En más de una ocasión he comentado que esto de buscar coches de pruebas es un poco como intentar coger una cereza entre las que hay en un cesto: tiras de una y sacas medio cesto, enganchadas unas con otras. Esto es lo que nos ha ocurrido en los últimos meses con Fiat, actualmente Fiat/Chrysler/Jeep (hay que ver las vueltas que da el mundo, por no hablar del asunto Opel/PSA). El caso es que buscábamos algo más que la saga de las tres variantes de carrocería del Tipo y sus avatares con la inyección de combustible, y nos encontramos casi simultáneamente con otros cinco coches disponibles, aunque unos más novedosos que otros, y que además a casi todos ellos los veníamos buscando desde hacía más o menos tiempo.
Así nos encontramos con la novedad absoluta del Giulia, pero también con nada menos que cuatro más de evidente -y en ocasiones radical- carácter deportivo; ¡quién lo hubiese dicho hace dos o tres años!. El caso es que ya hemos publicado la prueba del 4C, tras del que íbamos desde que apareció; y también la del 124 Spider, aparición mucho más reciente. Y ahora le toca el turno a este Giulietta Veloce, que no pudimos probar cuando se denominaba Quadrifoglio Verde, pero que tampoco ha cambiado demasiado. Y de postre un Fiat-Abarth 595 Competizione, una de tantas versiones del polifacético 500, cuya prueba publicaremos un poco más adelante; un coche que en anteriores variantes deportivas no nos había convencido ni poco ni mucho, y que ahora ha sufrido un cambio no diríamos copernicano, pero casi.
Lo mismo que en el caso de Abarth, en Alfa-Romeo tienen multitud de denominaciones prestigiosas para dar y tomar; y las pueden ir adjudicando para dar visos de novedad a lo que no llega a ser un restyling, y quizás ni siquiera un facelifting. Pero cambias lo de Quadrifoglio Verde por Veloce, y ya tienes una nueva versión, cuando el coche es prácticamente el mismo. Y si hace falta, todavía se puede tirar de TI, o de Super, o de GTA, o de GTV, o de Autodelta, o de algún otro apellido ilustre que de momento no me viene a la memoria. Pero así se mantiene encendido el fuego sagrado.
Excepto por los frenos delanteros de 330 mm, ocultos tras unas llantas de 18” que ya no asombran a nadie (se montan con 120 CV, o menos), el Giulietta Veloce no llama la atención por un aspecto radical, pero sí lo hace por su estética. Su diseño tiene ese toque de discreta distinción que ha sido tradicional en los Alfa desde hace muchas décadas. En esta marca siempre presumieron de que lo que vendían al público, por muy prestacional que fuese (la competición es otro mundo), se podía utilizar a diario sin problemas, tanto por confort como por facilidad de manejo. Un Giulia 1.6-TI Super de 112 CV de los 60s era una de las berlinas más deportivas en aquel momento, aunque su estética cuadrada era la de un discreto 5 plazas familiar. Pero el 4C ha supuesto una brusca ruptura con esta política.
Y pasamos ya a ofrecer la ficha técnica completa del Veloce:
Ficha técnica: Alfa-Romeo Giulietta 1.75 TB Veloce TCTMOTOR CICLO POSICIÓN ESTRUCTURA COTAS ALIMENTACIÓN DISTRIBUCIÓN RENDIMIENTO TRANSMISIÓN DISPOSICIÓN EMBRAGUE CAMBIO CONTROLES GRUPO RELACIONES ● DESARROLLO FINAL (km/h a 1.000 rpm) BASTIDOR SUSPENSIÓN DIRECCIÓN FRENOS CONTROLES RUEDAS CARROCERÍA TIPO COTAS PESO CAPACIDADES AERODINÁMICA PRESTACIONES DINÁMICAS CONSUMO EMISIONES |
Este Giulietta Veloce tiene un evidente parentesco con el deportivo biplaza 4C; y a su vez, una personalidad diametralmente opuesta. Porque en el caso del Giulietta se trata de una berlina 5 puertas del segmento C, mientras que el 4C ya lo acabamos de definir; pero el parentesco va por debajo y es de tipo mecánico, aunque no exclusivamente. El conjunto motor/transmisión es el mismo para ambos, sólo que montado en el tren delantero y con tracción a sus dos ruedas en el Giulietta, y en posición central/posterior impulsando a las traseras en el 4C. Pero este último no sólo hereda del más antiguo Giulietta el conjunto mecánico, sino todo el tren delantero, y en concreto la suspensión. Por supuesto que eliminando la dirección, y adecuando tanto el tamaño de los frenos como los tarados de todos los elementos elásticos: muelles, amortiguadores y estabilizadora.
