4×4 DCT es un SUV que cumple con buena parte de las características que corresponden a dicho tipo de vehículo: tiene el tamaño de moda, consume el combustible (gasolina) que vuelve a estar de moda, pero además dispone de tracción integral (condición imprescindible para ser un SUV “serio”), de una más que suficiente potencia y muy elástica en su entrega, y de un cambio automático excelente (es lo mejor para combinar con la tracción 4×4 sobre terreno dificultoso). Pero es que también va muy bien en asfalto: tiene grandes frenos, excelente comportamiento (suspensión firme, y multibrazo trasera) y dirección muy rápida.
Aunque al final se acaba decantando más bien por este último tipo de utilización -la de asfalto–, que es la que el usuario habitual de estos coches suelen darle. Y respecto al SUV más puro se aparta al utilizar llanta 18” con neumáticos de asfalto muy anchos y de perfil muy bajo, y una suspensión cuya distancia libre al suelo se queda a menos de 18 cm. Además, las dos estabilizadoras, perfectas para carretera, le quitan capacidad para sortear obstáculos en utilización fuera de vías pavimentadas. Pero es que, al fin y al cabo, es para lo que es; como casi todos los SUV de este tamaño (y de casi cualquier otro) que se venden. Por otra parte, en Hyundai ya tienen por encima el SantaFe, que es un SUV mucho más grande y más serio.
Y pasamos a ofrecer la ficha técnica completa de este Hyundai Kona, en esta versión que es la más completa, tanto técnica como comercialmente:
Ficha técnica: Hyundai Kona 1.6 T-GDi 177 CV 4×4 DCT MOTOR CICLO Otto. POSICIÓN Delantera transversal vertical de 4 cilindros en línea. ESTRUCTURA Familia Gamma. Bloque y culata de aluminio. Cigüeñal descentrado. Intercambiador agua/aceite. Chorros de aceite a los pistones. Capacidad aceite: 4,5 litros. COTAS 1.591 cc; (77,0 x 85,4 mm). Compresión: 10,0:1. ALIMENTACIÓN Inyección directa. Turbo twin-scroll en bloque con colector de escape, e intercooler aire/aire. Stop/Start. DISTRIBUCIÓN Doble árbol de levas en culata, mandados por cadena; cuatro válvulas por cilindro, con taqués mecánicos de vaso invertido, pulidos a brillo de diamante. Variador de fase continuo D-CVVT en ambos árboles. RENDIMIENTO 177 CV (130 kW) a 5.500 rpm ● 27,0 m.kg (265 Nm) de 1.500 a 4.500 rpm. Línea roja: 6.500 rpm. TRANSMISIÓN DISPOSICIÓN Tracción integral conectable por embrague multidisco en diferencial central. EMBRAGUE Doble multidisco en seco. CAMBIO De siete marchas, con triple eje. CONTROLES Por gestión: de tracción ASR. Por embrague central de reparto, variable de 100/0% a 50/50%. GRUPO Recto helicoidal doble: 4,643:1 (14/65, para 1ª, 2ª, 4ª y 5ª) ● 3,611:1 (18/65, para 3ª, 6ª y 7ª). RELACIONES ● DESARROLLO FINAL (km/h a 1.000 rpm) 1ª: 3,643:1 (51/14) ● 7,23 2ª: 2,174:1 (50/23) ● 12,12 3ª: 1,826:1 (42/23) ● 18,55 4ª: 1,024:1 (42/41) ● 25,72 5ª: 0,809:1 (38/47) ● 32,59 6ª: 0,854:1 (41/48) ● 39,66 7ª: 0,717:1 (38/53) ● 47,25 BASTIDOR SUSPENSIÓN Delantera McPherson y trasera multibrazo. Muelles helicoidales, amortiguadores y estabilizadora en ambos trenes. DIRECCIÓN Cremallera de asistencia eléctrica. Diámetro de giro: 10,6 m. Relación: 13,8:1. Vueltas de volante: 2,50. FRENOS Discos ventilados/macizos (320/284 mm Ø). CONTROLES De estabilidad ESP; antibloqueo ABS; reforzador BAS. RUEDAS Neumáticos 235/45-18 Hankook