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Prueba de consumo (43): Toyota Auris 1.6 Valvematic 132 CV

¡Eureka! ¡Aleluya! Por fin, después de diez meses de pruebas, nos encontramos con un coche que, comparativamente, se mantiene en los consumos de años atrás, por no decir que los mejora. Este Auris 1.6 (Ficha Técnica) se sitúa en la tabla de los “gasolina” por detrás de los intocables híbridos (de su misma marca, por cierto), y apenas 0,05 l/100 km peor que el minúsculo Fiat 500 con el 1.4-16v de 100 CV. Y no es que el motor del Auris sea un “muerto”; puestos a exigirle, saca todo el genio de sus 132 CV (casi 83 CV/litro, y eso en un tranquilo segmento C que algunos tacharían de “coche-lavadora”). Lo que ocurre es que gracias a su sofisticada distribución con variador de alzada, fase y duración en la válvula de admisión, su notable índice de compresión (para una inyección indirecta) de 10,7:1, su colector variable de admisión y su optimización de rozamientos internos, ofrece una elasticidad de funcionamiento que resulta sorprendente para un motor cuyos regímenes de par y potencia máximos son 4.400 y 6.400 rpm. Este motor, de cotas apenas ligeramente super-cuadradas (80,5/78,5 mm) es la última realización de Toyota en una cilindrada que domina a la perfección desde hace décadas, puesto que ha venido siendo el centro de gravedad de su gama de motores de gasolina para el Corolla desde sus primeros tiempos.

A pesar de su notable potencia, de su buen y elástico par motor para su cilindrada, y de disponer de una caja de seis marchas, el Auris no lleva unos desarrollos desorbitadamente largos, sino más bien al contrario, en valor absoluto. Lo que ocurre es que, dado lo elevado de las posibilidades de su régimen de giro, dichos desarrollos se quedan no ya largos, pero sí en lo que debería ser, y no siempre es, el aprovechamiento de una caja de seis marchas bien escalonada. Pero antes de seguir con este análisis, mejor será poner ya la ficha técnica resumida, para que los lectores puedan tener elementos de juicio:

Toyota Auris 1.6 Valvematic:

Motor: 1.598 cc; 132 CV a 6.400 rpm; 16,3 m.kg a 4.400 rpm.

Transmisión: Caja de seis marchas Multi-Mode, con 36,2 km/h a 1.000 rpm.

Neumáticos: 205/55-16.

Cotas (longitud/anchura/altura): 4,25/1,76/1,51 metros.

Peso (sin conductor, con depósito lleno): 1.320 kg.

Velocidad máxima: 195 km/h.

Consumo extra-urbano: 5,3 l/100 km.

Emisión ponderada de CO2: 146 g/km.

Como decíamos, los desarrollos de esta caja están puestos para que la velocidad punta corresponda casi exactamente a la potencia máxima en 5ª, dejando la 6ª como marcha de economía y crucero desahogado. En efecto, dado que el desarrollo de 5ª es de 31,0 km/h, la punta de 195 km/h corresponde a 6.300 rpm en dicha marcha, mientras que en 6ª dicha velocidad corresponde a 5.400 rpm; régimen al cual el motor dispone de unos 116 CV, que podrían ser suficientes para mantener la velocidad punta una vez lanzado en 5ª, o irla perdiendo muy paulatinamente. Pero estas veleidades velocísticas son lo de menos en un coche cuyo perfil es el de ofrecer un servicio fiable, cómodo y económico. Por ello, vamos a ofrecer ya el resultado que este Auris ha conseguido en nuestro recorrido habitual:

Auris 1.6 Valvematic:

Consumo: 7,47 l/100 km.

Promedio: 105,4 km/h.

Como ya hemos dicho, este resultado sólo lo superan, al menos por el momento, los híbridos de la propia Toyota y el pequeño Fiat 500; por detrás tenemos a los dos Seat (Ibiza ST y León) con motor 1.2-TSI de 105 CV y 7,85 y 7,87 l/100 km, y al Fiat Punto Evo 1.4 Multi-Air atmosférico, también de 105 CV, y 7,93 l/100 km. Luego hay un cierto vacío, hasta los 8,24 l/100 km del Exeo 2.0-TSI de 211 CV, un resultado meritorio para el tamaño del coche y la potencia de su motor, ya que se impone, aunque por muy poco, a los 8,26 l/100 km de Punto Evo 1.4 Turbo Multi-Air de 135 CV, y a los 8,34 l/100 km del Golf 1.4-TSI de 122 CV. Los demás resultados ya quedan bastante más lejos, y no son relevantes a efectos comparativos. Lo que sí resulta relevante es que este Toyota lleva un motor atmosférico, y de características claramente deportivas por sus cifras de potencia y par y los regímenes a los que las consigue, pese a lo cual manifiesta una sobriedad de consumo muy digna de agradecer.

