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Pongámonos ñoños

Pues si, ya toca ponernos nostálgicos. Hasta los tíos duros tienen sus malos momentos y muchos de ellos se agarran a sus coches para soportarlo. Pues bien, ¿cuáles son los momentos más románticos/tristes/emocionantes vividos encima, debajo o dentro de un vehículo de cuatro ruedas en la historia del cine?

Como ya dije en mi anterior post no voy a ponerme a hacer listas interminables sino que daré mis pistillas, las pelis que me han emocionado en el ámbito del motor…es un decir.

Bueno, ahí va mi lista:

 

1)   Los puentes de Madison. Lo siento, pero si, soy muy fan de esta maravilla del durísimo Eastwood (quien dice que este hombre solo sabía hacer de Harry el Sucio…). La escena en cuestión es el final de la película (si no la has visto deja de leer ahora mismo y así no maldecirás mis huesos) cuando Eastwood está empapado en la lluvia y Meryl Streep dentro del coche, con la mano en el pasador pensando si lo deja todo y se larga con él o si opta por permanecer con su familia. Venga, no os hagáis los valientes y reconoced que llorasteis como magdalenas…

 

2)   Thelma y Louise. Reconozco que ahora me impacta mucho menos que la primera vez que la vi pero cuando al final (si no la habéis visto repito lo que he dicho unas líneas más arriba) cogen el coche y se tiran por el barranco (en la edición especial de la película sale el final original, donde la cámara sigue la caída del coche) .Buff, esa era buena, no era de llorar, pero era tremenda. ¿O acaso pensabais que iba a acabar bien?

 

3)   Salvar al soldado Ryan. Esta no pasa dentro de ningún coche, sino más bien le pasa a alguien que mira un coche. Me refiero a la madre de los hermanos Ryan, que está fregando los platos y ve como un coche militar se acerca a su casa (estamos en la Segunda Guerra Mundial, lo cual solo puede significar que alguno de sus hijos ha muerto). Del coche bajan un oficial y un cura. La señora abre la puerta de su casa y antes de que puedan decir nada se desploma. La manera que tiene Spielberg de filmar el vehículo, reflejado en el cristal de la casa es casi tan alucinante como el homenaje que se marca a Centauros del desierto.

 

Estos son mis tres (hay muchos más, pero así a vuela-pluma me he acordado de estos, que en su momento me causaron algunas lagrimillas –pocas, que soy un hombre, joder) pero quiero saber si alguien es capaz de confesar las suyas.

 

Espero ansioso vuestras contribuciones…Por cierto, el comentario del anterior post sobre que lo más inverosimil en el mundo del cine es quitarle el coche a un taxista parisino (como hace Roger Moore en Panorama para matar) me ha parecido glorioso.

 

Hala, hablad.

 

T.G.

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