En la prueba de consumo (nº 102) dedicada al Toyota Avensis 120D en la última entrada de Noviembre del pasado año, explicábamos una serie de conceptos que lo mejor será copiar literalmente en parte, puesto que corresponden tanto al Avensis de aquella prueba como al Auris de ésta, ya que ambos comparten el mismo motor y prácticamente la misma transmisión: “Parece ser que, finalmente, Toyota ha decidido tomarse en serio el tema de los consumos de su turbodiésel grande para turismos, el 2.0/2.2; lo de la versión 2.2 de 177 CV, en el Avensis, es mejor ni tocarlo. Para el RAV-4 y el propio Avensis hay una variante menos potente de este motor (150 CV), y más económica (con caja automática para el Avensis); tenemos programada la prueba del RAV-4 con este motor, y cambio manual.
En cuanto a la versión 2.0, a lo largo del tiempo ha habido una amplia variedad, tanto de potencias como de resultados; últimamente, la gama parece haber quedado centrada en las variantes de 150 y 124 CV. Esta última, que es el objeto de estas pruebas, es una evolución muy trabajada de la anterior y supuestamente económica de 126 CV. Los resultados, hasta este último cambio, no eran especialmente halagüeños, y sobre todo, muy dispersos; montado tanto en Auris como en Avensis, y en las dos potencias disponibles hasta dicho momento, teníamos más de media docena de datos, que oscilaban entre 5,95 y 6,52 l/100 km. Los tiempos, eso sí, eran bastante buenos, con varios de ellos por debajo de las 4h 40m; y es que, si bien con un comportamiento que podría calificarse de “soso”, los Toyota inspiran confianza en cuanto el calzado ofrezca una razonable adherencia, y por otra parte, el motor 2.0 empuja fuerte y con suavidad.
Con la llegada de la nueva variante de 124 CV en el Avensis, las cosas han cambiado, y en todos los sentidos. El motor ha sido sometido a una profunda revisión, centrada por una parte en la reducción de rozamientos parásitos, y por otra en un reajuste de la gestión electrónica de la inyección. Para lo primero se ha trabajado en las dos bombas: la de aceite trabaja en dos etapas, incrementado la presión (y por lo tanto la absorción de potencia) sólo cuando el trabajo es más exigente; y en cuanto a la de agua trabaja con menor caudal que antes, ya que era innecesario. Respecto a los rozamientos, se ha aplicado el que ya empieza a ser habitual superacabado de todas las superficies en fricción, y especialmente en todo el tren de distribución doble árbol de 16 válvulas.
En cuanto a la gestión, los datos que diferencian esta versión de la anterior de 126 CV nos indican por donde han ido los tiros: en ambos casos, la potencia máxima se consigue a 3.600 rpm, luego los árboles de levas deben ser los mismos; pero ahora, a pesar de la reducción de rozamientos, se pierden dos CV. Es señal inequívoca de que la dosificación en alto régimen ha sido ligeramente disminuida, para controlar el consumo cuando al motor se le exige máximo rendimiento. Respecto a la curva de par motor, en su zona de máximo rendimiento, en ambos casos es de 31,6 m.kg; luego, por la misma razón que antes, la inyección ha sido ligeramente suavizada. Pero es que, si bien sigue existiendo una meseta de par máximo constante que termina a 2.400 rpm, en la anterior versión de 126 CV se iniciaba a 1.800 rpm, mientras que ahora lo hace a 1.600. Es decir, que al margen de la reducción de rozamientos, el soplado del turbo se ha conseguido maximizar un poco antes, gracias a que el accionamiento de la variación de incidencia de sus álabes es ahora más rápido (eléctrico en vez de neumático), para tener mayor elasticidad a muy bajo régimen, lo que permite ahorrarse alguna que otra reducción de marchas. Concretamente, la versión actual dispone de nada menos que 28,6 m.kg a tan sólo 1.400 rpm.
Simultáneamente con este reforzamiento del par a bajo régimen, se ha procedido a una maniobra paralela, pensada específicamente para rebajar los consumos. Maniobra que ya es bien conocida: alargar los desarrollos de la transmisión. Así, los 55,9 km/h en 6ª que tenía el Auris de 126 CV (coche más ligero que el Avensis), se han convertido en el renovado Avensis en casi 60 km/h; una maniobra muy similar a la efectuada por Seat en su Exeo Ecomotive, cuyo 2.0-Tdi de 120 CV debe tirar de una 6ª de 60,9 km/h. Y también los consumos, como en el caso de Toyota, salen beneficiados”.
