Con motivo de la aparición del ASX, el reciente SUV de Mitsubishi, algunos compañeros me hablaron del sorprendente motor turbodiésel que con él se estrenaba, un 1.8 de 150 CV. Sin duda es un rendimiento notable, pero tampoco excepcional; al fin y al cabo, es el que correspondería a un 2.0 de 167 CV, lo cual está muy bien, pero no es nada sensacional. Pero el caso es que, hará cosa de un par de meses o poco más, llegó la información de que este motor se montaba en el turismo Lancer, y esto ya picó mi curiosidad. Consulté los datos técnicos que acompañaban a la información de la novedad, y mi curiosidad fue en aumento, y tanto más cuanto que todo lo que leí cuadraba casi a la perfección con el perfil del tipo de coches que estaba buscando para esta nueva serie de pruebas paralelas a las de consumo que he venido en denominar como interesantes. Y es que, en efecto, el Lancer 200 DI-D es interesante por su nuevo motor, pero también por la estructura y características del vehículo en sí. De modo que casi a bote pronto, me puse en contacto con la importadora, y en un tiempo poco menos que récord, tenía disponible una unidad; y de la carrocería Sedán, que por su algo menor peso y también mejor aerodinámica, me parecía más interesante que el Sportback de cinco puertas.
Hay dos marcas japonesas, Mitsubishi y Subaru, cuyos productos me gustan mucho, tanto desde un punto de vista puramente tecnológico como también por su filosofía de lo que debe ofrecerse al público sin envolverlo en más o menos falsos oropeles. Lamentablemente, este planteamiento no ha sido comercialmente muy eficaz, y tanto por cuestiones de diseño exterior (e incluso interior), como de tácticas comerciales, ambas marcas vienen arrastrando desde hace décadas una vida comercial más bien lánguida, que no corresponde a la calidad y tecnología de sus productos. Parece que, finalmente, algo se ha mejorado en cuestiones de diseño, y tanto los últimos Legacy e Impreza de Subaru, como este Lancer de Mitsubishi (porque el renovado Galant no llega a Europa, y se queda en Oriente, Australia y USA) parece que empiezan a conseguir una mayor aceptación por parte del público. Esto, en cuanto a berlinas; porque en el campo de los SUV, los ASX, Outlander y Montero de Mitsubishi, como los finalmente estilizados Forester y Outback de Subaru llevan una vida comparativamente más vigorosa que la de sus respectivos hermanos de la categoría turismos.
Y centrándonos ya en el Lancer, el lector perspicaz habrá notado, sobre todo si le ha echado ya una ojeada a la ficha técnica, que volvemos a caer en una berlina del segmento D que está muy próxima a lo que, en las dos ocasiones en que hemos hablado con detenimiento del VW Jetta, considero como el tamaño óptimo y razonable para un producto de dicho segmento. Sobre todo porque debido al gigantismo en el que han acabado cayendo productos tales los Mondeo, Insignia, 508, C5 y A4, prácticamente no les dejan espacio a las grandes berlinas del segmento E (A6, Clase E y Serie 5), salvo por prestigio y presunción; porque desde el punto de vista práctico, los anteriores dan exactamente el mismo servicio, o casi. En el caso del Lancer, esta contención del tamaño está llevada al extremo casi en exceso, puesto que longitud no alcanza tan siquiera los 4,60 metros, lo cual da lugar a que su maletero (de formas muy cúbicas y aprovechables, eso sí), apenas si cubique 380 litros. Pero en cuanto a la base de apoyo, definida básicamente por la batalla, es significativo que en menos de 17 milímetros estén metidos estos dos coches más el Giulietta de la próxima prueba.
