Hace exactamente dos meses, en la prueba del Opel Adam Rocks, prometimos publicar la del renovado Corsa que utiliza la misma mecánica: el novedoso tricilíndrico 1.0-DI Turbo de 115 CV, combinado con una también nueva caja de cambios de seis marchas. Y aquí está la prometido; sólo que la información tiene bastante más sustancia que simplemente comparar el resultado del mencionado conjunto mecánico sobre dos carrocerías distintas. Porque el Corsa ha recibido, en esta su quinta generación y al margen de retoques estéticos, un bastidor con las adecuadas modificaciones –aunque ninguna aparentemente muy profunda- como para ofrecer un comportamiento radicalmente mejorado respecto al de la generación anterior. Hasta el punto de que considero que en la historia del Corsa habrá “un antes y un después” del año/modelo 2015.
Dicho de otro modo: en las tres décadas de su existencia, este 1.0-DI ha sido el primer Corsa que me ha satisfecho plenamente; el OPC 1.6 Turbo Nürburgring Edition fue un caso aparte, tan modificado que su parentesco con un Corsa de 2011 se limitaba básicamente a la carrocería, y poco más. Pero esta nueva generación del 2015 –si le damos al 1.0-DI el suficiente valor representativo para toda la gama- tiene un comportamiento al que no hay un “pero” importante que ponerle, al menos en cuanto a manejo y agrado de utilización. Lo cual no quiere decir que no tenga algún defecto, que los tiene; pero no afectan cuando se está al volante. El primero y fundamental de ellos es el excesivo peso; un sambenito que vienen arrastrando todos los Opel de las últimas generaciones, y que no se va a resolver hasta que aparezca el ya muy próximo Astra (y es de suponer que le sigan los demás modelos, según vayan cambiando de generación).
A este Corsa de la prueba le sobran unos 160 kilos, así como suena; si Mazda ha podido hacer un Mazda-2 de 975 kilos, y con una versión de 110 CV, no hay razón para que Opel no pueda hacer lo mismo; y váyase el incremento de peso de tener turbo e intercooler, a cambio de tener un cilindro de menos, siendo ambos motores de aluminio. Este sobrepeso es como llevar dos invisibles pasajeros de 80 kilos en el asiento posterior; y ello se cobra su tributo en cada arrancada, en cada aceleración y en cada subida de una cuesta, en cuanto a prestaciones. Y por supuesto que también en consumo, en todas y cada una de las citadas circunstancias. Y no es cuestión de que por ello sea más sólido, sino del adecuado diseño del monocasco, y sobre todo del tipo de chapa y otros materiales empleados.
Pero desde el puesto de conducción, el sobrepeso no se nota; o al menos, no con este pequeño pero voluntarioso motor de 115 CV, que ya es una potencia de cierto respeto para un segmento B que no pretende entrar en el nicho de los deportivos, pues para eso están los OPC. Y al margen del agrado de utilización del motor y de la nueva caja de cambios, la clave del cambio de comportamiento se debe a modificaciones del bastidor: suspensión y dirección, en concreto. Con ellas, el comportamiento rutero del coche ha dado un salto no ya cuantitativo, sino cualitativo; resulta asombroso que esto se haya conseguido simplemente variando reglajes, y poco más.
Porque la plataforma sigue siendo exactamente la misma, como también lo es la carrocería. La verdad es que considerar que haya habido un cambo de generación resulta casi excesivo; y de serlo, lo es más por las nuevas mecánicas que por novedades estructurales. Batalla y vías siguen siendo exactamente las mismas, y en cotas externas de carrocería las variaciones son de milímetros; pero ahora entra en juego la cuestión de los tarados y de modificaciones estructurales en algunas piezas, y el resultado es sorprendente.
Por algún lado hay que empezar: lo primero es el subchasis delantero más rígido, que ha permitido rebajar 5 mm el centro de gravedad; sin duda al posicionar el conjunto motor-transmisión un poco más bajo. También los portabujes son nuevos, modificando a su vez las cotas del tren delantero; y a ello se une la dirección totalmente nueva: sus propias cotas, el piñón y la cremallera, ambos tramos del árbol, y el calibrado de la asistencia eléctrica. Asistencia que ahora es variable con la velocidad, y compensa tanto el bombeo de la carretera como el viento lateral, tal y como ya estrenaron los coches VAG con el nacimiento del primer Audi A3.
