Continuamos con la saga, iniciada en Febrero de este año, de los renovados 1.6 turbodiésel; cilindrada que parece haber sido definitivamente adoptada por la mayoría de la industria para sus modelos de máxima economía de consumo. Tan sólo el grupo VAG y BMW, acompañados tal vez por Toyota, siguen ofertando coches impulsados por motores 2.0 optimizados de cara al consumo; si bien ambos grupos alemanes disponen también en su oferta de los correspondientes 1.6, tal y como, sin ir más lejos, vamos a comprobar con este Skoda Octavia Combi. Esta última hornada de turbodiésel 1.6 económicos la iniciamos con el Fiesta equipado con el 1.6 monoárbol, siguió con los dos Mini (Cooper y One-D), retornó al 1.6 de PSA/Ford con el Grand C-Max, y hasta el momento, hemos publicado como última entrega la del Kia pro_cee’d. Dada la disparidad de carrocerías, los consumos se han escalonado bastante, desde los 5,81 l/100 km del pequeño Mini One-D, hasta los 7,00 del amplio monovolumen de Ford.
En esta ocasión, y teniendo en cuenta los siempre buenos resultados que la marca había venido ofreciendo en la primera época de este recorrido, decidimos probar suerte con la única del grupo VAG que todavía no había pasado por el circuito en esta segunda época: Skoda. Puesto que nos interesaban las dos carrocerías, y dado que el Fabia GreenLine no iba a estar disponible hasta Abril/Mayo, abrimos el fuego con el Octavia; por supuesto que también en la variante GreenLine, que es la equivalente, en la firma checa, a los BlueMotion de VW y los Ecomotive de Seat. Así que nuestra intención era probar un Octavia GreenLine berlina, con su 1.6 TDI de 105 CV. Pero el hombre propone y Dios dispone, y en este caso el Supremo Hacedor actuó a través de las disponibilidades del parque de prensa de Skoda. De modo que, cuando fuimos a recoger la unidad de pruebas, nos encontramos con una carrocería Combi; en la que, bien es cierto, el anagrama “GreenLine” figuraba en el portón trasero.
Pero el asunto es más complicado que un simple cambio de carrocería, dando por supuesto, que ya es dar, que hubiese absoluta igualdad en todos los demás factores; pero no es así. Al descubrir el malentendido, empecé a husmear en los datos de la web de la marca, encontrándome con interesantes sutilezas; y es que, una vez más, la oferta de modelos y su denominación comercial utilizan de manera sesgada las denominaciones de tipo técnico que se nos presentan como la auténtica y real aportación a la economía. Con lo serios que son en general, en el grupo VAG marean bastante la perdiz en este campo; en repetidas ocasiones se han comentado aquí los problemas para desentrañar las diferencias entre BlueMotion y BlueMotion Technologies en VW, y entre Ecomotive, e-Ecomotive y Ecomotive Technology en Seat. Pero aunque llegues a distinguirlo a nivel puramente técnico, luego vienen los listados de equipamiento y precios (donde se puntualiza la auténtica oferta comercial) y ya no entiendes nada; una palabra, o incluso una letra de más o de menos, y la ficha técnica varía respecto a lo que esperabas. Y esto es lo que ocurre con los Skoda Octavia de gran serie (carrocerías berlina y Combi), sus versiones GreenLine, y las hasta el momento desconocidas, al menos para mí, sub-variantes GreenTec; también definidas, en algunos documentos, como CO2 Technology, para darle más emoción al asunto.
Todo esto lo cuento no sólo, que también, para que los lectores tomen conciencia de los problemas que los informadores del motor nos encontramos cuando queremos probar específicamente una versión, y no otra, de un modelo concreto (del equipamiento en neumáticos, mejor ni hablar). También tiene interés para el aspirante a comprador, que por una parte tiene información acerca de que tal o cual denominación técnica tiene tales y cuales teóricas ventajas, y cuando va al concesionario se encuentra con que ni el modelo responde exactamente a lo que el fabricante promete, ni el vendedor es capaz de explicarle las sutilezas que diferencian la teoría de la realidad.
