Probablemente los lectores más asiduos del blog recordarán que, hace un mes y en la prueba del VW Jetta BMT, nos hacíamos la siguiente pregunta: “¿por qué VW no se decide a comercializar un auténtico BlueMotion del Jetta, y no sólo este BlueMotion Technologies? ¿Quizás por miedo a que, al conseguir un mejor resultado, pudiese quitarle protagonismo al BlueMotion del Passat?”. Y seguía este otro párrafo: “un auténtico Jetta BlueMotion debería dar unos resultados aún mejores, pues no sólo se trataría de montar el grupo más largo, sino de la suspensión rebajada y de las mejoras aerodinámicas de las que disponen los BlueMotion, pero no los BMT. Pero tal y como ya se indicó en la prueba del Skoda Octavia Combi GreenTec, este salto adelante ya lo ha dado la marca checa, que dispone de un auténtico GreenLine en la carrocería berlina del Octavia; y la prueba la tenemos ya preparada, puesto que por fin le ha llegado una unidad al parque de prensa de la marca”. Pues bien, dicha unidad ya pasó por nuestras manos y ha sido sometida a la pertinente prueba; pero antes de entrar en ella, me voy a permitir autocitarme de nuevo.
Con motivo de la prueba del citado Skoda Octavia Combi GreenTec, un cierto tiempo más atrás, se podía leer lo siguiente: “El GreenLine berlina «de verdad» lleva un grupo final más largo: un 3,389:1 (18/61), en vez del 3,647:1 (17/62) del GreenTec y de las mecánicas VAG “de serie”; el grupo largo es el mismo de los VW Golf BlueMotion y Seat León Ecomotive. También son distintos los neumáticos; si bien siempre de baja resistencia a la rodadura, son unos 195/65-15 en llanta de aleación de 6″ en el GreenLine, por unos 205/55-16, también con llanta de aleación pero de 6,5″ y de otro diseño (creo que menos aerodinámico) en el GreenTec. Con dicha combinación de grupo y gomas, el GreenLine tiene un desarrollo final de 54,8 km/h, mientras que el GreenTec se queda en 50,7. En el Combi de pruebas los neumáticos eran unos Conti PremiumContact 2E (E como variante «económica» de los Premium); en la berlina GreenLine es probable que sean unos Conti EcoContact3 (los EcoContact5 todavía no están disponibles en 195/65-15). Por lo demás, ambos modelos llevan Start/Stop, alternador de recarga en retención y la ECU de gestión del motor ligeramente modificada respecto a la del 1.6-TDI de serie”.
Todo era correcto, excepto la profecía respecto a los neumáticos, ya que el GreenLine de pruebas traía unos Michelin Energy Saver, en la medida indicada. También era correcta la información sobre la anchura del canal, así como la suposición respecto a la diferencia aerodinámica entre las llantas de los GreenTec y GreenLine, pero lo que no sospechábamos era hasta qué punto. Porque las llantas del GreenLine ofrecen algo que en marcas de muchas campanillas es imposible encontrar cuando se trata, como es el caso, de un diseño de radios asimétrico para favorecer tanto la aerodinámica como la evacuación del calor de los frenos: en este Skoda hay dos tipos de llanta, del lado derecho y del lado izquierdo, para que ambas giren en el sentido más favorable. Claro ejemplo de que en Skoda se han tomado muy en serio a su GreenLine, y así se explica el resultado obtenido.
Llega el momento de presentar la ficha técnica, que en principio no ofrece ningún dato especialmente relevante, al menos después de lo que ya se conocía y se explicaba en el párrafo tomado de la anterior prueba del Octavia Combi GreenTec:
Skoda Octavia 1.6-TDI Green Line:
Motor: 1.598 cc; 105 CV a 4.400 rpm; 25,5 m.kg de 1.500 a 2.500 rpm. Transmisión: Caja de cinco marchas, con 54,8 km/h a 1.000 rpm en 5ª. Neumáticos: 195/65-15, de baja resistencia a la rodadura. Cotas (longitud/anchura/altura): 4,57/1,77/1,46 metros. Peso (sin conductor, con depósito lleno): 1.315 kg. Velocidad máxima: 193 km/h. Consumo extra-urbano: 3,4 l/100 km. Emisión ponderada de CO2: 99 g/km. |
Aunque no disponemos de datos exactos, el Cx aerodinámico debe estar próximo a la zona del 0,30 o ligeramente más favorable; lo que unido a una sección frontal de 2,17 m2, nos daría un producto final S.Cx de 0,65 de dar por bueno dicho Cx, lo cual sería un resultado simplemente normal; tirando a bueno, pero sin más. Pero hay que sospechar que las mejoras introducidas en el GreenLine han mejorado el Cx bastante más, a juzgar por el resultado conseguido, que es realmente asombroso, como demuestran estas cifras:
Octavia Green Line:
Consumo: 5,08 l/100 km. Promedio: 108,0 km/h. |
Un tiempo de 4h 40m en el recorrido, casualmente el mismo empleado por el Combi GreenTec, indica que no fuimos precisamente paseando, y que la menor vivacidad producida por el desarrollo del grupo largo quedó en buena parte compensada por los 60 kilos menos de peso de esta berlina respecto al Combi. Aunque tampoco habría que echar en saco roto los 10 a 12 mm de rebaje de la suspensión GreenLine respecto a la del GreenTec, que no es ni más ni menos que la de un Octavia de serie. Este rebaje de altura no sólo favorece la aerodinámica, sino también el comportamiento rutero en curva; todo lo que sea rebajar el centro de gravedad es bienvenido. También es el mismo tiempo conseguido, entre los coches de consumo muy aquilatado pero de un cierto tamaño, por el Peugeot 207 de 90 CV (pero bastante más ligero), y tan sólo mejorado por el muy dinámico Mazda3 Sedán de 115 CV (4h 37m) y el no menos eficaz Jetta 1.6 BMT (4 h 39m).
