Efectivamente amigos/as, ya puedo hablar de Superman sin tener que acabar en una prisión turca, así que vamos a ello sin perder ni un minuto.
Bueno, igual podríamos perder un minuto para comentar la maravillosa propuesta de los productores de cine españoles, en boca de su representante, que para combatir la crisis galopante (y terrorífica del sector) proponen, en un movimiento arriesgadísimo y ciertamente radical, bajar un euro las entradas.
Lo sé, puedo sentirlo, están conteniendo el aliento… algunos/as corren enloquecidos por sus casas, alzando los brazos, gritando “aleluya, aleluya”; otros/as están llamando a sus padres y a sus amigos para comentarles la impresionante noticia. La euforia es apenas contenible, yo a duras penas puedo evitar las lágrimas.
UN PUTO EURO.
Así que la gran propuesta para evitar que las salas sigan desiertas es bajar un maldito euro las malditas entradas.
En Francia hay un carné y por 30 euros puedes ver todas las películas que quieras durante un mes en más de 200 salas. En el Reino Unido hay infinidad de descuentos y promociones (con rebajas de hasta el 50% en el precio de la entrada; sin mencionar que ellos no tienen problemas con sus salas: allí la taquilla no ha bajado un 40%). En Holanda es un 25% más barato que aquí (y no doblan, por supuesto).
Eso nos coloca en la lista de Grecia, Portugal e Italia. Aunque estos últimos van más al cine que los españoles. Hasta Napoleón (que falleció hace un tiempo) va al cine más que nosotros.
Pero, amigos y amigas, ahora que van a bajar el cine UN PUTO EURO todo va a solucionarse. Yo ya me he hecho con acciones de una empresa de vallas, porque van a necesitarlas cuando las masas acudan enfervorizadas al cine para hacerse con una entrada UN PUTO EURO más barata. De hecho, seguro que muchos de ustedes/as ya están corriendo ahora hacia la sala más próxima, para ver lo que sea. Todo para aprovechar esta maravillosa promoción.
Francamente, es la perfecta demostración de lo que se hace en este país ante cualquier problema grave: silbar, mirar hacia otro lado, cambiar de tema, decir que la culpa es de otro. Hay que ser burro para creer que algo tan jodido como esta crisis y el hecho de que la gente no vaya al cine se puede solucionar con un descuento que en ocasiones no llegaría ni al 10%. Ni en El Corte Inglés son tan burros.
Pero después de la hipocresía que reina en este país, ya sea con la piratería, las malas condiciones de exhibición o las estafas constantes al espectador, nada puede sorprenderme.
Ahora debería hablar de Superman, pero tengo tantas ganas de salir a la calle a abrazar cactus y lamer ortigas que van a permitirme que hable de ello otro día.
Bueno, les puedo decir que es muy entretenida, que los chistes no funcionan, que los efectos especiales y la escala de destrucción es espectacular (aunque esperen a que llegue Pacific rim, que no puedo afirmar, ni desmentir haber visto) y que los actores están magníficos. Es un espectáculo que cuesta lo que uno deba pagar, pero ni un céntimo más. No sé si me explico, probablemente no.
Abrazos/as,
T.G.
P.D.: el domingo hablaremos de esa aberración llamada After earth. Y empezaremos el crowdfunding para la castración química de Jayden Smith. El Anticristo camino ya entre nosotros, tiene 15 años y cara de hostia.