La evolución de Opel ha venido siendo más bien lenta, quizás como corresponde a una marca que forma parte de una de las grandes corporaciones (en un momento dado la más grande) del mundo de la automoción, siempre más propensas a mayores inercias en sus procesos de renovación. De siempre, los Opel han tenido fama de coches duros y fiables; en otros aspectos, ya podía haber opiniones más divergentes. Vino luego una clara mejoría estética, que sigue todavía en plena evolución, y que alcanza a toda su compleja gama. La cuestión del comportamiento rutero tuvo dos fases: en los de propulsión trasera, y una vez eliminado el eje trasero propulsor rígido del Rekord, los Omega y Senator eran irreprochables como coches de turismo, mientras que los de tracción delantera han tenido un recorrido mucho más pausado, a lo largo de casi cuatro décadas, hasta llegar al excelente estado actual.
En cuanto a mecánica, y centrándonos en la actual década, ha habido una profunda renovación en motores; la cual todavía sigue ofreciendo novedades como la que hoy presentamos, sin ir más lejos. Pero sobre todo, y precisamente empezando por el nuevo Astra –que por primera vez pasa por nuestras manos-, se ha enfrentado en serio la que constituía su asignatura pendiente: la reducción del peso. Y se ha hecho muy a fondo: en función de las variantes y de los niveles de acabado, se ha conseguido eliminar entre 120 y 200 kilos, a igualdad de motorización; son palabras mayores.
El mayor porcentaje corresponde a la carrocería, que se ha aligerado en nada menos que 77 kilos, gracias a la utilización de un porcentaje mucho más elevado de chapa de acero de alto límite elástico, y a un diseño más afinado de la estructura, pese a lo cual se ha mejorado en un discreto 4% la rigidez torsional. Viene luego el bastidor, que entre el rediseño del subchasis delantero, de ambos trenes de suspensión, y de los sistemas de frenos y dirección, se quita de encima otros 50 kilos. Cuando un motor pasa a tener bloque de aluminio en vez de fundición se ganan otros 10 kilos, y otros tantos en los asientos, pese a su apariencia voluminosa. El empleo de materiales ligeros, ya sea aluminio o plásticos, contribuye a todas estas reducciones, al margen de un diseño optimizado, como es el caso del sistema de escape, que reduce en un 25% el peso que antes tenía. En cuanto al depósito de carburante, que ahora aloja 9 litros menos que antes, garantiza la misma autonomía anterior, puesto que los consumos han disminuido.
Respecto al tamaño, ha variado muy poco, pero en las cotas en que lo ha hecho, ha sido en el sentido de reducirse: la batalla ha perdido 23 mm, y en 50 mm se ha recortado la longitud total; el resto de las cotas se encuentran en la zona de milímetros, arriba o abajo. En cuanto a la versión concreta de esta prueba, estrena un motor 1.4 todo de aluminio y con inyección directa; con sus 150 CV, ya está en una zona casi prestacional, pero sin excesos. Y esta es su ficha completa:
Ficha técnica: Opel Astra 1.4-T a/m ’16 Ecotec 150 CV MOTOR CICLO POSICIÓN ESTRUCTURA COTAS ALIMENTACIÓN DISTRIBUCIÓN RENDIMIENTO TRANSMISIÓN DISPOSICIÓN EMBRAGUE CAMBIO CONTROLES GRUPO RELACIONES ● DESARROLLO FINAL (km/h a 1.000 rpm) BASTIDOR SUSPENSIÓN DIRECCIÓN FRENOS CONTROLES RUEDAS CARROCERÍA TIPO COTAS PESO CAPACIDADES AERODINÁMICA PRESTACIONES DINÁMICAS CONSUMO EMISIONES |
De este motor existen otras dos versiones alternativas con 125 CV, pero con el mismo par máximo de 230 Nm, si bien la “meseta” constante en el de 125 CV se corta a 3.500 rpm; pero de estas dos, la que no es EcoFlex no se trae a España. Cuando llevan neumáticos de sección 225, ambos motores tienen la misma homologación que damos en la ficha, siempre y cuando el de 125 CV disponga de Stop/Start y alternador inteligente (el de 150 CV los lleva siempre). Cuando el neumático es de 215, la homologación desciende un poco, cayendo a 6,2/4,2/4,9 l/100 km y 114 gramos, en las condiciones antes citadas. Pero es que, en el de 125 CV, existe esa variante “no ecoFlex” para mercados menos exigentes en cuanto a emisiones y consumo, puesto que no lleva Stop/Start ni alternador inteligente; incluso con neumáticos 205, las cifras ascienden a 7,1/4,4/5,4 y 124 gramos. Como siempre, la influencia del Stop/Start es muy importante en la fase urbana del ciclo, mientras que apenas si modifica en una décima el consumo extra-urbano.