Y detrás, si bien el eje torsional sigue siendo el mismo, todo lo demás ha recibido modificaciones: silent-blocs de anclaje, los propios anclajes al monocasco y a las manguetas y, lo mismo que en el tren delantero, la rigidez de los muelles y los tarados de amortiguación. El resultado es que ha disminuido el subviraje -ahora apenas perceptible- y la sensación percibida es de mayor precisión de trayectoria en curva y de estabilidad direccional en recta, habiendo desaparecido los movimientos parásitos del tren posterior. Nuestra unidad, al llevar llanta 17”, incorporaba obligatoriamente la suspensión Sport; pese a lo cual, la sensación transmitida es de ser algo más suave que en los Corsa anteriores.
De siempre me ha fascinado cómo puede cambiar el comportamiento de un coche simplemente con los reglajes y tarados de suspensión y dirección, y algunos retoques de aparente menor cuantía en sus elementos de unión al bastidor. A condición, claro está, de que el dimensionamiento y la forma de las piezas principales (columna McPherson, su triángulo inferior, el eje torsional o los brazos del tren posterior) no estén irremediablemente mal paridos. Y este Corsa es una demostración palmaria de dicha capacidad; lo asombroso es que, para hacer unos cambios que no modifican estructuralmente el coche y no deben ser muy caros de realizar, tengan que pasar años y años, y dos o tres generaciones de un mismo coche.
Pero como no sirve de nada llorar una vez que el cántaro se rompió y se derramó la leche, celebremos que, por fin, el Corsa tenga un bastidor que, en agilidad, está ya muy cerca de un Fiesta o un Ibiza, más o menos al nivel del Polo o el 208, y con un tacto más rotundo y firme que el de un Clio o un Punto. Por supuesto que el siguiente paso tiene que ser el de una cura de adelgazamiento; pero siendo éste el lanzamiento de una nueva generación (así lo dice la marca), es de suponer que no le hayan reservado plaza en el balneario hasta dentro de unos cuantos años. Y si por suerte esto no es así, entonces esta quinta va a ser la generación más corta en la vida del Corsa; puesto que las cuatro primeras han abarcado tres décadas. Y desde luego, quitarle unos 150 kilos al coche bien se merece considerar que, entonces sí, el cambio supondría entrar en la sexta generación.
Pero estos son futuribles, que en todo caso tendrán que resolver las altas instancias de Rüsselsheim; así que vamos a centrarnos en este Corsa 1.0-DI de aquí y ahora, cuya ficha técnica completa es la siguiente:
Ficha técnica: Opel Corsa 1.0 DI TurboMOTOR CICLO POSICIÓN ESTRUCTURA COTAS ALIMENTACIÓN DISTRIBUCIÓN RENDIMIENTO TRANSMISIÓN DISPOSICIÓN EMBRAGUE CAMBIO CONTROLES GRUPO RELACIONES ● DESARROLLO FINAL (km/h a 1.000 rpm) BASTIDOR SUSPENSIÓN DIRECCIÓN FRENOS CONTROLES RUEDAS CARROCERÍA TIPO COTAS PESO CAPACIDADES AERODINÁMICA PRESTACIONES DINÁMICAS CONSUMO EMISIONES |
Como ya venimos haciendo habitualmente, seguiremos el orden de la ficha para hacer algunas consideraciones sobre las características del coche, antes de pasar a compararlo con su antecesor en esta prueba, el Adam Rocks, y cerrar con los resultados de los recorridos y las impresiones sobre su comportamiento y prestaciones. En primer lugar, digamos que de este mismo motor existe una variante de sólo 90 CV, pero con el mismo par máximo hasta 3.700 en vez de 4.500 rpm; a partir de ahí, el ya bien conocido truco de estrangular la gestión de inyección y soplado permite crear una versión “económica a la fuerza”, privándole al usuario del muy agradable aporte de 25 CV suplementarios como reserva de aceleración.