Pero no es sólo el tamaño lo que me gusta de este coche, sino también la discreción del diseño, tanto exterior como interior, si exceptuamos el innecesario y gigantesco tamaño de la parrilla, como si la entrada de aire fuese para el reactor de un Jumbo 747. No deja de ser curioso que cuando en la actualidad la entrada real de aire al radiador se realiza por la parte más inferior, y la superior es puramente decorativa, los diseñadores se empeñen en dibujar falsas parrillas de enormes dimensiones: empezó Audi, y le han seguido Citroën, ahora Mitsubishi y algunos más. Es lo mismo que ocurre con los faros: cuando los actuales elipsoidales de xenón tienen un tamaño minúsculo, y los más modernos incluso reúnen los haces de corta y larga en el mismo proyector, las carcasas que los envuelven junto con los pilotos, las luces de curva (función que a veces la cumple el propio faro principal), los intermitentes y los antinieblas cuando no van abajo del todo, acaban teniendo un tamaño que, en el Peugeot 308 y medido en la diagonal más larga, se aproxima peligrosamente al metro. Son dos modas que no sé cuanto tiempo durarán, pero que no tienen más justificación que la de mantener la ficción de que, cuanto más entrada de aire y más grande parezca ser el faro, mejor refrigeración y mayor iluminación.
Si pasamos al interior, nos encontramos con el diseño que me gusta, un tanto en línea con el de los BMW de hace dos, o mejor tres o cuatro generaciones atrás: color oscuro, por no decir negro mate, poco o ningún colorín en los mandos, que son fáciles de identificar y manejar, y buena ergonomía de los mismos, y de la postura de conducción. A este último respecto, hago la salvedad de que las posibilidades de reglaje de dicha postura son óptimas para mí, pero quizás no para todo el mundo o todos los gustos, ya que siguiendo una práctica muy habitual en los coches japoneses, falta el reglaje en profundidad del volante. Es curioso como, sobre todo en Japón, hay una cultura muy gregaria del equipamiento, sin duda porque unos se vigilan a otros de cara a su mercado doméstico: lo de la profundidad del volante, y lo de la memoria de posición longitudinal de los asientos en el caso de los coches de dos puertas laterales, son un claro ejemplo. En Europa hay mucha más dispersión, y mientras unos fabricantes cargan la mano en unos aspectos, otros lo hacen en temas totalmente distintos.
Puesto que no hay más que un único acabado, el Motion, y además no existen opciones, hay muy poco a discutir en cuestiones de equipamiento, que por lo demás me parece más que sobrado, y desde luego incluye todo lo fundamental, en cuanto a confort y seguridad pasiva (de mecánica hablaremos más adelante): climatizador, siete airbags (el de cortina es común para las cuatro plazas), equipo de audio Rockford Fosgate con CD, Bluetooth y nueve altavoces, faros de xenón con iluminación en curvas, sensores de lluvia y luz, control de crucero, sensor de parking trasero y los clásicos reglajes de altura para el asiento y volante, cierre central con telemando, cuatro elevalunas eléctricos, respaldo posterior practicable 60/40, ordenador de viaje y antinieblas, al margen de otras varias zarandajas. Por supuesto que existen muchas más posibilidades, pero para viajar confortable y cómodo, con lo ya indicado basta y sobra.
Aparte están los aspectos que justifican este tipo de pruebas de coches que considero relativamente especiales, y me refiero a los del placer de conducción que se puede experimentar a su volante, en cuanto a prestaciones, comportamiento rutero, facilidad para tragar kilómetros, manejo de los mandos y sensaciones en general; pero antes de entrar en ello, va siendo hora de presentar la ficha técnica más completa que acompaña a estas pruebas, y analizar el contenido tecnológico del coche, dejando los aspectos de la conducción y el eventual disfrute para los postres. De modo que el Lancer que nos ocupa es el siguiente:
Ficha técnica: Mitsubishi Lancer 200 DI-D Motion
MOTOR
CICLO POSICIÓN ESTRUCTURA COTAS ALIMENTACIÓN DISTRIBUCIÓN RENDIMIENTO TRANSMISIÓN DISPOSICIÓN EMBRAGUE CAMBIO CONTROLES GRUPO RELACIONES ● DESARROLLO FINAL (km/h a 1.000 rpm) BASTIDOR SUSPENSIÓN DIRECCIÓN FRENOS CONTROLES RUEDAS CARROCERÍA TIPO COTAS PESO CAPACIDADES AERODINÁMICA PRESTACIONES DINÁMICAS CONSUMO EMISIONES |
Siguiendo el orden de la ficha, y más teniendo en cuenta que es la gran novedad, nos fijaremos primero en el motor. Y lo primero que resulta peculiar es la elección de la cilindrada; tal vez un 1.8 tenga, en algún mercado interesante para Mitsubishi, ciertos beneficios fiscales. Pero lo cierto es que, en la actualidad, y ciñéndonos entre los turbodiésel al mundo de los cuatro cilindros (que debe superar el 90% de las ventas mundiales de este tipo de motores), la estratificación está bien clara, empezando por arriba: los 2.0 y algunas variante 2.2 e incluso 2.3 son los que llevan la voz cantante en cuanto a brillantez de prestaciones; luego hay una importante cantidad de 1.6, que están en el punto de equilibrio entre rendimiento prestacional y economía, y finalmente, los auténticos miniaturizados, que están de 1.5 hacia abajo. Pero la cilindrada 1.8 lleva tiempo estando bastante huérfana de representantes (queda un veteranísimo Ford con culata monoárbol de hierro y 8 válvulas); y otro tanto ocurre en gasolina, aunque aquí todavía hay algún repunte aquí y allá, como el 1750 de Alfa Romeo y algunas realizaciones de Mercedes.
