¿Han visto? No ha pasado ni un mes y ya vuelvo a estar con ustedes/as. Me estoy superando.
Ya se lo dije señores y señoras, de aquí a nada estoy escribiendo cada tres días, será la señal para que los mayas comuniquen a Luis de Guindos que el mundo puede acabarse ya.
En fin, que me he vuelto tan voluntarioso que me doy asco. Sólo falta que empiecen a gustarme los libros de Coelho y las canciones de Amaia Montero y los niños de mi vecino y mi pase al lado oscuro estará completo. Hasta podríamos ver en bucle los programas de Punset y vestirnos con ropa de Desigual.
Vale, paro.
No sé si habrán ido ustedes a ver Lo imposible, yo ya les dije que ni fu ni fa. La pericia del director es innegable, su vocación de telefilme lacrimógeno no tanto. Bayona –un tipo con un talento descomunal- debería ir con cuidado: ciertas cosas puede que le queden bien a Spielberg pero a él no. Veremos qué camino escoge para su tercer proyecto, espero que sea el próximo David Fincher y no la próxima Isabel Coixet.
Lo que sí les quiero recomendar (con absoluto entusiasmo además) es esa maravilla llamada Looper. Aunque a alguno de esos critiquillos que van de popes por la vida le haya parecido que “bueno” o que “a lo mejor” o que “blablabla” esta película de ciencia-ficción es de lo mejor que le ha pasado al género comercial estadounidense desde el primer Matrix (olvidémonos de los otros dos, tampoco queremos ponernos de mala hostia ahora) y uno de los filmes más rotundos del año.
Si aún no la han visto y tienen previsto hacerlo (y aunque no voy a soltar ningún spoiler) mejor que no sigan leyendo porque una de las grandes gracias de esta película es verla sin tener ni pajolera idea de qué va el asunto. Si piensan ir a verla de todas formas pueden leer sin problemas, no soy de esos periodistas de baratillo que se dedican a reventar las películas como quien va a por leche al super.
Looper cuenta la historia de un tipo (el looper del título) cuyo trabajo es cargarse a tipos enviados desde el futuro. La cuestión es que en ese futuro ya no es posible cargarse a la gente y deshacerse luego del cadáver porque los métodos de rastreo e identificación han evolucionado hasta el infinito. Así que los malos secuestran a aquellos que quieren eliminar y los envían al pasado donde sus siervos se los cepillan y los tiran donde sea de menester. Y aquí paz y después gloria.
El protagonista del filme, el impresionante Joseph Gordon Levitt, es uno de esos perros de presa, uno de los mejores. Sin embargo su vida se complica cuando alguien en el futuro empieza a cargarse a los demás loopers cerrando sus líneas temporales.
Así, con esa mezcla de Blade Runner, Terminator, Raíces profundas (sí, Raíces profundas) y hasta Señales, Rian Johnson (un director que promete grandes alegrías a los cinéfilos) construye una fábula que elude la épica para situarse en territorios del thriller, del drama o del western sin que le tiemble el flequillo.
Emocionante, sólida, tensa como la piel de un tambor, Looper es un peliculón sin complejos donde junto al mencionado Gordon-Levitt se mueven unos magníficos Bruce Willis, Emily Blunt y el memorable Jeff Davies.
No es sólo que sea entretenida (que lo es, pasa en un suspiro) sino que es inmensamente inteligente -y valiente- en su resolución (ni me imagino la batalla del realizador para acabarla como él quería sin plegarse a los deseos de Hollywood) y demuestra que los géneros pueden ser elásticos a poco que uno los transite con elegancia y no se limite a repetir lo de siempre.
Looper no se preocupa de dar al público lo que quiere sino que más bien le pide a éste que se pronuncie, que interactúe, que preste atención y que se moje. En un mundo donde todo tiene que venir masticado (un día de estos nos lo darán ya digerido en una bolsita) la llegada de filmes como Looper, descarados y con un punto de provocación, es siempre una estupenda noticia.
Y oigan, si lo que les he contado no les apetece siempre pueden recurrir a Lo imposible o alguna comedieta de medio pelo.
Lo dejo en sus manos, pero no me fallen.
Abrazos/as,
T.G.
P.D.: alguien preguntaba por The Raid. Pues es cojonuda, y creo que no tardará mucho en estrenarse.