No es el primer caso en el que se hace esto para conseguir un deportivo de motor central/trasero relativamente barato a base de materiales de gran serie: hace más de cuatro décadas, el compacto Unipower británico de competición tomaba todo el tren delantero del Mini Cooper-S 1300 y lo montaba en el tren trasero, en una carrocería todavía más baja, ligera y mejor perfilada que la del Mini. También hubo un efímero Matra con la mecánica 1.7 del Ford Taunus V-4, que recurrió al mismo artificio. Y algo más adelante, los Talbot Bagheera y Murena hicieron exactamente lo mismo con la mecánica originaria del 150-GT, sólo que llegando a montar incluso el motor 2,2 litros Peugeot/Renault, con cerca de 140 CV.
Es una solución de emergencia pero muy efectiva, a partir del momento en el que empezó a haber disponibles buenas mecánicas de tipo medio en tracción delantera, que además ya resolvían el problema de la transmisión. Porque instalar el motor delantero de un propulsión trasera presenta un grave problema: el motor está diseñado para ir situado longitudinalmente; y no existe ninguna transmisión de serie que se le pueda acoplar. Salvo yendo a un desguace a buscar la de precisamente alguno de los Alfa-Romeo (Alfetta, Giulietta II, 75) que montaban la caja de cambios junto al diferencial. Y entonces la longitud del motor, más el embrague, más la caja, más el diferencial nos metería la polea del motor entre los respaldos de las dos únicas plazas disponibles. También se podría haber recurrido al cambio de un Porsche de motor delantero, que lo llevaban detrás (e incluso colgado tras el diferencial).
Y modificar los periféricos del motor para situarlo transversalmente sale caro, y más aún conectarlo a la transmisión de un tracción delantera de mecánica transversal. Bromas aparte, lo único posible por un precio razonable es proceder al injerto de una mecánica de tracción delantera. Porque recurrir a un suministrador independiente de transmisiones, como Hewland, Quaife, Colotti o similares saldría muy caro, suponiendo que pudiesen producirla en el volumen exigible para una producción en serie simplemente mediana.
Volviendo a nuestro Giulietta, resulta curioso que el motor tenga un funcionamiento suave, mucho más que en el 4C, hasta el punto de que no parece que sea el mismo. De hecho no es el mismo por completo, aunque sí lo sea estructuralmente (cigüeñal aparte) y en todos sus periféricos (o quizás no); pero hay unas mínimas diferencias en el rendimiento. Ambos tienen los mismos 240 CV, pero el Giulietta los consigue a sólo 5.750 rpm, mientras que el 4C tiene que estirarse hasta 6.000 rpm; podría deberse a que los tubos de admisión (toma, filtro y conexión al turbo) y escape (salida de turbo, filtros, catalizador y silencioso) son distintos en longitud y diseño, dado que en el 4C van en un alojamiento mucho más compacto.
Por otra parte, el par máximo del 4C es de 350 Nm de 2.100 a 4.000 rpm, siempre disponibles en programa Normal o Dynamic, mientras que en el Giulietta se queda en 300 Nm en una gama de régimen algo más amplia en Normal, mientras que sube a 340 Nm (siempre un poco menos que en el 4C), cuando se pasa a programa Dynamic. Esto indica que también hay ligeras modificaciones en la gestión, para hacer más tratable y menos violento el comportamiento del motor; pero la mayor suavidad no viene sólo del motor.
Porque los cambios del TCT de doble embrague no golpean ni suenan como en el 4C al ir en Normal; y guardando la proporción, tampoco en Dynamic, aunque en ambos coches sean más rápidos que en Normal. Creo que, en ambos programas, en el Giulietta lo hace siempre unas décimas de segundo más lento que en el 4C (de ahí la mayor suavidad), y también que la fijación del conjunto motor/cambio al monocasco es algo más elástica y está mejor filtrada respecto a vibraciones.
La transmisión es exactamente la misma –en relaciones de las marchas y reducción del doble grupo- que en el 4C; pero la distinta monta de neumáticos hace que el deportivo biplaza acabe teniendo una 6ª que es 0,7 km/h más larga. Diferencia testimonial en cualquier caso, y que es razonable dado su menor peso y mejor aerodinámica; pero que no ha sido buscada a propósito, sino que simplemente ha resultado ser así por las medidas del calzado utilizado en los respectivos modelos.
