Amigos y amigas,
El embargo se ha levantado: ya podemos hablar de Patria.
Ayer se pasó la serie entera en el festival de San Sebastián, así que se ha abierto la veda.
Una de las cosas más curiosas (por absurdas) que he leído, es que ‘no aporta nada al libro’. Bueno, yo difiero, pero eso es lo que hacen las buenas adaptaciones: ser fieles al material que adaptan. Con eso es más que suficiente para hablar de ‘éxito’.
También he leído acusaciones de ‘equidistancia’. Siempre me ha parecido una acusación muy rara, pero en esta ocasión ni siquiera tiene nada de real: Patria no es equidistante.
Es extraño que cuando alguien dice que le gustaría oír todas las voces posibles, alguien en otro lugar te acuse de equidistante. Como si decir que en Euskadi se torturó (es algo bastante razonable pensar que así fue) te convirtiera en cómplice de los pistoleros tarados que se hartaron de asesinar a inocentes en nombre de no-sé-qué causa de mierda. No, no soy cómplice. Tengo claro quiénes fueron los malos, no se me olvida Hipercor, la casa cuartel de Olot, Miguel Ángel Blanco, Ernest Lluch y cientos más que pagaron un precio muy alto por -simplemente- existir.
Sin embargo, me interesa mucho saber por qué. Ya conozco el qué, el cómo y el cuándo, pero sigo pensando en el por qué.
Patria explora el dolor que causó en el País Vasco la existencia de una organización terrorista, con gran apoyo popular (a veces se nos olvida ese detalle), que hizo un agujero en el alma de la sociedad española y uno -aún más gordo- en la propia sociedad vasca. Y lo hace a través de la historia de dos familias, una en el lado de las víctimas; la otra en el lado del terror.
Y lo hace con enorme sensibilidad, con muchísimo tacto y con vocación de fresco, de pintar en un lienzo blanco una historia, como si nunca hubiésemos oído hablar de ella.
Esa es su inmensa contribución a una narrativa que debe multiplicarse, porque solo hablando de lo que nos preocupa lograremos entenderlo.
Las dos mujeres que encabezan el reparto (Elena Irureta y Ane Gabarain) son absolutamente alucinantes. Esas madres, amigas de toda la vida, que de repente se ven metidas en un espantoso torbellino de dolor, en extremos opuestos del espectro.
Patria es un seriote. Una de las mejores ficciones que jamás se han rodado en este país y -me atrevería a decir- la más importante. Una obra que nos enseña a mirar a sitios que normalmente ignoramos.
Ojalá abra camino para atrevernos a hablar sin complejos de cosas que nos han jodido durante décadas, porque la memoria también debería ser eso.
Y una de las cosas que más me gustan de esta serie de HBO es la atmósfera que es capaz de crear, de tal forma que mete al espectador en la piel de alguien que sabe que puede ser asesinado cada vez que pisa la calle. Esa sensación, ese temor a que cada día sea el último, se palpa en cada plano. No hay miedo más atroz y Patria lo retrata con tanto realismo que a veces resulta difícil seguir mirando a la pantalla.
Mírenla.
No se arrepentirán.
Abrazos/as,
T.G.
Siempre me han dado reparo las historias atroces que resultan cercanas. Es como si el 11S, por el hecho de estar en un continente que no he pisado, me resultara menos doloroso. Como si la conquista ( que no Descubrimiento ) de América fue hace tantos siglos que no sintiera que españoles hicieran de mercenarios y cometieran atrocidades por plantar la bandera. Será falta de empatía en la distancia cartográfica, temporal, histórica o social. Pero ETA, para alguien que nació tras la dictadura, y aún estando en la » apacible » situación que estamos al respecto, aún duele y atemoriza recordar. Pero seguiré el consejo de mi cinéfilo de alcoba por excelencia y veré Patria. La explicación en el texto del por qué bien lo vale ya. Aunque se me ponga el vello como escarpia
Una vez leí q el origen de la banda fué a raíz del bombardeo de Guernica.
@2 L.A.