Es una forma de conseguir economía de cara a conductores demasiado “alegres” a la hora de hacer adelantamientos espectaculares y aceleraciones brillantes; pero precisamente este tipo de conductor es el que elegirá la versión de 115 CV, aunque resulte algo más cara. Y luego, en función de con qué transmisión se monte este motor “económico”, será más o menos adecuado para una conducción más tranquila, tal y como ya hemos observado con el Clio 0.9-Tce de similar potencia en la prueba de 120.000 km de “km77”.
Pero volviendo a nuestro motor de 115 CV, ya dijimos en la prueba del Adam Rocks que resulta sobradamente prestacional para una utilización normal, e incluso bastante dinámica; pero no es un motor impactante por su empuje, como ocurre con el 1.0 Ford EcoBoost de Fiesta, Focus e incluso Mondeo. Simplificando un poco, podría decirse que el motor de Ford está hecho (y muy bien) para impresionar, mientras que el de Opel lo está para utilizar. Todavía mejor equilibrado que el EcoBoost (lleva un árbol, en vez de un simple contrapeso en la polea), no vibra absolutamente nada y, una vez caliente, es de una suavidad intachable.
Al no disponer de “overboost”, su funcionamiento es bastante lineal para estar turboalimentado, puesto que el par ya está en su máximo (17,3 mkg) a 1.800 rpm, y a partir de ahí, primero se mantiene constante hasta 4.500 rpm para luego ir decreciendo muy suave al principio hasta 16,4 mkg a 5.000 rpm y luego más acusadamente hasta 13,7 mkg a 6.000 rpm. Por ello mismo, también decíamos que, yendo en 6ª en llano, y en 5ª o incluso 4ª en cuesta arriba, no da el menor reparo pisar a fondo, porque no se tiene la sensación de estar desperdiciando combustible tontamente: la recuperación es apreciable, aunque no espectacular pero a costa del consumo.
Naturalmente, estas características del motor deben ser tamizadas a través del prisma de los desarrollos de transmisión, y del tipo de conducción al que dan lugar. Aquí hay teorías para todos los gustos, y Opel ha elegido la de unos desarrollos francamente cortos, teniendo en cuenta el par y la potencia disponibles (pero quizás pensando también en el hándicap del sobrepeso que arrastran). Por ejemplo, Renault le pone a su Clio 0.9-Tce tricilíndrico de sólo 90 CV y 13,8 mkg una 5ª de 38,0 km/h, casi idéntica a la 6ª del Adam Rocks y del Corsa 1.0-DI; y para la versión 1.2-Tce de 4 cilindros y 120 CV con 19,4 mkg, ya se pasa a 33,2 km/h para 5ª y 41,0 para 6ª. Pero es que ambos Clio pesan, respectivamente, tan sólo 1.010 y 1.090 kilos, frente a los 1.080 y 1.140 de los dos Opel. Y por lo que respecta al Fiesta 1.0 EcoBoost de 125 CV y 20,4 mkg (con overboost), a pesar de tener sólo cinco marchas, lleva nada menos que 42,8 km/h en 5ª; pero es que pesa menos de 1.020 kilos. Y finalmente, el récord lo tiene el Polo 1.2-TSI probado hace unos pocas semanas, que para sus 110 CV y 17,8 mkg, tira de una 5ª de 38,7 km/h (idéntica a la del Corsa en 6ª), y de una 6ª de 46,1 km/h; si bien pesa sólo 1.060 kilos.
Naturalmente, estas combinaciones de rendimiento del motor y desarrollos obligan a estrategias de conducción muy distintas: en los Opel, especialmente en el Adam Rocks, se puede en ir en 6ª casi por todas partes: a 68 km/h reales ya se dispone de par máximo. Pero que en rueda –y esto es algo que muchas veces se olvida- supone un 21% más de empuje, a igualdad de valor de ese par, porque interviene la diferencia de desarrollos (38 frente a 46). Esto quiere decir que en Opel están bastante seguros de la economía de su motor trabajando a carga parcial, y no les importa que vaya algo corto en buena parte de su utilización; a cambio, según vaya aumentando la carga, el Corsa irá mejorando en vivacidad respecto a esos otros cuatro coches citados, y el conductor se ahorrará tener que bajar una, o incluso dos marchas, en multitud de ocasiones. Como ya hemos dicho antes, el Opel han hecho un coche para utilizar, y no pensando exclusivamente en las cifras de homologación; un planteamiento muy de agradecer.
