Aquí y aquí os pego lo que opinan los popes de la crítica española de la película inaugural del Festival de cine más importante del mundo. Lo de Carlos Boyero y el taxista del frente nacional es impagable (como sus fabulosas diatribas contra los chicos de Iberia, cada vez que le perdían una maleta yéndose a un festival), lo de Rodríguez Marchante de lujo, como siempre.
La tónica unánime (y ya se sabe que en estos días nada es unánime) desde Cannes es que Pixar lo ha vuelto a hacer: UP es una obra maestra.
Si algunos de vosotros leeis ese periódico llamado Wall Street Journal (estoy seguro de que alguno habrá) estariais al tanto de que algunos ejecutivos se quejaron de que esta película, protagonizada por un vejete y un niño más bien gordito, no iba a vender gadgets ni camisetas ni nada de nada: porque –según ellos- a la audiencia no le gustan los vejetes ni los niños gordos. Toma análisis profundo.
Lo que estos tontos con corbata deben desconocer es que los espectadores no somos tan estúpidos como ellos: si tenemos la oportunidad de ver algo que valga la pena por un precio justo no nos lo pensamos dos veces. Por eso estoy seguro de que UP va a ser un monstruo en taquilla.
Cómo ya tenéis las críticas me pondré en plan personal y diré que he tenido oportunidad de entrevistar a John Lasseter tres veces: una en Roma, una en Barcelona y una en Londres –si no recuerdo mal-. La primera fue por Buscando a Nemo, y el tipo era un encanto, llevaba una camisa donde aparecían estampados los personajes y su discurso era el de alguien con una brillantez sin límite. La segunda fue por Los increíbles. Nuevamente la camisa estampada, nuevamente un discurso limpio, valiente, honesto. La tercera, que es la que mejor puede ilustrar esta sección de “cine a las cuatro ruedas” (en la que últimamente no doy demasiado cancha a las cuatro ruedas, aunque prometo enmendarme) fue por Cars.
Los de Disney (que se lo curran mucho en estos saraos, todo sea dicho) nos invitaron al Gran Premio de Formula 1 de Montmeló. Box privado y toda la pesca. Allí pude hablar con el señor Lasseter durante una horita, y el tío es un auténtico loco de los coches: apasionado por la Nascar y propietario de una de esas inacabables autocaravanas con las que –según me dijo- se había cruzado una docena de veces con su señora y la parentela (los churumbeles).
Esta historia no tiene moraleja, y hasta puede que el tío sea un auténtico cabronazo en sus ratos libres pero que alguien capaz de reconciliarte con el cine sea también capaz de dedicar un rato a hablar con alguien sin propósitos promocionales por medio (no había grabadora y las entrevistas ya se habían acabado) bien se merece mi más sincera admiración.
Lo que quiero decir es que Pixar me parece una buena noticia para el séptimo arte, cada uno de sus proyectos sienta un nuevo precedente y la actitud de todos estos tipos, su serenidad, su buen hacer y su buen rollo es un gustazo.
Por eso cuando estrenen UP estaré el primero en la cola.
¿Y vosotros?
T.G.
Sí, las críticas por ahí no pueden ser mejores. En mi caso será igual, iremos corriendo a ver esta nueva maravilla en cuanto esté disponible.
Y respecto al autor, a mi curiosamente la película que menos me gusta, con mucha diferencia, es Cars, me llevé un chasco importante cuando la vi.
Los increíbles me parece extraordinaria, sublime. Nemo me queda lejos ya, pero igualmente fuera de serie.
Por cierto que dentro de poco llega Planet 51, la película de los creadores de Commandos que se pensaron que podían hacer una peli a lo Píxar. A ver qué nos cuenta de ella, por aquí tenemos bastante información al respecto sobre su concepción (que no ha sido fácil ni ortodoxa, que digamos) y posible rentabilidad.
A mí, Cars me fascina. Además de la (primera) película, los cortos son descacharrantes. Hoy vi uno que se llama «Tokyo Mater» que está colgado en YouTube y parodia a cierta película con autos que se desarrolla en la capital nipona.
Lo acabo de ver, siempre me ha gustado Mate, jeje. Aquí les dejo el enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=d5gdy-6Y6RY&eurl=http%3A%2F%2F
El buen gusto y la inteligencia a raudales que destilan las películas de Pixar son lo mejor que le ha podido pasar al cine.
Ale… dicho está.