Un resultado tan brillante, récord absoluto de nuestro circuito, sólo se consigue con la colaboración simultánea de toda una serie de requisitos, condiciones y circunstancias; ha de ser un día de buena climatología y tráfico muy favorable, pero sobre todo que el coche tenga un perfecto equilibrio entre todos los factores que condicionan el consumo: armonía entre el peso, la curva de par del motor y el desarrollo final, una aerodinámica que, como mínimo, no penalice el resultado, un comportamiento rutero que permita tirar el coche en las curvas en marchas largas sin necesidad de matar excesivamente la velocidad de entrada, y unos neumáticos que lo frenen lo menos posible. A este respecto no hay que desdeñar la eficacia de los Energy Saver de sección 195, cuyo mérito hay que valorar doblemente al ser de perfil relativamente alto, y específicamente diseñados de cara al consumo, y no a la conducción deportiva. Y desde luego, no hay que olvidarse de esta prolífica plataforma del grupo VAG, compartida por tal cantidad de coches que enumerarlos todos sería aburrido, y por otra parte no hace falta, pues son sobradamente conocidos.
El resultado merece resaltarse una y otra vez; porque no ha sido cuestión de unas pocas centésimas, sino que la diferencia con sus competidores está a nivel de décimas, y cuando estamos entre 5 y 5,5 l/100 km, una décima no es cualquier cosa. Otra cosa es que, por cuestión de gustos, a un usuario no le importe que su coche pueda consumir incluso medio litro más, a condición de que se encuentre más a gusto a su volante por toda una serie de razones; y esta es la causa de que, dentro de muy poco empecemos a publicar las pruebas consideradas como “interesantes” barajadas con estas de consumo estricto.
Pero el hecho está ahí; el Octavia GreenLine no sólo ostenta por ahora el récord absoluto de consumo, sino que, entre los segmento C muy alto y los D, los siguientes quedan a respetable distancia: el más cercano es el Audi A3 “e” con 5,34 l/100 km, seguido por el Golf BlueMotion con 5,49 y el Jetta BMT con 5,50 l/100 km. Y el resto ya está de 5,70 para arriba. Por ello seguimos haciéndonos la pregunta con la que abríamos esta reseña: un VW Jetta con los auténticos aditamentos de BlueMotion (los mismos de este GreenLine, llantas especiales incluidas), ¿podría ser capaz de rebajar la barrera de los 5 litros en nuestro recorrido? No lo sabemos, y si Volkswagen no lo fabrica, no lo sabremos nunca.
Lo que, mientras tanto, es un hecho incontrovertible es que, por su precio, el Octavia GreenLine ofrece un coche auténticamente imbatible para quien necesite o simplemente desee la habitabilidad de un segmento C/D, pero a quien su kilometraje anual, normalmente por motivos profesionales, le obligue a tener en cuenta muy al céntimo el consumo. Y lo curioso es que, para conseguir esto, no sea necesario bajarse a un segmento B, y ni siquiera un C clásico, sino que se consiga con un coche del tamaño que personalmente más me gusta como coche para viaje largo (y no digamos si es a partir de media carga en adelante): un segmento D compacto, con buena habitabilidad y un maletero decente; en este último requisito, con su más de medio metro cúbico de capacidad, el Octavia también marca un récord.
Nota: las llantas que aparecen en las fotos no son las actuales; estas últimas no tienen los nervios tan marcados y su dibujo es asimétrico.