Respecto al Adam Rocks, motor y transmisión son idénticos, con una ligera diferencia de desarrollos debida al distinto calzado de las respectivas unidades de pruebas. En cuanto a frenos, en el Rocks se montaban nada menos que los de la versión OPC del Corsa (308/264 mm), a todas luces desproporcionadamente grandes, que se han reducido a unos diámetros generosos, pero más razonables (284/228 mm) en el Corsa. En cuanto a la dirección, las modificaciones -o más exactamente renovación total- la hacen muy agradable, con poco más de dos vueltas y media de volante para poco más de 10 metros de diámetro de giro. Y en cuanto al bastidor, ya hemos señalado más arriba todas las modificaciones, que lo son tanto respecto al Corsa de 4ª generación como al Rocks, puesto que este último todavía utiliza el bastidor antiguo.
Pero con una diferencia notable: la batalla del Rocks está acortada 20 centímetros respecto a la de los Corsa; y entre esto y la diferencia de cotas y reglajes, los comportamientos son muy distintos. En el Rocks, eso sí, se montaban unas gomas 235/35-18 SportContact-5 muy deportivas, que le daban un agarre sensacional, pero al precio de exigir una continua tensión al volante; al menos para andar un poco rápido, ya que las reacciones eran muy nerviosas. Todo lo contrario de la relajada conducción del Corsa, en la que el nivel de concentración corre en exacta proporción al ritmo de marcha mantenido, y en función del tipo de vía utilizada. Eso sí, en cuanto al volante, se mantiene el defecto endémico de los Opel: un aro del mismo excesiva e innecesariamente grueso.
Cerremos la comparación resaltando que el Rocks, 27 cm más corto y apenas un poco más estrecho, pesa 70 kilos menos que el Corsa; pero sobre todo, que su Cx de 0,31 resulta sorprendentemente bastante mejor que el de 0,33 del Corsa. Y puesto que la sección frontal de este último también es ligeramente superior, el resultado final es que el producto S.Cx, que es lo que cuenta, está nada menos que cinco puntos más alto: 0,71 (tirando a malo para el Corsa) frente a 0,66 (simplemente aceptable para el Rocks). Pero todo ello se descuadra bastante cuando entra en juego el equipo de ruedas, ya que la homologación del Corsa de la que disponemos está hecha con gomas 195/65-15; y es de suponer que también del tipo b.r.r., ya que las 215 de la unidad de pruebas también lo eran, y no van a ser tan tontos en Opel como para homologar con neumáticos de una especificación menos adecuada. Gracias a ello, y a que en el Rocks parece que no hay gomas b.r.r disponibles, los datos de homologación del Corsa son ligeramente mejores que los del Rocks; cuando por peso y aerodinámica, deberían ser peores.
Pero en esto de las ruedas no tenemos posibilidad de intervención respecto a las montas de origen y opcionales, ni tampoco respecto a lo que traiga la unidad de pruebas; nos conformamos con lo que nos den, y gracias. En este caso, al menos, la monta era razonablemente adecuada para lo que hoy se estila; ya eran b.r.r, si bien les sobraba, como en casi todos los casos, anchura de sección. Pero como la cosa no tiene remedio, ahí van los resultados de ambos recorridos, a los dos ritmos de marcha habituales:
Resultado del Opel Corsa 1.0-SIDI en el circuito habitual: A ritmo “económico”: Consumo: 7,01 l/100 km. Promedio: 106,9 km/h. A ritmo “interesante”: Consumo: 7,69 l/100 km. Promedio: 110,8 km/h. |
El recorrido económico lo tuvimos que hacer dos veces: en la primera, el piso estuvo siempre húmedo como mínimo, y con bastante llovizna en varias ocasiones, además de algo de niebla en algunos tramos, amén de un tráfico un poco más denso que el habitualmente muy escaso. Y por si fuera poco, algo de viento, a favor de salida y en contra de vuelta. En fin, casi un desastre, que se saldó con un tiempo de 4h 48 m, para un consumo de 7,05 l/100 km. Al día siguiente, la climatología ya había entrado en razón: cero viento, piso seco, buena visibilidad, y tráfico normal (o sea, sin problemas). Resultado: se rebajan cinco minutos hasta 4h 43m, y a pesar de rodar más rápido, el consumo desciende a 7,01.