Hasta aquí, unos textos que son absolutamente ambivalentes para los Avensis y Auris que comparten este renovado motor 2.0 D-4D de 124 CV. Y también comparten la transmisión en su práctica totalidad, puesto que la carcasa, los dos grupos (el cambio es de tipo triple eje) y cinco de los seis pares de piñonaje son los mismos. También dicha transmisión es común para los vehículos (los dos turismos y el RAV-4) que utilizan cualquiera de las variantes del 2.2, aunque aquí la piñonería ya es distinta a la que equipa a las cajas del motor de 124 CV. Pero ya hemos dicho que en éstas hay un par de piñones que son distintos para el Auris y para el Avensis (en concreto el de la 6ª marcha), y la causa se debe a que en el equipamiento de ruedas de ambos coches hay bastante diferencia.
En efecto, el Avensis de nuestra prueba del pasado año calzaba unas gomas 215/55-17 (2.040 mm de circunferencia de rodadura), mientras que el Auris -170 kilos más ligero- se conforma con las ubicuas 205/55-16 (1.930 mm de desarrollo), que además eran unas Michelin Energy Saver. La diferencia de desarrollo asciende a un 5,7%; lo cual puede ser mucho o poco, según se mire, puesto que está en función de lo que se quiera hacer con el desarrollo final. Y lo que los técnicos de Toyota querían, parece ser que a toda costa, era igualar el desarrollo en 6ª de ambos coches.
Habida cuenta de que el Auris es 170 kilos más ligero y, teóricamente al menos, un 5% más aerodinámico (producto S.Cx de 0,60 frente a 0,63 para el Avensis), se podría pensar que sería capaz de tirar de un desarrollo algo más largo, a igualdad de motor. Y así es; pero también hay otro factor a tener en cuenta, que es el de la elasticidad y el agrado de conducción; y conociendo el hábito que un alto porcentaje de conductores de turbodiésel ha desarrollado, consistente en no molestarse en bajar de la última marcha (5ª o 6ª, según los casos) una vez que la han insertado, conviene que ésta tenga un desarrollo que le permita recuperarse con dignidad a velocidades de carretera relativamente bajas, para que no se le critique de falta de empuje a bajo régimen.
En estas circunstancias, hay una doble o incluso triple frontera que es peligroso cruzar: un régimen, un par y una velocidad. El régimen viene a estar sobre las 1.300/1.350 rpm: aunque hay motores (como el BMW 2.0d) que aceptan gustosos girar sin vibraciones por debajo de dicho régimen, lo cierto es que prácticamente ningún turbodiésel consigue sobrealimentación por soplado del turbo por debajo de dicho régimen, y trabaja exclusivamente como atmosférico. Y como ya estamos enviciados a notar el tirón al cabo de medio segundo de haber metido el pie, acabamos pensando que el motor es una birria, lo cual no deja de ser una evidente injusticia.
Por otra parte, el desenvolvimiento del tráfico en carretera, y en ocasiones incluso en autovía/autopista, con frecuente se ve condicionado por la marcha de algún vehículo de transporte o algún turismo ya antiguo y achacoso (o moderno, pero conducido de modo achacoso), que se desplaza a una velocidad en la zona de 70/80 km/h reales. Y al conductor que por fin consigue superarlos le gusta, salvo que tenga mucha urgencia o se haya puesto nervioso, poder hacerlo en la última marcha en la que ha llegado hasta el momentáneo atasco, sin necesidad de reducir una o incluso dos marchas. Y combinando estos dos condicionantes, llegamos a la obtención del tercero: superar la frontera de los 60 km/h de desarrollo es muy arriesgado, porque en circunstancias como las anteriormente señaladas nos encontraríamos fuera de la zona de soplado eficaz del turbo.
En la gran mayoría de los turbodiésel de cuatro cilindros que hoy consideramos como “grandes” (los de cilindrada 2.0/2.2, al margen de los de algunos SUV), el par máximo viene a oscilar entre los 300 Nm como mínimo y 350 Nm como máximo, con alguna que otra excepción, en la que se alcanzan los 370/380 Nm, e incluso algo más en casos muy excepcionales. Pero en la mayoría, por debajo de la barrera de los 350 Nm, existe la citada barrera de los 60 km/h de desarrollo, so pena de ser considerado por algunos como un motor un poco “muerto”.