Pero el hecho es que los 1.8 han quedado, en cierto modo, como el “pariente pobre” de los 2.0, pero con demasiado cubicaje como para ser considerados propulsores económicos, consideración que sí consiguen los 1.6. Ahora bien, la proliferación de las técnicas de sobrealimentación (turbo muy en concreto) ha hecho que esto cambie, o al menos pueda cambiar, ya que con un poco más o menos de soplado podemos situar al motor en la gama de potencias que deseemos, dentro de uno límites razonables. Y esto es lo que ocurre con los 235 CV del Giulietta Quadrifoglio Verde, o los 150 CV del Lancer que nos ocupa, que si se lo das a probar a cualquiera que no conozca su cilindrada, estaría dispuesto a jurar que está conduciendo un 2.0, y de los buenos.
Claro que todo el mérito del brillante rendimiento de este motor no radica exclusivamente en algo más o menos de soplado; hay que fijarse en el apartado de “Distribución” del motor, en la ficha técnica, para encontrarse con una absoluta primicia en el campo de los turbodiésel de turismo (desconozco si en el transporte pesado ya se está utilizando, aunque lo dudo, ya que trabajan a regímenes mucho más bajos): se trata de la adopción del sistema MIVEC de variador de fase y alzado. En principio, para motores cuyo par máximo suele estar a partir de 1.500 rpm, cuya potencia máxima rara vez está por encima de 4.200 rpm, y que además están turboalimentados, esta variación en la distribución no parece muy necesaria, y prueba de ello son los excelentes resultados que motores de múltiples marcas consiguen sin necesidad de recurrir a ello. Pero a la vista de lo que ha conseguido Mitsubishi, ya no se pueden echar en saco roto los beneficios de esta tecnología; otra cosa es si compensan la complicación y el gasto, y esto es cosa que sólo el fabricante puede decidir.
Pero lo cierto es que el motor tira en baja como un cañón; lo de menos, relativamente, es que el par máximo corresponda a lo que serían 34 m.kg en un 2.0, porque lo de más es la forma en que responde a partir de 1.300 rpm, con un empuje que hace pensar que nos encontramos ante un 2.0 de primera línea. Así pues, la elección de la cilindrada 1.8 podremos considerarla como peculiar por lo poco frecuente, pero no se puede criticar en cuanto a rendimiento, ya que éste es sobresaliente. Y por otra parte, tiene una gran facilidad para subir de vueltas, lo que indica que su equipo móvil es relativamente ligero para un turbodiésel, y/o que su volante-motor es también relativamente ligero. Otra peculiaridad radica en lo discreto de su índice compresión; ya sabemos que la tendencia actual, para rebajar los óxidos de nitrógeno, es a bajar la compresión y aumentar el soplado cuando hacer falta más par, pero es que en este DI-D no sólo se ha bajado de 16:1, que es el límite usual, sino incluso de 15:1, lo que constituye un récord. De lo que no sabemos nada es de la presión máxima de soplado; en cambio, para la inyección common-rail se presume de nada menos que 2.000 bar.