No obstante, el hecho de haber repetido el recorrido nos sirve para verificar, una vez más, que aplicando siempre el mismo ritmo de marcha y técnica de conducción, el consumo varía poquísimo: cinco minutos de tiempo, achacables a las condiciones, y sólo cuatro centésimas de litro en el consumo. Una referencia para tranquilidad de quienes creen que esta prueba es lo bastante técnica (ya que no científica) como para ofrecer datos más que suficientemente fiables y comparativos; pero también para desesperación de los “negativistas” que se creen que los medios litros de diferencia de consumo suben y bajan en cuanto llovizna un poco, sopla un céfiro, o haya que adelantar a tres camiones más de lo habitual.
El recorrido a ritmo más vivo no tuvo mayor historia: todo normal, aunque con un poco de viento que se nos antojó (apreciación subjetiva) un poco más fuerte (con ser flojo) al retorno que a la salida. No obstante, la diferencia de 0,68 l/100 km entre ambos recorridos está exactamente en el promedio, que viene a ser alrededor de 0,7; así que el viento poco o nada pudo influir. Y ahora vamos con la comparación de los consumos respecto a diversos contrincantes; ya hemos visto que entre los dos ritmos de marcha la diferencia es la habitual, luego los desarrollos más bien cortos no favorecen especialmente a un ritmo respecto a otro.
Pero comparemos ahora con el Adam Rocks de idéntica mecánica, pero con un desarrollo un 1,7% más corto, 70 kilos menos de peso, y una aerodinámica cuyo S.Cx es un 9,3% más favorable, que ya es diferencia. Pues bien, a pesar de todo y a ritmo económico, el Corsa consume 0,1 l/100 menos, y eso tardando dos minutos menos; y a ritmo vivo, consume 0,07 menos, si bien tarda dos minutos más. ¿Influjo de un coche u otro en el estilo de conducción? Entre el desarrollo algo más largo y su mayor peso, el Corsa ya pide cambiar con alguna mayor frecuencia que en el Rocks; y como sus neumáticos obligan a ir un poco más lento en curva -aunque más a gusto- también eso hace caer un poco más el régimen del motor, colaborando a lo de tener que reducir con mayor frecuencia.
Pese a ello, las gomas b.r.r. imponen su mayor eficacia (ayudada por una medida menos de sección); y los consumos del Corsa acaban quedando, en promedio, apenas una décima por debajo de los del Rocks. No obstante, y compensando normativas legales, oscilaciones en tamaño y peso, cambios de cinco o seis marchas, motores atmosféricos o turboalimentados, la cuestión es que, en dos décadas, las cosas han cambiado muy poco. Porque en 1995 un Corsa GT 1.4-Si atmosférico de 90 CV realizó el recorrido a ritmo económico a 105,3 km/h de media (no había rotondas) con un consumo idéntico: 7,01 l/100 km. Y un Sport, por las mismas fechas, lo hizo a 6,83 l/100 km. Bien es cierto que los Corsa, por aquel entonces, pesaban sobre 950 kilos. Es decir que lo ganado en seguridad pasiva, mejora de bastidor y equipamiento, se ha perdido por el aumento de peso y algo de sección frontal.
Volviendo a la actualidad, recordemos, de forma muy esquemática, los consumos de coche competidores, como ya hicimos con ocasión de la prueba del Adam Rocks: a ritmo económico, el Clio 0.9-Tce 90 CV (6,65 l/100 km y 4h 44m); Fiesta 1.0 EcoBoost 125 CV (6,67 y 4.39); 208 1.2 82 CV (6,92 y 4.41), y otra prueba del Clio 0.9 (otros neumáticos, 7,01 y 4.43). Y en cuanto a ritmo interesante, el Fiesta 1.0 EcoBoost (7,59 y 4.29) y Clio GT-120 CV (7,59 y 4.28). Es decir, que el Corsa está bien situado, pero hay rivales que le mejoran; a cambio ofrece el relax de conducción autorizado por su desarrollo corto, y queda a la espera de esa cura de adelgazamiento que, si todo funciona como sería de esperar, podría producir resultados espectaculares, e incluso permitir un discreto alargamiento de los desarrollos. Pero habrá que tener paciencia; tal vez vaya para largo.
