Siempre he defendido la teoría de que lo más seguro -en prácticamente cualquier tipo de vía, ya sea carretera convencional o de varios carriles con mediana- es ir como mínimo un poco más rápido que el flujo mayoritario del tráfico. Porque la maniobra más delicada de la conducción (trazado de curvas aparte) es la del adelantamiento, y no digamos cuando en lontananza viene de frente, en una carretera convencional, un tercer vehículo. Y si somos nosotros los que vamos más rápido, la decisión de adelantar o no nos corresponde a nosotros y controlamos la situación, ya sea de cara a un prohibido, a una curva con poca o nula visibilidad o a ese tercer vehículo que viene de frente. Por el contrario, si somos más lentos y son los demás los que nos adelantan, estamos a merced de que decidan realizar la maniobra incorrecta en el momento más peligroso.
Claro que esto es para cuando viajo por mi cuenta y riesgo; cuando realizo la prueba de un coche (y eso empezó en Navidades de 1965) me fijo unos cruceros preestablecidos y procuro ceñirme a ellos lo mejor que el tráfico, el trazado de la vía y las circunstancias meteorológicas me permitan. Y de este modo ha realizado recorridos desde 80/90 km/h de crucero hasta prácticamente a tope de lo que el coche era capaz de dar de sí, dentro siempre de la más elemental prudencia (bichos aparte, como Vds saben). Es decir, que también sé amoldarme a circular a la marcha de la mayoría, e incluso ligeramente por debajo de ella, si se tercia. Y esto viene a cuento de los nuevos cruceros que ya he empezado a aplicar en mis pruebas; de cuyos resultados todavía tardarán Vds unas semanas en irse enterando, puesto que primero debo liquidar las pruebas a los ritmos antiguos que ya tenía realizadas.
Pero en estos primeros compases, a una marcha de 100 km/h reales en carretera convencional, ya he ido observando unos fenómenos que antes me pasaban más desapercibidos, al ir claramente más rápido que casi todo el resto. Y ahora me da tiempo a ir observando durante bastante más tiempo el comportamiento de los demás usuarios de la carretera (por supuesto que no demasiados, a las horas en las que realizo las pruebas). Por ello meto aquí esta entrada, puesto que no corresponde a una prueba concreta, sino a comportamientos de conducción sin una relación directa con la prueba en sí, que simplemente me ha servido de atalaya para observarlos y comentarlos con Vds. Porque la carretera convencional, todavía más que la autovía, sirve para aquilatar el nivel y las carencias del usuario medio; y eso que, en buena parte de los casos, doy por hecho que se trata de gente que conoce dichos trayectos, ya que los debe utilizar a diario, cuando por su pueblo no pasa más que esa carretera, o al menos es la única un poco importante.
La verdad es que, con escasísimas excepciones, sigo adelantando a la mayoría del resto del tráfico, pero de una forma distinta a la de antes: ahora es haciendo un poco “el acordeón” o “la goma”, como les gusta decir a los ciclistas cuando se descuelgan del pelotón y a los pocos cientos de metros vuelven a engancharse al mismo. Es decir que acabo consiguiendo un promedio algo más alto que ellos, y por lo tanto acabo adelantándoles, pero a base de frenar (si es que lo hago) menos y más tarde, de pasar las curvas algo más rápido, y de empezar a acelerar a partir del vértice, sin esperar a estar ya en la recta siguiente. A cambio, en ocasiones algunos circulan al mismo paso que yo o incluso algo más rápido en las rectas largas, y procuro no adelantarles hasta llegar a una zona con un poco de curvas, para no caer en el juego de “te paso, me pasas”, que sólo lleva a complicarse la vida sin necesidad.
Pero, de entre todas esas diferencias en el modo de conducir, hay una que me ha llamado poderosamente la atención, y es a la que voy a dedicarle esta entrada: el planteamiento de la frenada previa a una curva. No obstante, y antes de entrar en ese terreno concreto, creo que habría que distinguir, aunque sea muy “grosso modo”, entre dos tipos de frenadas: según que lo que se vaya buscando es ir lo más rápido posible (dentro del crucero-límite más o menos autoimpuesto aunque sea viajando, y no en una prueba), o bien simplemente viajar sin perder tiempo, pero procurando no consumir más combustible del necesario y no zarandear excesivamente a los eventuales pasajeros. Vamos a analizar por separado el primer caso –el de la conducción rápida- y luego nos meteremos a fondo con el segundo, que es al que corresponde el tipo de conducción de este nuevo ritmo de pruebas y, por supuesto, supongo que también es el de la inmensa mayoría de los que comparten carretera conmigo por esos trayectos y a esos horarios.
Para el primero de los casos, empezaré por recordar una frase de mi admirado y añorado amigo Paul Frère, en un librito suyo titulado “La conducción de carretera”, frase que creo haber citado ya en más de alguna ocasión: “El nivel de un buen conductor de carretera se mide en razón inversa al número de frenadas inútiles que realiza”. Dicho de otro modo: el buen conductor es el que es capaz de “leer” la carretera (salvo que se la conozca de memoria, lo cual ayuda mucho) para no frenar más que lo justo, pero siempre que haga falta; porque una frenada “de menos”, y nos vamos fuera, si es que realmente circulamos rápido de verdad.
Ahora bien, hay frenadas y frenadas. Recuerdo que, muy a principios de la década los 70’s, en “Autopista” organizamos una prueba titulada “100.000 km sin averías” que yo había planteado y luego coordinaba, en la que tomaban parte un Seat 124, un Simca 1200 y un Renault 12. Los primeros 90.000 km se cubrieron a cruceros establecidos por parte de conductores contratados, de lunes a viernes, con dos viajes durmiendo fuera lunes y martes, y jueves y viernes, y el miércoles un ida y vuelta con base en Madrid. En total, 3.000 km semanales; y el fin de semana, cambio de aceite (eran otros tiempos). Y luego, la traca final recorriendo las 50 provincias entre los 90.000 y los 100.000 km. Entonces sí había que ir rápido, para hacer esos 10.000 km en menos de un mes: cuatro semanas a cinco días laborables, salen a 500 km diarios, con tiempos muertos incluidos para comer y cenar con la prensa local en casi todas las capitales de provincia. Y todo ello por las carreteras de entonces; vamos, que autovía muy poca por no decir casi ninguna, y convencional buena (de tipo Redia) sólo en parte.
Los conductores en este último tramo de la prueba éramos los dos que habían actuado como jefes de fila durante el desarrollo básico de la prueba: Juan Ramón López de la Torre (“El Chato”, uno de los pilotos de dos ruedas más polifacéticos de las décadas 50 y 60), Julián Rosende, que acababa de quedar tercero en la Copa R.8-TS del año anterior, y yo. Yo iba con el 1200 (lo conocía bien, pues me había comprado uno), Julián -como piloto Renault- se encargaba del R.12, y Juan Ramón del 124, con el que se acabó quedando una vez finalizada la prueba. Yo iba al frente, marcando el ritmo, con el rápido Rosende a mi zaga, y El Chato (perro viejo) cerrando más a su aire, pero nunca se rezagaba más allá de 100 metros. Y en un momento dado, Rosende se me quejó: “Me llevas frito; tocas el freno antes de muchas curvas, yo también freno, pero luego sales disparado y te me escapas”.
Y es que yo, cuando se trata de ir fuerte, acostumbro a templar un poquito con el freno en los 10 o 15 últimos metros antes de tirar de volante, para asentar el tren delantero y que tenga más mordiente en el momento de insertar el coche en la curva; prácticamente levanto el pie del freno en el mismo instante en el que comienzo a girar el volante. Pero en realidad freno muy poco o casi nada; no pierdo ni 5 km/h, salvo cuando hay que frenar de verdad. Y eso le tenía desconcertado a Julián; tal y como le dije: “Es que los de competición tenéis la mística de que no hay que frenar más que para hacerlo a fondo; y en cuanto me ves encender los “stop” tú frenas fuerte, y pierdes mucha más velocidad que yo, que sólo acaricio el pedal”. Y luego, con el coche ya en la trayectoria y el morro bien ceñido al pico de la curva, ya puedo acelerar casi a fondo, o del todo, para salir lo más rápido posible. Todo esto son sutilezas que, como digo, sólo tienen sentido cuando se quiere ir francamente rápido, pero lo más seguro posible.
Pero aquí no estamos hablando de ir a ese paso tan vivo, sino de lo que hace el conductor medio cuando circula normalmente, no sabemos si con mucha, poca o ninguna urgencia. Y lo que hace es frenar una cantidad de veces, y durante un tiempo y una distancia tales, que el resultado es perder tiempo e ir tirando combustible gratuitamente. Porque para hacer eso, más les valdría circular un poco más lento, o levantar el pie desde un poco más lejos, para llegar a la curva a la velocidad deseada. Tardarían quizás un poquito más de tiempo, pero ahorrarían bastante combustible.
Claro que hemos dicho que pretenden entrar en la curva a la velocidad “deseada”; pero el problema estriba en lo siguiente: ¿acaso saben cuál es la velocidad a la que desean pasar por la curva que están viendo, y que quizás conocen de sobras? No, no lo saben , ni se lo plantean; porque lo único que saben –y quizás sea porque alguien se lo ha explicado así- es que “antes de una curva, cualquier curva, y a cualquier velocidad, hay que frenar”. Porque eso es lo prudente, según lo que les han enseñado, o lo que ellos han decidido por su cuenta. Y el resultado es que, ante la misma curva que se puede tomar tranquilamente a 110/120 km/h, frenan tanto los que llegan a 100/110 como los que lo hacen a 70/80 km/h. Todos frenan, y durante bastantes decenas de metros, y bastantes segundos.
