Amigos/as,
déjenme ser breve ya que mañana entraremos al trapo (de nuevo) con el alud de obras maestras que llegan a la cartelera (nótese mi lánguido entusiasmo).
El caso es que pensaba saltarme Eclipse, la tercera entrega de esa saga de vampiros anémicos, licántropos con complejo de ardilla y chicas con pinta de sufrir estreñimiento crónico.
¿La razón para faltar a mis deberes fílmicos? Bueno, ya saben, tuve bastante con Ira Vamp y La vida empieza hoy, los abrazafarolas y los ancianos copuladores.
Sin embargo hoy he pensado que quizás debería ir a verla, aunque sea por mi obligación moral con ustedes, los habitantes de esta web. Ya acudí en su momento a ver Crepúsculo, por motivos puramente profesionales (permítanme dejarlo claro) y fue una de las experiencias más dolorosas de mi vida: el cine (Comedia, en Barcelona) decidió que -no sé si por razones de atmósfera- no hacía falta encender las luces para que el público se acomodara. Yo llegué de los primeros y tuve suerte, me senté en el primer asiento que encontré.
Los demás no fueron tan afortunados y hubo caídas y demás. Al final -esto no es broma, aunque me gustaría que lo fuera- una señora de unos 70 años se sentó encima mío ya que en la oscuridad «el asiento parecía vacío», según me dijo la pobre mujer. Si no llega a ser por la diferencia de edad quizás la cosa hubiera ido a mayores pero soy muy tradicional en esas cosas y ella tampoco parecía muy dispuesta.
La película -para entendernos- era como si un día haciendo la siesta notaras un dolorcillo y vieras a un señor con guantes de jardinero intentando hacerte una colonoscopia con una manguera (lo sé, probablemente me he pasado de gráfico).
La segunda me la salté, lo reconozco, aún tenía en la cabeza la anterior.
Ahora llega la tercera, Eclipse, y tengo serias dudas, por eso les propongo un trato: si media docena de ustedes/as me dan alguna buena razón para hacerlo mañana por la mañana cogeré mi bolsa, mis gafas de sol y mi cuchillo jamonero e iré al matadero con los demás borregos (léase «iré a ver la película»).
Si prefieren ahorrarme el trago tendrán que conformarse con un género que voy a perfeccionar de ahora en adelante en este blog: la crítica precognitiva.
Hala, abrazos/as y hasta mañana,
T.G.
Vaya.
Quiero reir.
Vaya al cine. A las cuatro de la tarde, y tras ingestar dosis generosas de grasas en un Fosters Jolibú previamente. Afuera hará un calor espantoso. Tendrá sueño. En el cine se está fresquito y cómodo. Para hacerlo más perfórmico y para protestar en contra de ese bodrio para adolescentes de hormona desbocada, hágalo vestido en pijama de calzón largo y con gorro. Lleve almohada. Un antifaz de esos para que no moleste la luz y tapones por si las niñas gritan. Fotografíese. Échese la siesta durante la peli. Y cuéntenoslo. Va, porfa.
Vaya, pero cuanto antes mejor, para que vea la euforia que hay en el cine.
Tiene que ir para escuchar al público femenino. Que jadeos cuando sale Jacob el sugus ( tiene músculos que ni sabía que existieran).
La película es muy muy lenta, y la actriz principal actúa igual cuando se muere un familiar que cuando le toca la lotería.
Los peluches lobo son demasiado light para lo bestia que deberían ser. En esa película falta sangre, mucha sangre, para poder entretener un poco.
Por cierto, es la primera vez, que veo como todas las butacas estan ocupadas a su hora antes de tiempo y se respeta el silencio al inicio. No hubo retrasos. ( Público 90% femenino), lo que me viene a la mente, «Seréis cabronas!, bien que podéis cuando queréis».
Vaya, vaya… Quiero verle escupiendo bilis mientras aporrea el teclado maldiciendo el momento en que decidió comprometerse a ir, a cambio de que una docena de personas decidieran verle sufrir gratuitamente por el simple hecho de clicar en un botón.
P.D.: He tenido que ver la segunda, esquivé por milimetros la segunda en su momento, aunque he tenido que verla hace unos días para poder entender la tercera, que visionaré este viernes. Que bonito es el amor…
De pocas películas he tenido que apearme, bien abandonando la sala o parando el reproductor. No había visto ninguna en el cine de esta saga, aunque había leído reseñas de lo blandurriamente leve que es.
Qué asco.
Es un espectáculo emocional de quinceañeras histérico-confundidas, ay no sé, pero qué tío más guapo, es un queso, ayyyy *se pone a llorar*, como eeees, jó tia, me lo hago fijo, *llora de nuevo*. De esas retardadas que esperan seis días a la intemperie porque un gilifláutico sensibloide y llorón, nenaza, pichatriste, teletubbie en esteroides, viene al estreno.
Todos los papeles masculinos (de masculinos tienen poco) son un estereotipo de cómo le gustaría que fuese un hombre a la adolescente confundida, histérica y llorona que tiene la carpeta de los apuntes forrada de fotos de estos etéreos.
No sé si es un producto de la Factoría Disney, como los Hermanos Jonás (otros que tal bailan) y que hacían apología de la virginidad (¿se puede ser más gilipollas?).
Como en aquel anuncio de gente torpe …. que hay que follar más.