Sinceramente me ha decepcionado un poco el resultado del consumo a ritmo normal, aunque viendo el peso y la aeródinamica me temo que tampoco se podía esperar más por mucho que sea un buen motor.
No conozco los datos de aerodinámica del nuevo Astra, pero teniendo en cuenta que no pesa mucho más, es posible que iguale el consumo en carretera a poco que tenga mejor Cx.
Ha dicho viento lateral? Elisa en 3, 2, 1…
Muy interesante el penúltimo párrafo, cuando se comenta que, unas cosas por otras, el consumo de este Corsa es el mismo de su «abuelo» de potencia similar y de 1995. Probablemente suceda lo mismo con sus competidores.
Y es que da la impresión de que el peso es la asignatura pendiente de la industria. Y muy especialmente de Opel -a la espera del nuevo Corsa- Citroën o Ford.
Sólo VAG con su MQB y Mazda con su «estrategia del gramo» parecen avanzar en ella, a la espera de lo que haga Alfa-FCA con su Giulia. El caso de la MQB es sorprendente, consiguiendo para el Passat pesos en el orden de las 1,3 Tm. , nada menos que 300 kilos menos que competidores como el Insignia y sin mermas aparentes de calidad. Algo que sí se aprecia en Mazda, donde el no tan ligero CX-5 me sorprendió con un imperial rígido de ¿cartón? y ruidos de rodadura sorprendentes.
Por lo demás, enhorabuena a Opel por ese bastidor -que, si no recuerdo mal, no deja de ser el del Punto de 2005- tan mejorado. me choca, si embargo, la posición de la pantalla multimedia, tan baja. Da la impresión de que los fabricantes y diseñadores no acaban de dar con su integración en el salpicadero. Pero en todo caso, sea con mayor o menor acierto, creo que tan baja y fuera de vista no la coloca ningún competidor. Algo que me parece casi inaceptable en estos tiempos, dada la importancia que cobran las dichosas pantallitas a la hora de utilizar muchos de los sistemas secundarios del vehículo.
Pues me parece un coche perfecto para conducirlo, sin intentar apurar la última décima de consumo.Con las 5 primeras marchas para aprovechar bien el motor a las velocidades habituales de nuestras carreteras, 80,115 y 150 tirando a fondo de vueltas en 2º,3ª y 4ª.La 5ª neutra alcanzaría la velocidad máxima de 195 a 6.100 vueltas,aprovechando al máximo la potencia.Y aún nos queda la 6ª para ir a 120 a 3.100 vueltas en pleno par máximo o a 150 y 3.900 vueltas sin entrar en los puntos.Y si el par máximo se obtiene entre 1800 y 4500 eso quiere decir que la 6ª va muy bien entre 70 y 175, o sea casi cualquier velocidad utilizable en vía rápida.
Es posible que marchas más largas ahorren combustible pero a las velocidades habituales en autopista creo que merece la pena mejorar la respuesta antes que el consumo.Otra cosa sería en zonas no limitadas, ahí podría merecer la pena una última marcha extra larga.
Aquel Corsa GSI de los 80 no era tan distinto de este por potencia y prestación, se ha ganado una 6ª y mucho chasis en este tiempo.
@3 Pragmático.
Oiga, yo ahí no veo 300 Kg de diferencia, más bien 136 Kg. Que són peso, sí, pero no los 300 que dice usted.
http://www.km77.com/precios/comparador/comparar/49284/48590/47560
Hola
Sería interesante poder acceder a una tabla con todos los resultados de estas pruebas para saber en que lugar se situa el coche probado con respecto a los anteriores. Una especie de ranking o similar.
Me hubiese gustado enviar esto por privado al autor pero no encuentro enlace de contacto 🙂
Un saludo y felicidades por el buen trabajo que hacéis.
Positivo:
-Distribu por cadena.
-Nuevas calidades en interior.
-Escalado de marchas adecuado y con 6a velocidad (en oposición al mazda).
-Nuevas cotas y reglajes.
Negativo:
-Continuismo de generación y por tanto mismo elevado peso.
Me recuerda tremendamente al paso de la 5a a 6a generación del Golf, misma carrocería y chasis con retoques, opticas nuevas y salpicadero nuevo para mantenerla sólo 3 años a la venta, y pasar ya a la 7a con nuevas cotas y aceros de ultra alta resistencia con la reducción sustancial de peso.