En el caso del Octavia, un coche que se distingue por sus precios ajustados, su tecnología (mecánica y plataforma) común con otras marcas del grupo VAG, y por una capacidad apabullante de maletero, empezamos teniendo dos carrocerías, las ya citadas y bien conocidas berlina y Combi; y si nos centramos exclusivamente en los turbodiésel, ignorando el tricilíndrico 1.2 (exclusivo para el Fabia) y también el más potente 2.0, nos quedamos con el 1.6 de 105 CV. A partir de aquí, tenemos tres posibilidades tecnológicas: la normal, la GreenTec y la GreenLine. Lo cual nos daría seis posibles versiones: la normal existe, para ambas carrocerías, en acabados Collection y Family, y además, también para ambas parejas, con posibilidad del cambio DSG de siete marchas; y más aún, exclusivamente en Combi, con tracción 4×4 y cambio manual. Pero la cosa se complica al llegar a las variantes Green: de entrada, la combinación de Combi y auténtico GreenLine no existe en ningún mercado; y para el mercado español tampoco se trae, aunque sí que existe, la berlina GreenTec. Lo que ocurre es que, como he podido comprobar en la unidad de pruebas, al Combi GreenTec le ponen en el portón la denominación GreenLine, y tan contentos. Pero no lo es, y vamos a entrar ya en la disección de las auténticas diferencias.
El GreenLine berlina «de verdad» lleva un grupo final más largo: un 3,389:1 (18/61), en vez del 3,647:1 (17/62) del GreenTec y de las mecánicas VAG “de serie”; el grupo largo es el mismo que llevan el VW Golf BlueMotion y el Seat León Ecomotive. Y también son distintos los neumáticos; si bien siempre de baja resistencia a la rodadura, son unos 195/65-15 en llanta de aleación de 6″ en el GreenLine, por unos 205/55-16, también con llanta de aleación pero de 6,5″ y de otro diseño (creo que menos aerodinámico) en el GreenTec. Con dichas combinaciones de grupo y gomas, el GreenLine tiene un desarrollo final de 54,8 km/h, mientras que el GreenTec se queda en 50,7. En el Combi de pruebas los neumáticos eran unos Conti PremiumContact 2E (la E es la variante «económica» de los Premium); en la berlina GreenLine es probable que sean unos Conti EcoContact3 (los EcoContact5 todavía no están disponibles en 195/65-15, pero lo estarán); ahora están en plena transición entre los Eco 3 y 5, y mientras tanto han sacado como solución intermedia los Premium 2E. Otras diferencias de menor importancia, aunque todo cuenta, es que el Combi GreenTec lleva barras en el techo, que aunque sea poco, perjudican la aerodinámica, y tal vez más abiertas las tomas de aire de la parrilla; lo que sí lleva son unos pequeños deflectores delante de las ruedas traseras. Por lo demás, ambos modelos llevan Start/Stop, alternador de recarga en retención y la ECU de gestión del motor ligeramente modificada respecto a la del 1.6-TDI de serie. También lleva el GreenTec algo más de equipamiento de serie, y muchas más posibilidades de opciones, que en el GreenLine no están disponibles.
La consecuencia de todo ello, especialmente del 7,7% de alargamiento del desarrollo, y de la diferente resistencia a la rodadura entre neumáticos 195 y 205, es que la homologación de los GreenLine es 4,7/3,4/3,8 l/100 km (99 gr); en los GreenTec sube hasta 5,1/3,6/4,2 l/100 km (109 gr). No llega a haber diferencias de homologación entre berlina y Combi cuando comparten alguna de las dos mecánicas, pero sí la hay, muy discreta, en velocidad: son 2 km/h más rápidos los GreenLine que los Green Tec (por desarrollo y ruedas), y 1 km/h más rápida la berlina que el Combi (por aerodinámica).