Pero no es que frenen muy fuerte (porque de hacerlo se acabarían parando, dada la velocidad a la que llegan y lo prolongado de la frenada); ni tampoco lo hacen para asentar el morro como hago yo cuando quiero ir rapidito, sino que sueltan el freno antes de girar el volante, una vez cumplida la liturgia de frenar, y todo ello vayan a la velocidad que vayan. La cuestión es frenar un poco en cuanto a fuerza, pero bastante en cuanto a duración, para cumplir debidamente con el mantra de que “antes de cualquier curva, frenada al canto”.
Naturalmente, gracias a esto es a lo que se les puede adelantar, incluso aunque en recta vayan igual o un poco más rápido que nosotros. Si hay buena visibilidad, y ya hemos observado que son de los que frenan desde muy lejos, se les puede adelantar en cuanto inician la frenada (para eso hay que seguirles muy de cerca), y se les pasa antes de entrar en la curva, o del panel de “Prohibido adelantar”, si es que existe. Y a la inversa, sirve para quitárselos de encima si es que les hemos adelantado una curva antes, y se empeñan en seguirnos; porque entre la frenada, tomar la curva más lento y retrasar mucho más la aceleración a la salida, ya han perdido entre 50 y 100 metros, e inmediatamente se desactivan.
Otra cuestión era al ritmo anterior, o ahora cuando siga haciendo de vez en cuando la prueba “interesante”, cuando una vez cada dos meses te encuentras con el chico joven de los de “hasta mi pueblo, yo el primero”, que se empeña en no dejarse adelantar o en seguirte a cualquier precio, aunque sea poniéndose a 150 en los cortos tramos rectos existentes en esa zona. Pero lo de la frenada antes de cualquier curva, y sea cual sea la velocidad a la que lleguen, es un comportamiento fascinante por parte del conductor medio; lo cual indica lo mucho que nos falta por conseguir en cuanto a Seguridad Vial. Porque estos conductores, en contra de lo que algunos (en la DGT en particular) creen, no son ni más seguros ni más prudentes; pura y simplemente van absolutamente “vendidos”, sin tener ni aproximada idea de cuáles son los límites, aunque no pretendiesen ni tan siquiera aproximarse a ellos. Pero, por lo menos, convendría que tuviesen una idea, aunque fuese borrosa, de los mismos.
No podría estar más de acuerdo con esta entrada. Personalmente es algo que me molesta sobremanera, sobretodo en carreteras de un carril por sentido y especialmente teniendo en cuenta que con la demonización de la velocidad fluir a buen ritmo por las curvas (que no quiere decir ir con el cuchillo entre los dientes, como bien apunta el autor) es una de las pocas formas que queda para disfrutar de la conducción sin que te frían a multas.
De todas formas, entre el segundo tipo yo apuntaría que aún se podría hacer una distinción extra entre dos sub-tipos de conductores. El del miedo patológico a conducir (que va lento en las rectas y aún más en las curvas) y el que yo llamo de tipo «piloto dominguero» (que corre mucho en las rectas pero toma las curvas lentamente). El primero puede ser molesto, pero bueno en un buen día incluso puedes apiadarte de él, pero el segundo es especialmente irritante.
Para ilustrar mi punto voy a contar una anécdota sucedida hace poco cuando bajaba a Barcelona por la C-17. Para los que no la conozcan, la C-17 es una autovía de dos carriles por sentido que en su tramo entre Centelles y Vic (unos 25km) es relativamente estrecha y con bastantes curvas en su trazado. Pues bien, más o menos a mitad del recorrido alcancé, con el Alfa Romeo, a un Mercedes-Benz Clase C de la anterior generación por el carril izquierdo adelantando; ningún problema espero detrás a que acabé de adelantar y cuando vuelva al carril derecho le sobrepaso.
Pero tuve la mala suerte que el Mercedes no quería salir del carril izquierdo, a pesar de estar el carril derecho completamente despejado y de mis insistentes ráfagas. Y entonces empezó el comportamiento que describíamos antes. Iba muy rápido en las rectas (bastante por encima del límite de la vía), tanto que me despegaba con facilidad, pero muy muy lento en las curvas, tanto que no sólo es que le alcanzase, si no que tenía que frenar (a veces con relativa fuerza) para no chocar con él. Fue tremendamente molesto.
Dicho esto, lo que suelo hacer cuando me encuentro con conductores de este tipo es rebajar ligeramente mi ritmo en las rectas y levantar el pie mucho antes en las curvas para, como bien comenta el autor, ir haciendo la goma. Al final llevas un ritmo superior a ellos y si no puedes adelantar (porque hay línea continua u otros motivos) al menos no es tan enervante.
Por otra parte, no creo que no conocer la carretera sea excusa en la mayoría de los casos, porque el 90% (porcentaje quizá gratuito, pero en cualquier caso deben ser la mayoría) de los kilómetros que se hacen son por las carreteras en las cuales se circula habitualmente y es imposible no acabar conociéndolas. En cambio este comportamiento se da en mucho más del 10% de los casos (o cualquiera que sea el porcentaje real), por lo que hay mucha gente que conduce por carreteras conocidas que repiten estos patrones con conocimiento de causa. Personalmente creo que se debe más a no queren ni siquiera acercarse al límite y a que si hay una curva, pues a frenar toca independientemente de como sea dicha curva.
Finalmente, en una ocasión me ocurrió también un ejemplo del «intentar seguir cuando se es adelantado». Fue hace más tiempo con mi anterior coche (MX-5) en la Collada de Tosses; me encontré con un Volvo V50 al que tardé varias curvas en adelantar (la combinación de pocas y cortas rectas y un coche no muy rápido en velocidad siempre dificulta el adelantamiento). Cuando por fin lo conseguí intento seguir mi ritmo; desistió después de dos curvas chirriándole los neumáticos. Los suyos claro, porque yo estaba lejos del límite…
Para «calar» a un mal conductor, sólo hay que ir detrás suyo al llegar a una curva. Eso lo aprendí hace más de 40 años, cuando viajaba con mi 127 y los del 132 se negaban a dejarse adelantar. En recta era imposible hacerlo, así que no quedaba más remedio que hacerlo antes de la curva, cuando el del 132 había empezado a frenar bastante antes. La cara de bobo que se les quedaba era sumamente gratificante.
Me ha encantado esta entrada. Y @Ferrer: siempre me ha intrigado por qué en las autovías cercanas a Barcelona hay tantos coches con prestaciones altas, haciendo, paradójicamente, de tapón para los demás por el carril que no toca. Y desde luego, la c-17 me parece de los lugares más inapropiados para hacer este tipo de cosas.
Sobre el tema de las curvas, he de decir que en ciertos cursos de conducción se enseña a ‘frenar de golpe’, y mantener el pie en el freno hasta bien entrada la curva. Lo que supongo que debe tener su utilitad a nivel de competición, pero nunca he entendido qué gracia tiene en la conducción cotidiana. Personalmente me parece más suave y agradable limitarse a levantar el pie a tiempo (siempre que esto sea suficiente, claro) y por eso me he alegrado al leer la cita de Paul Frère, que me parece acertadísima.
Bueno, señor AdeA, ha descubierto usted a los corre-rectas. Le contaran a vd. que los especimenes mas extremos de eso estan en el mundo de las motos, que para eso corren mas en las rectas y dan mas canguelis en las curvas.
Recuerdo un chaval en la uni en los 90 que era el caso contrario. Tenia un Ford Orion Diesel de 50 cv, de cuando los turbodiesel eran tan lejanos como los coches voladores. Eso no tiraba ni p’atras, incluso para aquella epoca era realmente pobre y mortecino. Pues el hombre este era famoso por su pueblo por que no frenaba en las curvas. Y no hablamos de curvas normales, en su zona, tierra de campos y montes torozos, tenemos largas rectas llanas en los valles y en los paramos (lo de ancha es castilla), la transicion son zonas de fuertes subidas y bajadas con series de curvas muy cerradas. Segun decian, el tio cogia el volante, empezaba a dar curvas sin frenar y un minuto despues salia de la zona de curvas a la misma velocidad que habia entrado. Todo el mundo pensaba que estaba loco (especialmente los que se habian montado con el), pero el tio decia que no pasaba nada, que nunca habia tenido un accidente.
Segun me contaron, despues unos años conduciendo asi, ya dejo de poder decir eso. Tuvo varias salidas seguidas, entre ellas una espectacular a la entrada de valladolid, y ya se replanteo el tema de frenar.
@Elisa, pues la verdad es que tiene toda la razón. No se el motivo, pero intuyo que es por miedo en el caso concreto de la C-17; como he dicho es relativamente estrecha y cuando adelantas un coche (y ya no digamos a un camión) se pasa relativamente cerca de él (al menos más «de lo normal» en autovías). Ello combinado con su trazado con bastante curvas hace que irse cambiando de carril no sea tan «fácil» como en un autovía/autopista con un trazado menos sinuoso. Aunque también es verdad que hay zonas y zonas, por ejemplo cuanto más te acercas a Barcelona este comportamiento va en aumento.