(Por supuesto, vaya a verla)
Croq.
Vaya a verla, por favor. Asi en vez de contarnos que la pelicula es un subproducto infumable del algo que una vez fue un arte, nos cuenta la reacción de la fauna que ha ido a verla con fruición, que sin ninguna duda, estarán.
Vaya usted.
Entre tanta quinceañera, siempre se cuela alguna veinteañera-treintañera salidilla y desesperadilla.
Active usted el radar busca-desesperadas, y a la salida del cine, a mojar.
(como argumento para ir al cine, no me negará que malo no es).
Sin duda: vaya a verla. Pero saque punta, como le indica Exeo, al público que va a verlo. Indíquenos si las ve llorar, sonrojarse, babear.
Deléitese. No se de prisa en escribir. Piense bien los adjetivos, escoja el apropiado, haga sangre, dénos un festín de hemorragia de idiotas, queremos paladear su lado más animal, despedace, dénos una orgía justiciera de descripciones incisivas.
Cuento los segundos hasta que pueda leer su lado más cruel.
JM
Vaya! Puede que esta vez se le siente encima una de 25…
PD: Realmente lo hago por putear un poco pero es que me gusta ver el lado positivo de las cosas
Somos un atajo de cabrones todos, ¿eh?
Ninguno quiere ni oir hablar de ir a verla… pero todos le recomendamos que vaya, sin duda ninguna. Y que luego nos cuente su experiencia.
Sadismo en estado puro.
(Bueno, yo no, yo soy muy buena persona y le he aconsejado pensando en su bien).
Pues a mí me gustó la primera, y la segunda creo que daba un giro interesante… Pero confieso que la tercera no la acabo de encajar bien (estamos hablando de los Padrino, ¿no?). También diré que prefiero a la familia Cullen que a la Corleone. Incluso como vecinos. Creo, sinceramente, amigo T. G. que debes ir a ver las tres otra vez: las tres de las dos sagas, claro.
VAYA! esto es como el refrán: Mal de muchos, consuelo de tontos… Que será la cara que se nos quedara cuando veamos la cinta entera… yo solo he visto la segunda y casi saco mas sangre yo al imaginarme cortandome las venas que toda la pelicula junta… Luego le dices tu a ellas algunas verdaderas obras maestras y te miran con cara de rancia al maximo nivel. En fin… Mierdusculo al poder… ¬¬
Bueno, al fin y al cabo es Vd. el crítico no? Y no va ser todo JiJi-JaJa, que todos tenemos jefes. jefas, mujeres, queridas, etc. Y hay que cumplir. Como un hombre. O sea que no me sea vampiro.
Y a ver si esta vez se le sienta la Hamiltona despeinada, personaje que se va haciendo popular.
Menuda panda.
Disfruto de sus críticas pero me parece un sacrificio excesivo. Aguantar en una sala abarrotada de descerebradas una saga insulsa. Yo me quedaba en casa y sin ningún tipo de remordimiento la descargaba si es que tiene necesidad de verla. Ya sufrimos a suficientes «vampiros» como para repartir también mi dinero con estos desdentados. Pero entiendo que usted no sea participe de esta política, así que haga lo que le dicte el «estomago».
El mio dice que deje de teclear y termine el yogurt.
Un saludo.
Vaya a verla. Además, antes tendrá que ver la segunda, así completa el círculo,je,je.
A parte de hombres lobo-lobo, y vampiros sosales, lo peor de todo es el personaje femenino. Tía depresiva profunda, que casi se suicida porque le deja el novio. Cojonudo.. A parte de que como han dicho, trasmite 0 emociones, y parece que no haya ido al baño en una eternidad.. Bueno, y además, es una calientalobos.. Cojonuda la chiquilla..
Saludos
Parece evidente que no ha sobrevivido al encuentro; nos hemos quedado sin comentarista, vayapordios.
Croq.
Esta tarde tendrán ustedes la crónica de mi encuentro con los discípulos de Satanás. Ya he enviado al Vaticano mi petición para que se considere mártir.
T.G.
Quería decir «para que se ME considere mártir».
Ardo en deseos de leer la crónica. De verdad.
Usted buscaba una coartada, una justificación para ver semejante bodrio y nos echa la culpa a nosotros, sufridos comentaristas blogueros.
Si su profesionalidad le exigía ver y comentar una película esta semana, podía haberse ahorrado tanta milonga y acudir al estreno de «Mujeres de El Cairo», que sí tiene chicha, y comentario y actores de verdad si me apura.
Al final ha sufrido usted en vano (o eso nos quiere hacer creer) para dar satisfacción con sus comentarios a cuatro tristes que participan también del circo insulso, aunque sea en la parte de la crítica destructiva.
Pues eso.
He visto un nuevo trailer y he resucitado el hilo, ya que tiene relación. Aún me estoy recuperando del soponcio que me ha supuesto ver el trailer de la nueva versión de «Caperucita Roja». No se que les voy a explicar a mis hijos cuando vean a caperucita despatarrada en el bosque debajo de un maromo con las hormonas en ebullición o maniatada como señuelo para ser devorada por el lobo malo malísimo. Hasta Gary Oldman se ha prestado al tema. Para mear y no echar gota, oiga… Y si, T.G. va a tener que ir a verla, me temo 😀