Y esa barrera es la que, por lo visto, en Toyota no han querido superar, al retocar la transmisión para
que el Auris tenga un desarrollo similar al de Avensis, pero tampoco más. Claro que también puede haber influido el material disponible para hacer la modificación; material que consiste en utilizar el piñonaje de la 6ª marcha de la versión 2.2 D-CAT de 177 CV, que a su vez lleva unos grupos finales distintos. Dicha sexta de 0,638:1, frente a la de 0,673:1 del Avensis, permite que el desarrollo en 6ª resulte ser de 59,5 km/h, prácticamente idéntico al de 59,6 del Avensis. El resultado, eso sí, es que en las cinco marchas iniciales el Auris lleva unos desarrollos con ese 5,7% más corto debido a la diferencia de neumáticos, lo que unido a su vez al menor peso, hace que tenga todavía mucho más nervio que su hermano mayor en las aceleraciones. Pero una vez ya en 6ª, ambas berlinas turbodiésel Toyota de los segmentos C y D, con el motor 2.0 de 124 CV, ruedan exactamente al mismo régimen.
Y antes de seguir comentando algunos detalles más, que se desprenden de todo lo anterior, es el momento de ofrecer los datos de la ficha técnica resumida, que es esta:
Auris 2.0 D-4D 124 CV:Motor: 1.998 cc; 124 CV a 3.600 rpm; 31,6 m.kg de 1.600 a 2.400 rpm. Transmisión: Caja de seis marchas, con 59,5 km/h a 1.000 rpm en 6ª.
Neumáticos: 205/55-16, de baja resistencia a la rodadura. Cotas (longitud/anchura/altura): 4,28/1,76/1,46 metros. Peso (sin conductor, con depósito lleno): 1.320 kg. Velocidad máxima: 200 km/h. Consumo extra-urbano: 3,8 l/100 km. Emisión ponderada de CO2: 112 g/km. |
Hay alguna que otra modificación aplicada al Avensis que también se ha trasladado al Auris, como por ejemplo la dirección de asistencia eléctrica que es ahora un 9% más rápida, con sólo 2,67 vueltas de volante de tope a tope para un diámetro de giro entre bordillos de 10,4 metros. Por el contrario, no se dice nada de mejoras aerodinámicas, salvo que se considere que ya van incluidas en la muy retocada carrocería, que tiene un diseño más moderno y afilado que la anterior. El caso es que para el Avensis, con una sección frontal de 2,25 m2, se da un Cx (con todas las optimizaciones introducidas) de 0,28, por lo que tenemos un producto final de exactamente 0,63. Y para el Auris, con carrocería dos volúmenes, por lo general menos aerodinámica, se pretende que el Cx es incluso marginalmente mejor, ya que se cifra en 0,277. Y puesto que es un coche de tamaño algo menor, y su sección frontal se queda en 2,158 m2, el producto sale como 0,598 (0,60 para entendernos).
Y aquí es donde nos encontramos uno de esos jeroglíficos con los que en ocasiones nos obsequian los constructores cuando recurren a “cocinar” los datos homologados para conseguir que la estratificación de sus modelos corresponda a lo que comercialmente resulta más conveniente. Vamos a ver: aquí tenemos dos coches con idéntico motor e idéntico desarrollo final en 6ª, que en ambos casos resulta un poco “largo”, ya que la potencia máxima correspondería a una punta del orden de 215 km/h; por lo tanto, una ligera mejora aerodinámica debería ayudar a mejorar la velocidad máxima real. Pues bien, para los dos coches se nos anuncia una máxima de 200 km/h (a 3.360 rpm en 6ª); pero también se nos dice que la aerodinámica final de Auris es nada menos que un 5% mejor, y por si fuera poco, lleva neumáticos de una medida menos de sección y además de baja resistencia a la rodadura. ¿Cómo puede ser que ambos tengan la misma punta cuando lo lógico, entre unas cosas y otras, es que la del Auris estuviese entre 205 y 210 km/h?