Lo siguiente que llama la atención es que se ha jugado a fondo la carta del cambio de seis marchas, utilizando unos desarrollos largos, con una 6ª de casi 47 km/h que permite un crucero desahogado, económico y con un bajo nivel sonoro. A cambio, la capacidad de recuperación queda bastante limitada, y para adelantar en carretera (en autovía no se plantea este problema) lo mejor es no andarse por la ramas y reducir directamente a 4ª, para subir a 5ª en cuanto se ha conseguido suficiente ventaja de velocidad.
El motor, en sí mismo, va redondo a partir de 1.100/1.200 rpm, pero no empieza a tirar con fuerza hasta las 1.300/1.400 rpm. En 6ª,mientras la vía sea llana, o mejor en ligero declive, se puede recuperar con parsimonia desde muy bajo régimen; y tal es la suavidad del motor que, subiendo marchas desde la arrancada o después de una retención, es fácil quedarse en 5ª (que ya tiene 39 km/h), sin acordarse de que todavía queda unaa 6ª.
Por otra parte, la diferencia entre los programas Normal y Sport está exageradamente marcada: en Normal, el motor no parece que sea de 150 CV, y su respuesta al pedal es decepcionante. Por el contrario, en Sport salta no digamos como una pantera, pero sí con un sorprendente nervio. Está claro que la programación del software que regula la relación entre recorrido del pedal y ángulo de apertura de la mariposa está muy escorada en Normal hacia la economía de consumo, ya que casi nadie se imagina que para obtener una razonable aceleración, al menos con un motor de 150 CV, haya que pisar hasta más allá del 80% del recorrido de pedal.
Un problema, éste creo que específico de la unidad de pruebas -porque ha probado varios otros Opel de la nueva generación, que ya irán apareciendo, y en estos no se presenta- es que los carriles de 3ª/4ª y 5ª/6ª están muy próxima, y el muelle que los separa carecía de suficiente tensión. Por ello, si bien el paso de 4ª a 5ª es muy fácil, la reducción de 5ª a 4ª (que acostumbro a hacer con dos suaves palmadas, dejando que la palanca busque por sí misma el carril intermedio) era fácil fallarla, y volver a caer a 6ª.
Tampoco acabo de estar satisfecho con los faros de LEDs: su potencia y amplitud de iluminación es muy buena, pero no así su funcionamiento en modo “automático”. En todos los casos, después de dar cruce a un coche que viene de frente, siempre tarda entre como mínimo un segundo y en ocasiones más de dos en volver a dar “largas”. Pero es que, además, suele pasar a cruce debido al reflejo de las propias “largas” en algunos paneles de tráfico, y luego tenemos el mismo retraso en retornar a largas al que acabamos de hacer referencia. Por otra parte en cuanto hay un poco de claridad (mucho antes del auténtico amanecer), ya no pasa nunca a “largas”. El funcionamiento “automático” es exclusivo para noche cerrada y zona extraurbana; pues en cuanto hay cuatro farolas, también se queda en cruce.
Lo del retraso en retornar a largas maldita la gracia que tiene cuando se está circulando a un ritmo un poco vivo por una zona de curvas; porque, si bien la luz de cruce es muy buena para ser eso, de cruce, su alcance se queda algo corto para averiguar para donde tira la carretera una vez que nos hemos cruzado con otro coche. Y tanto más cuanto que al cruzarse, los faros de dicho coche siempre nos causan, poco o mucho, cierto deslumbramiento; por lo que pasar a largas de modo inmediato es más necesario que nunca. Cierto que circulando a 50/60 km/h esto no sería problema; pero no creo que circular por una carretera secundaria pero de buen asfalto entre 80 y 100 km/h sea una temeridad, sobre todo cuando se dispone de unos excelente faros (si los manejamos manualmente, claro).