Ventus Prime-3, en llanta de aleación de 7,5”. CARROCERÍA TIPO SUV de dos volúmenes, cuatro puertas y portón trasero. Cinco plazas. COTAS Batalla: 2,600 m. Vías: 1,559/1,568 m. Longitud: 4,165 m. Anchura: 1,800 m. Altura: 1,550 m. Libre al suelo: 177 mm. PESO Repostado a tope y sin conductor: 1.421 kg. CAPACIDADES Maletero: 361 litros. Depósito combustible: 50 litros. AERODINÁMICA Coeficiente Cx: 0,32, Sección frontal S: 2,32 m2; Producto S.Cx: 0,74. PRESTACIONES DINÁMICAS Velocidad máxima: 205 km/h. Aceleración: 0-100 km/h: 7,9 sg. CONSUMO Homologado (urbano/extraurbano/combinado): 8,0 / 6,0 / 6,7 l/100 km. EMISIONES De CO2: 153 gr/km. |
Este motor ya lo habíamos probado hace poco más de tres años -en una variante algo mas potente y deportiva- en un Kia pro-cee’d GT. En cuanto a estructura no hay ninguna diferencia; y a características, la compresión geométrica ha subido de 9,5:1 a 10,0:1. Y también se incorpora el funcionamiento en Stop/Start, del que antes no se disponía. Por lo demás, el resto de las diferencias se deben a cambios en la gestión, y ya se sabe que con ésta casi se puede transfigurar un motor en otro muy distinto. En este caso se mantiene el mismo par máximo, incluso iniciando la “meseta” 250 rpm antes (1.500 frente a 1.750 rpm en el Kia), sin duda debido a la ligeramente superior compresión. Pero en potencia máxima se pierden 27 CV (20 kW), puesto que el Kia disponía de 204 CV; eso sí, bajando el régimen de 6.000 a 5.500 rpm. La del Kona es una versión más tranquila y económica.
En la caja de cambios del tipo de doble embrague, y por lo tanto de triple eje, se dispone de siete marchas, con un escalonamiento decreciente de saltos muy bien repartidos. El de 3ª/4ª (prácticamente el más bajo que se suele utilizar en carretera) es de 1,39:1; y luego, los tres restantes van en disminución hasta 7ª con una progresión de 1,27:1, 1,22:1 y 1,19:1.
Como en muchos casos similares, se dispone de tres programas de utilización: Eco, Comfort (el que otros denominan Normal) y Sport. Y como también es habitual, los programas modifican los tarados de respuesta al pedal de acelerador, gestión del motor (esto ya no es tan habitual), puntos de salto en el cambio automático, entrada del 4×4 cada vez más intrusiva, nivel de asistencia de la dirección, y gestión de la climatización. El reparto de tracción 50/50% es bloqueable de modo fijo mediante un botón por debajo de 30 km/h. Un buen detalle en condiciones difíciles sobre nieve o barro muy resbaladizo, en vez de dejarlo a la elección de los sensores, que en esas condiciones están continuamente cambiando el porcentaje, siempre con unas décimas de segundo de retraso respecto a las necesidades.
Es notable la adecuación del bastidor para circular por carretera asfaltada: suspensión, frenos y dirección tienen unos tarados casi deportivos. En este campo, las diferencias con el Opel Crossland son realmente notables. La suspensión, sin llegar a ser dura, es bastante firme y está muy bien amortiguada, y bien complementada por unas estabilizadoras que controlan eficazmente el balanceo, sobre todo el inicial. La dirección es francamente rápida: respecto al deportivo Kia GT la relación baja de 15,6:1 a 13,8:1; y eso con 5 cm menos de batalla. Así que, para un mismo diámetro de giro, las vueltas de volante de tope a tope caen de 2,88 a 2,5.