No es que esto tenga la menor importancia práctica, pero te quita confianza en los datos facilitados. Porque bien podría ser que el Auris, de cuya nueva carrocería tanto se presume, y no digo que sin motivo, no tenga en realidad tan buena aerodinámica como dicen; y sería razonable que así fuese, ya que un Cx inferior a 0,28 en un “dos volúmenes” sin optimizar, al menos explícitamente, resulta realmente asombroso. Los datos homologados de consumo ya centran un poco más el tema: si comparamos los 5,2/3,8 l/100 km en urbano y extraurbano del Auris con los 5,6/3,9 del Avensis, la cosa ya cuadra bastante mejor. Porque es lógico que la diferencia de peso a favor del Auris consiga, en las aceleraciones y recuperaciones del ciclo urbano, esas cuatro décimas de mejora respecto al Avensis; mientras que en ciclo extraurbano se tiene que conformar con una simple décima de mejora, que perfectamente se puede achacar mucho más a los neumáticos más estrechos y de baja resistencia que a la hipotética diferencia de aerodinámica.
Para cerrar el caso, veamos los resultados obtenidos en nuestro recorrido, que para el Auris han arrojado las siguientes cifras:
Auris 2.0 D-4D 124: Consumo: 5,62 l/100 km. Promedio: 106,5 km/h. |
En primer lugar hay que decir que, dentro del segmento C, este resultado es realmente muy brillante, sobre todo teniendo en cuenta que el coche no lleva más optimizaciones, en cuanto a lo que se puede o no montar al margen de lo habitual, que los neumáticos de baja resistencia; lo cual ya es algo, desde luego. Porque conviene ir admitiendo como habitual que los coches lleven Stop/Start y alternador con recuperación de energía, lo mismo que todos llevan luneta térmica. Y en cuanto a esas llamadas optimizaciones del motor, si se montan en todos los de dicho modelo, ya no son tales optimizaciones sino que forman parte de la definición técnica del motor, puesto que no hay otra.
De hecho, es curioso que la mayoría de las llamadas optimizaciones son detalles que salen muy baratos, y que no se explica muy bien por qué no se incorporan al modelo-base del que derivan los “optimizados”. Una suspensión rebajada, si mediante unos muelles algo más rígidos mantiene la misma capacidad de carga, no tiene más inconveniente que resultar algo menos confortable, y a cambio suele ofrecer mejor comportamiento rutero, y desde luego, cierta economía de consumo. Un alerón de plástico al final del techo, sobre la luneta, cuesta cuatro perras, lo mismo que carenar los bajos y poner unos deflectores delante o detrás de las ruedas. Lo único que realmente tiene una tecnología más onerosa son las persianas variables del radiador, que además precisan de un mando eléctrico termostático para el motorcito que las acciona. Y en cuanto a los neumáticos de baja resistencia, seguirán siendo algo más caros hasta que su producción se generalice a un volumen que acaben costando lo mismo que los de similar especificación en cuanto a capacidad de carga y velocidad.
Dicho esto, esos 5,62 l/100 km de este Auris se sitúan en segundo lugar, entre los segmento C, tras de los 5,30 del Honda Civic que presentamos hace no muchas semanas; esto, dentro de los coches no optimizados especialmente, o sea, los que no tienen luego versiones Eco, Blue, Green o de cualquier otro color. Tampoco el Toledo IV que probamos hace ya unos pocos meses era la versión Ecomotive (optimización que seguiremos persiguiendo hasta conseguirla, si es posible), pero sus 5,08 l/100 le hacen encabezar el listado gracias a su excelente compendio de ligereza de peso, excelente aerodinámica y desarrollo apropiado. Pero después del Civic, y entre los “dos volúmenes” no optimizados, el consumo del Auris es el mejor. Cierto que por otro lado está el BMW 116 Efficient Dynamics (5,15 l/100 km), pero éste es un optimizado hasta los dientes. En cuanto al Golf Blue Motion, el último dato que tenemos es de 2010, y con 5,49 como resultado, tampoco es muy superior al del Auris; nos falta por comprobar el nuevo Golf Blue Motion de la séptima generación, que a juzgar por su homologación sí que ha dado un buen salto hacia delante.
Pero con ser importante este buen resultado, todavía lo son más un par de cosas: una, que este consumo sirve para confirmar el conseguido por el Avensis, cuyos 5,78 l/10 km, para un coche más grande, pesado y con neumáticos “normales”, son al menos tan valiosos como los 5,62 del Auris. Así pues, está claro que este motor 2.0 D-4D de 124 CV ha alcanzado, por fin, el punto óptimo que se estaba en derecho de esperar de él desde hace tiempo, ya que otros Toyota obtuvieron muy buenos resultados años atrás.
