Hace un tres años una buena amiga se fue a París a trabajar. La cosa estaba complicada aquí, así que le hicimos una fiesta de despedida, yo la fui a ver un par de veces y luego nos perdimos un poco entre el tiempo y la distancia. Ya se sabe, cosas que pasan.
Hace unos meses me escribió para decirme que se iba a Hamburgo. Seguiría yendo a París de cuando en cuando, pero se instalaría allí.
Este fin de semana, mi amiga se fue a París, a un concierto, con unos amigos. Se libro de milagro de morir a manos de un grupo de tipos que pretendían matar a todo el que se encontraba allí. Se libro porque su entrada estaba lo suficientemente pegada al escenario como para poder huir a través de los camerinos.
Se libró de puta casualidad. Dos de sus amigos no tuvieron tanta suerte.
No he podido hablar con ella aunque lo he intentado. Y me temo que tardará un poco en querer hablar con nadie. Ella, como yo, como tantos otros seres humanos, somos incapaces de procesar lo qué ha pasado. No pretendemos llenar las páginas de periódicos con análisis de todo tipo sobre lo que hay qué hacer para evitar que vuelva a ocurrir. No sabemos lo que hay qué hacer. Los análisis de alta política, los prospectos genéricos, las soluciones de urgencia, todo eso nos afecta menos que saber que alguien es capaz de inmolarse para establecer una suerte de justicia divina. Si alguien quiere morir matando jamás seremos capaces de detenerlo. En eso también nos distinguimos de los animales: somos los únicos seres de la creación que creemos que matar soluciona los conflictos, que pone el marcador a cero. Somos los únicos que pretendemos empatar a muertos.
Estos últimos días he tenido que leer cosas como que “al menos con Al Qaeda se podía negociar”. Así que se podía negociar con los tipos que dispararon a una niña en la cara porque quería ir al colegio, los que convirtieron la violación en un hábito, los que asesinaron a miles de personas en Madrid, Nueva York o Londres. Con esos si se puede negociar, ¿no?
También hemos oído hablar de neocolonialismo, del conflicto judeo-palestino y de no sé cuántas cosas más. Nada de eso importa una mierda porque se aleja del axioma de esos señores de la muerte que gustan de decapitar y grabarlo para la posteridad, o que tiran a los homosexuales de las azoteas, o que entierran vivos a sus enemigos (que lo son, por ejemplo, porque pertenecen a otra etnia). El axioma es que nos liquidarían a todos si pudieran. Y seguro que los que los arman y jalean (de países árabes que hacen negocios con nosotros) van a seguir haciéndolo, pero no perdamos de vista lo que somos y lo que representamos.
Yo no he invadido a nadie, tampoco lo hicieron los parisinos que el viernes perdieron la vida por ir a cenar, a pasear, al fútbol, o a un concierto. Lo que el terrorismo yihadista pretende corromper es nuestro concepto de libertad, pretenden que cerremos las fronteras, que nos escondamos, que dejemos de respirar. Pretenden que seamos como ellos.
El escritor Dennis Lehane dijo, después de los atentados de Boston, que habían jugado con la ciudad equivocada, que nadie allí iba dejar de hacer nada por miedo. Nos atacarán de nuevo, todas las veces que puedan, y al final, el 11S, el 7J, el 13N y el 11M serán solo números a los que se unirán otros números. Y cada vez habrá más efemérides funestas que celebrar. No pararán hasta reducirnos a cenizas y nosotros deberíamos responder haciendo lo que siempre hemos hecho: respirando. No hay nada que les moleste más a esos barbudos analfabetos que el hecho de que el viernes que viene volvamos a ir a cenar, a beber, a follar, al fútbol, a bailar o a reírnos.
Ningún puto terrorista dictará lo que hago o dónde voy.
Ahora veremos el auge de las políticas de restricción, la suspensión del tratado de libre circulación de Schengen, el despliegue del ejercito, la implementación del toque de queda y la subida de los partidos xenófobos. Seguro que esa combinación crea durante unas semanas (puede que meses, si somos afortunados) esa falsa sensación de seguridad, de que volvemos a estar protegidos.
No caigamos en la tentación de apagar el miedo que nos consume con gasolina.
Ah, y que os jodan, barbudos.
T.G.
P.D.: si tienen a su lado alguien que les importe, háganme un favor y díganselo. Si hay alguien con quien no hablan por orgullo, o por estupidez, arréglenlo ahora mismo. Si hay algo que deseen hacer, y tienen la oportunidad, no lo aplacen más. Dejen de perder el tiempo.
Chapó.
Me temo que ese es SU punto de vista, o más bien NUESTRO punto de vista.
Un padre de familia que viva en Libia, y está soportando diariamente la guerra, cuando no la muerte de sus hijos, debido a las presiones de Francia para destituir a Gadafi, (hace 4 años), posiblemente lo vea diferente.