Reforzando ese carácter de conducción divertida y estimulante, en Mitsubishi incluso se han pasado en lo corto de los desarrollos; teniendo en cuenta lo mucho que empuja el motor, una 6ª de exactamente 50 km/h resulta innecesariamente corta, ya que penaliza los consumos. Con menos potencia, y apenas un poco más de par, el Jetta Sport 2.0 se permite una 6ª de más de 58 km/h. Pongamos que el Lancer no tiene por qué llegar a esos extremos, pero ¿qué menos que un desarrollo del orden de 55 km/h, para un llaneo más desahogado? Eso sí, el cambio tiene unas relaciones que, para un turbodiésel, se pueden considerar francamente cerradas entre sí, lo que permite, e incluso invita a una conducción deportiva, utilizando marchas intermedias incluso cuando no es necesario más que para satisfacer el placer de conducir de ese modo. Y como ya hemos dicho, los consumos se resienten; ahí los tenemos:
Resultados del Mitsubishi Lancer 200 DI-D en el circuito habitual:
Al ritmo de “consumo”: Consumo: 6,52 l/100 km. Promedio: 108,8 km/h. A ritmo “interesante”: Consumo: 7,19 l/100 km. Promedio: 112,8 km/h. |
La diferencia entre un consumo y otro es exactamente la misma que en el caso del Octavia GreenLine: dos tercios de litro; pero no para ganar mucho tiempo, ya que sólo le rebaja dos minutos en el recorrido de consumo, y un minuto en el rápido. Cuestión de tráfico, ya que la potencialidad del Lancer, sobre todo en conducción animada, está muy por encima de la del económico Skoda. Y si comparamos con el Jetta Sport, ese mayor dinamismo, aunque ambos coches sean prestacionalmente bastante similares, se paga de forma clara: tres cuartos de litro en conducción económica, y más de un litro en conducción menos cuidadosa.
En cuanto a la conducción en sí misma, la plataforma está derivada de la que se estrenó en el Outlander; pero es que, ya para el SUV, estaba pensada mucho más para circular por asfalto que por campo a través; su suspensión multibrazo posterior da fe de ello. Y por supuesto cuenta con todas las ayudas electrónicas habituales: ABS con reforzador y repartidor EBD según la carga, y ESP con control de tracción. Lo que me ha dejado muy sorprendidos es la elección de los neumáticos, al menos los que llevaba nuestra unidad de pruebas; y no me refiero a las dimensiones, que considero perfectas para un coche de matiz deportivo aunque sea turbodiésel (si bien la llanta 18” es casi excesiva de diámetro), pero sin caer en los habituales excesos en cuanto a la anchura de sección del neumático: un 215, y de perfil bajo con poca deriva, debe ser suficiente, y frena menos al coche. Pero lo raro es que nos encontramos con unas Dunlop japonesas que, como se especifica en la ficha, a su larguísima denominación añadían, al final, el sorprendente añadido de “M+S”. Busqué en la web de Dunlop y, en efecto, aparecen como neumático “todo tiempo” de altas prestaciones.
Lo que no tengo nada claro es lo que entienden por M+S en Japón, porque en Europa quiere decir Mud+Snow (barro y nieve), y desde luego, su dibujo no era de tacos ni tampoco de laminillas, aunque se parecía un poco más a este último. Es posible que en Japón se hayan unido al concepto americano de considerar neumático “de verano” al que para nosotros es el de todo el año, excepto donde nieva; es decir, el que es para seco y mojado. Y luego llaman “de invierno” no al que es bueno en agua , para cuando llueve mucho, sino de cara a la nieve. Claro que, con la aparición de los nuevos neumáticos de “contacto” o de láminas, el de invierno tiene ahora dos variantes, puesto que el M+S de toda la vida sigue existiendo, y de hecho es superior para circular sobre nieve fresca y blanda, no compactada.
El caso es que el comportamiento de esos Dunlop era correcto mientras no se hiciesen apoyos fuertes, pero cuando se empezaba a utilizar un alto porcentaje de lo que el magnífico bastidor permite, su comportamiento pasaba a ser un tanto errático, derivando claramente, y teniendo inicios de pérdida de adherencia para recuperarse al instanter; en otras palabras, que ni permitía trazar fino ni acababa de transmitir confianza. Con más calma y tranquilidad, en cuanto pase el Salón de Frankfurt y el trabajo se estabilice un poco, intentaré buscar la explicación de este montaje de neumáticos, y algo más sobre las características de los mismos.
