Queridos y queridas,
Qué tal andan? No contesten “con las piernas”, que nos conocemos.
Este fin de semana se estrena Lady Bird, de la que les he hablado (y muy bien) y La enfermedad del domingo. Esta última es la demostración del gigantesco talento de Bárbara Lennie, una de nuestras mejores actrices y una intérprete de esas que salen de cuando en cuando. Vayan a verla, no lean nada, simplemente vayan.
Hago un paréntesis para explicar lo patético que me parece que el presidente de este país (el señor M.Rajoy) ponga un tuit para felicitar a una mamarracha como Marta Sánchez (que –no olvidemos- es tan patriota que paga sus impuestos en Miami) por esa patética letra para el himno y no abre la boca para felicitar a unos científicos (españoles, que pagan sus impuestos en España) que han logrado frenar uno de los mecanismos que provoca el cáncer de mama. Pero imaginemos por un momento que estos científicos también tributaran en Miami, ¿quién se merecería igual el reconocimiento del presidente de todos los españoles?
El populismo más barriobajero se ha adueñado del país, si no es así me resulta imposible comprender que a) el presidente y uno de los líderes de la oposición (Albert Rivera) alaben una de las letras más descacharrante –por ridícula- que se han oído jamás en la piel de toro; b) que no les echemos a patadas.
En fin, tenemos lo que nos merecemos y nos merecemos a estos farsantes que venderían a su madre, al perro y a sus amigos por un cubo de votos.
La otra cosa que me ha cabreado esta semana es el estreno de Todo el dinero del mundo. Les refresco la memoria: el protagonista de esta película era Kevin Spacey. Unos meses antes del estreno se denunciaron todas las porquerías que había hecho este hombre (he entrevistado mil veces a Kevin Spacey, siempre he creído que era un hijo de perra malo) y Ridley Scott decidió borrarle de la película. Llamó a otro actor (Christopher) Plummer y rodaron de nuevo 22 escenas.
Seré breve: vaya gilipollez.
O sea, le borramos de la peli y ya está? Así es como hacemos las cosas? Vaya mierda.
Spacey que pague con su patrimonio y si es preciso con la cárcel, todas las mierdas que haya hecho. Dejemos el cine aparte.
Pero no se ha quedado aquí: en los últimos meses hemos visto como Friends, los westerns, Polansky, Woody Allen, Lolita, los westerns, las películas de gánsters, Gilda o Hitchcock han pasado a ser cosas inaceptables. El neopuritanismo es implacable, no entiende de nombres ni leyendas y gusta de descontextualizar sin cuartel, porque ya se sabe que todo debe ser juzgado con nuestros parámetros de modernos concienciados.
Es tremendo, señores y señoras. Y lo peor es esa turba que lo jalea todo.
Estamos a nada de decir que El viejo y el mar es apología de la violencia, que en La isla del tesoro se burlan de los minusválidos y que El viaje al centro de la tierra es racista porque no sale ningún asiático.
Por favor, basta ya.
Todos esos bastardos que han abusado de tantas mujeres, que las han humillado y que han arrasado a sus vidas tienen que pudrirse entre rejas. Todos los que les han apoyado deben ser denunciados y sometidos a escarnio público… pero cuando metamos el arte en medio, en cualquiera de sus disciplinas tratemos de no hacer el ridículo.
Gracias.
Abrazos y abrazas,
T.G.
La extrema derecha es lo que impera en la actualidad, y no es de ahora, en 2006 Warren Buffet dijo aquello de «por supuesto que hay guerra de clases. Pero es mi clase, la clase rica, la que está librando la guerra, y vamos ganando» y, por lo que se ve, parece que a la gente le gusta simpre que se mantenga el «cirsenses», lo del «panem» parece que importa menos.
Y cuando gobierna el extrema derecha (no solo aquí, sino también en Francia, UK, USA, Alemania, Rusia….) la represión es mayor, y estamos en uno de los momentos de mayor represión.
Cuantos años de cárcel tendría Krahe si cocinase hoy en día un Cristo?