Sin ser de los más grandes, los discos delanteros de 330 mm –servidos por las pinzas Brembo de 4 pistones, clásicas en coches de este tipo- son más que suficientes; ya hemos indicado que el Veloce no pretende ser una berlina radicalmente prestacional, sino simplemente de comportamiento muy deportivo, ágil y de conducción gratificante. Hasta que no se pasó de la llanta 16” a la 17” (o sea décadas, y luego ya vino la escalada hasta las de 20”, y en algunos casos más), los discos más grandes que se montaban en coches “normales” e incluso bastante más pesados que el Veloce –por muy prestacionales que fuesen- eran de 315 mm.
Y no nos quejábamos, ni mucho menos; era cuestión –y ahora también- de la calidad de las pastillas utilizadas. Recuerdo, en el Fiesta XR-2 con faro redondo y llanta simplemente de 13”, las últimas pastillas que todavía llevaban amianto; y aquello frenaba que te dejabas los dientes contra el volante si no llevabas bien tensado el cinturón. Luego se “descubrió” lo que en realidad ya se sabía –o sea, que el amianto es cancerígeno, como otros mil productos más-, y se eliminó.
La dirección, que es razonable para las otras variantes más turísticas del Giulietta, resulta un poco lenta para el Veloce: lo de las 2,25 vuelta de volante está muy bien, pero no si van acompañadas de un diámetro de giro entre bordillos de 10,9 metros. Lo bueno sería un 10% más de rapidez, y que dicho diámetro no llegase ni a los 10 metros; o bien que el diámetro actual, puesto que la carrocería no permite que las ruedas giren más, se consiguiese con 2 vueltas justas del volante. Es el mismo caso que vimos la semana pasada con el Ford Focus RS.
Queda pendiente hablar de las ruedas; pero eso lo dejamos para el final, cuando tratemos del comportamiento rutero, tras de haber analizado los consumos, que es lo que vamos a hacer a continuación:
Resultados del Giulietta Veloce 1.75-TB en el circuito habitual:Ritmo económico NUEVO: Consumo: 7,56 l/100 km. Promedio: 98,5 km/h. A ritmo “interesante”: Consumo: 9,21 l/100 km. Promedio: 112,4 km/h. |
Las condiciones de ambas pruebas no fueron precisamente de las más favorables: al ritmo nuevo tuvimos un buen día climatológico, pero el tráfico fue algo más denso de lo habitual según nos acercábamos a Madrid, ya desde bastante distancia. Pese a ello, el tiempo de 5h 07m es bueno. Y a ritmo interesante hubo bastante atasco ya más cerca, en los kilómetros finales de aproximación a Madrid; el tiempo (4h 29m) ya lo acusa (es coche para 4h 26m), y el consumo resultó un tanto perjudicado.
El conjunto de motor y desarrollos da lugar a un comportamiento muy elástico: en 6ª y a 60 km/h reales, el motor gira a 1.300 rpm, y recupera de maravilla. Pese a ello, el consumo es francamente alto, tanto a ritmo nuevo como a “interesante”; al primero de ellos, todos los coches de perfil prestacional que hemos probado últimamente le rebajan el consumo, desde los 6,42 l/100 km del Fiesta ST-200 a los 7,32 del Honda Civic Type-R; tan sólo el Focus RS de la semana pasada está por encima, con sus disparados 9,18. Y al ritmo más rápido estamos en las mismas: desde los 7,97 l/100 km del Peugeot 208-GTi de 200 CV hasta los 9,09 del 308-GTi todos están por debajo, con la salvedad del empate con el León Cupra 2.0 de 280 CV y cambio DSG (9,23) y por supuesto los 10,43 del Focus RS. Una mínima satisfacción es que, al menos, rebaja en más de medio litro los 9,77 del Giulietta 1.4-T de 170 CV, pese a disponer de una mecánica con 70 CV suplementarios.
Al 4C de similar mecánica le salvaba su aerodinámica, gracias a su sección frontal de 1,85 m2 (para un Cx 0,34, y un S.Cx 0,63); ventaja de la que ya no dispone el Giulietta, que sin tener mala aerodinámica (mediana simplemente, véase ficha) ya es un 10% peor, dando lugar a consumos de un 5 a un 7% más elevados. Lo cual delata que el 1.75-TB no es precisamente un motor sobrio; y eso que el TCT es de embragues en seco, no en aceite.