En resumen, este coche está indicado para el que desee una berlina compacta pero de carácter muy deportivo, y está especialmente indicado para quien viva en zona de carreteras más bien sinuosas, fuera de las grandes llanuras. De ese modo no notará tanto lo corto de su sexta marcha, y a cambio disfrutará de lo lindo utilizando el cambio y aprovechando las espectaculares aceleraciones en las marchas intermedias. Eso sí, el consumo se resentirá un tanto, pero ya hemos quedado en que los coches que figuran en estas pruebas son para potenciar el disfrute de la conducción, y no para andar mirando el medio, tres cuartos o litro entero de consumo a los 100 kilómetros. Y además, si el orgulloso poseedor tiene amigos a los que también les gusten los coches, como por fuera no aparece nada que indique la cilindrada, se puede divertir dándoles un paso y haciéndoles creer que se trata de un dos litros, para luego dejarlos boquiabiertos, Tarjeta de Inspección Técnica en mano, demostrando que se trata de un 1.8. Y luego, después de haber dado una vuelta, a comentarlo tranquilamente al bar, con unas cañas.
jajajaja! me ha hecho garcia lo de las cañas. Los pichotortillas se van dar por aludidos con el final de esta prueba.
Interesante este motor. Me da que esta prueba va a ser valida para los articulos de los proximos Mazda 14:1, aunque ya veremos si los diesel tiran desde tan abajo como 1300
No se, quizá es una impresión mía pero llevamos ya tres pruebas interesantes y yo esperaba que se entrase más a fondo en las sensaciones que da el coche y en como se conjugan los elementos del coche para dar placer a la conducción.
Quiero decir, los coches que se prueban, son subviradores o sobreviradores? El eje trasero ayuda a colocar el coche en la curva si levantamos o va muy sujeto? El cambio de marchas es rápido y de recorridos o cortas o a las marchas la cuesta entrar en conducción? El motor suena bien o es como una batidora? Etcétera.
Yo diría que el desmenuzar los elementos mecánicos está muy bien, pero a veces el todo es más que la suma de las partes.
Me gusta la elección del coche para esta prueba… No pierdo la esperanza de ver algún Subaru, pero esto ya se acerca a la diversidad que es justa y necesaria.
Sobre el Mitsu, lástima que en España no hayan traído el Rallyart, con ese cambio de doble embrague, esa tracción 4×4 y ese motor precioso de 240 cv… No se hubiese vendido ni uno, pero me sentiría mejor sabiendo que existe la posibilidad de comprarlo ;D Tampoco hubiese pasado nada si a este diesel con neumaticos M+S le hubiesen puesto tracción 4×4, ocuparía un hueco de mercado más amplio, y le daría un plus tanto en conducción como en prestigio. Teniendo en cuenta el precio del coche, podría haber absorbido un par de miles de euros más en la tracción sin que superara a la competencia…
A mi si que me aportan estas pruebas. Tanto lo técnico como lo subjetivo. Dos buenos ejemplos de lo último.
«Hay dos marcas japonesas, Mitsubishi y Subaru, cuyos productos me gustan mucho, tanto desde un punto de vista puramente tecnológico como también por su filosofía de lo que debe ofrecerse al público sin envolverlo en más o menos falsos oropeles.»
«Si pasamos al interior, nos encontramos con el diseño que me gusta, un tanto en línea con el de los BMW de hace dos, o mejor tres o cuatro generaciones atrás: color oscuro, por no decir negro mate, poco o ningún colorín en los mandos, que son fáciles de identificar y manejar, y buena ergonomía de los mismos, y de la postura de conducción.»
Sobre subviración, sobreviración y ejes traseros que colocan el coche en curvas tenemos cientos de ejemplos en el kiosko más cercano ;D
Saludos.
Caramba! esto si que no me lo esperaba!, un Mitsu a escena, felicidades por la eleccion, el coche y la marca bien lo merecen, aunque como dice no se plasme luego en resultados comerciales.
Mitsubishi al igual que Nissan, Toyota, Suzuki, Mazda y alguna otra que me seguro me dejo, han tenido la mala suerte de ser encasilladas como marcas especialistas en todo terreno y/o de deportivos, que es lo que vendian cuando entraron en nuestro mercado. Y claro, las inercias son tan grandes que no se pueden cambiar de un dia para otro.