Pero hay algo que es aún peor, y que se da en un punto concreto de la C-17, km 39 al lado de Sant Martí de Centelles. Hay 3 curvas enlazadas (izquierda-derecha-izquierda) donde hay que ir con cuidado, no hace falta frenar (a no ser que vengas muy pasado) pero si vigilar. Pues bien en ocasiones me he encontrado coches delante mío que en vez de seguir por su carril directamente trazan las curvas como si estuvieran en un circuito; si tu vienes por detrás más deprisa no puedes adelantarles porque no respetan los carriles. Ya me ha pasado alguna vez tener que frenar porque el coche de delante te bloquea cual Prost a Senna.
PD. Pequeño error geográfico en mi anterior comentario, es de Centelles a Granollers, no a Vic como decía.
@Ferrer. Completamente de acuerdo. Y es cierto que se traza, lo cual tampoco sé por qué. En el caso de algunos camiones puedo entender que ‘no quepan’ en el carril, pero en el caso de los turismos no lo entiendo.
Apreciado A de A; Ya puestos a recordar su Simca 1200, del cual solo sé que utilizaba las Pirelli Cinturato CN 54 punto rojo. Unas preguntillas:
Medida de neumáticos, ¿145-SR-13?
¿Llantas de serie?
¿Era el modelo 3 o 5 puerta?
¿El motor era el 1442cc de 83 CV (modelo TI), o le puso el árbol de levas francés, que usted descubrió al publico que era mejor que el español?
Pastillas: ¿unas ferodo 574?
Amortiguadores: ¿los Koni regulables, los Stromberg, Los Junior o los de serie?
¿Le toco los chicles al carburador doble de serie?
En cuanto a los apuntes de conducción, estoy con A de A, Ferrer y Elisa. Si bien apuntaría que se ha de ser positivo y en vez de frustrarse con la baja calidad del personal, tomárselo como un aliciente de la conducción, como la lluvia la nieve o las curvas, que molestan en los viajes obligatorios, pero hacen más entretenido un viaje por puro placer de conducción buscando ir ligerito pero sin ir a buscar tiempos, promedios o lo que sea. Aunque reconozco que los cuatro factores incrementan el riesgo de la conducción, con la salvedad de que si no hubiera curvas no conduciría y que sin embargo podría pasar perfectamente sin los incompetentes.
De acuerdo con ustedes y en sintonía con el punto de vista de Oscar de Lleida, aunque el riesgo que conlleva siempre me incita a alejarme lo más posible de esas “incidencias”.
En esto del “domingueo” también encuentro a un tipo de conductor que decide seguir tu ritmo justo detrás de ti, en modo “aprendizaje” o modo “si su automóvil puede el mío también”. Nunca adelantan, quieren seguirte.
Hoy mismo en la M-501 un Clio azul tuvo a bien “acompañarme” largamente. En esos casos, si se pega demasiado o es demasiado malo, rebajo la velocidad paulatinamente y, si es necesario, le indico que me pase…
Por otra parte, también es muy curioso cuando nos encontramos con un cambio automático de cierta potencia y el conductor no sabe dosificar el cambio, no sabe reducir, no sabe nada de nada. También hoy en semicaravana con un Mercedes, las luces de freno no paraban de centellear a ritmos de lo más variados.
Saludos
Ciertamente todos los que disfrutamos conduciendo y por un motivo u otro hemos hecho muchos kms por todo tipo de carreteras, hemos visto este tipo de comportamientos. Pero cabe preguntarse por sus causas. Para mi una de ellas , quizas la que mas, es la satanizacion que desde la DGT y la mayoria de medios de comunicacion se ha hecho del conducir rápido. Fijense que hablo de conducir, esto es dominar el vehiculo con nuestra conduccion. Para ello lógicamente hay que dejar un determinado margen de seguridad, tanto a la hora de adelantar como al trazar las curvas. Pues bien uno se encuentra hoy dia, con los coches con los que contamos, con que hay unos límites de velocidad ridículos tanto a la hora de circular en recta como de tomar curva. Y el resultado es que el conductor temeroso de estas normas cohercitivas, cumplidor de ellas, nunca, nunca llega a aprender a conducir con soltura y de acuerdo a las posibilidades del vehiculo y de la via. Todos estamos cansados de ver y nos echamos las manos a la cabeza carteles en autovia que nos limitan a 100 o a veces menos cuando en condiciones normales se pueden tomar al limite de los 125 reales( por aquello del limite del radar) con un margen suficiente de seguridad. Y no digamos en carreteras de dos sentidos con las curvas a 60, 70 etc… que se pueden tomar sin levantar el pie del acelerador.
Pues a estos conductores fieles cumplidores de la ley son a los que nos enccontramos.
Como dice un amigo mio: Es lo que hay
Siempre pienso lo del consumo extra cuando voy detras de algun «frenador empedernido» que lleva ese ritmo absurdo que significa no tener ni idea del límite. Hacer la goma es lo mejor y lo unico medio entretenido que puedes hacer en esa circunstancia que pasa mucho mas cuando uno se autoimpone un crucero, sea el de prueba o el de control de daños ante radares. Porque al frenador después le da igual pasar un 60 a velocidad de -2 puntos.
Pero para mi uno de los momentos mas agradables del trafico sucede cuando, en contadas ocasiones, se da el caso contrario. Bien sea un «baile» con alguien que tiene unas ideas parecidas a las de uno sobre como proceder en la carretera, o esas veces en las que un lugareño te alcanza en una carretera desconocida y correosa. Intermitente derecho a la primera ocasión y, si te fias (normalmente se ve de quien te puedes fiar en 4 curvas) es un placer llevar una liebre que te advierta esa curva que se cierra o ese bache traicionero.
Lo de los frenadores empedernidos es desesperante, en efecto, pero lo que a mí me resulta molesto de verdad en muchas ocasiones es la incapacidad generalizada del personal para ejecutar adelantamientos, incluso cuando se ve a las claras que la maniobra en esas circunstancias no reviste especial riesgo. Esto, al final, te puede arruinar el promedio de un crucero por carretera convencional, ya que los coches se acumulan, nadie rompe la formación, y si quieres pasar tienes que adelantar a cinco o seis a la vez. Y no suele ser fácil encontrar la situación adecuada para pasarte una buena cantidad de metros y segundos por el carril contrario para adelantar a toda esa comitiva. Dejando aparte que se pegan, de forma que, o los pasas a todos de golpe, o te quedas rodando a trote cochinero.
En mi opinión, la proliferación de autovías y autopistas ha supuesto un incremento sustancial de la seguridad, y eso debe ser considerado como un beneficio neto, pero al coste de olvidar cómo se debe hacer un adelantamiento correcto, y de tener la presencia de ánimo necesaria para ejecutarlo. Hay gente que no ha vuelto a adelantar a otro vehículo en meses. Y no se puede ser un buen conductor si no eres capaz de realizar adelantamientos en condiciones, ya sea por técnica o por disposición personal.
Circulo habitualmente por carreteras de montaña de los alrededores de Barcelona. Los responsables de tráfico, hace años, eliminaron cualquier punto legal de adelantamiento en dichas carreteras, incluso en las pocas «rectillas» que hay.
Hay muchos conductores con vehículos modernos con más de 150 CV que en las «rectillas» se ponen a 80 para después frenar y pasar la curva a 30, cuando es fácilmente pasable a 60.
Cuando tengo la suerte de disfrutar la carretera en soledad, la suelo pasar entera entre 50-70 sin apenas pisar el freno.
Concudicendo así, menor consumo, menor gasto de frenos, voy más relajado y entretenido, pero, eso sí, el primer año me di cuenta de que las ruedas del tren delantero se desgastaban más rápido cerca de los hombros. Ahora las llevo 2 décimas más altas de presión y el desgaste es más regular.
Hay cosas peores, toparte con un conductor insensato de moto 125cc, que conduce a 90 grados tanto en rectas como en curvas, que además, presume de ‘inteligencia’ y al salir de la curva se situa en el centro y abre gas a tope para ponerse a 80.
Circulo habitualmente por carreteras de montaña de los alrededores de Barcelona. Los responsables de tráfico, hace años, eliminaron cualquier punto legal de adelantamiento en dichas carreteras, incluso en las pocas «rectillas» que hay.
Hay muchos conductores con vehículos modernos con más de 150 CV que en las «rectillas» se ponen a 80 para después frenar y pasar la curva a 30, cuando es fácilmente pasable a 60.
Cuando tengo la suerte de disfrutar la carretera en soledad, la suelo pasar entera entre 50-70 sin apenas pisar el freno.
Conduciendo así, menor consumo, menor gasto de frenos, voy más relajado y entretenido, pero, eso sí, el primer año me di cuenta de que las ruedas del tren delantero se desgastaban más rápido cerca de los hombros. Ahora las llevo 2 décimas más altas de presión y el desgaste es más regular.
Hay cosas peores, toparte con un conductor insensato de moto 125cc, que conduce a 90 grados tanto en rectas como en curvas, que además, presume de ‘inteligencia’ y al salir de la curva se situa en el centro y abre gas a tope para ponerse a 80.
Nunca había pensado en esos que frenan con ahínco a la entrada de una curva como una categoría extensa.
Pero leyéndole me he dado cuenta de que es cierto. Y de que muchos conductores frenan incluso en curvas bien amplias, donde tocar el freno -si acaso levantar un poco el pie- es innecesario.