Y lo otro importante es que, también por fin, el Auris justifica el cambio de nombre de Corolla a la nueva denominación; un cambio que a muchos no nos convenció, porque las primeras ediciones del Auris apenas si aportaban nada que no hubiesen hecho sucesivos restylings o generaciones del Corolla. Ahora, finalmente, el coche ha dado un salto cualitativo y cuantitativo, y no se le puede acusar de “electrodoméstico” como, quizás injustamente, se hacía con sus predecesores. Porque al margen del consumo muy económico y de las brillante prestación en marchas intermedias, tiene un dinamismo en su comportamiento que se echaba en falta, con ser correcto, en la versión anterior.
En el nuevo Auris, junto a la dirección más rápida, hay otro detalle todavía más importante: para este motor, y los de potencia superior, se utiliza el tren posterior multibrazo similar al del Avensis, y esto le confiere un equilibrio entre confort y comportamiento que le sitúa como un candidato a tener muy en cuenta para quien tenga pensado adquirir un segmento C turbodiésel de dos volúmenes. Uniendo a todo lo anterior la fiabilidad ya legendaria de la marca (cuya política de publicitar a bombo y platillo cualquier llamada para mínimas revisiones es quizás demasiado ingenua), se puede decir que, en su conjunto y por fin, el Auris se ha ganado el derecho a suceder, superándolos, a aquellos Corolla de la época gloriosa de la pegatina en la luneta trasera que rezaba “My Toyota is fantastic”. Enhorabuena, porque más vale tarde que nunca.
No está mal. Un litro menos que el anterior Auris con el turbodiésel de 2 litros.
Habría que ver si el 1.6 de gasolina sigue siendo tan poco gastador como era en el Auris antiguo y cómo va el híbrido en esta nueva carrocería.
Aunque seguramente el más ahorrativo de los Auris siga siendo el 1.4 diésel (que unido a que es el menos costoso, deja clara la elección salvo para recorridos con mucho porcentaje urbano).
Me encantaría leer los resultados de consumo del Seat Leon SC 1.6 TDI 105cv sin cambio DSG, del Alfa Romeo Giulietta diésel 105cv y del Kia Proceed diésel 110cv, todos ellos modelos compactos que creo que podrían bajar el consumo de este Auris (aunque a decir verdad tienen potencias inferiores).
Ahora solo les queda hacerlo un poco menos feo y me lo pensare. Una vez dentro no me importa, pero es tan horrible q casi hay q echarle valor para entrar. Como ventaja te ahorras la alarma porque nadie se lo querra llevar.
me encanta el nuevo toyota auris: es un coche mucho más directo que el anterior, que se siente mas: carroceria mas perfilada y baja, puesto de conducción mejorado, con piernas mas estiradas y trasero mas abajo, tacto de los mandos, dirección mas directa, salpicadero mas normal (aunque de diseño discutible).
motores y gama bien escalonada, aunque con las mismos caprichos japoneses en cuanto a personalizacion del equiamiento en algunas verisones (no hay posibilidad de gasolina en el acabado alto, ni siquiera opciones como el xenon)
Dicen que sigue un poco el espiritu del nuevo gt86 y ojala el nuevo avensis tenga ese enfoque menos burgues.
Por favor, estamos a la espera de la prueba de consumo del hibrido
Jaja, buen apunte lo de la pegatina! me acuerdo perfectamente.., que «autentica» que era la publicidad en los 80.., siempre un pelin exagerada, pero nada que ver con la anodina que nos meten hoy en dia..
Con Toyota queda por ver si no se van a apuntar al 1.6 diesel de nuevo diseño que ya estan teniendo casi todos. Creo que para segmento C y conductor que no busque prestaciones altas es una motorizacion ideal. Amen de las ventajas fiscales que tiene , al menos en España
Buen coche, nada que envidiar a los coches Alemanes del mismo segmento, me gustaría ver que tal resultado da el 1.6 de Gasolina, he oído que es un excelente motor para los que como yo no llega a 10.000 km anuales. No averías de Turbos, no averías de Filtros Antipartículas ni de sistemas anticontaminación.
Hola, no hay un resumen con todas las pruebas y todos los resultados obtenidos por cada modelo, aunque sea externo al blog? saludos e interesante información!
Ahi tienes Ruben.