Y vamos ya con el comportamiento en curva, puesto que de frenos y dirección ya hemos hablado. Las recomendaciones de hinchado son de 2,6/2,2 bar hasta tres plazas, y 3,0/2,6 a plena carga; siempre con 0,4 bar más en el tren delantero. Me pareció una exageración, y empecé a tantear con mis presiones habituales para tracción delantera (2,7/2,5 bar); pero al tomar las primeras curvas descubrí que resultaba bastante “cabezón”: se hundía la suspensión delantera exterior, se clavaba de morro, derivaba mucho y no seguía la trazada, obligando a tirar del volante un poco más de la cuenta.
Así que decidí hinchar a un término medio entre lo suyo (promedio a su vez de sus dos recomendaciones) y lo mío, poniendo 2,8/2,5; pero todavía resultó insuficiente; no se clavaba tanto, pero seguía derivando y acabé subiendo otra décima delante, para llegar a la diferencia preconizada de 0,4 bar entre ambos trenes. Y así, con 2,9/2,5 bar, conseguí tener un comportamiento aceptablemente ágil y deportivo; una vez con estas presiones (o sea, muy altas) basta con anticipar un poco la entrada, tirar de volante con decisión y la curva se pasa a todo trapo, ya sin problemas. Pero no acaba de ser un comportamiento típico de deportivo; y por otra parte, ese desfase absolutamente imprescindible de 0,4 bar es, cuando menos, insólito.
Pero es que ya habíamos probado tanto el citado 1.4-T de 170 CV como incluso un 2.0-JTDM TCT de 175 CV y acabado QV Line (suspensión deportiva), que a efectos prácticos era como el Veloce, pero todavía más pesado de morro, debido al turbodiesel con bloque de fundición. Y en ninguno de los dos había apreciado semejante subviraje; y eso que el Veloce viene a estar, por lo que a reparto de pesos entre trenes se refiere, a mitad de camino entre el 1.4-T y el 2.0-JTDM; entonces ¿dónde estaba el misterio? Pues muy sencillo: en que los neumáticos eran distintos en los tres casos.
Gracias a mi costumbre de anotar siempre en todas las fichas técnicas (incluso la resumida) el tipo de neumático utilizado, y no sólo sus dimensiones, he podido recuperar el dato de que el 1.4-T llevaba Pirelli P-Zero Rosso (ni siquiera el Nero, más deportivo), mientras que el 2.0-JTDM montaba nada menos que unos Michelin Pilot Sport-3. Mientras que nuestro Veloce estrenaba (al menos para nosotros) los novísimos P7 Ecoimpact, de esos que ahora se anuncian como “verdes” y buenos para todo, pero que no se atreven a calificar de auténtica “baja resistencia a la rodadura”, pero tampoco del tipo “4 estaciones”. O sea, unos “ni carne ni pescado” o “chico bueno para todo”, que finalmente acaba siendo “bueno para nada”.
Este tipo de gomas podrá estar muy bien para un turismo corriente y moliente, pero en un Giulietta Veloce no tienen lugar. Máxime cuando un 2.0-JTDM, al fin y al cabo turbodiesel, menos deportivo y potente, y con un reparto de pesos mucho más “cabezón”, pudo montar unas Pilot Sport-3 con las que pasaba por las curvas sin el menor problema y con presiones mucho más bajas. En bastantes ocasiones he repetido que da la impresión de que al montar los neumáticos en fábrica los rifan en cuanto al tipo, mientras que se preocupan más de que la medida corresponda al acabado o a las opciones de la unidad concreta, aunque suponga ponerle una 235 a un coche de 100 CV.
Respecto a esto de las denominaciones de los neumáticos y su evolución en el tiempo, recuerdo cuando viajé a Milán (en compañía de Javier del Arco) para entrevistarnos con el ingeniero Mezzanote de Pirelli, el padre del “perfil bajo” que se inauguraba entonces con la revolucionaria P-6 de perfil 60. Hoy en día, la P-6 ha quedado como un neumático de lo más normal y corriente, pues hace tiempo que fue superada por la entonces super deportiva P-7. La cual, a su vez, ha tenido que ceder la primacía, como neumático prestacional, a la familia P-Zero, que a su vez tiene ya cinco o seis variantes: Zero, Nero, Rosso, Corsa y alguna más. Es lo mismo que ocurre con Michelin: empiezan con Pilot, luego Pilot Sport, y después Pilot Sport Cup. En Continental se conforman con ir cambiando un numerito, y la SportContact ya va por el “5”.