Resultan además, siquiera en los primeros compases del seguimiento, extremadamente enojosos y estresantes, por lo sorprendente de sus frenadas.
Eso sí, en carreteras que desconozco, en largos viajes por España o Europa, no estoy libre del pecado de haber frenado innecesariamente en alguna curva, con la sorpresa y el bochorno de encontrarme en medio de la curva y medio parado.
También me doy cuenta de que, siquiera intuitivamente, tiendo, como don Arturo, a tocar un poquito el freno antes de entrar en la curva. Yos siempre tuve la sensación de «colocar» mejor el coche para abordarla, pero leyendo a don Arturo observo que es para asentar el eje delantero. Bien esta racionalizar lo que uno hace de forma meramente intuitiva.
Por último, quizá cupiera la posibilidad de dedicar una entrada al progresivo desuso de la maniobra de adelantamiento en carreteras de doble sentido. En los tiempos de los modernos turbodiésel, tal parece que muchos conductores hayan olvidado eso de adelantar, acumulándose tras camiones y vehículos timoratos, y obligando a hacer, para rebasarles, complejas peligrosas maniobras de adelantamientos múltiples y/o consecutivos.
@8 No sólo a los conductores con coches con cambio automático les pasa esto si no que incluso con coches con cambio manual se da. Es, por ejemplo, relativamente frecuente encontrarse con estas situaciones en tráfico denso. En vez de intentar mantener una velocidad más o menos constante y una cierta distancia con el coche que le precede para poder anticiparse, van pegados, acelerando y frenando constantemente.
Para mi el freno es mi enemigo natural y la anticipación mi aliado; ver estos comportamientos en carretera es, cuanto menos, molesto.
@12 Lo mismo han hecho con la GI-555 de Tordera a Sils; antes tenía línea discontínua en toda su extensión, y aunque había pocos sitios para adelantar si sabías donde hacerlo podías. Ahora han pintado un línea contínua en todo su trazado excepto en una zona de rectas del final (o principio dependiendo de en que sentido circules), por lo que en sentido norte si te encuentras a alguien te lo comes hasta las rectas… y entonces adelantar puede haber perdido su sentido.
También de acuerdo con los comentaristas que hablan de la escasez de adelantamientos y lo mal que se hacen; cuando no forman estos trenecitos de coches y alguien se decide a adelantar: reducir todas las marcha necesarias y pisar a fondo ¿para qué?
Y cuando adelantas…»¿Donde irá ese prisillas?» piensan los adelantados (que, por supuesto, no suelen facilitar la reincoporación a la caravana cuando se va a adelantando por partes).
Yo lo más desesperante que he visto son los 30 Km de la N232 que van desde pasado Figueruelas hasta Mallén, al límite con Navarra, zona típica de niebla en la que alguien decidió cortar por lo sano, 30 Km de línea continua con el límite a 80 Km/h, todo ello con un trazado bastante fácil.
Y lo mejor de todo, al lado está la AP-68, una autopista de lo mejorcito de España cuya concesión vencia hace unos años y que el gobierno de turno decidió renovar, seguro que pensando en la seguridad vial.
@chicane. Coincido al 100% con su comentario. En breve habrá de Zaragoza a Logroño 4 carriles para cada sentido. 2 en la AP68 y 2 en la nueva A68, mientras que para ir de Zaragoza a Madrid, sólo hay 2 carriles para cada sentido. Y como este caso supongo se podrán contar muchos a lo largo de nuestra geografía. Cosas de los políticos iletrados en los temas de su competencia.
Un placer leer la entrada sr A. de A. y me recuerda a sus columnas en Autovía durante los 90. Y en particular el refrendar que ir un poco más rápido que el resto del tráfico redunda en tu seguridad, dados los condicionantes de seguridad en la toma de decisiones al volante.
En aras de mejorar la seguridad vial, y dado el realismo que alcanzan los simuladores de la conducción, una opción sería que para poder «quitarse la L» de novato, hubiera que pasar por un simulador de la DGT recreando condiciones de tráfico, ya sea adelantamientos, cambios rasantes, incorporaciones, trazado de curvas…. Se aprobaría, o en dos, tres convocatorias, te retiran el carnet de conducir. De este modo no habría más remedio que aprender a conducir, con los consiguientes beneficios para la seguridad vial, aumento lógico de la velocidad legal, y por supuesto un estimable aumento de la recaudación, que estimo muchos pagaríamos de buen grado por quitarnos a muchos «zotes» al volante que son peligro para todos.
Saludos
@9 «…conductores fieles cumplidores de la ley…» no se, no se. He hecho la prueba alguna vez de fijar la velocidad a 120 de aguja en autovía durante más de 100 Km y no he alcanzado a nadie y por supuesto me han adelantado….pues todos. No se porqué la llaman velocidad máxima, es más bien velocidad mínima.
Si, ya se que para empezar nadie mira el velocímetro, miran el GPS. Luego calculan el margen de error de los radares y a esa velocidad, o poco más (para poder frenar) es su velocidad de crucero: 130, 140 y los «más osados» se permiten algún tramo a 150. Por encima de 160 sostenidos prácticamente nadie.
Vamos que de fieles cumplidores de la ley nada de nada, más bien fieles defensores de su cartera.
Por último, sin ánimo de dudar de nadie, tienen razón las encuestas: si le preguntas a un conductor, los que no saben conducir son los demás.
Ah…yo también me considero un excelente conductor (faltaría más). JaJaJa…
It is good when so!
fairwaysa
Por favor, que el administrador elimine la entrada anterior a esta.
Que nadie pique en la entrada anterior, por cada click, el troll se lleva unos céntimos.
@14 Pragmático: sí, a mí también me gustaría que AdeA dedicara una de sus suculentas entradas al tema de la incapacidad general del personal para adelantar. Seguro que tiene sobrado criterio y anécdotas para ilustrar el tema, que a mí personalmente es de lo que más me incordia cuando voy por carreteras convencionales.
Para aquellos que han solicitado alguna entrada sobre el tema de los adelantamientos:
De A. de A.:
https://www.km77.com/revista/curvas-enlazadas/6546/conductores-obstructores/#more-6546
Y aunque no pertenezca al blog de esta web, me parece muy interesante este artículo de J.M. Pichardo:
http://www.km77.com/reportajes/conduccion/adelantamiento/t01.asp
Saludos cordiales,
James Marshall.
@19
Tiene bastante razón. Veo los conductores rápidos de mi zona por las carreteras nacionales. Son muy rápidos. Los 100 km de limitación son 120 en las buenas rectas (incluso más) y las señales de 50 sólo existen donde hay radares fijos.
Pero cuando ven una curva frenan de golpe y la pasan, en un gran número de veces, bastante por debajo del límite legal. Si existe una zona con bastantes curvas uno puede volver a verlos… hasta que llega la siguiente señal de 50. Este tipo de conductores hacen tapón en sitios revirados (muy comunes por mi zona) y su ritmo dista de ser estable, si uno decide adelantarlos es casi imposible, pues uno debe superar los 120 en carretera.
No he podido establecer un perfil de este tipo de conductores, ni por sexo, ni por vehículo, ni por edad. No diría que es la mayoría, pero si un número importante de conductores. En autopista es tal como usted (edjmar) describe. Aunque depende de la zona, de la cantidad de tráfico, controles, la hora, el mes, el tiempo…
Lo único que puedo decir es que (según mi percepción) de esta «moda» se impuso con los tdi y los motores de 90cv (y más) que comenzaron a salir a finales de los 90. Antes con los coches atmosféricos de escasa potencia (da igual diesel que gasolina) necesitabas (dicho vulgarmente) «embalar» el coche en los descensos para poder subir las cuestas y no perder velocidad en los tramos con curvas, para poder tener un ritmo estable. Pero desde los tdi es posible conducir mal y ser muy rápido. Los fabricantes los saben bien. Los tdi andan bien y gastan poco, es más, andan muy bien conduciendo mal y gastando casi lo mismo.
Simplemente con saltarse los límites de las rectas después de las curvas utilizando el buen par de los tdi, saltarse alguna señal y hacer cálculos de posibles multas es posible tener un ritmo más rápido que la mayoría sin tener que tener una velocidad estable ni ser buen conductor.
Debo decir que, aquí por el norte, muchos de los límites de velocidad en ciertas zonas son necesarios, no tanto la profusión de señales de 50 o 70 en buenas rectas. Pero 90-100km son un buen límite para muchos vehículos utilitarios con neumáticos brrrrrr, sobre todo cuando se vive con muchas curvas y 9 meses de lluvia. Si el coche es un viejo AX o algo parecido aún peor. El límite es orientativo, porque puede llegar bastante antes.
Respecto a la técnica del frenado: es la más difícil. Si se quiere ir muy, muy rápido uno debe saber una pocas cosas: En que punto se debe comenzar a frenar, cuanta intensidad de frenado, durante cuanto tiempo y, quizás lo más importante, donde levantar el pie del freno.
Evidentemente esto queda casi para el circuito. Donde se puede practicar y, más o menos, (para los que no somos profesionales) acercarse a comprender esas cuestiones. Cuestión de práctica y experiencia. Pero ¿En carretera?
Algunas veces he probado (casi siempre probando el coche cuando me parece que tiene algún problema mecánico) a conducir muy rápido y frenado contundentemente antes de las curvas (se puede hacer en ciertas carreteras sin necesidad de sobrepasar los límites legales). Puedo decir que, casi siempre, mi paso por curva es más lento y menos seguro, porque puedes entrar con en la curva con el coche descolocado. Si se busca esto puede ser una ayuda, pero cuando no se busca los imprevistos pueden surgir en cualquier momento.