En cuanto a los frenos, y siguiendo con la comparación respecto al pro-cee’d GT, aumentan su diámetro en 20 mm tanto delante como detrás, para un incremento de peso de sólo 90 kilos. Comparando con otro SUV moderno, el Ateca 2.0-TDI 4-Drive de 150 CV lleva delante discos de 312 mm, un poco más pequeños que los de 320 mm del Kona, y eso que el Seat pesa 50 kilos más. Unos frenos de 320 mm delante los llevan deportivos con más de 200 CV.
No obstante, la elección es juiciosa, aunque con mucho margen de seguridad. Porque la transmisión es automática, y en la utilización del usuario normal, con la palanca en D y el programa en Eco o Comfort, todas las frenadas fuertes se realizan con el cambio en 7ª y mínima retención del motor. Y que el conductor aplique un manejo tranquilo no quiere decir que sea necesariamente lento, al menos en recta; el conductor medio del tipo “pisa-pedales” es precisamente el que más castiga los frenos, sobre todo con un cambio automático: una velocidad que puede ser bastante rápida en recta, y luego una frenada innecesariamente fuerte para tomar la próxima curva 30 km/h más lento de lo que sería factible con toda seguridad.
El neumático Ventus Prime-3 es lo último que ha sacado Hankook en el tipo normal “de verano” para asfalto: pretende optimizar el balance entre deportividad, economía y piso mojado. Desde luego, van muy bien; pero el tamaño montado en el Kona (235/45-18) es un tanto exagerado. Y en algo, o bastante, tiene que perjudicar al consumo y prestaciones a alta velocidad, a cambio de mejorar la estética y desde luego el agarre al límite en seco.
Los datos de aerodinámica parecen ser bastante honrados; y en consecuencia el resultado (S.Cx de 0,74) es aceptable, pues todo lo que sea por debajo de 0,75 es bueno para un SUV de esta categoría, mientras que por encima de 0,8 ya empieza a ser francamente malo. Digamos que en el Style de 177 CV se dispone en serie de la proyección HUD de velocidad y algún otro dato en la base del parabrisas, así como de faros con tecnología LED.
Y llega ya el momento de ofrecer el resultado de las dos pruebas que realizamos, al actual ritmo económico, y a otro intermedio que justificaremos a continuación debidamente:
Resultado del Hyundai Kona 1.6 T-GDi 4×4 DCT en el circuito habitual.
Ritmo económico NUEVO: Consumo: 7,84 l/100 km. Promedio: 95,4 km/h.
Ritmo “Mixto rápido”: Consumo: 9,10 l/100 km. Promedio: 108,4 km/h.
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Los tiempos de los respectivos recorridos corresponden a 5h 17m y 4h 39m respectivamente. Francamente lento el primero para un coche con buenas prestaciones y buen bastidor, y muy rápido para el ritmo “antiguo” pero lento para ser “interesante”, el segundo. Y ahora veremos de justificar estos resultados.
El recorrido a ritmo Nuevo se realizó de la forma más tranquila y, en principio, más económica: todo él en programa Eco y con la palanca en D, a base exclusivamente de pedales de acelerador y freno. El tiempo resultó lento debido a que, al ir en D procurando que el cambio no bajase a marchas demasiado cortas si se pisaba un poco a fondo, la recuperación resultaba un tanto parsimoniosa, aunque adecuada a la combinación del programa Eco y la palanca en automático. Por ello nos cayeron unos cinco minutos de más, como poco. De todos modos el cambio, incluso de ese modo, hace mucho juego entre 6ª y 7ª, pero una vez en 6ª aguanta bastante si no se exagera con el pedal.