Probablemente no simpatice con los terroristas, pero sí pensará «¿qué diferencia hay entre ese padre que llora la muerte de un hijo inocente, ametrallado en una sala de fiestas, y mi llanto por la muerte de mi hijo en un mercado… debido a la guerra alentada por Francia hace poco?».
(sin la intervención activa de Francia, como principal impulsora de los bombardeos occidentales sobre el ejército libio, Gadafi se habría impuesto fácilmente, y ahora Libia no estaría viviendo una guerra civil).
Los muertos son muertos. Y tan inocente es el tipo que quiere pasárselo bien en un concierto en Paris, como el tipo que quiere pasárselo bien en una cafetería de Aleppo.
Por cierto, Francia de nuevo, ha sido uno de los países que más se ha esforzado en armar a todo tipo de insurgentes sirios para tratar de derrocar a Al Hassad.
Todos lloramos a los más de 100 muertos en Paris. Tal vez estaría bien llorar un poco por los cerca de 100 mil civiles muertos en Siria, o los millones de personas que han tenido que huir por una guerra agravada muy significativamente por la injerencia internacional… entre las cuales, Francia cuenta como uno de los países con más ganas de meter cucharada.
Meter en el mismo saco víctimas y terroristas me parce patético, y de gente de dudosa catadura moral, por no decir que me parecen escoria directamente. Me da igual que sea moro o cristiano, la misma mierda son.
Mientras haya gente que «justifique» el asesinato de inocentes porque ocurrió algo hace años/decenios/siglos, pertrechado por otros, me da que el ser humanos seguirá siendo una lacra para este planeta.
@3 ¿Quién mete a asesinos y víctimas en el mismo saco? ¿Emprendeitor? ¿El autor del post? Relea sosegadamente y verá que ni uno ni otro salvo que usted crea que un padre de Aleppo es un terrorista por el mero hecho de vivir ahí. Lo que hace falta en estos tiempos es más tranquilidad, más lecturas en profundidad y menos lecturas en diagonal. Las redes sociales han demostrado en estos días lo profundamente humanas que son: capaces de lo mejor y de lo peor en apenas unos segundos.
@2. Ya que este es un blog de autocine, creo que es obligada la referencia a la película «El Pacificador» (1997). El discurso de Dusan Gavrich en vídeo va en la línea que usted apunta.
Desgraciadamente unos muertos son más importantes que otros. Es un criterio totalmente subjetivo y desafortunadamente no puede ser de otra forma.
Fijese si les molesta nuestro modo de vida que viven (y se arman, y pagan a sus combatientes) del petroleo y la coca que nos venden.
La probabilidad de morir a manos de un yihadista es bastante mas baja que la de morir atropellado o en USA, que te mate la policía si eres negro. Los terroristas no cambiarán la vida de ninguna sociedad occidental. Pero me da que ya se la han cambiado a unos cuantos millones (de subhumanos, sin cámaras de por medio) en siria, irak, mali, darfur, nigeria, etc, etc.
Lo cierto es que pinta mal la cosa, y no se ve que nadie de pasos en una dirección distinta a la que nos ha llevado a esto. No lo digo porque sea culpa nuestra como colectivo que incluye a los muertos de París. Pero si creo que occidente lleva muchos años tratando de desestabilizar el equilibrio político de oriente medio, creando un rio revuelto en el que quienes mejor pescan son los integristas radicales.
Me gusta la postura del sr. TG, la música debe seguir sonando, pero desde que uno toma conciencia de que un tiroteo en una terraza no solo pasa en los telediarios o en las pelis de Bruce Willis yo creo que suena un poco distinto. ¿Seguirá sonando la música en los campamentos de refugiados sirios, esos que han sufrido la misma mierda que los parisinos pero multiplicado por infinito? Subjetivamente mee afecta mas un parisino muerto, pero racionalmente me niego a hablar de el sin hablar de los miles de infelices de cualquier sitio que han sido asesinados hasta la fecha.
No lo entiendo. Parece que uno no pueda sentirse mal por una tragedia cercana porque otros sufren. Seguramente, a la mayoría de los sirios este atentado les habrá importado lo mismo que a nosotros cuando estalla un coche bomba en un mercado de Irak. Nosotros pensamos que somos responsables por nuestra política internacional y ellos también se sentirán culpables por haber permitido que la religión entrara en sus vidas ¿Qué más da?
Nos afecta lo cercano, lo que nos podría haber pasado a nosotros, a los nuestros. Y se puede decir sin la necesidad de apostillar que somos responsables o que nuestro dolor debería estar matizado por el sufrimiento lejano.