Llega ya el momento de hablar de los consumos, para ver si la acción conjunta del nuevo motor y de la reducción de peso, unidos a una buena aerodinámica que ya existía en la generación precedente, ha dado los frutos que es lógico esperar de tan potente combinación. Como se desprende del cuadro-resumen, con este coche todavía hemos hecho el recorrido a los antiguos ritmos de “economía” e “interesante”; si bien este último se seguirá haciendo para los modelos cuyo nivel prestacional lo justifique, el antiguo “económico” ya va a ir desapareciendo, en cuanto tengamos suficientes datos para hacer una buena comparación entre ese ritmo de marcha y el nuevo más tranquilo, a fin de poder establecer comparaciones futuras cuando los coches vayan cambiando de generación, y queramos comparar unas con otras. Dicho lo cual, aquí están los resultados:
Resultados del Opel Astra 1.4-T 150 CV en el circuito habitual: A Ritmo económico NUEVO: Consumo: 6,31 l/100 km. Promedio: 98,2 km/h Ritmo economía ANTIGUO: Consumo: 7,12 l/100 km. Promedio: 106,1 km/h A ritmo “interesante”: Consumo: 7,85 l/100 km. Promedio: 112,8 km/h. |
En primer lugar, digamos que los tiempos de las tres pasadas a los distintos ritmos corresponden, en el mismo orden en el que están situadas en el cuadro, a 5h 08m, 4h 45m y 4h 28m. Los tiempos antiguo económico e interesante están en la zona media habitual de dichos dos ritmos de marcha; en cuanto al nuevo, ha resultado estar en cabeza, al menos por ahora, de lo que estamos consiguiendo. Pero lo que cuenta en estos casos es el aspecto comparativo, y a ello vamos; empezando por el ritmo “interesante”, que no ha variado con el último cambio, y por lo tanto es comparable con lo que llevamos haciendo en los últimos seis años.
Pues bien, ese consumo de 7,85 l/100 km se encuentra en la zona “verde” de los coches con potencia equivalentes que, como a continuación veremos, hemos acotado entre los 125 y los 170 CV, con unas pocas excepciones. Vamos a dar la lista de competidores –por supuesto que con motor de gasolina- por orden de menor a mayor consumo (o sea, por orden de méritos) señalando entre paréntesis la cilindrada, la eventual ayuda por turbo, y la potencia; he aquí la lista:
Mazda-2 (1.5-115) 6,69; Mazda-6 a/m’15 (2.0-145) 6,97; Fiesta (1.0T-125) 7,59; Mazda-6 a/m’13 (2.0-145) 7,66. Y aquí se acaban los que consumieron menos que el Astra de hoy, por el momento. Y a continuación vienen todos los siguientes: Mazda-3 (2.0-165) 7,87; 308 (1.2T-130) 8,08; 208 GTi (1.6T-208) 8,13; Focus (1.5T-150) 8,19; Focus (1.6T-182) 8,37; y MiTo (1.4T-170) 8,96. Con menor consumo que el Astra, al margen de tres de los “intocables” Mazda atmosféricos, sólo está el Fiesta 1.0, que es un segmento B. Y de los han consumido más, también tenemos un par de segmento B, si bien es cierto que de matiz claramente deportivo. Así pues, de momento, este nuevo Astra se encuentra muy bien situado.
Vamos ya con el recorrido “económico” antiguo, y procederemos del mismo modo que en la comparación anterior, aunque hay alguna excepción de potencia claramente inferior, introducida a propósito; y ahí van los datos, teniendo siempre como punto central de referencia los 7,12 l/100 km que ha conseguido el Astra:
Toledo (1.2T-110) 6,30; Mazda-2 (1.5-115) 6,46; Golf (1.4T-140) 6,56; Mazda-3 (2.0-120) 6,91; y Toledo (1.4T-125 DSG) 7,11. Y aquí entraría ya nuestro Astra, al cual le siguen en consumo los siguientes: Mazda-3 (2.0-165) 7,17; Golf (1.4T-140 DSG) 7,29; 308 (1.2T-130) 7,49; Focus (1.0T-125) 7,73; y Focus (1.5T-150) 7,81. Y a partir de aquí, ya están todos por encima de los 8 l/100 km.
Y ya sólo nos quedan por cotejar los resultados en el nuevo recorrido a ritmo económico más lento; del cual, a efectos comparativos válidos, sólo tenemos tres coches muy económicos, ya que el resto son GTis y Cupra, cuya comparación es poco significativa. Estos tres coches, que han conseguido rebajar los 6,31 l/100 km del Astra de hoy, son los siguientes: Toledo (1.2T-110) 5,59; Mazda-2 (1.5-115) 5,71; y Toledo (1.4T-125 DSG) 6,00.