No, y hay un problema gravísimo de falta de conocimiento de la historia reciente de España, la historia que realmente nos ha hecho como somos a nivel de país. La historia del siglo pasado. La historia del siglo pasado define nuestro sistema industrial, agrario, reparto de la riqueza, y por supuesto nuestro sistema político. Tenemos un miedo atroz a recordar el golpe de estado franquista, a recordar la dictadura, y por supuesto a juzgar esos hechos. Y por supuesto todavía duele mucho recordar que ETA se convirtió en un anacronismo una vez acabada la dictadura, convirtiéndose en una «empresa» del miedo, la extorsión, el secuestro y el asesinato sin sentido.
Saludos.
Sobre la equidistancia: usted si lo tiene claro, muchos otros no. Por eso en las noticias es necesaria una línea editorial que de criterio y sentido común a los hechos.
La equidistancia se malinterpreta a diario. Si en vez de a las opiniones se aplicase a los hechos seguro que no parecería tan correcto (ojo por ojo).
Las víctimas se merecen más atención. Primero, porque son las que han sufrido el crimen, en este caso de ETA desde una inociencia absoluta. Segundo, porque los criminales ya han «hablado» bastante al cometer el crimen. ¿Qué me importan a mí sus motivos? Mañana se pueden inventar otros y no cambia nada.
Otra cosa es que nos fascine el crimen y a través de la pantalla glorifiquemos a hijos de puta que no deberían haber nacido: mafiosos de New Jersey, narcotraficantes colombianos o nazis postmodernos. Afortunadamente los cobardes etarras se prestan menos a esto.
Clint Eastwood, a mi hay otra equidistancia que me parece más preocupante, además de que no sido nunca juzgada: el franquismo.
Creó mucho más terror y víctimas, y, encima, sus cachorros se dan la vida padre en sus chalés de La Moraleja, Sotogrande, etc.
Y el cine glorifica a los malos que sirven al capital; nunca verá salir de Jólivu un film que glorifique a un comunista o al terrorista de moda. Y digo de moda porque cuando el sistema los tenía por «héroes de la libertad» sí salían, no recuerda el inicio de una de las de Rambo en la que ensalzaban a los yijadistas de Ben Ladin?
Yo creo, que sin entrar a valorar equidistancias, es un error que no importen los motivos, porque lleva a desconocerlos, y esa ceguera respecto al sufrimiento de ambos lados genera más problemas.
Los criminales son criminales y punto. La fundación de una banda organizada y armada con un gran apoyo social (organización terrorista europea más longeva, si no recuerdo mal) es otra cosa. Desde la fundación de ETA hasta el primer asesinato pasaron 10 años. ETA ha sido una lacra pero su fundación no fue lo mismo que su fin.
Las víctimas se merecen más atención, y estoy de acuerdo. Pero estará de acuerdo conmigo en que la han tenido, siempre. Hacer juicio y condena sin escuchar a ambas partes nos puede llevar a lugares muy oscuros. Por ejemplo, al mismo sitio.
Fdo. Uno que vive en Bizkaia y ha vivido muy de cerca muchas de las mierdas que nos trajo el terrorismo.
@ 5 manuel: estoy de acuerdo. Mismo perro con distinto collar. Los idiotas pueden llevar cualquier bandera – muchos la cambian a lo largo de su vida sin ningún problema.
Pero esta serie en concreto va de ETA, y los crímenes de ETA eran contra gente normal. No se enfrentaban de tú a tú con la policía, sino que daban un tiro por la espalda a padres que paseaban con sus hijos.
Por otra parte, lo mismo oprimió el franquismo a otras personas, y a nadie se le ocurrió ir por ahí matando políticos tras 20 años de democracia.
@ 6 corsario: los motivos le pueden interesar a un investigador, o al que tenga esto por hobby. Pero preguntándoles directamente a los asesinos no lo vamos a saber. Nos pueden decir que mataron porque se lo dijo un gato o porque se les pasó la mayonesa: da igual. Ninguno de sus motivos justifica un asesinato.
En lo demás estoy de acuerdo, y además me gusta donde vive 🙂