Es muy difícil aprender a frenar bien. Con lo poco que toco el freno en carretera, lo único que puedo decir es que ¡no se frenar!. En carreteras normales y a límites legales es suficiente con levantar el pie, si se buscar cargar el «morro» a veces es suficiente con hacerlo un poco después y de forma más brusca. Por lo que la técnica del frenado queda reservado para el circuito o el mundo virtual (la consola). Esto es un peligro, porque cuando necesitamos frenar de verdad… nos damos cuenta de que no sabemos.
Pues en cuanto a ver frenar exageradamente a la gente en cuanto llegan curvas, nada más bajar por la N-230 que viene de la Vall d’Aran y va hacia Lleida los fines de semana. Cochazos casi todos, a saco en las rectas, multitud de lucecitas en las curvas pegados a centímetros unos a otros. Yo lo achaco a que muchos son automáticos y carecen de tanto freno motor. Y que eso de la distancia de seguridad es para otros.
Yo no me siento seguro com mi Picasso y la familia yendo a la velocidad de estos bólidos, por lo que marco una distancia de seguridad con mi precedente para que quien me quiera pasar me pase y aprovecho los carriles de doble sentido para adelantar a los más lentos.
Al final, quien te ha adelantado en esa caravana de bajada, gana 5 minutos, y gasta mucho más carburante y frenos, así que me tomo las cosas con calma. Comprobado con compañeros Fittipaldis.
Cuando viajamos con la familia le digo a mi mujer «frenar es gastar combustible».
Otra cosa es cuando voy a hacer curvas 😉
Muy buen artículo y comentarios que ha sido un placer disfrutar.
Efectivamente, el conductor medio (en general) tiene como grabado a fuego que hay que frenar antes de todas las curvas y que jamás se debe hacer en ellas, premisas con las que llegan a la autoescuela y de las que esperan tener confirmación en ella; una vez aquí, se pueden encontrar con colegas que se lo confirman (de todo hay en la viña del Señor) o con otros que intentamos que “desaprendan” mostrándolo y demostrándolo tanto en teoría como en la práctica e invitándoles con vehemencia a que lo prueben por sí mismos. Pues bien, les puedo asegurar que, normalmente, cuesta Dios y ayuda que prueben a hacerlo y lo repitan un número de veces suficiente, y confieso que no siempre lo consigo, pues tan fuertemente tienen algunas personas arraigado que evitar frenar antes o hacerlo dentro de algunas curvas es siempre sinónimo de accidente. Y luego está el tema de los exámenes, claro, donde algunos funcionarios lo pasan francamente mal si observan que algún alumno no frena y reduce en alguna que otra curva, pero ese es otro tema.
Con su permiso, y a modo de aviso para navegantes (por así decirlo), les daré un dato, nada empírico, pero coincidente con muchos de mis colegas veteranos de cualquier parte de España y algunos examinadores, aunque se da en mayor medida en ciudades y en proporción directa a su mayor número de habitantes; me refiero, a que entre el grupo de conductores que han obtenido su permiso desde el año 2000 acá, hay un porcentaje bastante notable de personas que conducen francamente mal y muy mal, personas que no tienen ningún interés por los coches ni la carretera, que se creen a pies juntillas la sagrada trilogía de la seguridad según la DGT: cinturón/caso, límites de velocidad y no drogas (incluyo el alcohol); personas que no se ven haciendo un viaje de 400 km si no es en avión o tren, personas que van “a piñón fijo” dentro de los límites genéricos, amantes de limitadores/reguladores de velocidad pero sin ningún interés en saber a qué velocidad se debe ir antes del límite legal; casi siempre muy distraídas, con una fuerte dependencia de todo lo que tenga una pantalla, personas con serios problemas para guiar el coche, con miedo (no me extraña, yo en su lugar también lo tendría), personas para las que leer la carretera y sentir el coche son conceptos que les suenan a chino, y, que entre otras cosas, no frenan ni levantan el pie antes de las curvas porque sólo saben que están dentro cuando han dejado de ver carretera hacia adelante, y entonces sí, en el peor lugar de la curva frenan y se les queda el pie pegado, cuando no aceleran más -queriendo frenar- porque no tienen el hábito de cambiar el pie de sitio, ¿no se han cruzado ustedes con algún coche que sale de una curva dando bandazos e invadiendo parte de su sentido? ¿No les sorprende el alto número de accidentes (al menos relativamente) en plena vía urbana y absolutamente ilógicos? Yo apostaría algo bueno a que sus protagonistas son conductores del grupo que he mencionado en su mayor parte, conducen igual de mal que lo hacían en la autoescuela, se empeñaron en ir a examen una y otra vez convencidos de que aprobar o tener una accidente es cuestión de suerte, el sistema lo permite y algunos de mi oficio (demasiados) hasta lo fomentan, es más fácil pasar la mano por el hombro del chaval y decirle que ha tenido mala suerte con el examinador que explicarle que lo que hizo durante el mismo no fue más que un reflejo concentrado de lo que hace en las clases. En fin, como decían en una famosa y buena serie de policías (“Canción triste de Hill Street”): “Tengan mucho cuidado ahí fuera”.
¡Ayyyyyy! Canción triste de Hill Street y Verónica Hamel……
Siempre recuerdo que a muchos conductores no les gusta conducir…
Saludos
@26 Esteban, podría firmarlo sin quitar ni poner una coma. Da gusto ver escrito lo que piensas sin haber tenido que escribirlo.
SÍ. Ese es el problema. A la mayoría de los conductores que hoy día te encuentras en la carretera ni les gustan los coches ni les gusta conducir. Y la culpa la tienen….los coches.
Conducir un FU10 exigía que te esforzaras al máximo y que disfrutaras esforzándote y al final aprendías a llevar un coche con rapidez y seguridad sin ningún tipo de ayudas a la conducción: ni servodirección, ni ABS, ASR, ESP y el resto del vocabulario… Te tenías que compenetrar con la máquina como un jinete con su caballo y si no había esa compenetración, la máquina no perdonaba.
Los coches de hoy en día lo perdonan todo y además se han convertido en un receptáculo en el que tienes bandejas y posavasos por doquier, un ordenador para que juegues si te aburres llevando el volante, instrumentos musicales, wifi, decenas de botoncitos en el volante para que tengas tu entretenimiento preferido a mano, para que vivas conectado con todo el mundo….con todo el mundo menos con la máquina que se supone que llevas y con la carretera y el tráfico.
En fin, cosas de los tiempos que nos han tocado vivir.
Aunque los más viejos disfrutamos sólo con pensar en los tiempos de Autopista, Automecánica, AA (quiero recordar que al principio era sin la de) con sus pruebas y esos anhelados 18 años en los que por fin podías CONDUCIR.
Gracias, James Marshall. Pero creo que, aunque toca el asunto de los adelantamientos, no son el objetivo principal de la entrada. Yo me refiero, más bien, a abordar los peligros que supone el olvido de la maniobra del adelantamiento, acumulando coches tras un vehículo lento -sea ligero o pesado- así como a no hacerla bien, no anticipando la maniobra acelerado y/o reduciendo cuando ya está a punto de cruzarse con nosotros el coche que viene de frente, llevarla a cabo en marchas largas -como si no se pudieran reducir dos o tres marchas o utilizar la tercera velocidad en carretera- o hacerla directamente sin calcular bien distancias, provocando situaciones de esas en las que, cuando están a punto de cruzarse tres coches en paralelo, contienes el aliento y tratas de alejarse en lo posible del posible accidente reduciendo velocidad y/o echándote al arcén (algo quizá inútil en esa situación, lo sé).
Esteban, anonadado me deja. Lo peor es que quizá se consideren prudentísimos.
Muy de acuerdo con la entrada en si y con el resto de comentaristas, especialmente con Esteban que ha desmenuzado a la perfeccion al conductor-tipo que yo hace tiempo que vengo llamando como el del «sindrome whatsapp»; si, ese que tiene los accidentes mas estupidos e inexplicables que uno se puede imaginar, y casi siempre sin pasar de 60-70 por hora..
Y no solo son gente con el carne reciente no, que va..; hay muchos «veteranos» que tambien han caido como moscas..
Y sobre el adelantamiento, muchos sufren el sindrome del.. «y pa que»?
Y pa que voy a adelantar a este, pese a que tengo 150 cv bajo el pie, si luego me tendre que comer a 5 mas?? Y uno, sumado a otro, y a otro acaba dando como resultado una fenomenal caravana..
Yo procuro siempre aplicar el viejo lema de vehiculo alcanzado, vehiculo pasado; claro que esto es mas facil decirlo que hacerlo, entre otras cosas porque como han comentado otros, a la administracion se ve que le sobra el dinero para gastarlo en pintura blanca ( o quiza es que algun amigo de algun «mandamas» se dedica al tema.., a saber..
En fin, que Sant Cristobal, o a quien corresponda, nos regale enormes dosis de paciencia para el dia a dia..que remedio!
Pues por mi parte de acuerdo en la importancia de conducir de forma atenta, pero no tanto con la nostalgia por los antiguos tiempos que destilan algunos comentarios, en los que todos sabemos que el nivel de imprudencia y riesgo al volante que se asumía era mucho más alto.