El otro recorrido que hemos denominado como “Mixto rápido” se debió a la incompatibilidad del programa Sport con la utilización de la 7ª marcha. Nuestra intención original era circular a ritmo Interesante, ya que teníamos casi 180 CV bajo el pie, un cambio secuencial de 7 marchas y un bastidor y unos neumáticos más que adecuados; para ello planeamos poner el programa Sport y luego manejar el cambio de modo manual. Pero al no poder utilizar la 7ª (de no estar manejando continuamente el botón de cambio de programa), tuvimos que conformarnos con utilizar el programa Comfort unido a un manejo manual del cambio, perdiendo los beneficios de la gestión más deportiva del programa Sport. Así que el ritmo de marcha acabó siendo una mezcla del Antiguo en plan un tanto desenfrenado, y de Interesante en plan más bien conservón; y el resultado, pues en la misma proporción.
La habitual comparación de consumos hay que hacerla frente a SUVs de cambio automático y transmisión 4×4, puesto que ya sabemos que estas tres características condicionan de modo importante los resultados, pues todas ellas perjudican irremediablemente el consumo frente al de un turismo con un motor similar, pero de cambio manual y tracción a dos ruedas, que es lo que constituye el núcleo duro tanto de lo que se comercializa como de lo que probamos (aunque el SUV mediano está tomando cada vez más incremento).
Con las características exigidas no tenemos demasiados datos, pero alguno hay; empezaremos con el ritmo Nuevo. Aquí tenemos desde hace poco un vehículo bastante similar por tecnología, aunque de tamaño más grande: el Mazda CX-5 de motor atmosférico 2.5 de 194 CV con desconexión de dos cilindros, y cambio de variador pero con seis puntos fijos. Su resultado fue de 7,68 l/100 km y 5h 10m de tiempo; 0,16 l/100 km más económico, pese a haber sido siete minutos más rápido. Y ello perteneciendo a un escalón más arriba por tamaño y peso. Pero ya sabemos que los motores atmosféricos de Mazda son prácticamente imbatibles en cualquier categoría.
También al mismo ritmo, tenemos los resultados del Opel Mokka-X 1.4-T de 152 CV con cambio automático clásico de seis marchas; en promedio de una pasada en automático y otra en manual, siempre con el mismo tiempo y consumos muy próximos, arrojó un promedio de 8,77 l/100 km de consumo y el mismo tiempo de 5h 10m del CX-5. El consumo del Opel, muy alto, nos confirma una vez más que el cambio automático a base de convertidor de par y piñonaje epicicloidal podrá ser el más suave de todos en cuanto a funcionamiento, pero también el que más penaliza el consumo.
Y si nos fabricamos un coche artificial mezclando el CX-5 y el Mokka-X, para comparar su resultado promedio con el del Kona, tendríamos un coche de tamaño un poco más grande que el del Hyundai, con 173 CV y un consumo de 8,22 l/100 km y el tiempo siempre fijo de 5h 10 m. Entonces el consumo sería 0,38 l/100 km más alto que el del Kona (sin duda debido al desfase del Mokka-X), pero para un tiempo siete minutos más rápido. Unas cosas con otras, el Kona queda en una zona templada, de término medio.
Si pasamos al ritmo Antiguo puro, sólo hay un dato comparable. Y es nuevamente el de un Mazda, esta vez un CX-3 de tamaño totalmente similar al del Kona, dotado del motor 2.0 atmosférico de 150 CV y un cambio como el del CX-5, de variador pero con seis puntos fijos. El resultado: 7,47 l/100 km, para un tiempo de 4h 46m. Y si ahora pasamos al ritmo Interesante, otra vez tenemos datos del anterior Mazda CX-5 de 194 CV, con 9,21 l/100 km para 4h 32m. Así que aquí también podemos hacer la media, en esta ocasión de dos modelos Mazda.