El primer enlace es de un post mas numerico que se hizo en Junio de 2012 comparando los resultados de los mas de 750 coches con los que Don Arturo a hecho esta prueba, separandolos por epocas y combustible que los alimenta.
https://www.km77.com/revista/curvas-enlazadas/3787/resumen-historico-del-circuito-de-consumo/
En el segundo estan las tablas con los resultados de todos los coches con los que a hecho la prueba, tanto a ritmo interesante o de consumo o ambos, desde que se inauguró este blog.
https://www.km77.com/revista/curvas-enlazadas/4112/resumen-del-actual-circuito-de-consumo/
Enhorabuena, don Arturo, por su victoria en el ALD Ecomotion Tour con el coche del cual algunos ceporros se cachondearon cuando la correspondiente prueba de consumo.
No se a que esperan las marcas para aplicar otra medida de ahorro y agrado en la conducción de los motores que sería el turbo de funcionamiento eléctrico en su giro (diferente a éste que lleva el Auris que es eléctrico solo el cambio en la geometría de los alabes y por gases en su giro).
Supongo que aun no lo tendrán perfeccionado, pero cuando esté pues ayudará en agrado de conducción y en eficiencia, ya que desde el ralentí funcionará.
PD.:D. Arturo aún ardo en deseos de verle alambicarse en el Volkswagen XL1 😀
Yo no lo veo tan feo como he leído en algún comentario. Es más, lo poco de más que gasta comparándolo con el Civic se compensa de sobras por una línea mucho más convencional y digerible, aunque pueda haberlos más bonitos para algunos. Y por comportamiento, parece que por fin tenemos un Toyota no electrodoméstico, totalmente comparable a los mejores de este segmento.
En cuanto al gasolina, no creo que varíe mucho con el anterior, a no ser que tenga mucha mejor aerodinámica, porque el peso es por el estilo. O sea, excelente relación prestaciones/consumo, con mucho menos ruido y mayores fiabilidad y agrado de conducción, seguro.
@11: El compresor eléctrico tiene la ventaja de actuar sobre el ralentí con «fuerza», pero absorbe potencia del motor porque aumenta el consumo eléctrico, en el caso del turbocompresor, este es movido por la energía residual de los gases de escape, es cierto que al pasar por la turbina se produce una pequeña contrapresión que actúa sobre el cilindro en su fase ascendente, pero la potencia absorbida por esta pequeña contrapresión es mucho menor que la que absorbería el consumo eléctrico de un compresor eléctrico.
El turbo eléctrico tiene y debe tener la ventaja de actuar al margen del régimen del motor y de la fase de la combustión. En el futuro próximo tomará la energía de varias fuentes en las que se está trabajando (de la regeneración en frenada, de otro turbo que actúe como generador eléctrico en lugar de sobrealimentar, etc.).
El «turbo electrico» eliminara el turbo lag y se dispondra de sopresión en admisión independientemente del motor de combustión. La regulación sera completamente electronica y a soplara a la voz de ya. No se calentara como ahora por los gases de escape y a la larga sera mas fiable e incluso barato.
Si las marcas han optado por instalar dos o tres turbos de distinto tamaño en lugar de uno solo eléctrico alguna razón habrá no?
Alguien puede profundizar en el asunto?
@13 y@15: Tenéis razón en las ventajas que supone, pero la mayor potencia absobida y eso «Jodería las cifras del consumo homologado una cosa mala». En cuanto a sacarlo de otras fuentes de energía como las frenadas, no creo que sea viable por una razón, el soplado del compresor se debe producir durante toda la fase de funcionamiento del motor, y por tanto con un gasto enegético muy superior al de las frenadas. En un viaje por autovía a 110 km/h esa solución sería imposible. Es como pretender que el motor eléctrico del Prius estubiera siempre en funcionamiento.
Evidentemente. Por eso he hablado de varias fuentes de generación eléctrica, no de una sola. Al final es un consumidor eléctrico más, pero importante, ahí radica la dificultad de implementación. Puede que conviva con un turbo convencional, por ejemplo en el caso que Vd. Ha expuesto.
REPASO DE HISTORIA:
Esto me recuerda lo mismico quel difunto de su abuelico a:
La bomba de agua y el ventilador movidos por una polea al motor, que giraba con el motor frio, caliente y muy caliente ¿como gira ahora? con un motorcito electrico (consumiendo un poquito) separado del giro del motor y sensores (termostato) para saber cuando hace falta y cuando no.
