Amigos y amigas,

Cómo acaban la semana? Espero que mejor que yo. Si me ponen dos o tres semanas más de este calibre no descarto solicitar la eutanasia.

Entre la calor infernal que hace en esta ciudad (ya sé, no puedo quejarme), las obras que tengo enfrente de mi casa y que -dicen- van a durar dos años, los sustos de mis amigos de hacienda, el propietario y sus subidas de alquiler y la cantidad de trabajo mal pagado que debo hacer para ganar poco dinero, creo que alguien en el universo debería plantearse darme una tregua. Pequeña. No pido más.

Por favor, universo.

Por lo menos, aunque no sea un gran consuelo, este fin de semana se estrenan un par de excelentes películas. No le van a salvar la vida a nadie, pero van a entretenerles un buen rato. En los tiempos que corren, ya me parece mucho.

Pero primero, hablemos de Mrs Davis.

Seguramente, la serie más endemoniadamente hábil de lo que va de año, con un precepto completamente loco.

Una monja se dispone a iniciar una lucha sin cuartel contra una inteligencia artificial que se ha descontrolado. Ya.

Parece uno esos preceptos que darían juego para una película de serie B. Una mala.

Sin embargo, detrás de la serie se esconde el cerebro de Damon Lindelof, el creador de Perdidos, The leftovers y Watchmen. Un tipo que tiene una gran capacidad para crear universos imposibles y sin embargo verosímiles.

Para mí, esta serie es de lo más divertido, loco y fresco (aunque odie esa palabra) que se ha visto en la tele en mucho tiempo. Arranca ya con buen pie, pero desde el momento en que aparece la monja, interpretada por Betty Gilpin, la cosa se pone al rojo vivo.

La cosa, por explicar un poco más el argumento sin hacer spoilers, es que una monja descubre que una IA se está apoderando del mundo y decide que no va a permitirlo, a pesar de contar con muy poco apoyo y de que nadie la cree porque todos están muy ocupados siendo esclavos de una máquina.

Seguramente, con el guion que les acabo de contar, sería normal que creyeran que la serie es una inmensa turra o una chaladura sin más, pero -lo cierto es- que está tan bien ejecutada, los personajes están tan bien dibujados, que resulta imposible no acabar hipnotizado.

Por cierto, la Mrs Davis del título no es el nombre de la monja, sino el de la inteligencia artificial. Como dato que les dejo para no llevarlos a confusión.

Además, a todo lo comentado se añade la búsqueda de un objeto muy apreciado por los amantes de los mitos y leyendas. Repito: no voy a hacer spoilers.

Así que háganme caso por una vez y déjense caer por HBO Max (no sé si aún se llama así o simplemente Max; ando perdido) para deleitarse con los cuatro capítulos que ya hay disponibles en la plataforma. Serán las horas mejor gastadas de sus vidas y luego me lo pueden agradecer enviando un jamón a los cuarteles generales de Km 77. Uno de los buenos: no sean tacaños.

Y poca cosa más. Han estrenado otro trillón de series y un billón de películas, pero -de momento- no me he entusiasmado con nada. La vida es así.

A ver si la semana que viene consigo sonreír con alguna de esas cosas que añaden a las plataformas.

De momento, corran a ver Mrs Davies. Ya tardan. De nada.

Abrazos,

T.G.R.