Probemos a utilizar este mismo patrón para todo lo que nos ocurre. Imaginemos lo que sentiríamos cuando en un hospital llorando por la situación de algún ser querido se nos acercara alguien para recordarnos que sí, que nos duele, pero que debemos tener en cuenta que en África no disponen de asistencia sanitaria adecuada por culpa de la política colonizadora europea.
Todo tiene su momento. Y ahora es momento de mandar a tomar por culo a los barbudos. Y a todos los que son como ellos. Y si pudiera, ahora mismo me iba a Paris, a sentarme en sus terrazas y pagar gustosamente 6€ por un café solo para joder a los barbudos y que los parisinos no se sientan solos.
Y mientras, brindemos por no perderr más el tiempo.
Saludos
Si nadie dice que no podamos sentir mas pena por los parisinos que por los de Siria, y creo que todos estamos de acuerdo en acabar con los terroristas. La cosa esta en el cómo.
Vaya por delante que creo que todos los crímenes y terrorismos deben ser perseguidos y castigados.
Dicho esto, no puedo evitar pensar que, sin ser los autores de los hechos, las victimas también deberían pesar en la conciencia de los dirigentes de los países occidentales.
Personalmente entiendo los ejércitos como una herramienta para la defensa de país, estado, territorio o llámenlo como quieran. No entiendo porque los ejércitos deben utilizarse como una arma ofensiva, para cambiar regímenes de otros países dónde francamente ni nos va ni nos viene quien dirige y cómo lo hace.
¿Que tengo que pagar la gasolina el doble de cara? De acuerdo, pero yo no me he apuntado a esta guerra, a esta contienda para decidir quién es más inteligente y quién la tiene más grande. No quiero estar en peligro por cuestiones de intereses empresariales, económicos o de esta índole.
Luego, eso sí, cuando ha pasado la tragedia los políticos hacen discursos grandilocuentes y con grandes palabras… ¿para qué? El daño ya está hecho, y lejos de recapacitar se responde con más violencia (como los últimos ataques franceses en Siria, que no por lógicos creo que algún atisbo de utilidad) que lejos de apaciguar a los terroristas engendrará más violencia aún.
Es muy fácil hablar y decidir desde sus palacios de cristal, protegidos por guardaespaldas y servicios secretos; proclamar que hay que ser valientes y que no nos podemos dejar derrotar ¿Qué derrota? ¿Qué valentía? Si estás muerto poco importa lo demás.
Pero claro ellos no sufren los avatares de la gente de a pie, gente que tiene que ir en abarrotados metros a trabajar, hacer las vacaciones como todos los demás, disfrutar de sus momentos de ocio al mismo tiempo que todo el mundo, sin nadie que les proteja personalmente.
En mi opinión, no a la guerra. Pero ni a esta ni a ninguna otra. Llevamos demasiado tiempo creyendo (¿nosotros? ¿nuestros dirigentes? ¿ambos?) que somos los reyes del mambo y que lo que nosotros decidimos es lo que conviene a todo el mundo, o que en caso contrario… pues que se jodan porque nos conviene a nosotros.
Es posible que si no hubiera habido intervención de ningún tipo en aquellos territorios hubiera seguido habiendo atentados de esta clase, pero estoy seguro que hubieran sido mucho menores. No estoy en ningún momento justificando las razones de estos actos, dios me guarde de ello, pero tampoco es necesario darles motivos extra para que lleven a cabo este tipo de acciones en nuestra casa.
Como ciudadano, como ser humano, por favor basta ya de violencia.
@8 Resumir lo que pasa en Siria, con muchos actores y muchos intereses contrapuestos, diciendo que «han permitido que la religión entrara en sus vidas» es ridiculo, dicho de una forma suave.
Estirando la metafora del hospital, estoy en la cafeteria. Todos los dias muere gente en la planta quinta, pero hoy se ha muerto un fulano en la planta tercera, suponemos de la misma terrible enfermedad. Me apeno mucho porque el segundo fiambre lleva gafas igual que yo.
Si necesita hacer turismo, pruebe en Alepo o Homs. Lo se, Paris es mas chic.
Si le parece demasiada emoción, la frontera hungara tambien sirve.
Un cordial saludo
Sr. Polyphenol, cómo? Qué sólo ha condenado los atentados de París? Y qué pasa con Djibouti? Le da igual? Es Ud. Un insensible preocupado sólo por lo suyo.
No se preocupe, no hablo en serio. Es que maldito sea el día que se me ocurrió poner la banderita de Francia en el Facebook. Se ha generado todo un debate sobre lo hipócritas que somos, muertos de primera/segunda, que nos lo merecemos por invadir países, etc. Total que estoy haciendo un archivo Excel introduciendo todos los datos de guerras y muertos para que la próxima vez que se me ocurra condenar algo lo haga con propiedad, adjuntaré el archivo de horrores.