Los KOMPRESSOR ya se están usando, solos y combinados con un turbo
Solos para la respuesta en bajas y en altas el turbo.
Solos solos que yo sepa solamente en gasolina (los mercedes kompressor p. e. )
Es la penúltima peguilla de los diesel, en especial de los pequeña cilindrada.
Solo añadir que se desarrollen las bacterias que con agua contaminada y CO2 del aire produzcan gasoleo en grandes cantidades … irían al pijo ya los ecolojis-macrocatastrofistas …
Si solo es en determinadas fases como en el arranque, si puede ser una buena solución, aunque los Turbos de Geometría Variable solucionan ese problema de una manera satisfactoria. Lo interesante sería volver a un tipo de turbo como los de antaño, mucho más duros que los actuales, claro que con un turbo-lag mucho mayor y sin una buena respuesta bajas. ¡ Pero que duros eran los condenados !
@13 y @17 Creo que el consumo eléctrico sería despreciable puesto que su trabajo va a ser comprimir aire, algo muy distinto al ejemplo del Prius que usted indica, no comparable ya que su consumo eléctrico es mucho mayor, puesto que mueve todo el peso del coche y el motor del turbo eléctrico movería algo que necesita mucha menos energía (alábes del turbo comprimiendo aire…). Asi por ello que estoy totalmente de acuerdo con @19 con su repaso histórico.
Supondría un cambio en el agrado de uso de los motores diesel y en el consumo de combustible que hacen, puesto que al estar el par más bajo los cambios de marcha se harían antes y también las reducciones de marcha disminuirían. También teóricamente serían más fiables que los turbos actuales puesto que no se calentarían ni una minima parte, no se les acumularía carbonilla, salvo quienes piensen que cuantas más cosas de funcionamiento electrónico lleve un coche más posibilidades de que algo se rompa.
Pero ya puestos a hablar de electricidad, la solución ideal sería un híbrido-eléctrico, habría par desde 0rpm. hasta la entrada del motor térmico (mejoraría el agrado con respecto al turbo eléctrico) y con una batería como va a montar el nuevo Golf híbrido (este de gasolina) para 50kms. aprox. de autonomía en eléctrico. Cubriría el mercado de quien hace muchos kilómetros, y luego entrara en una ciudad grande donde en el futuro hubiera restricciones para los vehículos sólo térmicos, servicio de ORA gratuito, etc… y también quien hiciera menos kilómetros por carretera y más en ciudad, es decir, cubriría gran parte del mercado.
Es mi modesta opinión que siempre es discutible.
Un saludo foro!!!
Y un turbo eléctrico hasta 1600/1800 rpm y otro normal a partir de ahí?
El gasto eléctrico se limitaría a las arrancadas y alguna recuperación perezosa, no creo que influyese mucho.
¿Ya existe esta solución o simplemente la que hay es uno mas ligero para los bajos regímenes?
Como ya hay muchos modelos con la complejidad que supone el llevar dos turbos, no parece muy disparatado ¿no?
@11 (a que esperan … turbo de funcionamiento eléctrico …) A acabar de desarrollarlo
Escriba en gugel audi electric turbo y verá que ya existe en pruebas un A6 con un turbo eléctrico en pruebas. Un periodista de Jalopnik ya lo ha probado y dice que da una salida desde parado irreal.
Saludos
Ya existió el BX grupo B para rallyes a principios de los 80 con “compresor” eléctrico (turbo solo lo es el turbocompresor movido por los gases de escape) pero no llego a debutar en el mundial y la gloria se la llevo su primo el Peugeot 205 Turbo 16 que utilizaba el mismo bloque (no se si la misma cilindrada).
Los turbos de «ya»;no del futuro,regeneraran energia,de hecho el E.R.S.;que se aplicara en la Formula 1 el año proximo,utilizaran como fuente de para recargar las baterias el exceso de energia cinetica que aquellos producen.Un turbo de coche puede llegar hasta las 45.000/50.000 r.p.m.;velocidad suficiente para recargar baterias de bastante capacidad.
@25 Los turbo desde hace unos años ya son capaces de girar de 200.000 a 300.000rpm.
Enhorabuena por el exaustivo articulo, serio y documentado, no como otras cosas que se leen por ahi. Hay que saber separar el grano de la paja.