Como se verá, el nuevo Astra se sitúa en una posición excelente dentro del segmento C, puesto que, si descontamos los Mazda atmosféricos y los Toledo (que por longitud son segmento C, pero por peso y sección frontal están más cerca del B), apenas hay ningún coche que mejore sus resultados. Pero todavía tenemos una última comparación, y ésta dentro de la propia marca Opel; la teníamos guardada desde hace más de tres años, y este es el momento de sacarla de entre las telarañas y las bolas del alcanfor, donde descansaba dentro del baúl de los recuerdos.
La cuestión es que, en 2013, el Opel Astra acababa de recibir una evolución de su motor 1.6 Turbo, que ya existía en una versión de 180 CV a 5.500 rpm, con un par máximo de 23,5 m.kg (idéntico al del 1.4 que hoy nos ocupa) desde 2.200 a 5.400 rpm; no era mucho par para su cilindrada, pero al menos si era una curva muy plana, con semejante “meseta”. Pero la cuestión es que la nueva versión, en la que se cambiaba la inyección indirecta por la directa, apenas si perdía un poco de potencia, pues se quedaba en 170 CV constantes desde 4.250 a 6.000 rpm, pero a cambio mejoraba mucho en par, subiendo a 26,5 m.kg desde 1.650 hasta 3.200 rpm.
Pero más importante todavía era la asombrosa mejora en homologación: la versión antigua con inyección indirecta salía a 8,8/5,6/6,8 l/100 km y 159 gramos de CO2; mientras que la nueva de inyección directa bajaba a 7,8/4,9/5,8 l/100 km y 139 gramos de CO2. O sea una disminución de casi un litro en consumo (el “casi” debido al extra-urbano) y de 20 gramos de CO2. Como es lógico, yo me pedí probar la nueva versión, que sin duda iba a dar resultados mucho más brillantes que la antigua; pero la cuestión es que las unidades nuevas tardaban y tardaban en llegar.
De modo que en Opel me ofrecieron una solución de emergencia: probar de momento la versión antigua de 180 CV, y más adelante, cuando llegasen unidades, la nueva de 170, para poder comparar la mejoría. Me pareció una excelente idea, y probé la variante antigua; pero el anticlimax es que las unidades nuevas, de 170 CV, nunca llegaron a aparecer. Quizás porque, para entonces, ya se estaba gestando el lanzamiento de este nuevo Astra que hoy probamos por primera vez, aparecido en 2015.
Así que sólo tengo datos del de 180 CV, y en el circuito de consumo económico antiguo, como base de comparación razonable, a la espera del 170 CV. Y ahora, con tres años de retraso, aquí están sus datos:
Resultados del antiguo Astra a/m ’12 1.8-T 180 CV en el circuito: Ritmo economía ANTIGUO: Consumo: 8,92 l/100 km. Promedio: 108,4 km/h |
El salto desde esos 8,92 l/100 km hasta los 7,12 que ha consumido el actual 1.4 de 150 CV es espectacular (1,8 litros de rebaja); nos queda por saber, y para siempre, lo que hubiese dado de sí la versión intermedia de 170 CV. Aunque tenemos una posibilidad, y es conocer lo que podrá consumir la más reciente versión del 1.6, que ahora resurge con 200 CV, y que voy a manejar al día siguiente de escribir este texto, en la novena edición del ALD EcoMotion Tour; eso sí, será en la carrocería familiar Sports Tourer. Y procuraré, como en ediciones anteriores, que me dejen la misma unidad del Tour para someterla a mis pruebas habituales. Habrá que ver si, a pesar del aumento de potencia hasta 200 CV, después de haber bajado de 180 a 170 CV, seguimos teniendo mejoría. Pero eso queda para dentro de algunas semanas.
Lo que sí es cierto que ese glotón modelo de 180 CV andaba como una bala; quizás debido a que por debajo de 2.000 rpm el motor empujaba con poca fuerza, y a que su equipamiento con unas gomas Conti SportContact de nada menos que 235/40-19 lo configuraban como una versión eminentemente deportiva, lo condujimos sin demasiados prejuicios, obteniendo un tiempo excepcional de 4h 39m. Tampoco su peso de 1.373 kilos (170 más que el 1.4 de esta prueba) era una buena contribución a la economía. Pero ése es el dato, y ya veremos (espero) lo que el nuevo 1.6 de 200 CV es capaz de dar.
