Probamos, por cuarta vez, uno de los turbodiésel que están marcando la tendencia más moderna del mercado y que, junto con el polifacético y también 1.6 del conjunto PSA/Ford/Mazda/Volvo, son probablemente los más vendidos en la actualidad: nos referimos al 1.6-TDI de 105 CV de origen VW–Audi, y que aquí hemos probado en un Seat Ibiza, concretamente en la carrocería de cinco puertas. De hecho, este motor lo hemos probado ya no tres, sino cinco veces con anterioridad, pero cuando se hizo la prueba de los Seat Ecomotive, publicamos en conjunto las de tres vehículos, y como los Altea tienen una carrocería cuyo resultado no es homologable con el de los turismos normales, no los tenemos en cuenta a efectos comparativos, por muy Ecomotive que fuesen. Así que, como base comparativa, tenemos por un lado al Seat León Ecomotive, y por otro, al Audi A3 normal, homologado para 109 gramos de emisiones de CO2, y al VW Golf con cambio DSG de 7 marchas, que emite 123 gramos. Todos ellos son del segmento C, mientras que nuestro Ibiza es un segmento B, en el cual, y con la misma carrocería, tenemos ya probado otro TDI, sólo que con el motor 2.0 TDI de 143 CV, ya que se trataba del muy deportivo y prestacional Ibiza FR.
Recordemos, para facilitar las comparaciones, que el León Ecomotive lleva cambio de cinco marchas con 54,6 km/h de desarrollo, para una punta de 190 km/h; mientras que el A3 lleva la misma caja, pero con 50,9 km/h. Por su parte, el Golf con DSG, pese a sus 7 marchas, no pasa de 51,9 km/h en 7ª, mientras que el Ibiza FR, con cambio manual de seis velocidades, se estira hasta 58,9 km/h, dada la favorable relación potencia/peso. Con esta base de partida, los consumos fueron, por orden de menos a más, de 5,92 l/100 km para el Ecomotive, 6,00 para Audi y Golf (pese a sus muy dispares transmisiones), y de 6,39 para el rápido FR, que les rebajó tres minutos a los otros tres, tardando 4 horas 39 minutos donde los otros invirtieron 4 horas y 42 minutos. Resultado lógico, dado el empuje de su mecánica y la siempre bienvenida ayuda de un bastidor deportivo. Y vamos ya con la ficha técnica resumida del Ibiza que hoy nos ocupa:
Seat Ibiza 1.6-TDI 105 CV:
Motor: 1.598 cc; 105 CV a 4.400 rpm; 25,5 m.kg a 1.500 rpm. Transmisión: Caja de cinco marchas, con 52,7 km/h a 1.000 rpm en 5ª. Neumáticos: 215/45-16. Cotas (longitud/anchura/altura): 4,05/1,69/1,44 metros. Peso (sin conductor, con depósito lleno): 1.120 kg. Velocidad máxima: 187 km/h. Consumo extra-urbano: 3,6 l/100 km. Emisión ponderada de CO2: 112 g/km. |
Lo primero que llama la atención es que el Ibiza va un poco más largo de desarrollo tanto que el A3 y que el Golf, sin duda debido a que también es más ligero y con algo menos de sección frontal. Y puesto que no es una versión específicamente económica, a su vez su 5ª es más corta que la del Ecomotive, pese a que la diferencia de carrocería es similar a la que tiene con el Audi y el VW. Por supuesto respecto al FR se queda mucho más corto, dada la diferencia de potencia. Y aquí está el resultado en el circuito:
Ibiza 1.6-TDI 105 CV:
Consumo: 6,16 l/100 km. Promedio: 107,6 km/h. |
La primera conclusión, y no es novedad, es que los Seat tienen el ya repetidamente comentado problema aerodinámico, si comparamos su consumo con el de sus primos alemanes: tanto el Golf como el A3, con dos transmisiones muy distintas entre sí, consumen algo menos, pese a ser más grandes y pesados. Respecto al León Ecomotive éste le rebaja el consumo en un cuarto de litro, ya que su mayor desarrollo y las optimizaciones aerodinámicas compensan más que sobradamente los 130 kilos de más y el 5,5% de mayor sección frontal. Y en el caso de Ibiza contra Ibiza, se plantea el dilema: ¿compensa el motor pequeño 1.6 frente al poderoso 2.0, para ahorrar 0,23 l/100 km, pero perdiendo la diferencia prestacional? Por supuesto que la pregunta tiene trampa, ya que el precio de ambas versiones no es el mismo, ni mucho menos: el FR, aparte del motor, lleva caja de seis marchas, frenos más grandes y más equipamiento. Pero en cuanto al consumo en sí, para la mayoría de los usuarios, o al menos para los que tengan un enfoque del coche algo que más que simplemente utilitario, la pequeña diferencia en ahorro de consumo no compensaría la pérdida de placer de utilización. Otra cosa es que, para los viajes que hoy en día se hacen, mayoritariamente por autovía y con la espada de Damocles del radar pendiendo continuamente sobre el permiso de conducir, tan bueno resulta uno como otro, a efectos prácticos, y el 1.6 siempre será algo más económico.
Pero nos quedan por analizar algunos elementos más, que ya se van acercando: el Golf Blue Motion, para ver en cuanto le mejora el consumo al León Ecomotive (dando por supuesto que lo haga, que parece ser lo más lógico, a la vista de los resultados obtenidos hasta ahora), y también los resultados del Ibiza con el tricilíndrico 1.2-TDI de 75 CV, que existe tanto en versión normal como Ecomotive. Con semejante potencia, sin duda debe resultar económico, pero ¿a cambio de cuánta pérdida en capacidad prestacional? Más pronto que tarde lo acabaremos sabiendo.