Pasando ya a los programas, el Dynamic es perfectamente prescindible, aunque plenamente utilizable; pero apenas si aporta algo a efectos prácticos, al margen de la sensación de un ligero mayor dinamismo en la respuesta al pedal, y otro poco más de control del balanceo inicial al entrar en curva. Pero cuando de verdad sirve para algo ese endurecimiento de la amortiguación, es cuando se enlazan curvas a distinto lado sin que haya ni diez metros en los que la suspensión recupere su pisada normal; o sea, como la “prueba del alce” más o menos. Cuando se traza una curva única -más o menos cerrada, o que se abre y cierra un poco-, y mientras el apoyo sea siempre al mismo lado, lo que más cuenta es ese segundo inicial hasta que el apoyo se estabiliza en un balanceo fijo.
Si la amortiguación es buena, no importa demasiado que sea más o menos firme, a condición de que no deje que el coche balancee de más por la inercia del primer golpe de volante, y luego rebote para enderezarse de nuevo. Pero cuando se enlazan curvas y el cambio de apoyo es inmediato, sí es importante llevar el coche bien sujeto, pues entonces hay muchas probabilidades de que la recuperación de la primera curva se sume al inicio del apoyo al lado contrario, dando lugar a un balanceo que desestabiliza bastante la trayectoria. Pero esto sólo ocurre en carreteras convencionales secundarias, en trazado de serranía; en mi recorrido de pruebas, con ser muy variado, sólo tengo dos zonas en las que se dan estas condiciones: una de tres curvas enlazadas, y otra en la que hay dos parejas muy próximas de dos curvas cada una. Y eso, en un recorrido de 500 km.
Respecto al Launch Control ya me he posicionado en múltiples ocasiones; y si me parece aberrante en un propulsión e incluso en un tracción integral, con mayor razón en un tracción delantera, donde el control de tracción normal y corriente es más que suficiente (al fin y al cabo el Launch Control viene a ser lo mismo, pero del tipo “predictivo”). Y cerramos diciendo que las luces son muy buenas, por más que no sean de las que dan cruce automático, ni tampoco tengan giro en curva.
Resumiendo: este Giulietta Veloce es un coche muy agradable de utilizar, aunque de consumo un tanto elevado, que no tiene más inconveniente que obliga a mirar con atención los neumáticos con los que nos lo van a entregar, y exigir que sean del nivel que le corresponde.
Como se nota el paso de los años. Dice «de consumo un tanto elevado».
Hace 10 años tenía un Alfa 147 twin Spark (120 CV). Y a ritmo normal (similar al que AdeA llama «económico»), consumía 8 litros. Lo miraba en cada repostaje (aunque no era tan meticuloso como ahora).
Hoy en día, este Giulietta con el doble de potencia, consume lo mismo (algo menos, realmente).
En esta época, alfa vendía el GTA (el 147 con motor Busso), con casi la misma potencia que el coche de la prueba (250 CV) al que, decían, era dificilísimo hacerlo bajar de 12 litros, en conducción normal.
No me extraña que este motor 1.7t de inyección directa consuma menos que el 1.4t de inyección indirecta en su circuito, a pesar de su mayor cilindrada y potencia. Un poco más de cilindrada, y la inyección directa, permiten ajustar mejor las mezclas aire-combustible, sobre todo a cargas parciales, trabajando un poco por debajo del límite estequiométrico (sólo un poco, ya que para que no se generen muchas partículas PM, la mezcla tiene que seguir siendo suficientemente homogénea, por supuesto), lo que permite mejorar prestaciones y consumos simultáneamente.
Espero con impaciencia su prueba del nuevo 4 cilindros 2.0 sobrealimentado de inyección directa del Giulia, ya que seguramente servirá de base para un nuevo 3 cilindros 1.5t, o incluso un 2 cilindros 1.0, cuando haya que substituir a los actuales 1.4t y 0.9t de la gama FCA.