Para cerrar la prueba, digamos que el manejo del renovado Astra sigue las huellas de su antecesor, pero con la ventaja añadida de su notable aligeramiento de peso; que le hace ser, a igualdad o al menos similitud de calzado, más ágil y reactivo a las insinuaciones del volante. El tren posterior con timonería de Watt para mantener el eje tubular siempre perfectamente centrado respecto a la carrocería sigue siendo, y con diferencia, la mejor solución existente para este tipo de tren posterior. La mejor alabanza que se puede hacer de este montaje es que consigue que el conductor se olvide de que lleva un eje torsional, ya que su comportamiento (siempre con las dos ruedas verticales y paralelas entre sí) es tan bueno como pueda serlo uno -y bien resuelto- de ruedas independientes.
Pero hay otros aspectos no tan positivos: el equipo de audio será muy bueno, pero su manejo es para expertos; o al menos, par alguien que esté dispuesto a perder ni se sabe el tiempo hasta dominar los intríngulis de su manejo. Baste decir que el nuevo Astra lleva, al margen de un Manual del Usuario de grosor bastante respetable, otros dos independientes que tampoco son precisamente un folleto de ocho páginas.
Respecto al ordenador, cuyo manejo sí resulta francamente accesible, es la precisión de sus indicaciones –al menos la de consumo- la que resulta muy dudosa. Se agradece que haya dos viajes (Trip 1 y 2) con recorrido, promedio y consumo independientes, pero en cada uno de ellos el consumo siempre arranca en 8,0 l/100 al ponerlo a 0, y tarda bastantes minutos, y kilómetros, en empezar a dar unos datos más o menos coherentes con el terreno y velocidad a la que estamos circulando. Y no se acaba de saber nunca si los datos de consumo están siendo al fin calculados a partir del instantáneo en el momento de poner a 0, compensando el error inicial, o si éste queda ahí latente, como si el primer kilómetro se hubiese recorrido a 8,0 l/100 km de consumo, o algo así. Por otra parte, y durante bastantes kilómetros, salta varias décimas de golpe, como si la medición de caudal y de distancias fuese sobre cantidades muy grandes; y para rematar, miente del orden de 0,5 a 0,6 l/100 km de menos en la zona de 7 litros de consumo.
Pero estos relativamente pequeños detalles no empañan la notable mejoría que, en parte en el aspecto estético, sin duda en el mecánico (nuevo motor) y sobre todo en ligereza, se ha conseguido en el nuevo Astra.
Un coche «ni fu ni fa» con un motor «ni fu ni fa». No creo que muchos particulares lo compren. Eso sí, aparecerá en las listas de los compactos más vendidos gracias a las empresas de renting y rent a car.
Si por sólo 2000 € más, se puede disponer del astra 1.6 200 CV, con unas relaciones de cambio más «cortas» (6a de 41 km/h, respecto a la 6a de 46,6 km/h del 1.4-150), aunque haya que pagar impuesto de matriculación (4,75% por 139 g CO2/km, frente al 0% de los 117 g/km del 1.4-150), no creo que esta versión tenga demasiada aceptación, salvo que AdeA nos sorprenda, y obtenga un consumo para el astra 1.6-200, mucho mayor que con el motor 1.4-150, que ahora nos ocupa.
http://www.km77.com/precios/comparador/comparar/53409/51112
Leer las pruebas de consumo que realiza don Arturo de Andres son un verdadero placer. Lo sigo desde que era un adolescente en las revistas Velocidad, Autopista, Automecanica, Autovia, y Automovil y ahora cuando enciendo la tableta lo primero que hago es comprobar si su blog tiene una nueva entrada. Me maravilla su erudicion del mundo del automovil en todas sus facetas, incluida la deportiva, sus conocimientos técnicos y me encanta la manera en la que expone sus opiniones. Para mi es un verdadero privilegio poder leer sus artículos cada semana.
@1. Aquí si que estamos completamente de acuerdo. Aunque en teoría el 1.6 es un 33% mas potente, gracias a los acertados desarrollos de cambio, a una curva de par mucho más amplia y poderosa, nos encontramos con un coche mucho más agradable de conducir y que en determinados momentos, es hasta un 60% más potente. La mayor cilindrada y los desarrollos más cortos, marcan una enorme diferencia.