Después de todo este prólogo, llega el momento de presentar la ficha técnica resumida de la unidad concreta sometida al habitual recorrido del circuito de prueba de consumo:
Skoda Octavia Combi 1.6-TDI GreenTec:
Motor: 1.598 cc; 105 CV a 4.400 rpm; 25,5 m.kg de 1.500 a 2.500 rpm. Transmisión: Caja de cinco marchas, con 50,7 km/h a 1.000 rpm en 5ª. Neumáticos: 205/55-16, de baja resistencia a la rodadura. Cotas (longitud/anchura/altura): 4,57/1,77/1,47 metros. Peso (sin conductor, con depósito lleno): 1.375 kg. Velocidad máxima: 191 km/h. Consumo extra-urbano: 3,6 l/100 km. Emisión ponderada de CO2: 109 g/km. |
Antes de presentar el resultado obtenido en el circuito y de valorarlo comparativamente con otros, creo conveniente puntualizar la situación del Octavia en el actual panorama de los segmentos comerciales: ¿se trata de un C, o de un D? Cuando apareció, sin duda alguna y dadas sus dimensiones, era un segmento D relativamente compacto, si bien montado sobre la plataforma y batalla corta (2,58 metros) de los segmento C del grupo (Golf, A3 y León). Pero si bien el Octavia se mantiene en sus cotas originales, por una parte el segmento C ha seguido creciendo, y por otra ha aparecido el Skoda Superb, que actualmente es un segmento D; ya que, prácticamente al centímetro, comparte batalla y longitud con el Opel Insignia. Por su parte, dado que el Octavia es un dos volúmenes y medio, habría que compararlo con los segmento C de carrocería sedán, y nos encontramos con que, por ejemplo, es más corto de batalla pero igual de largo que un Mazda3 Sedán.
Tomadas estas precauciones, aquí tenemos el resultado:
Octavia Combi GreenTec:
Consumo: 5,90 l/100 km. Promedio: 108,0 km/h |
Se mire por donde se mire, el resultado es francamente bueno, habida cuenta del tamaño de la carrocería y de que, en realidad, apenas si lleva optimizaciones de las serias, ya que utiliza el grupo corto y la carrocería ligeramente más pesada y menos aerodinámica de las dos disponibles. Como ya se ha comentado varias veces el Start/Stop en la prueba no sirve para nada, y el alternador inteligente apenas un poquito, tal vez durante la primera hora u hora y media de ir con los faros encendidos. Los neumáticos Premium 2E algo habrán hecho también, y en cuanto a las modificaciones de la ECU de inyección son una incógnita, ya que el par y la potencia máxima, y sus respectivos regímenes, son idénticos que en la versión normal y corriente. Tal vez pueda haber cierto retraso o dosificación más pausada, en el tiempo y volumen de cada aceleración, que a régimen constante en banco de pruebas no aparece, pero que sí afecta en la utilización dinámica real. Pero desde luego, no se aprecia ninguna pereza especial, y gracias al desarrollo que no llega a 51 km/h, la 5ª se defiende muy bien en el terreno sinuoso, ya que el par máximo está disponible a 1.500 rpm, lo cual quiere decir que desde un poco menos de 1.400 rpm el motor ya tira con fuerza.
Así pues, si comparamos con los resultados obtenidos hasta el momento en cualquiera de los dos segmentos, C o D, tenemos que de forma más o menos clara sólo se destaca el Passat BMT 2.0-TDI de 6 marchas y 140 CV, con 5,79 l/100 km; porque luego están metidos en un pañuelo, entre 5,89 y 5,93 l/100 km, al Audi A4 2.0e, el Focus 1.6 ECOnetic, el León Ecomotive, el Mégane 1.5-dCi y este Octavia Combi. Los Golf y A3 con este motor 1.6-TDI de 105 CV,pero sin optimización especial alguna ya están en 6,00 l/100 km; y en cuanto a una carrocería familiar de tamaño equivalente, aunque eso sí, casi 200 kilos más pesada, como la del Seat Exeo ST con el 2.0-TDI de 120 CV, el consumo se va ya a 6,45 l/100 km.
También hay que reseñar que el promedio conseguido ha sido francamente bueno, cubriendo el circuito en 4h 40 m; habida cuenta de que se trata de un 1.6 de 105 CV para una carrocería de este tamaño, aunque más bien ligera para el mismo, el resultado es meritorio. Y por ello mismo, me quede el come-come de lo que podría hacer el auténtico Octavia GreenLine berlina, con su carrocería algo más aerodinámica, sus neumáticos una medida más estrechos (si se consiguiese dicho calzado), y sobre todo, el desarrollo final largo equivalente al de los BlueMotion y Ecomotive. Y por ello estoy en contacto con Skoda para ver de conseguir una unidad, a poco que esté disponible por uno u otro cauce; todavía no tengo respuesta, pero no renuncio a intentar conseguirla. Creo que valdría la pena, tanto para la marca, como para informar a los seguidores del blog de donde hay una berlina amplia, con cavernoso maletero, y unos consumos en carretera que, a tenor por lo conseguido con el Combi GreenTec, tiene que ser muy buenos.