Amigos y amigas,
Qué tal todo?
Preparados ya para el infierno que se avecina? Me veo soportando este terrible bochorno hasta octubre. Me quejo porque es lo único que puedo hacer hasta que fructifiquen mis intentos de construir una máquina de frío que pueda bajar 20 grados las temperaturas en mi barrio. De momento, la máquina no funciona.
Hoy hablaré de un par de cosas. Una mala (muy mala) y la otra buena.
La mala es la nueva película de Ari Aster.
Primero declararé públicamente que soy un fan decreciente de Ari Aster.
Vi su primera película en Londres. En la sucursal que tiene Sundance allí, donde durante cuatro días el festival estadounidense lleva algunas de sus mejores películas. Se llamaba Hereditary. La vi solito. Quiero decir que no me acompañaba ningún colega, amigo ni conocido, no que el cine estuviera vacío. A mi lado había una respetable señora inglesa que casi se desmaya durante la proyección. Yo no estuve a punto de desmayarme, pero aquella noche dormí con la luz encendida.
Por si acaso.
Hablaba de una familia que empieza a percibir que algo va muy mal en su casa (porque -efectivamente- algo va muy mal en su casa) y me pareció una sensacional película de terror. Era el debut de Aster, así que pensé que el tipo tenía un futuro brillante. Dominaba la dirección, era buen director de actores y tenía chispa y talento.
Lo siguiente que vi se llamaba Midsommar y aún no sé si me gusta o no: la primera vez que la vi la odié, la segunda me interesó algo más y la tercera reconozco que pensé que era una buena película.
Normalmente, ni veo tres veces una película, ni veo tres veces una película que no me ha gustado, pero Midsommar tiene un algo especial.
Ahora se estrena su tercer filme, Beau is afraid.
Yo les digo rápido de qué va la película: un tipo quiere ir a ver a su madre, pero se deja las llaves en la puerta de casa.
Ya está, ese es el guion. Déjenme que añada que el material sirvió para el primer corto de Ari Aster, que duraba siete minutos.
No he visto el corto, igual estaba bien, pero el detalle que hay que saber antes de seguir adelante con este post es que la película dura tres horas. No es una errata, no lo han leído mal y no están sufriendo ninguna alucinación. La primera versión duraba cuatro horas, pero alguien le dijo al amigo Ari que quizás iba a ser demasiado para las pobres gentes que aún se atreven a ir al cine.
En realidad, da igual porque parece que la película dure diecisiete horas y es el resultado de confiar demasiado en el talento de uno mismo. De hecho, me cuesta recordar una turra tan delirante como Beau is afraid. Con un guión de papel de fumar, Joaquin Phoenix totalmente desatado (para mal) y una dirección tan errática que uno nunca sabe si está viendo una de terror, una comedia o un drama que han hecho los pacientes de un psiquiátrico.
Gente desnuda con cuchillos, peña a la que no dejarían entrar en el metro de Mogadiscio y personajes que no se sabe muy bien qué cojones hacen allí o por qué les han llamado. Espero que les pagaran bien.
Intentaría explicarles cómo discurre el resto de la trama, pero me temo que no hay ninguna trama que discurra.
Me he quedado sin espacio para hablarles de la cosa buena. Silo. Serie que se estrena el viernes en Apple tv. El primer capítulo me ha parecido increíble.
Hablamos de ello en un par de días.
Hasta entonces: ni se les ocurra ir a ver lo de Beau. Bueno, hagan lo que quieran.
Abrazos,
T.G.R.