Señores y señoras,
¿Cómo están ustedes? (cada vez que digo esto me acuerdo de Miliki).
Ya he vuelto de San Francisco. Qué duro el choque con la realidad: las mismas caras, la misma mala hostia, el mismo croissant de mierda de la panadería franquiciada… un desastre amigos y amigas. Lo único bueno ha sido reencontrarme con mi perro Groucho. Eso sí: el muy hijo de perra ni me mira a la cara. Siempre lo mismo, cuando vuelvo de viaje y me lo traen de la residencia canina, me repasa de arriba abajo como diciendo: “menudo botarate”.
Hasta mi perro me odia.
En fin, vuelta a los clásicos, a este bonito blog, a la vida.
Este fin de semana no se estrena una mierda. Bueno, me queda por ver Niñato. De lo demás, meh.
Sherlock Gnomes no pasa de ser una anécdota. Una peli de animación con algún chiste excelente, alguno notable y un montón de relleno. Ah, y una tonelada de gags regulares.
La película sobre Bjorg me la dormí. Es todo lo que puedo decir sobre la misma. Sorry.
Y luego viene mi peli favorita de la semana. Debería decir –por ser más preciso- la película chorras de la semana y quizás del mes. Y si me pongo rotundo, hasta una de las pelis chorras del año. Y eso que estamos aún en mayo.
La cosa (porque es una cosa) en cuestión se llama Operación huracán y es uno de esos productos que solo pueden salir de las entrañas de un lugar desquiciado como Hollywood. Me imagino el terrible momento en que alguien entró a una de esas salas de reunión hollywoodienses gritando:
-Tíos, he tenido una idea cojonuda.
-A ver, cuenta
-Hay unos tíos que quieren robar un montón de pasta en billetes viejos que no sé sabe muy bien cómo han ido a parar han ido a parar a un pueblo de mierda en medio de ninguna parte…
-Joder, suena muy bien. Sigue.
-Y de repente ZAS! Un huracán.
-Joder tío, es la polla. Toma 50 millones de dólares, pero por favor que salgan muchos camiones volando.
-Pues claro tíos, no hay problema.
Así es, señores y señoras. La película cuenta la historia de unos atracadores que planean el robo del siglo haciéndose con una montaña de dinero que va a destruirse. Nada que no hayamos visto en otras 500 películas. Lo único es que aquí le han añadido un huracán, tres actores malos (y un par de muy malos) y camiones volando. Lo llaman Operación huracán por no llamarlo Vaya gilipollez y listos.
¿Lo mejor? Si uno olvida su cerebro fuera de la sala y se embarca en esta aventura inenarrable con la misma credibilidad que un político, hasta puede reírse un rato hasta la escalada de mamarrachismo del filme hasta su delirante final. Y su evidente falta de complejos.
¿Lo peor? Es una gilipollez digna de Tele 5 o de Antena 3. Como Megalopodo contra Crocosaurio, pero con pasta. Es decir, que se han gastado dinero en esta cosa.
Yo si fuera ustedes/as (que no lo soy, aunque a veces me gustaría), me iría ver –de nuevo- Un lugar tranquilo o Los vengadores. O cualquier otra cosa. Pero si su ánimo les obliga a hacer una locura, por la primavera o cualquier otra cosa, Operación huracán es la película que estaban esperando.
Por cierto, dirige el tipo de Fast & Furious, así que al menos las persecuciones están bien filmadas.
Algo es algo, oigan.
Abrazos y abrazas,
T.G.
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