Si el «mantra», como lo llama Esteban, de cinturón, respeto a los límites de velocidad y no alcohol ha ayudado a reducir los niveles de mortalidad en las carreteras a números absolutos de 1960 y a cinco veces menos que en 1990, creo que es algo más que bienvenido.
@31 Diego. Tiene razón en que el riesgo que se asumía antes al ponerse al volante era mayor que ahora (es lo que había), pero en cuanto a la imprudencia dependía y depende de cada persona.
Me sorprende ver cuánto supuesto sibarita se huele por aquí por los comentarios cuando lo cierto es que, de los aquí presentes casi ninguno habrá realizado ni un cursillo de conducción avanzada, nada más allá de poseer el permiso y de circular habitualmente por nuestras carreteras.
Y ahí está el problema, cometer la osadía de asumir que siempre se sabe mucho más que el prójimo, qué triste, cuanto insensato.
Quien se dé por aludido que se lo haga mirar, ya que esto no lo digo por todos evidentemente, pero si por unos cuantos.
Las carreteras son de todos y para todos, no están para competir, respeta y serás respetado, FIN.
Hola Pep,
sí, és una filosofía aplicable a todo, pero cuando hay «humanoides» por medio, aún no he encontrado donde funciona correctamente.
Y por suerte, nadie tiene la última palabra.
Hombre, sr. Pep, yo ya estoy un poco harto del soniquete este de que todo el mundo se cree mejor conductor blibli blabla. Pecaria de falsa modestia si no me considerase mejor que otro que va consumiendo combustible innecesariamente para conseguir lo mismo que yo sin obtener ninguna ventaja. Y pecaría de gilipollas si me creyese muy bueno, me queda mucho por aprender (a diferencia de los frenadores, a los que no les interesa aprender nada por lo que se ve).
Si fuese tan amable de explicar donde ha visto alguna conducta irrespetuosa o apológica de la competición en carretera abierta quizas pueda comprenderlo mejor.
Y por último, ¿como se mide lo de ser buen conductor?
pep, no se trata de sibaritismo, ni de competir, simplemente de disfrutar de la conducción.
Y cuando se trata de disfrutar de la conducción, se trata de conducir lo mejor posible. Aún sin ir a cursos de «conducción avanzada» (que supongo que nada tienen que ver con aquellos Chrysler «cab forward»). Uno, sin ir más lejos, nunca ha conseguido dominar el punta-tacón. Como tantas otras técnicas. Pero creo no conducir mal
Creo que el respeto, en la carretera, no consiste en conducir despacito y frenando a cada curva, sino en facilitar la conducción a los demás, dejando pasar a los que van más rápido que nosotros y pasando sin hostigar a los que van más lentos. Como digo alguien aquí hace años, en conducir de forma que uno pase desapercibido. Y eso incluye desde no estorbar y no hostigar hasta no accidentarse.
Y si se hace además con la máxima eficiencia. miel sobre hojuelas.
En todo caso, reconozco que los que ya tenemos cierta edad reconocemos en don Arturo expresiones que hoy suenan algo antañonas, de cuando conducir era una ciencia y en la carretera se convivía con los otros conductores. Y no por demérito de don Arturo, sino por causa de lo políticamente correcto: «quitarse de en medio a otro coche», «salir disparado», «asentar el morro» e incluso «adelantar» recuerdan expresiones de hace 40 o 50 años, que han caído en desuso. Hoy, simplemente, vamos de un sitio a otro.
«Creo que el respeto, en la carretera, no consiste en conducir despacito y frenando a cada curva, sino en facilitar la conducción a los demás, dejando pasar a los que van más rápido que nosotros y pasando sin hostigar a los que van más lentos. Como digo alguien aquí hace años, en conducir de forma que uno pase desapercibido. Y eso incluye desde no estorbar y no hostigar hasta no accidentarse.»
@36 No podría estar más de acuerdo con esta parte.
@36 @37
Estoy completamente de acuerdo con esa afirmación, me parece muy correcta.
Mañana con más tiempo intentaré explicar mi punto de vista de una forma más dilatada y el por qué me he sentido molesto al leer algunos de los comentarios aquí vertidos.
Tuve durante muchos años un coche peligroso, un Kadet 1.7 diesel, peligroso por los 60 cv paupérrimos que tenía. Adelantar era como para pensarselo, recuerdo la casi imposibilidad de ello por las rectas de Benavente ,con media carga y detrás de un camión a 90, procuraba lanzarlo un poco antes, en plan 2cv, para ganar algo de velocidad, pero las velocidades que traían algunos , calculo unos 140 km/hr, me hacían abortar el intento, aun cuando los veía a casi 1km de distancia.Sus 140 mas mis 110 sumaban 250 ´y un Km a esa velocidad pasa en 15 segundos.Así que dejaba espacio y paciencia. Pero cuando tocaban curvas siempre encontraba «torpezas» a los que tampoco podía adelantar por la falta de cv .Eso si, las pastillas de freno me duraban 100.000km, y el embrague tenía 300.000 cuando regalé el coche.
#25 ¿Se va usted a hacer curvas con el Picasso?
Antes de nada, confieso que siempre se me quedan cosas en el tintero, pero esta la quiero rescatar. D. Arturo arranca el artículo con una afirmación con la que estoy plenamente de acuerdo y que copio muy resumidamente: “…lo más seguro…es ir como mínimo un poco más rápido que el flujo mayoritario del tráfico.” Naturalmente, esto no impide hacer excepciones por la razón que sea y al libre albedrío de cada cual, pero esta idea es un factor de seguridad que aporta dos ventajas complementarias de inmediato: ser menos dependientes de errores ajenos y conducir con más atención. Por esta razón, hace años que pienso que las motos deberían tener un límite de velocidad genérico superior a los turismos, algo semejante al que hay para estos con respecto a camiones y autobuses. Cuando no había tantos radares (época anterior a Pere Navarro en la DGT) se podía sobrellevar pero ahora no es nada raro encontrarse con motos circulando al mismo ritmo que los coches y creo que es un riesgo añadido que antes no se daba.
@27 Enrique el Magnánimo. Celebro coincidir con usted en recordar con agrado aquella estupenda serie. Y que recuerde que a muchos conductores no les gusta manejar, otro motivo más para redoblar la guardia.
@28 edjmar. ¡Muchas gracias! Ahora soy yo el que dice ¡ay, el FU! ¡Qué cochazo!
Ahora, eso de que la culpa la tienen los coches… no lo tengo nada claro. De acuerdo que los actuales perdonan muchos errores de libro que antes uno no se podía permitir, pero toda esa sopa de siglas para muchos conductores creo que es hasta contraproducente: se confían demasiado. Y la Física tiene sus límites, no son pocos todavía los que creen que el ABS hace que el coche se pare “en nada”, que no saben utilizarlo; que cuando el ESP entra en acción son capaces de volver locos a los sensores y que aquel pierda su eficacia, que pueden entrar en una curva a una velocidad absolutamente insensata porque “ya el coche se encargará de desfacer el entuerto”. Y créame: he visto hacer cosas en los exámenes que juraría que soy incapaz de repetirlas por más que lo intente.
Buen ejemplo el del jinete y el caballo, yo también lo utilizo mucho; y triste verdad cuando menciona ese empecinamiento en estar siempre conectados “con todo el mundo menos con la máquina que se supone que llevas y con la carretera y el tráfico.”
Yo también he disfrutado muchísimo con las pruebas de AA, y aún lo hago, no en vano guardo como un tesoro muchas de las revistas que cita, un buen montón a mano, supervivientes de hasta casi veladas amenazas de divorcio, y aquellos sábados tumbado en el sofá después de comer con la revista en las manos… qué buenos recuerdos me trae, camarada. ¡Gracias!
@29 Pragmático. No me extraña, porque le aseguro que si no fuese por el oficio que tengo me costaría mucho creer lo que he visto y veo. Si tiene confianza con algún colega mío, y sus alumnos lo permiten (lo más probable es que sí), pídale que le deje acompañarle durante unas clases prácticas, comprobará que es una experiencia muy reveladora.
@30 Sisu. ¡Gracias! Yo también coincido con sus apreciaciones. El “sindrome whatsapp”, en general, lo veo como una droga sumamente adictiva, a mí me tiene perplejo, conozco varios casos de personas que ni tienen correo electrónico ni ordenador porque nunca lo han querido (nada que objetar, claro) pero se compran un smartphone sólo por tener la dichosa aplicación. Es increíble.
@31 Diego. Francamente, yo creo (y sólo es una subjetiva apreciación personal) que en los “viejos tiempos” no se asumía un nivel de imprudencia y riesgo al volante más alto que ahora, como usted afirma; más bien al contrario. Si ahora hay menos accidentes y víctimas, dicen, y ojo con las estadísticas de la DGT que las manipulan mucho, es por la influencia de otros factores: enorme mejora de carreteras y coches, el uso intensivo del cinturón (es innegable que reduce el número de heridos y muertos), el AVE, los viajes low cost en avión con el increíble (y a veces escandaloso) aumento de conexiones aéreas y aeropuertos en España, el constante aumento de la labor represiva de la DGT en las carreteras, el miedo institucional que permanentemente se inculca sobre el uso del automóvil… Se ha forjado otra mentalidad, efectivamente, pero no más segura ni con más conocimiento, sino con un déficit notable en ambos aspectos y en la actitud. Los accidentes en vías urbanas, curiosamente, han aumentado mucho, y el porcentaje de los que son aparentemente inexplicables me parece alarmante.