Comentario de la segunda foto: «Cada uno en su segmento, todos los actuales modelos de Opel ofrecen un interior de aspecto que se puede calificar de impactante, lujoso o recargado, según opiniones; pero en cualquier caso, con un nivel de acabado irreprochable».
Doy fe. Vendí en 2006 un Vectra B con 200.000 km, y el interior en mejor estado y con mejor ajuste, pese a los años y kilómetros, que el del Mondeo B que estrené.
Comentario de la sexta foto: «A diferencia de muchos diseños actuales, la línea de cintura no tiene un diseño en cuña demasiado acusado; por el contrario, el techo cae en declive, a partir del pilar B, de forma ostensible. ¿Quizás influencia de los Mercedes de Clase B?».
Mi opinión es que la caída del techo se debe más a servidumbres de la aerodinámica, como en el clase B. Los que no las aceptaban (como Seat) consumían mucho más en su prueba de consumo en carretera.
«El salto desde esos 8,92 l/100 km hasta los 7,12 que ha consumido el actual 1.4 de 150 CV es espectacular (1,8 litros de rebaja)» tiene bemoles comparar el consumo de un 1,4 contra un 1,8…
@4. El modelo de 2012 de 180 CV era un 1.6, no hubo ninguna versión de 1.8 litros. El del OPC saltaba directamente a un 2 litros.
Saludos cordiales,
James Marshall.
@5 Gracias por su corrección! Me despistó el texto donde dicaunquesultados del antiguo Astra a/m ’12 1.8-T 180 CV en el circuito» y como no tiré de hemeroteca…
En todo caso sigo viendo poco útil comparar el siguiente conjunto:
-Dos motores con 7 años de diferencia
-Automóviles con una diferencia de varios cientos de kilos, aunque sean del mismo modelo de automóvil.
Opino sería mucho más útil comparar el 1,4 y el 1,6 actuales.
En todo caso gracias por sacarme de ese error.
Echando un vistazo a las curvas de potencia y par del «nuevo» motor 1.6 200 CV (MGE 1.6SHT-LWC)
http://www.gmpowertrain.com/EuropeVehicleEngines/PowertrainProductsEurope.aspx,
parece que dispone de esa potencia máxima en modo «overboost», y 170 CV en condiciones normales, igual que el 1.6 que A.deA. lamenta no haber probado, en la anterior generación del astra.
Aunque las diferencias de consumo entre el nuevo y el antiguo astra 1.6, fueran mínimas, habría sido muy significativo poder compararlas, para delimitar claramente el efecto de la nueva carrocería y bastidor, en este aspecto.
Como ya he comentado antes, creo que merece la pena optar por el 1.6 200 (170 w/o overboost), si se desea disponer de una reserva de potencia de cierta importancia, en este nuevo astra. Sin embargo, me gustaría precisar que esa opción es preferible, siempre que el % de km realizados en ámbito urbano (o con circulación lenta en vías «rápidas»), sea relativamente pequeño. De lo contrario (aunque habría que hacer cuentas), puede que la alternativa más razonable sea el 1.4 150 CV, suficientemente prestacional en carretera, pero con un consumo en ciudad, litro y medio inferior al 1.6 200, lo que resultará decisivo en muchos casos.
«De siempre, los Opel han tenido fama de coches duros y fiables»
Yo creo que esa fama la echaron por tierra a finales de los 90 o por ahí y ni con estos coches tan ‘aparentes’ que hacen ahora la han recuperado del todo.
Son unos coches raros los Opel, a priori bastante imperfectos (sobre todo en tiempos del Kadett) pero cumplidores y, no se porqué, con algo que hace que casi todo el que ha tenido un Opel lo recuerde con agrado aunque después no repita marca.
Este Astra, que corrige el ballenismo que era el único defecto gordo que quedaba por subsanar, me parece muy interesante; supongo que será demasiado tarde, pero le pediría a A de. A. que se extendiera un poco sobre el comportamiento del coche en una conducción un poco mas alegre que la del circuito rápido.
Y lo pido porque es un uso lógico de esta combinación de carroceria y potencia y sobre todo porque tengo tendiendo a 0 esperanza de ver esta versión probada en ningún sitio y es un tipo de coche que me interesa como futurible.