Con lo cual conseguiríamos un coche hipotético que es muy similar en datos al Kona: un Mazda que podríamos denominar como CX-4 con motor de 2,25 litros y 172 CV, cambio de variador por puntos, dentro de un tamaño ligeramente superior al del Kona. Tendría un consumo de 8,34 l/100 km para un tiempo que, ahora sí, coincidiría al minuto exacto con el del Kona: 4h 39 m. El promedio, por lo tanto, sería exactamente el mismo, pero el consumo del Kona se dispara: sus 9,10 l/100 km están 0,76 (tres cuartos de litro) por encima del consumo del Mazda “fantasma”, que es un poco más grande y de una potencia similar. Y de nuevo la única conclusión posible: los Mazda atmosféricos son imbatibles, se mire por donde se mire.
Para rematar las impresiones de conducción del Kona, digamos que el cambio resulta de lo más suave: va exactamente igual que los mejores DSG con embragues en baño de aceite. La que resulta un poco rara es la indicación de su funcionamiento en cambio manual, precisamente porque resulta tan suave que no se percibe en que el coche dé un tirón ni una retención. Y es que en el “display” del indicador aparece un cambio de colores sobre la cifra de la marcha insertada, con un período transitorio en el que no se sabe si ya ha cambiado o va a cambiar, hasta que el color vuelve al de funcionamiento normal y la cifra se queda fija.
La luz de carretera automática funciona muy bien; vuelve a “largas” al cabo de un segundo escaso de haber realizado el cruce, y apenas se deja engañar dando “cruce” a paneles reflectantes. Y otro aspecto nada despreciable es que resulta un coche muy silencioso, con una excelente insonorización. En resumen, un SUV mediano muy bueno, con una prestación brillante, un consumo de gasolina más que razonable, y un comportamiento rutero excelente sobre asfalto, que es donde va a desenvolverse en el 99% de su utilización. Y con un calzado más adecuado, también sería muy bueno, dado su botón de enclavamiento de tracción al 50/50%, para cuando llegue la próxima nevada que vuelva a coger a traición a la DGT.
Otro más,
el concepto no me gusta y este estéticamente tampoco es de mi agrado.
Con seis grupos ópticos delante y cuatro detrás, me parece excesivo. Aquí en España, donde no es raro que se aparque a odio (y no por la señal auditiva de los sensores de aparcamiento) alguno de estos grupos ópticos están bastante expuestos.
Perdón,
antes quería decir «aparcar a oido», el corrector del móvil ayuda, pero a veces te traiciona.
«Y si nos fabricamos un coche artificial mezclando el CX-5 y el Mokka-X, para comparar su resultado promedio con el del Kona, tendríamos un coche de tamaño un poco más grande que el del Hyundai, con 173 CV y un consumo de 8,22 l/100 km y el tiempo siempre fijo de 5h 10 m. Entonces el consumo sería 0,38 l/100 km más alto que el del Kona (sin duda debido al desfase del Mokka-X), pero para un tiempo siete minutos más rápido. Unas cosas con otras, el Kona queda en una zona templada, de término medio.»
HOSTIA PUTA! Que manera de retorcer los numeros y lo que no son los numeros.
«Mazda CX-5 de motor atmosférico 2.5 de 194 CV con desconexión de dos cilindros, y cambio de variador pero con seis puntos fijos. »
Hasta donde yo sé, Mazda monta cambio de convertidor de par.
Yo preferiría fabricar un Ferrari, con el consumo de un Panda y el precio de un Dacia. Ya puestos….
Se van desvirtuando los SUV, este es casi un compacto un poco alto, un poco corto y un poco bastante GTI. Para ir a la nieve y para admirar su estética a quien le guste.
Para lo demás prefiero un compacto más bajito, estable, prestacional y económico, con más maletero y si puede ser híbrido pues mucho mejor, que el aquí probado en el uso diario se va a cifras de dos dígitos de consumo de gasolina en cuanto nos animemos un poco, y los 177 cv pare en pedirlo…
Con la actual moda SUV, creo que este Kona 1.6t 4WD aut. va a ser un buen rival tanto para los León, Focus, Megane,… como para los 500X, T-Roc,… con potencias entre 150-180 CV. Sin embargo, creo que lo sería aún mejor (aunque el beneficio por ud. vendida sea menor), si hubiere una versión con dos ruedas motrices de este Kona, con el mismo motor 1.6t, o incluso con el 1.4t, siguiendo la estrategia del Arona 1.5t.