Actualmente parece que la cosa se va arreglando pero cuesta. Y Mitsubishi quiza sea la que le cueste mas, y con el Lancer no hay manera; para muchos es un total y absoluto desconocido y para otros solo les suena si va asociado a Evolution; la anterior version equipada creo con el motor vw TDI arreglo algo la cosa pero muy timidamente.
Y que bien que aparezcan motores con las innovaciones que lleva este del mitsu; por lo que se desprende del texto cualquiera diria que han buscado hacer un «EVO diesel», y parece que en parte y salvando las enormes distancias que hay, algo de esto se ha conseguido. A costa del consumo pero se ha conseguido. Por cierto alguien sabe si se continua fabricando en Holanda o ya viene de Japon ( u otro sitio).
Lastima que actualmente este tipo de carrocerias no estan gozando del favor del publico, que se decanta mas por suvs, monovolumenes y familiares, pero por 24.600 euros creo que es una compra interesante para el que, ademas de un coche practico y con cierto picante, quiera algo un poco distinto.
Respecto a lo que comenta Ferrer: ya te entiendo a lo que te refieres, pero creo en lineas generales se describen bastantes sensaciones y a mi por lo menos me da para hacerme una idea de como puede ir el coche. Es posible que quiza pueda faltar algun detalle mas, pero ya seria eso, detalles.
Porque hoy en dia, creo que practicamente todos los coches estan a salvo de cualquier critica objetiva en cuanto a calidad de comportamiento y en cuanto a manejo de cambio y demas tampoco creo que se pueda ir mas alla de cuestiones de matiz; y mas en los coches que se estan probando, que en general pueden considerarse «normales» o muy democraticos si quieres. Si hablasemos de coches del nivel Bmw M3 o por el estilo habria que poner seguro el liston mas alto y por otro rasero.
Si miran alguna prueba de Arturo de los 70 o 80 era muy frecuente encontrar comentarios del tipo.. «faltan frenos», «volante inadecuado» o uno de los mas famosos, referido al Fiesta Turbo de 130 cv, en el que directamente o casi, se le tachaba de peligroso. Hoy en dia es dificil poder hacer una critica de este tipo.
@5 Sisu, es curioso que menciones el BMW M3, puesto que hace ya tiempo tuve ocasión de conducir el, entonces bastante nuevo, M3 E90 y a continuación el BMW Z4M en circuito. El contraste era curioso.
El M3 es el nuevo BMW, muy rápido, eficiente, con un sonido bonito y claramente audible, y que iba por su sitio. Y aún así para ser un M me dejo frío. Le faltaba algo, no sabría explicarlo, pero se sentía más como una super berlina rápida alemana que cómo un descendiente de aquel primer M3 de los ochenta.
El Z4M encarnaba el viejo BMW. Y era todo lo contrario, no era tan rápido, ni tan limpio, ni sonaba tan fuerte, y en cualquier momento estaba pensando en acabar contigo. Pero eso si, que sensación. Se sentía mecánico, vivo, una bestia en toda regla. El viejo seis no podía competir en prestaciones con el V8, pero en carisma le superaba de largo. Vaya, como cualquier BMW salido de aquella división debería sentirse.
A eso es a lo que me refería con interesante, si buscara un coche para disfrutar de la conducción además de usarlo a diario todos estos detalles me importan más que si hace el recorrido en más o menos minutos o con una décima de más o de menos de consumo, sin menosprecio de que también deba ser mencionado. Yo lo veo así, estoy dispuesto a renunciar a ciertas prestaciones y/o consumos siempre que el coche me haga sentir especial, que este esperando el momento en que tenga que ir a algún sitio para cogerlo y conducir.
Aunque quizá soy yo que lo tengo mal entendido y me equivoco de lugar para esto.
@6 Ferrer: Ok queda claro tu punto de vista, totalmente respetable, por supuesto. Lo del M3 no lo decia por nada en concreto, solo por poner un ejemplo de una categoria de coche.
Quiza sea en una prueba comparativa, como la que pones de ejemplo, en donde sea mas factible sacar estos detalles y apreciaciones; aun y asi, de lo que se ha publicado creo que queda bastante claro que este mitsu ya transmite unas reacciones de motor y cambio sobretodo, mas divertidas que las del Jetta Sport probado.
Y el apunte acerca de los neumaticos es algo que nos costaria encontrar incluso en la premsa supuestamente mas especializada en estos temas.