Ciñendome a la versión probada, yo tengo la teoría de que las gamas actuales no se definen tanto por la potencia como por el escalafón. Antiguamente 10 kg/cv era en muchas ocasiones la potencia tope de gama, tenía que dar impresión de rapidez, y serlo. Ahora hay dos, tres o mas motorizaciones por encima y tal vez el razonamiento de las marcas sea que quien quiera prestaciones debe comprar una versión potente, y estas intermedias se quedan para quien no quiere la basica pero suele tempomatear a 120.
Ahora si ha hecho una cura de adelgazamiento de verdad el Astra.., el entorno de los 1.200 kgs es el ideal para los coches de este segmento..
Y el consumo, muy razonable; con estas nuevas generaciones de gasolina turbo se ha dado un paso adelante destacable, haciendole ya una alternativa real al diesel para muchos usaurios..
A proposito de esto..; seria buen que Arturo, en las pruebas de estos gasolina, especificara que octanaje recomienda, como primera opcion, el fabricante; porque si dicho octanje es 98, entonces parte del ahorro se nos va al traste..
Ya no pido que lo use en la prueba ( aunque seria lo suyo), si no que simplemente lo especifique ( suele venir en la tapa del deposito, y si no en el manual de uso).
Coincido en lo molesto que es la caja portaobjetos central; en un Insignia que uso de vez en cuando le pasa lo mismo; al meter las marchas pares siempre hay que ir con el «chip» de evitar dar con el codo en la dichosa cajita..
Tambien coincido con #8 en que la fama de duros hace mucho que paso; siendo generoso diria que se acabo a finales de los 90, principios de 2 mil; y no es que fuera muy a peor, pero ya no eran aquellos coches en los que, como quien dice, solo hacia falta hecharles gasolina y rodar; esta claro que la mayor complejidad los hacia menos fiables, pero en mi opinion tambien hubo un bajon en calidad. En la actualidad su fiabilidad ya es simplemente del monton.
Y tambien coincido con Valmho en lo de que son coches imperfectos pero que dejan huella; quiza si pulieran todos los detalles acabarian siendo tan «aburridamente» perfectos como un coche de VAG o de Ford, por ejemplo, pero perderian en «personalidad».
Por cierto, no se si a los demas tambien les pasa, pero en este nuevo formato del blog, el espacio para la foto de perfil, oculta en parte el nombre del comentarista.
A mi no me pasa eso, Sisu, ni en el movil ni en un pc con monitor panorámico.
En cuanto a la fiabilidad o durabilidad de los opeles yo no estoy nada seguro de que sea peor que la de los volkswagenes o los fords. Quizás las marcas que despuntaban en buen o mal sentido se han ido homogeneizando y hay menos diferencias, como en todos los aspectos de los coches de ahora.
Por batalla, anchura de vías, y potencia, este nuevo astra 1.4 150 CV es comparable a los antiguos vectra 2.2 (147 CV de inyección indirecta, o 155 CV de inyección directa)
http://www.km77.com/precios/comparador/comparar/10858/3431/52801
No recuerdo si A.deA. probó en su momento alguno de esos vectra 2.2, pero en caso afirmativo, creo que hubiera sido muy ilustrativo, traer a colación aquellos resultados de consumos, y ponerlos en perspectiva respecto a los del nuevo astra 1.4, a pesar de sus muy diferentes desarrollos finales (la 6ª de 46,6 km/h del nuevo astra, se ajusta a un motor de 230 N.m a partir de 2000 rpm, mientras que la 5ª de 37 km/h del antiguo vectra, se acomodaba a 220 N.m a 3800 rpm), y suponiendo que la ventaja de peso del nuevo astra, se compensa en cierta medida, con la mejor aerodinámica del antiguo vectra.
El motor 1.6 turbo de 200 CV es extraordinario por rendimiento. y suavidad. A ritmo cuidadoso se le puede llegar a quedar en los 7,5 litros o menos. Pruébelo, se sorprenderá. Y cuesta sólo 1000 euros más que un diesel de 136, y menos que el de 160. No hay color.
Primero aclarar que el problema que comente en mi anterior comentario solo me ocurre con el portatil ( con mas batallas que el capitan trueno, todo sea dicho..), con el movil se ve correcto.