¿Será consecuencia de que se han centrado en el desarrollo del nuevo Astra?
@7 Lo mismo se puede decir del último Audi A4, del actual A8 con respecto al anterior, del Mercedes SL, del actual X5, actual Lexus LS, del nuevo Serie 7, etc. La lista es cada vez más larga y se conjuga el ahorro de costes con estructuras fácil de poner al día por su calidad inicial. Amortización sería el término más adecuado.
@8 si pero eso en el ejemplo que pongo del Golf con respecto de la gen 6a a la 7a ya no se produce, se cambia la base por otra que se supone de mayor calidad y de un peso mucho menor en pos de un menor consumo. Otro si, esa base se usará en una multitud de hermanos y primos.
Han dixo opel corsa? Bodos en 3, 2, 1…
@8 Parece ser que mientras tanto en o
Opel han estado más ocupados con un cambio de generación auténtico con el Astra y no con el Corsa.
@10
y 0!
No es mi corsa… y a poder ser, el que tengo, será el último. (y también opel). Este coche no me dice nada, estéticamente es casi el mismo que el de 2006, no se si su bastidor también (excepto los retoques). El del 2006 lo probé en su tiempo con el motor diesel 1.3 de 75 cv. Peor que horrible, tampoco me gustaba su puesto de conducción… su manejo en carretera… nada.
A mi también me llama la atención, como a A. de A., que cambie notablemente el comportamiento con unos retoques «menores», aunque mas bien en el sentido de que me parece una tomadura de pelo. Me explico; si antes iba regular y cambiando cuatro cosas ahora va bien a mi me parece que antes me estaban tomando el pelo de haberme comprado un Corsa, y anduve cerquita. O los reglajes antiguos eran mejores que los actuales en algún sentido, o en Opel son unos vagos, o son unos mantas de cuidado a los que les ha tomado un montón de años hacer un producto de primer nivel en este sentido. Estaría bien una comparativa entre un Punto, un Mito y este, ya sería gracioso que un Opel ganase en comportamiento a un Alfa de identica base.
@13
No creo que en Opel sean unos vagos. Lo que si creo (y extrapolable a otras marcas) es que dicen «para el público al que va destinado es suficiente», si el comportamiento no es su fuerte, puede ser compensado con otras cosas.
A menudo leo revistas de cosas de audio y como hablan de los amplificadores cuando salen sus sucesores. A veces parecen auténticas revoluciones respecto a sus antecesores. Después uno encuentra los esquemas en los manuales de servicio y a uno le da la risa. En ciertos modelos se habla de «diseño partido de cero», «sin compromiso» etc… uno mira el archivo y ve que son simplificaciones de modelos «top» hace 20-25 años. En otros aún es peor… Simplemente son «puesta a punto» de un esquema que se repite desde hace 25 años…
Si a uno le gusta modificar los aparatos puede incluso sacarle bastante más calidad con unos pequeños ajustes. Las empresas lo hacen, cambiando el chasis, la marca de los condensadores, las conexiones a masa etc es posible realizar un amplificador «mejor»… o, por lo menos, un apersonalidad diferente, al que puede ayudar un diseño externo distinto (más agresivo o civilizado)… que es donde se gasta el dinero: diseño y marketing. Pero ¿Cuál es el límite de la base del aparato?
En el corsa igual, no se sabe lo que se puede sacar de un chasis. Es cierto que siempre hay un límite, pero es difícil saber donde se encuentra. Más fácil es saber que, en cierto punto, el coste que se gasta en ganar una «décima» no compensa. Creo que esto es lo que marca el límite de evolución. Otras veces se trata de ganar en esto y perder en lo otro y venderlo como algo radicalemnte diferente.
Pero en coches como este con cuatro ajustes, unos buenos amortiguares (mejores que los del modelo anterior) se puede conseguir cierta mejora… y si se pone una rueda ancha como la que lleva el corsa, es muy difícil que el coche vaya mal. Por lo menos en seco.