De todos modos, este resultado del Auris no constituye una sorpresa, ya que hay antecedentes de resultado similares en esta marca, para este modelo o su antecesor el Corolla. Así, un Corolla de 2002, también 1,6 litros pero de 110 CV y sólo 5 marchas, consiguió un resultado muy similar, con 7,46 l/100. Pero el más notable es el de ya un Auris en 2009, con el pequeño motor de 1,33 litros y 101 CV, pero con cambio de seis marchas, que no pasó de 7,06 l/100 km; un resultado realmente excepcional. Lástima que, para simplificar la gama, este motor ya no se trae a España, siendo el 1.6 de 132 CV el único en propulsar a los Auris en nuestro mercado. Aunque el muestrario de consumos económicos de los Toyota de gasolina no se agota ahí, ya que, de nuevo remontándonos a los primeros años de este siglo, hay cinco Toyotas, de los segmentos B y C, con consumos escalonados entre 6,4 y 7,2 l/100 km. Cierto que eran tiempos de coches algo más pequeños y ligeros, pero de todos modos, es evidente que de casta le viene al galgo.

Y lo que hace al resultado más notable, si cabe, es que no se consigue a base de una aerodinámica especialmente afinada: con un Cx de 0,29 (que es muy bueno en sí), pero una sección frontal de 2,24 m2 (el Auris es bastante alto, con exactamente 1,515 metros), el producto S.Cx, que es lo que cuenta, es de 0,65, que está justo en el término medio entre lo que es muy bueno (0,60 o menos, y lo que ya es malo (0,70 o superior). Así pues, el mérito hay que atribuírselo, básicamente, al excepcional rendimiento térmico del motor, porque como hemos visto, la transmisión no lleva unos desarrollos demasiado largos, volcados hacia la economía.

La conducción en sí resulta muy agradable. Este Auris es uno de los coches que, como decía en la reciente entrada dedicada a “sentarse y sentirse a gusto”, permite encontrar fácilmente una perfecta postura de conducción, y sus mandos son de accionamiento fácil y suave, situados ergonómicamente; en concreto, la palanca de cambios saliendo de la consola a media altura, y muy accesible a la mano a poco que se separe ésta del volante, resulta muy agradable de utilizar por dicha posición, por suavidad y corto recorrido del pomo. Y no es precisamente que el coche requiera un recurso intensivo a las marchas intermedias, salvo que se le quiera sacar el jugo a los 132 CV; muy al contrario, la causa de que el promedio se haya quedado en 105,4 km/h (4 horas y 47 minutos; el mismo tiempo, por cierto, que el Fiat Bravo también de seis marchas con el 1.4 Multi-Air de 140 CV), se debe a que aguanta tanto la sexta que el ritmo de marcha se resiente.

Se trata, en resumen, de un coche muy agradable de utilizar, cuyo mayor inconveniente, a mi juicio, es un maletero (muy cúbico, eso sí) de sólo 354 litros de capacidad. Por lo demás, tiene una doble personalidad: la economía que acabamos de ver, conduciéndolo a base de tirar de la elasticidad de su motor, o bien unas prestaciones acordes con su potencia, que viniendo de un motor atmosférico, está en el nivel de muchos de los pequeños turbos “miniaturizados”, a los cuales parece ser que les está ganando en el aspecto del consumo. Así pues, este Auris 1.6 es un falso “coche-lavadora”, ya que a un funcionamiento irreprochable y una conducción fácil, une un genio, en cuanto se tira del cambio, que para nada tiene que ver con dicha calificación. Y tanto más cuanto que, con la modificación realizada hará cosa de un año en la amortiguación, el comportamiento rutero ha mejorado muchos enteros (antes era un poco “barco”, de trayectoria un tanto imprecisa), permitiendo aprovechar la potencia de su motor sin darse sustos. Y eso incluso con la monta de llanta 16” de serie que llevaba nuestra unidad de pruebas; para el que quiera algo de más agarre, tal vez sacrificando un poco el consumo, está la opción de 17”.

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