Sobre lo que decia que los Opel eran imperfectos en comparacion con un Vag o Ford, por citar las marcas que desde siempre han sido directas rivales de Opel, no me referia a temas de fiabilidad o robustez..; si no a aspectos como la ergonomia o el comportamiento rutero; por ejemplo, el porque los Opel ( ahora ya menos), desde casi siempre llevan la palanca de cambio tan atrasada, o porque les cuesta tanto dar con un buen compromiso en muelles y amortiguadores y asi varias cosas mas; ninguna de gran importancia,pero que ahi estan..
En un Vag o Ford, el cambio y los diferentes mandos siempre estan donde espera uno que esten y funcionan con un tacto y precision, que mas alla de gustos muy personales, se ajustan casi al instante a lo que espera cualquier conductor.
Como digo; en la actualidad, y coincido tambien con Valmho, todo esta mucho mas homogeinizado, para bien y para mal.
@11 Vicente Gomez: Asi de memoria, me consta una comprativa en la revista «Autovia» de un Vectra B 2.2 Sport, contra un 406, tambien 2.2 y un, si mal no recuerdo, Toyota Avensis 2.0 con el revolucionario por aquel entonces, motor de inyeccion directa de.. gasolina..
Un buen motor tambien ese 2.2, aunque sin llegar a la altura del excelente 2.0 que tambien podia montar dicho Vectra, y que ya como Ecotec y bajado a 136 cv, derivaba del mitico 2.0 de 150 cv aparecido en el 87 en el Kadett Gsi.
En cuanto a fiabilidad de los motores de gasolina, yo tengo un astra H 170 cv, culata rota con
150000 km. en los talleres me dicen que es habitual (1800 € sólo la pieza). Embrague bimasa
roto con 165.000 km, tambien habitual, fallos electrónicos ….. etc, etc, etc…
Pienso que los gasolina no han sido tan probados como los diesel (Tienen hasta la misma capacidad de deposito) , misma refrigeración ( 4 vasos de expansión cambiados),etc…
pero …aún lo tengo.
Me parece este Astra un coche muy equilibrado y bonito. Aunque Don Arturo no mide recuperaciones, supongo que es bastante solvente como para «vivir» en sexta, salvo en los adelantamientos. Lo he probado aquí en Francia en versión 1L turbo de 105cv y me ha gustado (donde vivo no hay cai cuestas): fino, poco sonoro, ágil de chasis y (casi) en cuanto a nervio. Lo único que me ha defraudado ha sido su maletero, con poco fondo, casi de utilitario.
D. Arturo, ¿no sería posible que nos informara del tiempo en las 2 últimas marchas para pasar de 80 a 120km/h reales? (haciendo dos pasadas en sentidos opuestos para eliminar posible viento, por supuesto en una zona aparentemente llana).
Un saludo, Julián
Yo tengo también un Astra H, con el motor 1.8 en versión de 140 CV. La semana pasada hizo 250.000 km y cero averías. Ni siquiera he tenido que cambiar aún el embrague…
Chandler, me alegro. Me han dicho en el taller que pasa con los turbo. ¡Disfrútalo!
Un saludo.
ÍDEM en todo lo dicho por Xavier.
Hola, Arturo:
Sigo tus artículos con mucho interés ya que veo que aportan una información tremendamente útil, a la par que de lectura amena
Estoy en la situación de comprar esta misma semana un Astra, y estoy en duda entre el de 150cv y el de 200cv, que dices ya has probado y que estás dejando un tiempo para su publicación.
¿Cuándo podrías publicarla? Además sería todo un adelanto, porque aparte de notas de prensa apenas se ha hecho ningún artículo de este coche con esta motorización.
Muchas gracias y saludos
Otro mas esperando algun tipo de review del 1.6 turbo de 200cv.
De hecho quiza la semana que viene lo compre.
Será posible leer antes esa review o algun comentario al respecto?
Muchas gracias.
Buenas tardes.
Otro fiel leyente que sigue a la espera de la prueba del Astra ST 1.6 Turbo.
He encargado uno el pasado día 31 tras haber pateado buena parte de las concesiones de la provincia de Barcelona. Y creo haber conseguido un muy buen precio incluso añadiendo algunas chucherías.
La espera será larga (me dicen que para enero) así que impaciente me hallo.
Segun las caracterisiticas y viendo el pesaje del ST (75 kg mas) supongo que se perderá algo de punch con respecto al 5p.
Saludos !
Carlos
Podria al menos darnos algunas opiniones sobre la conduccion del Astra 1.6 turbo de 200cv aqui a modo de respuesta, si tiene ocasion? Gracias.