En mi trabajo en la autoescuela he visto cosas en este siglo que ni había imaginado jamás en el anterior, como tener que quitar el pie del acelerador (pisado a fondo) a un alumno con mis manos tras quedarse bloqueado (más bien como en trance) en un cambio de dirección en plena vía urbana y sin que mediara peligro alguno. Esto lo he vivido en varias ocasiones, y ya puestos, y por si esto lo lee algún policía, no detenerse ante la señal de alto de un guardia, paraba yo (bendito doble mando), otra cosa que nunca había visto en el siglo pasado. Habrá menos accidentes, dicen, pero desde luego se conduce mucho peor.
@33 Pep. Antes de que se me olvide, y no porque me dé por aludido si no más bien por dar envidia (es un decir) a alguno de los aquí presentes, un servidor ha tenido la suerte y el honor de hacer un cursillo de conducción deportiva un fin de semana completo con, nada más y nada menos, que D. Salvador Cañellas (padre) en Can Padró.
Dicho esto, yo no aprecio que aquí se faltase al respeto a nadie y menos aún que se anime a competir en carretera abierta. Sin embargo, ya que lo ha mencionado, estimado Pep, y sin que lo que diga a continuación lo haga en referencia a su persona (entre otras cosas porque nunca le he visto conducir), le diré que a mí no me inspira ningún respeto como conductor aquella persona que hace mal dicha tarea. Errores aparte, todos somos humanos y los cometemos, me niego a respetar a quien por desidia, falta de interés, respeto a sí mismo, sus pasajeros y a quien se tope en su camino, conduce mal adrede por acción u omisión. Y sí, digo adrede, porque todo el mundo sabe, por ejemplo, lo que debe hacer ante un Stop, que nunca se debe molestar a nadie lo más mínimo porque se quiera cambiar de carril, que con los ciclistas (por lo menos) hay que dejar una separación de 1’5 m, que adelantar sin visibilidad es un acto suicida y homicida… y un largo etcétera de cosas que todos podemos ver todos los días y que sin duda se hacen mal porque simplemente así lo han decidido muchos. No todo el mundo debe tener el mismo nivel, pero todos debemos cumplir dos cosas: 1) Alcanzar un mínimo suficiente. 2) Saber en qué nivel estamos y no superar nuestros límites. Además, con 18 años ya se tiene mayoría de edad y no se es un niño, por más que hasta en los medios de comunicación lo digan; y quien no se sepa o sienta suficientemente preparado que se ocupe en aprender o que deje de conducir.
Buenas noches y saludos para todos.
De verdad que es la primera vez que oigo o leo que siempre haya que frenar antes de las curvas.
Ni mi Santo Padre cuando me enseñaba en un coche que todavía se podía arrancar con manivela. Ni los dos profesores de la autoescuela. Ni familiares, ni amigos, ni conocidos, ni…
En carreteras conocidas yo no freno nunca por el trazado. En las desconocidas, a veces tampoco. Y si hay visibilidad, no freno ni por el tráfico. ¿Por qué voy a «correr» (sentado) más de la cuenta, si luego tengo que frenar? ¿En una carretera abierta al tráfico, sin número «dorsal», sin estar federado, sin barras antivuelco, casco ni cinturón de 4 puntos de anclaje? ¿Para qué? ¿Cuál es el premio?
¿Llegar antes? Pero, ¿y el placer de conducir? ¿La eyaculación precoz ha dejado de ser un problema? Si no les gusta conducir, si no disfrutan enroscando y desenroscando un volante sin tubería y quieren estar lo mínimo posible en el coche que tan cuidadosamente compran, cuidan y hasta del que presumen… ¿no es un poco contradictorio? Es como llegar a acostarse con Ava Gardner y acabar «la faena» lo más rápido posible para presumir cuanto antes de ello. Pobre Benítez, ¿no?
¿Que me quieren adelantar? Que lo hagan. Ya les alcanzaré cuando lleguen al atasco, en Madrid. O no, da igual. Son solo objetos fugaces al otro lado del cristal. Un decorado pasajero, de unos pocos minutos. Figurantes sin media frase en el guión, con solo un voto cada cuatro años y un grito a compartir con la muchedumbre cada vez (muy pocas veces) que la pelota entra por entre los palos. ¿Por qué me habría de preocupar si me adelantan? Buen viaje. Que me adelanten no me plantea el menor problema, mientras lo hagan bien y desaparezcan pronto, en lugar de quedarse ahí delante, molestando en las zonas de curvas.
Yo no compito con desconocidos. Y menos si no hay premio alguno. Que vivan su vida. Yo seguiré sentado en mi butaca rodante, sin embrague y, a ser posible, con el control de crucero en marcha. Conversando o pensando, mirando el paisaje o repasando el día. Pero sin poner el menor interés en llegar el primero ni en rebajar marcas. Ni tan siquiera preocupado por rebajar el consumo de petróleo que nos vende el Daesh, sus socios saudíes, Maduro, Bush, Putin o Martín Villa (y sus sucesores). Para eso me compré un Prius, para minimizar mi colaboración con nuestros enemigos.
¿Frenar sin necesidad, solo porque hay una curva delante? Qué ocurrencia.
Perdón si alguien ha sacado antes el asunto , no lo he leído todo.
Y por la noche?
El conductor medio se convierte en el cegato impenitente.
Y a frenar (más).
Mi rimo de conducción habitual es similar al que don Arturo a elegido para las siguientes pruebas y tambien me encuentro habitual mente a este tipo de conductores que en recta van por encima del limite legal y en curva se queda a meno de 70% de ese limite aunque la curva se pueda pasar con total seguridad al limite legal de la vía.
Dentro de este grupo se puede distinguir algunas categorias diferentes:
Los que pasan toda curva frenando, especialmente si la curva es en bajada y cerrada.
Los que se cierran antes de entrar en la curva y la termina por el carril contrario o por el arcén,aun que vayan a 20 km/h.
Los que, sistemáticamente, utilizan los dos carriles para trazar las curvas en las subidas con carril de vehículos lentos, que generalmente van más lentos que los que circulamos por el derecho y usando el izquierdo para adelantar.
@Esteban Creo que el problema es que andamos tan maravillados con los progresos en seguridad que se han hecho (vehículos, infraestructuras, etc.) que andamos despreocupados, pensando que es suficiente con seguir 4 reglas (o menos) o que incluso es posible conducir haciendo otras tareas. Y por supuesto, esta manera de pensar promueve la aparición de accidentes ‘inexplicables’, que son la punta del iceberg, porque para cada accidente hay muchas más situaciones de riesgo absurdas e inexplicables en las que la buena suerte (o la atención de los otros) ha jugado a favor de los implicados, los cuales es muy probable que ni se hayan enterado del riesgo que han asumido o provocado para los demás. Sólo hace falta darse un paseo en coche cada día-ya no digamos en fin de semana- para comprobarlo.
Como anécdota comentaré que hace unas semanas se incorporó por delante mío un coche de autoescuela. La verdad es que a mí me pareció que lo hizo extraordinariamente bien, muy decidido y muy coordinado y que, o bien iba conduciendo el profesor, o bien el alumno era muy bueno. Pues bien, ni una cosa ni la otra. Al cabo de unos metros montó un buen lío al pararse por no poderse cambiar de carril-a la entrada de Barcelona-, lo cual me hizo pensar que lo de incorporarse bien había sido ni más ni menos que un golpe de suerte, que simplemente se ‘había metido’. Y así, pues muchos con L y sin L, hasta el día que quien viene no puede evitar el desastre.
@42.- No me imaginaba que vd., que parece una persona preocupada por la eficiencia energética, fuese de los que desperdician energía cinética frenando para dar una curva que podría dar perfectamente sin tocar el freno por mucho que en el Prius se recupere una parte de de esta.
De hecho no creo que sea de esos, no se porqué se pica si estamos criticando a los que conducen a tirones .
Regularmennte circulo por vias de doble sentido y me encuentro muchisima gente que, ya no solo no puedes pasarlas en recta, sino que en cuanto ven que llega la zona discontinua de adelantar, ponen pie a tabla y te quedas sin adelantar, solucion, hacerlo en raya continua y/o en curvas con visibilidad con el risgo humano y monetario que ello supone.
Yo casi siempre circulo entre 10-20 o hasta 30 km/h por encima del limite de la via con un 308 de 95cv gasofa ke ni quemandolo acelera…imaginaros para adelantar cuando llegas a la recta y te aceleran ( he llegado a tener que adelantar a varios coches a 140/150, que circulaban a 80/90) me nervan mucho esta clase de conductores, yo cuando conduzco miro para delante, pero tambien controlo lo que viene por detras y si viene alguien mas rapido que yo lo que haco es facilitarle lo maximo el adelantamiento por el y por mi… eso si, ni pego frenazos ni hago cosas raras, simplemente cuando llega la recta, mantengo mi velocidad y ke me pase… ojala todos hicieran lo mismo…
@45 Elisa. Al hilo de lo que usted dice, les cuento la peor situación que he pasado en muchos años:
Autovía A4, rectas, tráfico escaso, de día y buena visibilidad. A lo lejos un camión y un turismo detrás. Pienso que le dará tiempo a adelantar mucho antes de que yo los alcance, pero no. Sigue detrás. Cuando me voy acercando pienso que será de los que se ponen a adelantar cuando vean que yo pongo intermitente y me desplazo a la izquierda, pero no. Empiezo a tomar precauciones, 5ª y ráfagas. Nada. Bueno pues se sentirá cómodo ahí. Empiezo a adelantar y justo cuando estoy en el «punto de no retorno» pone intermitente y me echa el coche encima con decisión….frenazo a fondo y pitada sostenida, pero por un instante no reacciona y yo me echo a la izquierda todo lo posible (en ese tramo había guarda rail). Por fin desiste. Cuando vuelvo a mi carril y termino el adelantamiento, miro al conductor para intentar asesinarlo con la mirada pero lo que veo es la cara inexpresiva de una joven de no más de 20 años. Eso fue lo que más me impresionó, la cara de no haber roto un plato jamás.