No se al igual es que tiene alguna limitacion de espacio que no le permite extenderse mas, a saber..
Comercialmente es muy duro para un segmento D (con anchura ,longitud y maletero prácticamente de segmento C sedán) como el Lancer tener un precio muy parecido o incluso superior a Mondeo,Laguna,Passat,Insignia,C-5 e incluso Accord por incluir algún japonés,todos ellos segmento D de los de verdad, mucho más aparentes de cara al gran público y con sobradas cualidades dinámicas.Que este Lancer consuma algo más de lo debido es el precio a pagar por unos desarrollos voluntariamente cortos,a quien busque dinamismo no le importará.
Lo cierto es que el público que quiere algo más suele terminar en BMW y eso que este si que cuesta bastante más.
Bienvenido sea este Lancer,mi experiencia con los productos japoneses es muy buena.
Muy buena prueba la verdad.
si me permite una sugerencia, le agrego el honda civic actual con el motor 1800 de gasolina. Conduzco esporadicamente una unidad, y tiene muy buen rendimiento y consumo, y el comportamiendo dinamico en carreteras secundarias es excelente (en la version 5P, no tanto en la 3P, mas subviradora por su eje trasero de mayor anchura)
Es curioso porque los segmentos A, B, E y superiores están perfectamente definidos en cuanto a los modelos que los engloban. Sin embargo, existen cada vez más vehículos que andan a medias entre los segmentos C y D. Así tenemos, por un lado, los derivados tricuerpo de autos del segmento C (Fluence, Jetta, Corolla Sedán…); luego, los que teóricamente son C de longitud elevada (Delta, Lancer, Impreza, S-40/V-50, Octavia y el inminente DS-5). Todos los vehículos citados tienen, además, la característica común de no ser superventas precisamente. Aparte, y para complicar las cosas, tenemos los D de longitud corta (Exeo, Clase C, Laguna…), pero que son coches del segmento D por derecho propio.
En definitiva, que en la franja entorno a los 4,50-4,60 metros hay un batiburrillo de coches a los que tan solo sus diferencias de precio y el hecho de tener o no un auténtico segmento D de su propia marca por encima de ellos ayuda a clasificar.
En cuanto al Lancer de la prueba es un vehículo muy interesante, completamente desconocido por el gran público, y cuya estética queda estropeada, a mi juicio, por esa parrilla delantera tan poco estilizada.
Saludos.
Hola Stelvio,
Considero que los coches que usted denomina «segmento D longitud corta» como el Laguna o el Exeo son los segmentos D de toda la vida, es más bien los otros, los Insignia, Passat o Mondeo, por ejemplo, los que ya no son un segmento D puro y propio sino que casi están ya en el segmento de los E-Klasse, serie 5 o los A6.
Un saludo.
Extraordinario motor, no recuerdo nada con un tacto similar desde el súper contundente Ford Mondeo 2.2 Tdci de 155 Cv, y aquél no estiraba tanto en alta. Ayer le hice mi prueba habitual de consumo, que consisten en recorrer 250 kms por autovía con constantes subidas y bajadas, con una velocidad de crucero que roce los 140 Km/h para dejar la media en 120 aproximadamente, y el resultado fue espectacular.
Adjunto foto, tras 250 kms de viaje, saliendo desde la M-30 de Madrid. Además llovió por el camino, en algunos momentos bastante:
http://subefotos.com/ver/?6531e0742d41d3dec55f68a8f9d4a54eo.jpg
Tengo que comprobar cuánto miente el ordenador, porque el resultado parece «demasiado» bueno, pero el tacto del propulsor me ha encantado.
A 12: Hombre pues puede que un pelin optimista si sea ese dato pero no mucho; creo que hizo una conduccion y un recorrido bastante propicio para obtener un buen consumo; posiblemente el dato real estaria muy cerquita de los 6l/100.
Ah y cuando ya lo tenga un poco mas por la mano cuentenos algo sobre el coche en cuestion que como ya comente en la entrada, me encanta, entre otras cosas, por ser poco visto.
Ademas este motor tambien lo va a montar PSA en sus Citroen C4 Aircross y Peugeot 4008, que no son otra cosa que Mitsubishis ASX maquillados, aunque tambien podran llevar el 1.6 HDI propio de PSA.