Saludos
Parece una buena opción este hyundai kona, a mí particularmente no me llama mucho la atención, por no decir que no me gusta la estética, habrá que ver realmente este suv como se comporta, el consumo es bastante bueno… eso sí, siempre que no le pises un poco, que es cuando se ve realmente el gasto de combustible porque las cifras que dan siempre son «por lo bajini», nunca reales. Saludos y gracias por compartir
Con ese tipo de neumáticos (el tamaño montado en el Kona es 235/45/18), el par de vuelco en seco debe ser bastante elevado. ¿Por qué ya nadie habla de eso? Hubo un tiempo en que era tema de conversación, pero ya no. ¿Es que los coches ya no vuelcan?
@9 Joaquín: Mire las pruebas del alce y eslalom en Km 77, se comprueba dicha tendencia al vuelco o al deslizamiento de trenes delantero o trasero y encima lo gravan para que lo pueda ver en vivo.
Hombre, si desliza, no vuelca, claro. De lo que se trata es de que unos neumáticos de mucha adherencia no le permitan deslizar a tiempo….Y vuelque.
Y gravar no creo que los graven, aunque si vuelcan, deberían.
@ 11 Joaquín
Evidentemente antes del vuelco avisa levantando rueda. que se corrige con el contravolante como los derrapes. como la velocidad de paso es progresiva, evidentemente no volcaran salvo que lo hagan a propósito.
El vuelco del 1er. clase A fue con un nemático en concreto (Good Year NCT 3 o 2), baja presión (indicada por el fabricante), acuñamiento de la rueda y anclaje de la llanta en el suelo (como el 850 de AdA en el invierno del 67 o 68 en el Jarama).
En Ford Explorer y F150 se originavan los vuelcos (aparte de por mal diseño) solo en USA, y especialmente con los Firestones ATX (con menos capas de carcasa en Venezuela) inflados a menos presion que en Europa.
Ahora esta en el ojo del huracán el Hilux (ver videos) no vuelca pero esta apunto.
Volcar es solo cuestión de proponérselo -incluso hay un sistema para volcar al 2CV-. El motivo de las pruebas es ver si es tendencia natural y a baja velocidad o solo se origina cuando el conductor es un cafre por muy buena puesta a punto que tenga el vehículo.
@11 Para volcar hace falta que el cdg salga de la base de apoyo, y con coches cada vez más anchos pues es difícil.
En la prueba de esquiva del Juke se ve que con más agarre la tendencia a levantarse es mayor, pero casi habría que hacerlo aposta para volcar.
La tendencia al vuelco que hay que comprobar, en mi opinión, es la que tiene el coche ante una maniobra brusca de un conductor inexperto, el que no hace contravolante cuando se levanta una rueda. No me sirve el coche en manos de un experto haciendo una maniobra que se conoce de memoria. Y si el coche se levanta cada vez mas según aumentamos la rueda, posiblemente acaba volcando en lugar de derrapar, aunque no llegue a clavar la llanta. A eso me refiero, no a volcar a propósito, ya sabemos que eso no lo quiera hacer nadie
La tendencia al vuelco que hay que comprobar, en mi opinión, es la que tiene el coche ante una maniobra brusca de un conductor inexperto, el que no hace contravolante cuando se levanta una rueda. No me sirve el coche en manos de un experto haciendo una maniobra que se conoce de memoria
Completamente de acuerdo. Si la experiencia es fruto del uso, costumbre o práctica y es directamente proporcional al tiempo de ejercicio en la actividad, sólo podemos concluir que hay un colectivo sin experiencia ni práctica que cumple sus requisitos a la perfección.
Así que, de acuerdo con usted, debemos de vaciar las redacciones, y entregar los coches a los niños.
Avec two cojones.