A ver, que no digo que la gente no tenga la gente razón… Pero que a mi lo de Francia me ha dejado K.O, lo que no quiere decir que sea ajena a la mierda que hay en el mundo.
Cada uno tiene su código ético, que le vamos a hacer. Siento el rollo, pero aprovecho el anonimato para desahogarme. 😉
Me ha gustado mucho el post, por cierto.
Saludos.
Dejen de llamar «terroristas» a unos tipos que son simples asesinos. Organizados o no, fanáticos o no. Religiosos o no.
Porque lo que hacen es asesinar. Así que son asesinos.
Pero para ser terroristas tendrían que causar terror. Y eso no depende de ellos.
A dos manzanas de la casa de mis padres ETA tuvo un piso franco.
Y no sentí terror.
Pusieron una bomba en la empresa junto a la que esperaba el autobús para ir al trabajo.
Y no sentí terror.
Pusieron una bomba en la sucursal en que firmé los contratos de compraventa e hipoteca de mi casa. (Sí, el notario fue al banco).
Y no sentí terror.
El 11 de Marzo evacuaron mi empresa por una alarma del sistema de seguridad.
Y no sentí terror.
Los de ETA pusieron una bomba al lado mismo de mi casa.
Y no sentí terror.
Asesino puede serlo quien quiera.
Terrorista no.
Emplear esa palabra sirve solo a la propaganda de esos asesinos.
Y a quienes facturan 11 millones de euros cada día que la aviación francesa (o no) bombardea en Siria. Que uno ya está muy mayor como para dejarse manipular con el miedo.
No, hombre. Con al Qaeda se podía negociar…
Dónde se les entregaban los misiles antiaéreos que se les regalaba para que ellos luchasen contra la URSS las batallas que EEUU no podía.
Si quería la financiación en dólares estadounidenses, en libras esterlinas o en francos suizos.
Esas cosas no se pueden negociar con el Califato.
Porque tiene dinero de sobra de sus amigos turcos, saudíes, etc. y las armas del antiguo ejército iraquí y las que EE.UU. entregó a lo que ellos llaman la 30ª división de voluntarios sirios y que estos le dieron, en algunos casos incluso voluntariamente, a los 30.000 asesinos, soldados o como les quieran llamar del Califato.
Porque sus enemigos no se pueden comparar ni de lejos con la URSS. Las fuerzas locales apenas tienen armamento pesado, salvo el gobierno de Damasco. Y las potencias europeas y americanas solo emplean sus fuerzas aéreas.
Porque el Califato es el socio local de los emires sunníes del Golfo Pérsico, Turquía e Israel en una guerra «por poderes» (como las bodas) contra Irán.
Puestos a negociar, se negocia con los emires de los estados del Golfo.
Y si no queremos negociar con gobiernos que promocionan el wahabismo entre los musulmanes europeos y de África, con estados que sustentan a bandas criminales en Europa y Asia, lo mejor es que dejemos de desperdiciar petróleo.
O que dejemos de consumir petróleo por razones de estado. Ya verás qué pronto se le acaba la tontería a los emires petroleros.
Sgt. Kabukiman
Cada cual puede interpretar los textos como guste, otra cosa es que se acerque a la intención del autor.
Para ayudarle, le comento que no sé de dónde ha sacado que pretendo resumir el asunto Sirio con una frase. Dudo que se pueda hacer. Ni el sirio, ni los Balcanes, ni Mali. Ninguno.
Lo aplico también a eso de que la culpa es de nuestra política internacional.
Y sí, lo ha entendido perfectamente: seguramente usted sentirá más empatía con el tipo de gafas. Hay millones de madres en el mundo pero cuando la mía está enferma… Misterios de la empatía.
Simplemente quería expresar los motivos por los que no entiendo que alguien se moleste cuando otro cuenta lo que sientes sobre París sin nombrar expresamente a los sirios. Y que si los nombra, otro lo haga por olvidarse de los iraquíes y luego los nigerianos, congoleños, ucranianos…
En cuanto al comentario sobre si necesito hacer turismo o mi nivel de tolerancia a las emociones, discúlpeme pero no entiendo su sentido ni la relación que tienen con mis palabras o el tema general de la entrada.
Reconozco que aunque carísima, París es verdaderamente más chic. Olvídese de los prejuicios, pruebe fuera de las rutas habituales, vívala como sus habitantes y le sorprenderá. Para lo bueno y lo malo.
Un saludo
Cabrillanegra
Su comentario podría ser un excelente resumen de lo que nos ha pasado a muchos.
Y por cierto:
“A ver, que no digo que la gente no tenga la gente razón… Pero que a mi lo de Francia me ha dejado K.O, lo que no quiere decir que sea ajena a la mierda que hay en el mundo.”
Me gustaría haber escrito yo esas palabras.
Saludos