En 1982 un señor llamado Steven Lisberger se sacó de la manga una película llamada Tron. El filme en cuestión era la primera aventura de eso que luego se convertiría en un género y que incluía el uso del ordenador en la construcción de escenarios y demás.
Lisberger creó un mundo basado en el universo de los juegos recreativos (que nadie me interprete mal, no me refiero a las tragaperras) y ayudado por un equipo de más de 100 animadores y convenció a Disney de darle algo de pasta (18 millones de dólares de la época) para hacer realidad su sueño y abrir una nueva puerta para el séptimo arte.
Estamos en el año 82 y lo de ayudarse de un ordenador para hacer una película no podía ser más marciano, pero el tipo lo consiguió.
Tron no hizo una gran taquilla (unos 33 millones de dólares en la taquilla estadounidense) pero se convirtió en un clásico instantáneo, revindicado desde entonces continuamente como el padre de una idea que ahora tiene a Pixar como su más firme exponente. Eso, unido al hecho de que el dvd con la edición especial de la película funcionó como motor para que la Disney se animara a darle cancha al tema…otra vez.
¿Y a mi que me importa? Estará pensando alguno/a en su casa mientras se toma un café… pues debería importaros amigos/as, porque en cuestión de meses tendremos aquí la segunda parte.
Y no soy un gran amante de las secuelas pero lo cierto es que me apetece mucho ver que son capaces de hacer con Tron con la tecnología de la que disponemos ahora. Durante meses han estado esparciendo rumores sobre esto, lo otro y lo de más allá, pero no fue hasta el Comic-Con que se celebró recientemente en San Diego cuando se dieron a conocer las primeras imágenes del proyecto, que han titulado Tron Legacy (durante mucho tiempo se había especulado con que el título sería TR2N).
El reparto original vuelve casi al completo (que yo sepa el único que no va a estar en la secuela/reinvención va a ser ese maravilloso actor llamado David Warner y que interpretaba al malvado Dillinger, el villano de la función) y la pinta del asunto es, simplemente, la hostia en bicicleta.
Los/las que pertenezcáis a mi generación y recordéis la sensación que tuvisteis cuando alguien os llevo al cine a ver Tron no podréis dejar de sentir un cosquilleo en el estómago cuando le echéis un vistazo al trailer que os dejo al principio de este post.
Y por cierto, la película también se va a poder ver en 3D, o eso dicen.
¿Queda algún/a fan de Tron vivo por ahí fuera?
¡Hablad ahora o callad para siempre!
Abrazos desde Venecia,
T.G.