Saludos
9,77 para el 1.4 TB Multiair?. Aquella prueba, que ya leí en su día, es de las que dan que pensar. Tengo ese modelo (con TCT) ya por cinco años y no veo la manera de llegar a ese consumo, si no es jugándote la cárcel. Mi consumo historico es de 7,1 (real), actualmente ha bajado 3 ó 4 décimas y mi conducción es velocidad legal mas 8%. No se, el Multiair no será el mejor motor del mundo (lo fué en 2010), pero, por favor, revisen «aquella prueba», no es de recibo.
Esperanto, no todo esta condicionado al crucero. Su consumo es muy bajo, yo tengo un diesel pequeño de 143cv y la media historica es de 6.61. Depende de muchos factores, aunque estoy de acuerdo en que hay resultados muy poco congruentes en algunas pruebas.
En cuanto al coche en si creo que es el último de la peor época de Alfa, que a mi parecer no fue la de los coches malos como el 75 o el 33, sino la de los que teniendo lo malo que se presupone a un Alfa no tienen apenas nada de lo bueno.
Tengo un Giulietta QV, el de 235cv con cambio manual, con el que estoy muy contento mecánicamente. Mis consumos son diferentes a los suyos:
-Ritmo eco 6.57
-Rimo normal entre 7.2-7.5 según el coche (tiende a redondear al alza por lo que he comprobado)
-Ritmo «interesante»: Mucho, nunca lo he medido, pero esos 9.21 litros, como no sean en autopista, yo creo que los duplico.
Por mi parte estoy contento con mis consumos, además de con la fiabilidad y consumibles (vengo de un Laguna que prefiero mantener en el olvido).
Me uno al comentario 3, en mi caso en manual. Mi coche tiene mas de 100000 kms y acabo de hacer un viaje de 850 kms con medias que bien podrían costarme algun regalo de la DGT y me ha hecho 7.8 l/100 kms.
No obstante muy buena prueba. Yo en mi 1.4 llevo unos Yokohama Advant Sport y si noto que con mas presión gano en agilidad. Ahora mismo lo llevo en 2.7 delante y 2.2 atrás.
@Valmho: No entiendo su comentario. ¿Qué cosas malas le presupone usted al Giulietta?. ¿Y en qué se basa?
Stelvio, de todas las cosas malas que le presupongo al Giulietta las únicas que puedo demostrar son que es un producto bastante caro para lo que ofrece y tiene una reventa bastante mala, que tiene ciertos detalles de acabado peores que los de la competencia, que en ciertos aspectos es un coche anticuado y que tienes si te lo compras tienes que soportar todo lo que te digan sobre si se va a romper.
De entre las que no puedo demostrar, aunque las digo porque esto es una barra de bar y porque son cosas que observo en vehículos diferentes del mismo grupo automovilistico diría que hay mas posibilidades de que un cable rebelde te haga perder tiempo y dinero que en otros vehículos.
Todo esto me daría igual si el coche fuese lo que tiene que ser un Alfa, se lo perdono al Giulia aunque esté fuera de mi alcance, pero no se lo perdono al Guilietta, o al Mito porque hay alternativas mejores en otros aspectos que también son mejores en los que se le suponen brillantes a un Alfa.
Y es una opinión, seguramente no tenga nada de razón. Me gustaría que me gustase este Giulietta pero no lo hace.
Entre lo que presupone, demuestra y lanza al aire, usted si que da que pensar. ¿Quizá tenga un coche alemán?. Si es así le felicito. No seré yo quien lo desmerezca y mucho menos por cuestiones de gustos personal. Disfrútelo y no se extrañe que haya algún «listillo» que le saque pegas.
Pero a ver, hombre, si yo ya se que todos los coches tienen pegas, y el mio también, no soy ningun tali nada. Pero lo que no me parece ni medio normal es probar un alfa, acto seguido probar el aleman y que este resulte tener una conducción mas gratificante.
Ojala hubiera sido al reves, porque me gustaría mucho que mi coche fuera un Alfa.
Y no se ni porque escribo esto, solo digo lo que a mi me parece el Giulietta, un gusto personal. Pero parece que sobre Alfa solo caben dos posturas: opinar que lo hace todo a la perfeccion u opinar que son baura y que cualquier aleman es mejor. Pues no, la mia no es ninguna de esas.
Tengo un QV del 2014 restyling y en consumo 9,7 l/100km por carretera de montaña y pisando muy por encima de lo que suele ir los demás coches.
A 120 km/h en llano consume menos que un 1.6 gasolina atmosférico de la época del 2000-2010, que ahora no podemos comparar poque los de ahor 3 cilindros, aun así creo que consume menos porque va a muy pocas rpm.