Cuántos años le caerían a Lewis Carroll por su aficción a fotografiar a niñas mujer?
Y a Nobokov? Cuánto tardaría un juez en secuestrar Lolita?
Piensen si les gusta que siga la extrema derecha gobrnando el mundo….
Ah! Se me olvidó, ¿no podrían prohibirse las procesiones de Semana Santa por delito contra los sentimiento religiosos y apología de la tortura?
Es lo que tiene la izquierda. Que es extremadamente sensible, y cualquier cosa supone un ataque a colectivos desfavorecidos.
Así, cualquier cosa puede significar una ofensa para las mujeres, para los homosexuales, para personas de otras etnias, para otras religiones…. Cualquier cosa puede ser racista, xenófoba, machista, homófobo, etc.
Es el mundo que nos ha tocado vivir. Un mundo dominado por una economía capitalista y unos valores sociales de izquierdas, en la que todo es una ofensa contra alguien.
@1 y @ 2, el problema es que nos han vuelto gilipollas, no de izquierdas o derechas.
Y la próxima vez que escuche a una de las amigas de mi parienta eso «de que suertes tienes que te cocina» la voy a echar de casa, (a la amiga se entiende) y luego le voy a poner una denuncia por discriminación por razón de sexo, por fascista, por acoso y por cualquier otra cosa que se me ocurra!.
Se acuerdan de una época en que Burning cantaba, «de rodillas por detrás es como te gusta mas». O Siniestro Total «mata hyppies en las Cies» o «Ayatollah no me toques la pirola».
Pues oigan, yo crecí con eso y no me considero un trastornado.
Curioso que 1 y 2 diga que vivimos en la extrema derecha y 3 en la izquierda….no será que vivimos en la época del absurdo y la falta del sentido comun?y que será el sentido común… Por suerte hace tiempo decidí pasar de todo. Viva el cine y viva Friends.
Hace unos años en el programa «salvados» hicieron un estudio sociológico preguntando por la calle a ciudadanos acerca de a qué derecho estarían dispuestos a renunciar a cambio de tener un trabajo fijo, entre los siguientes: voto; huelga; sanidad pública; y libertad de expresión.
https://www.youtube.com/watch?v=CMPyWyTljGw
La mayoría de los entrevistados eligió el derecho a huelga y al voto, antes que la sanidad pública y la libertad de expresión.
En una segunda fase de la encuesta, se redujeron las opciones a estas dos últimas (sanidad pública y libertad de expresión), y casi todos preferían renunciar a la sanidad pública antes que a libertad de expresión.
Está claro que la «libertad de expresión» es el derecho fundamental de cualquier Democracia, por encima de cualquier otro derecho, ya que una vez que se renuncia a él, resulta imposible defender cualquier otro derecho, ideología, opinión,…
Todos aquellas personas que de «buena fe», creen que es «bueno» o socialmente «aceptable» que se impida que otras personas se expresen de determinada forma, porque creen que esas ideas pueden perjudicar a algún colectivo o ciudadano particular, no se dan cuenta que la «libertad de expresión» también les ampara a ellos, de modo que para «luchar» contra esas ideas que consideran «nocivas» o socialmente «inaceptables», basta con que se enfrenten a ellas y las critiquen exponiendo sus argumentos.
Sin embargo, las personas o colectivos que se consideran «perjudicadas» por los argumentos u opiniones de otros, pero carecen de argumentos relevantes para defenderse, o son incapaces intelectualmente de criticar los de sus interlocutores (sobre todo si se trata de personas con cierto reconocimiento social o autoridad pública: artistas, empresarios, políticos,… ), el único recurso que les queda es exigir leyes que «amordacen» o limiten la «libertad de expresión» de sus adversarios intelectuales.
Todos preferimos los halagos a nuestra forma de pensar y de vivir, a las críticas, por muy «constructivas» que sean, a nuestros subjetivos esquemas de pensamiento o de vida. Sin embargo, no deberíamos olvidar que de la crítica siempre se aprende algo, pero del halago, casi nada.
Saludos