Una anotación a los neumáticos: He probado los PremiumContact 5 y los EcoContact 5. Aunque nunca al límite. Pero la sensación es que es el mismo neumático (distinto dibujo pero misma carcasa), en mojado van parecido… y lo peor es que ambos se desgastan casi al mismo tiempo…
Quizás en mojado puedan existir ciertas diferencias, pero al no «pisarle» lo suficiente no puedo comentar nada al respecto. En este caso, las diferencias entre Brrrrr y normal son difíciles de notar (ambos son igual de cómodos) y en el tema del desgaste peor. Da la sensación (exagerando) de que incluso el con coche aparcado se gastan al mirarlos… Y es que no pude hacerles más de 20.000km! (cuidado con el desgaste en un verano caluroso) 10.000 menos (tirando un poco a la baja) que se hacen con una turanza, una kleber HP3 y no digamos ya con una michelin energy.
Todas estas ruedas mencionadas son mucho más duras que las continental. El tema de la duración tiene sentido si se comparara con la PremiumContac 5, es decir, es normal que dure menos, pero no tomando la EcoContact 5.
Con ciertos retoques, conteniendo el balanceo y con estas ruedas (por anchura y goma blanda) es posible obtener «mejoras»… pero para mi un corsa es un opel corsa es un opel corsa. Y no tengo ganas de repetir.
@14 Mi experiencia con las conti eco3 es más satisfactoria, montadas delante me han durado 60000kms. y viviendo en Sevilla con el calor añadido.
Lo de que eran una pandilla de vagos iba un poco de coña, pero muchas ganas de hacerlo todo bien nunca han tenido los de Opel, siempre han sido coches mas de luces y sombras que homogéneos, quizás por eso que dice vd., Bodos, o por algo que se nos escapa a los mortales. En todo caso no se trata de poner gomas gordas, es algo mas complicado y sutil que eso.
@9 No, los casos que le he mencionado son similares a los del ‘tercer’ restyling en lugar de coche nuevo del que habla referido a la sexta generación del Golf o este mismo (semi)nuevo Corsa. En algún caso más elaborado como el del Mercedes SL se emplea aluminio pero la «base» (plataforma o estructura) es la misma que el modelo de la generación anterior.
Estoy de acuerdo con Valmho que algo pasa en Opel, porque una vez superado el «problema» de la famoso direccion de tiro central que tanto dio la lata en los primeros corsas, no veo una razon minimamente presentable para no hacer un chasis ya no digo mejor que el mejor de la competencia, si ni simplemente en la media, y mas partiendo de un esquema que ya no deberia de tener secretos para ninguna marca..
Yo hace mucho que no pruebo un corsa, pero si un Insignia de hace 3 o 4 años, y la verdad es que todo lo que se solia criticar de estos coches en cuanto a chasis, en este no hay rastro. Estabilidad excelente, si bien al precio de ir un tanto duro y seco de suspension, y frenos y direccion tambien con muy buen tacto. Solo desentona para mi gusto, la diminuta palanca de cambio, en una interptetacion erronea por parte de Opel de lo que deberia ser un cambio de manejo deportivo o rapido, confundiendo tamaño de la palanca con recorridos cortos (que no lo son).
Me ha sorprendido no leer ninguna crítica negativa al tacto de la dirección de este nuevo Corsa. Reciéntemente he conducido una unidad de alquiler y me he encontrado una de las peores direcciones eléctricas que recuerdo. De entrada, los dos tarados que permite pulsando el botón de rigor son casi iguales en dureza, demasiado blandos para mi gusto. Pero es que, además, en carretera el coche no me transmitía confianza alguna, ni en curva ni en recta, con un autocentrado demasiado violento y sobre todo una imprecisión que no he visto en ningún coche. Y ya digo, a las suspensiones no le pongo pero alguno, pero el tacto de la dirección me decepcionó muchísimo.
Y por si alguien piensa que estoy acostumbrado a coches de gama alta, no es así. Conduzco muchos coches de alquiler, algunos incluso bastante baqueteados como el Peugeot 107 de estos últimos días (8 años y 89.000 kilómetros de vida de rent a car tenía).
Quizá fuese un problema de la unidad que me tocó. De hecho, al regresar a Madrid y coger en el parking de Barajas mi Fiat 500 de uso habitual noté una diferencia enorme en el asunto de la dirección.
Saludos.
hola.
¿Y como hacen para llenar con 55 lts el depósito?