Esa jovencita no se dió cuenta en absoluto de lo cerca que había (habíamos) estado de …. (Confieso que mi intención era echarle el coche encima en cuanto sintiera el roce con el guarda rail.)
Ojalá sigamos teniendo, ella y yo, la suerte de aquel día.
@48 edjmar: Pues no sé que diría @Ferrer, que veo circula por mi zona, pero por aquí (al menos por la AP7) esto es de lo más habitual. Llegan a 10 cm del camión y entonces ‘se tiran’ al carril izquierdo, venga quien venga. Si no fuera por el claxon… y ni así. Al ver alguien así hay que moderar la velocidad, absurdo entre los absurdos al adelantar a un camión, pero es lo que hay.
@48, 49 En relación a lo que mencionan es curioso como, en bastantes ocasiones, se puede predecir cuando un coche tiene intención de cambiarse de carril incluso antes de poner el intermitente (o en caso que lo ponga, pero esa ya es otra historia…). Cuando tiene la intención, hace como unos movimientos dentro del carril, como si serpenteara un poco… y acto seguido maniobra de cambio de carril.
Por otra parte creo que la AP7 norte (de Barcelona hacia arriba) es una carretera donde se respeta (¿respetaba?) bastante y se conduce (¿conducía?) con educación. Antes la cogía mucho (sobretodo el trayecto Barcelona-Girona y viceversa) y la verdad es que no me importaba conducir por ella; además la velocidad media es (¿era?) relativamente alta. Últimamente, pero, voy menos por allí.
La que si que me saca de quicio es la «autopista de la costa» (C-32) por el poco respeto, educación y nivel que hay en ella. Siempre que puedo intento evitarla, aunque que tenga que dar un rodeo.
La verdad es que conozco más la AP-7 sur que la norte, por la que paso sólo esporádicamente. La c-32 si que la vivo a diario (saliéndome un pequeño trozo para hacerlo por montaña), y es como usted dice, pero a mi entender en la línea de la ciudad de Barcelona, donde las palabras ‘colaboración’ y ‘coordinación’ parecen eliminadas del diccionario.
Para Elisa:
No sé qué demonios ocurre ahora que sólo puedo ver un comentario, el último que tú has escrito y con el número 1, cuando el primero (si mal no recuerdo) le corresponde a Ferrer. En fin, más o menos recuerdo lo que me decías y también que comparto tu opinión.
Lo de quedarse maravillados por los avances tecnológicos, yo diría que también pasmados e idiotizados por ellos, es otra de las muchas cosas que, como bien sabes, no entiendo. Tendencia que por mi parte parece ir en progresivo e imparable aumento, hasta el punto de que no pocas veces me preocupa y me lleva a revisar (en lo que puedo) la forma en la que pienso y razono, no vaya a ser que el problema esté en mí. Y que conste que admiro, respeto y agradezco profundamente cualquier avance del ser humano en cualquier campo, pero creo que hay muchos que no son para tanto y perfectamente prescindibles. Lo que me lleva a pensar que lo que ahora se denominan “nuevas tecnologías”, en realidad se está convirtiendo en un peligroso sustituto de la religión. Nos maravillan con falsos milagros, nos imponen la fe y la acepamos con asombrosa resignación; incluso conscientes del fraude se asume con fatalismo repitiendo el manido “es lo que hay”, “lo demanda el mercado”, “es lo que la gente quiere”.
En el caso del coche de la autoescuela… sabe Dios qué les habrá pasado a mi colega y a su alumno. En todo caso (seguro que ya lo haces) ve en guardia con ellos, siempre cabe la posibilidad de que un alumno con intención de pisar el embrague pise el freno con toda su alma; también puede ser muy sorprendente cómo se les ve circular a veces si el coche lo está probando un mecánico.
¡Saludos!
Efectivamente, D. Arturo, el conductor medio de este pais lo hace al buen tuntún, basándose en reglas y dichos que ha oído no se sabe donde. Antaño, cuando todavía el cambio de 5 velocidades era una relativa novedad era frecuente oirles decir aquello de «la quinta no se pone hasta que te pones a 100 km/h» y así iban cuesta abajo a 80 por hora en cuarta.
La costumbre de frenar para hundir un poco la suspensión y dar precarga a los muelles es básica para circular rápido con un mínimo de seguridad, lo mismo que jugar con freno y gas a la hora de afrontar tramos de curvas enlazadas. Personalmente, cuando voy un poco alegre, suelo frenar hasta el mismo ápice de la curva, quitando presión del pedal gradualmente desde que tiro de volante.
Años ha, cuando conducía coches de escasa potencia me llevaban los demonios cuando la gente con coches gordos me frenaba en las curvas y luego se me escapaba en las rectas. Claro, no quedaba otra que adelantarles haciéndoles un interior y a veces jugándose un poco le bigote.
Saludos.
@Esteban, puede que no vea los comentarios anteriores a causa de que se conecta a través del móvil. Si es así se soluciona pulsando el botón que despliega el menú de opciones y eligiendo Vista de Escritorio, espero haberle ayudado.
El pedal que mejor debe conocer todos buen conductor es el de freno. Se frena con el pie derecho donde tenemos más sensibilidad la mayoría, y es muy importante saber modular la frenada y no confiar en exceso en la electrónica, adecuar la velocidad a la vía y no creernos pilotos es básico para la seguridad colectiva. No seamos rusos.
Viva el pedal del freno, la contención y la sabiduría automovilísticas; abajo los pseudo pilotos de vía pública abierta al público y aquellos come rectas culos inquietos de tráfico ciudadano y de circunvalación.
¿Pero Vds. han leído el artículo y los comentarios? A veces da la impresión de que no lo han hecho. Les hago un resumen: no se trata de no frenar para ir mas rápido que frenando en plan ferro a fondo e fé en Dios, sino de no frenar innecesariamente porque en muchos casos no es en absoluto necesario para circular a una velocidad prudente y uniforme. No se a ustedes, pero a mi lo de la velocidad uniforme y coherente con la vía y el tráfico me parece fundamental para la seguridad.
Entonces no entiendo porqué es mejor frenar hasta 60 para dar una curva que se toma tranquilamente a los mismos 80 a los que íbamos por la recta. Y no hablo de una curva que se puede dar a esa velocidad «pilotando», hablo de que se puede dar así sin que mi suegra que es muy caguica pase el mínimo momento de temor.
Si vds. prefieren desperdiciar pastillas de freno y gasolina a mi me da igual, pero bien hecho no está.
Y aprovecho para mentar a otro tipo de frenador que se nos había escapado: el que frena cuando va a pasar por delante de un radar aunque vaya muy por debajo del límite. Sin duda es síntoma ir concentrado en lo que se hace y otra gran contribución a la seguridad vial.
@Valmho: Cierto, este del radar es un ejemplar muy tipico de la fauna que pueblan nuestras carreteras. No sabe pasar por delante de un radar sin tocar el freno.
Suscribo a @Valmhö.
Don Arturo no dice nada de no frenar: dice que, con frecuencia, toca ligeramente el freno para «colocar el morro». Lo que no dice es nada de frenar sistemáticamente en cada curva, y menos aún yendo por debajo de la velocidad adecuada para las condiciones de la vía. Que es lo que muchos conductores hacer. Al igual que frenar inmisericordemente para entrar en la curva casi parados.
Entiendo, por supuesto, que estamos hablando de conducción turística. No de ir de tramos. Yo, eso, no sé hacerlo.
Suscribo también a @sisu. Más de una vez lo he comentado con mi mujer. Y el susto que uno se lleva al ver que un coche empieza a frenar en plena autopista, yendo a 130 o ¡120! sin obstáculo aparente alguno, suele ser notable. Si acaso, basta con levantar el pie un par de segundos antes de llegar al radar.
@Manué: ¡Gracias! Pues con el móvil me salen todos los comentarios pero sin estar ordenados numéricamente. Donde me salen sólo los más recientes es en el portátil. Nunca me había pasado, y sólo me pasa ahora y aquí. Todavía no di con el problema, no tiene mayor importancia, pero veré si lo puedo arreglar en estos días.
Gracias de nuevo. Un saludo.
@ Esteban:A mi tambien me pasa.,solo con el movil. De golpe han desaparecido treinta y pico mensajes, o mas..
Esteban, me pasa exactamente lo mismo que a usted. Creía que era el único, pero veo que no.
Ah y por cierto, el «frenador de radar» es de los peores, sí, sobretodo cuando te pasa a toda velocidad para frenarte justo delante a 20 o 30km/h por debajo del límite de la vía para luego enseguida volver a perderle…
Puede ser porque el límite visible sea de 50 comentarios. En el blog de La Escalera pasa lo mismo.